sábado, 29 de abril de 2023

SEMANARIO "EL MOSQUITO" EDICIÓN DEL 20.04.1879: UNA PORTADA PERIODÍSTICA QUE PODRÍA RECOBRAR ACTUALIDAD






















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

En esta caricatura de El Mosquito (litografía de Henri Stein), con un epígrafe que reza: "¿Dónde está el bastón? Está en el Río Negro. Roca lo fue a buscar", se ilustra, con fino y sagaz humor, la disputa, en 1879, entre los distintos personajes políticos de primera línea por llegar a empuñar el bastón de presidente de la Nación, sucediendo a Nicolás Avellaneda.
Entre los que lo buscan aparecen, de izquierda a derecha: Bernardo de Irigoyen; Victorino de la Plaza, que se vale de la ayuda de un perro rastreador; Carlos Tejedor, de gorra; a su lado, en el suelo, Dardo Rocha; más al frente, Bartolomé Mitre; detrás de éste, Domingo Sarmiento (satirizado en uniforme de general, por su obsesión de llegar a ese grado, que después alcanzaría); y Saturnino Laspiur.
Y detrás de estos dos últimos, se distingue a la República que le señala el camino a Julio A. Roca, en obvia alusión a la Expedición al Río Negro que lo catapultaría a la primera magistratura.
Pero… una de cal y una de arena (y… sí, mi querido lector, qué quiere usted; la vida toda es así: felicidad y sinsabores; pero como escribe y canta Daniel Altamirano: “Vea, chamigo: la vida es linda. / Después de todo; / nada es mejor. / Y nunca es pareja la ley del hombre / y pasa ‘e todo en la Viña ‘e Dios”): más allá del magistral humor político de El Mosquito que nos despierta admiración y sonrisas; aquellas cosas terminarían mal, porque un año después estallaría la guerra civil, con su espantable saldo de un número no determinado de muertos y una deuda de millones de pesos que como siempre, pesarían sobre las espaldas del sufrido pueblo argentino.
Desde tiempos inmemoriales los historiadores debaten acerca de si la historia es lineal o es cíclica. Particularmente, no creo que sea ninguna de las dos cosas; me hallo convencido de que no es lineal en tanto no se evidencia que el hombre (sujeto y objeto de la misma) se halle encaminado en un proceso de mejora continua de la especie, sino que sigue siendo tan glorioso y tan miserable como lo es desde siempre; e infiero que tampoco es cíclica, porque lo que se reitera no es la historia en sí misma, sino las causas que originan las catástrofes y calamidades.
Y hablando de eso, si bien Roberto Navarro no es Henri Stein, ni Horacio Rodríguez Larreta es Carlos Tejedor, ni Mauricio Macri es Mitre, ni Alberto Fernández es Nicolás Avellaneda, ni Cristina Fernández es Julio A. Roca; sí contemplo, alarmado hasta lo indecible, que el statu quo de aquella maldita guerra civil de 1880 tuvo antecedentes y alarmas (que no fueron escuchadas) pavorosamente similares a las actuales.
Así las cosas, no me queda más que rogar que si la desgracia volviera a caer sobre nosotros con toda su furia desatada; termine como terminó la de 1880: con el triunfo de la nación frente a la soberbia oligárquica y sectaria, el separatismo y la exclusión.

-Juan Carlos Serqueiros-

jueves, 27 de abril de 2023

EN ESTA ORILLA






































EN ESTA ORILLA
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Con tristeza veo desaparecer
Tus rastros de mi vida.
Y despliego en la bruma
De un puerto imaginario
Mi pañuelo que no es de seda
Saludando al barco etéreo que te lleva
Cargado de unos pocos recuerdos
Por el corto tiempo de tu estadía en mi vida.
¡Sé feliz!
Murmuro mientras el mar te aleja
Y las olas van tapando
Cada una de mis palabras
De amor,
De bronca
Y de ira.
¡Sé feliz!
Susurro otra vez,
Mientras el corazón da un vuelco...
De golpe, una lágrima,
Tibia y sentida,
Me recorre una mejilla
y llega a mi escote helada,
Congelando mi corazón,
Que a mi pesar, se ha detenido aquí,
En esta orilla.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

MADRUGADA



































MADRUGADA
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Ante la ventana fumabas
Cuando la noche moría
Y en las volutas de humo
Tus silencios se trenzaban.
Y en el rubí de mi copa
Acechando estaba el cansancio
Que asociado a la impaciencia
Se me iba volviendo hartazgo..

Sin palabras se entendieron
Nuestras lánguidas miradas
Y juntos salimos al frío
De esa triste madrugada
Para poner fin a un sueño
Antes de clarear el alba.

Los besos de despedida,
Los adioses que nos dimos,
Los “hasta siempre” murmurados,
Los “te quiero” en letanía
Y los “no me olvides” musitados,
Nos hicieron de pañuelos
Para enjugar nuestro llanto.

Tal vez demasiado tarde
Vos y yo nos acordamos
De que pasión no es amor,
De que coger no es amar;
Si las glándulas nos gobiernan…
¡Está cantado el final!

-Juan Carlos Serqueiros-

miércoles, 26 de abril de 2023

MENTIROSOS DE CABOTAJE

















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Cuenta Salvador Ferla que su colega, el historiador inglés Arnold Toynbee, al visitar nuestro país allá por los 60, se extrañó de que tuviéramos aquí dos grandes corrientes historiográficas: la "oficial" y la "revisionista". Y que no se privó de expresar su asombro, bien que con esa proverbial flema que se les atribuye a los británicos: "De modo que tienen ustedes una línea revisionista. Qué raro... si la historia es revisionista per se", dijo.
En tanto inglés, Toynbee no podía entenderlo, porque ciertamente los ingleses mienten profusamente hacia fuera de sus fronteras en todo aquello que convenga a sus intereses y, claro está, son capaces (como lo han hecho, efectivamente) de inventar leyendas negras acerca de otras naciones. Pero eso sí: nunca se mienten a sí mismos acerca de su propia historia.
Y es precisamente eso lo que el bueno de Toynbee reprochaba a sus colegas de la Europa occidental, y especialmente; a sus compatriotas: mentir hacia fuera, partiendo desde una visión egocéntrica, en procura de instalar la idea de una civilización única: la europea.
Los argentinos, en cambio; seguimos teniendo compulsión a la mentira a la hora de aprender y narrar nuestro pasado. Pero lamentablemente, somos mentirosos de cabotaje nomás: nos encanta mentirnos a y entre nosotros mismos.
Sin perjuicio de lo enunciado; no se debe perder de vista que hay cierta lógica en que así ocurra. Algunos se inclinan a creer que se debe a lo religioso: mayoritariamente anglicanos ellos, los ingleses; mayoritariamente católicos nosotros, los argentinos. Particularmente, no coincido; más bien creo que en todo caso, eso podría —y séame aquí permitido recalcar lo condicional de podría— de alguna manera explicar que hoy por hoy, buena parte del mundo continúe deglutiendo y tragándose ese embuste urdido por ingleses y holandeses en nefasta sociedad: la leyenda negra española con su sarta de patrañas ensalzando el triunfo de Elizabeth I al rechazar los embates de la “Armada Invencible” de Felipe II (otro engaño, porque jamás los españoles de aquel tiempo llamaron a su flota de guerra “Armada Invencible”, sino Felicísima Armada, pero bueno…).
Por mi parte, querido lector, prefiero dejar lo religioso a los teólogos y descansar en la convicción de que la lógica que mencioné precedentemente emana de algo mucho más… terrenal y miserablemente humano, digamos: mientras los ingleses se pasaron cinco siglos de su historia robando afuera y llevando a Inglaterra; los argentinos nos pasamos los escasos dos siglos de la nuestra robando en nuestro país y llevando afuera.
Y si pese a todo, mi apreciado amigo, insiste usted en seguir apegado a una explicación cuyo vector pasa por lo religioso; entonces admita que a estas alturas, ya los argentinos deberíamos reparar en que hay sobrada evidencia de que Dios, en caso de que exista, no debe de tener nuestra misma nacionalidad, como nos empeñamos en creer hasta ahora. Pero consuélese: si al final resulta que Dios no es argentino, al menos su vicario en la tierra, el querido compañero Pancho Bergoglio; sí lo es. Lo cual, bien mirado, no es poco, ¿no le parece?

-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 25 de abril de 2023

CON QUIÉNES CONSULTAMOS NUESTROS PROBLEMAS



















Escribe: Gabriela Borraccetti *

Dime a quién consultas y te diré qué buscas escuchar.
Normalmente, no solemos creer que tenemos ya en la mente una determinada posición tomada respecto de situaciones, personas, dudas, juicios, etc., y sin embargo; no podemos despegarnos de los valores que como personas fomentamos y buscamos sostener.
Es por ello que a la hora de la consulta psicológica, cada cual elige a quien necesita y le va como anillo al dedo. Los que desean recibir algo que no los ponga en contradicción, no establecerán un feedback positivo con quien tenga un perfil directo, llano y claro, y más bien se avendrán a consultar a quien por alguna razón invisible, detectó como potencial "cómplice" de sus necesidades.
Otros, gracias a la misma capacidad anticipatoria de nuestro inconsciente (éste es el primero que lee los rasgos de quien tenemos frente a nosotros y no los ojos ni la mente como podremos creer), darán con quien aún a costa del dolor; les aclare el panorama o les indiquen sus puntos discordantes.
Quienes sepan que tienen una responsabilidad en lo que les sucede, buscarán personas que hayan dado acabadas muestras de su "don" de penetrar en la oscuridad. Y quienes por lo contrario; pongan las culpas o las causas fuera de sí, se conectarán fácilmente con quien posea las mismas características.
Créase o no, encontramos siempre del otro lado a quien tiene algo que nos pertenece.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

viernes, 21 de abril de 2023

SEXTO AURELIO PROPERCIO O EL AMOR CONTRARIADO

























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Vnus erat tribus in secreta lectulus herba; / quaeris concubitus? Inter utramque fui. (Un solo lecho para tres, en la hierba, apartado / ¿Mi lugar para el coito? Entre las dos mujeres).
-Sexto Aurelio Propercio-

Sexto Aurelio Propercio fue un poeta elegíaco de vida muy corta (n. Asís, 47-48 a.C. - m. Roma, 15 a.C). Pero a pesar de ello; su talento le alcanzó —aún en la implacable brevedad de su existencia para gozar del patrocinio de Mecenas.
Sus poemas versan sobre lo patriótico y la mitología romana; pero serían sus elegías, inspiradas en su amor por Cintia, las que harían que la posteridad lo convirtiera en un clásico.
Al parecer, Cintia no era precisamente lo que diríamos un modelo de castidad y fidelidad: "¿Es verdad, Cintia, que en toda Roma eres difamada y que vives en conocida lascivia? / ¿Merecí esperar esto? Pérfida, me las pagarás, / y el viento, Cintia, me llevará a alguna parte", escribió Propercio en una de sus elegías. 
Y entonces, él se "vengaba" de ella en algunos de sus versos, como por ejemplo, los que cité a continuación de la imagen que oficia de portada en este opúsculo, en los cuales, despechado, le contaba a Cintia lo de un trío sexual que formó él con dos mujeres, u otros en los que que se burla de sí mismo por el sufrimiento que le provocaban sus amores contrariados.
Propercio parece haber exorcizado su furia canalizándola en su poesía. En otros versos le dice a Cintia que merece que la mate, pero que no hará tal cosa, y en cambio; le echa maldiciones y le profetiza un destino de vieja arrugada, solitaria y amargada (como vemos, nadie, ni siquiera los poetas del tango y del blues, inventó nada nuevo en materia de lírica relativa a amores contrariados; ya lo habían hecho los latinos): "¡Pero que a ti te abrume la vejez con años disimulados / y lleguen las siniestras arrugas a tu figura! / ¡Que entonces ansíes arrancar de raíz los cabellos blancos, / ay, mientras el espejo te reprocha tus arrugas. / Y, rechazada, tengas que sufrir en propia carne la soberbia altivez / y vieja, te lamentes de lo mismo que tú hiciste! / Estas maldiciones funestas te ha cantado mi poesía: / ¡aprende a temer el fin de tu hermosura!".
En fin... yo le habría dicho al bueno de don Sexto Aurelio que dejara de andar por la vida con la bronca en las tripas y que más bien siguiera enganchado en tríos como esos en los que se solazaba con dos paicas o se integrara a una buena partuza. O, mejor aún; que se quisiera a sí mismo y reencontrara el amor en su propio corazón. Se me ocurre, qué sé yo...

-Juan Carlos Serqueiros-

jueves, 20 de abril de 2023

PERSPECTIVAS












































PERSPECTIVAS
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

A Juan Carlos, hogar de mi alma

Por las noches subo
Trepando los finos hilos
Que las estrellas cuelgan
De sus bellos bordes de luz
Como guirnaldas celestes
Que la perspectiva maestra
Nos enseña al ver la vida
Cómo apenas una estela
Cometa efímero que pasa
De lo invisible a lo visible
De lo oscuro a lo claro
De la soledad al calor
Somos eso vos y yo
Que viajando en este tiempo
Hacemos de nuestro encuentro
Un eterno vos y yo.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

miércoles, 19 de abril de 2023

EL NENE DICE EL SÍNTOMA DE LOS PADRES























Escribe: Gabriela Borraccetti *

“—El nene es agresivo”, dice un padre que grita.
“—El nene tiene problemas de conducta”, dice una madre que ignora al mundo que la rodea.
“—El nene lastima a sus compañeritos”, dice un padre que no tiene piedad para con otros.
“—El nene no hace los deberes”, dice una madre que no cumple con su deber de madre.
“—El nene tiene una personalidad encantadora cuando quiere”, dice un padre que cuando quiere, sonríe.
“—El nene extraña a su mamá”, dice un padre que extraña a su ex mujer o es él quien necesita una madre.
“—El nene extraña a su papá”, dice una mujer que necesita un padre.
“—El nene odia a su tío”, dice una madre que tiene problemas con su hermano.
“—El nene se hace pis en la cama”, dice una madre que no contiene su angustia.
“—El nene empujó a una mamá embarazada”, dice un padre que hubiese preferido no ver embarazada a su mujer.
“—El nene compite con otros”, dice un padre que vive en competencia.
“—El nene quiere llamar la atención”, dice una madre que se siente desatendida.
“—El nene no aprende”, dicen los padres que no aprenden.
“—El nene molesta en clase”, dicen los padres que molestan a todos sus parientes con sus problemas.
“—El nene tiene ataques de odio”, dice el padre que grita que no lo molesten porque él tiene bastante con trabajar en lo que no le gusta, estar con quien no quiere y carecer de quien ama.
“—El nene no puede hablar de lo que le pasa”, dice la madre que oculta sus propios problemas.
“—El nene no tiene su lugar”, dice el padre que fue abandonado.
“—La madre no le dedica el tiempo que él necesita”, dice el padre que aún reclama a su mujer.
“—El padre es un autoritario”, dice la madre (que dejó al marido, harta del carácter de él).
“—La madre le mete en la cabeza que es un niño especial”, dice el padre celoso del lugar del hijo.
Y así podríamos llenar la lista de las cosas que a diario se oyen de padres en guerra, separados o no, que van depositando en sus hijos sus frustraciones, problemas, sentimientos, imposibilidades y un gran cúmulo de cosas que el niño, inconscientemente, tomará como mandatos y cumplirá al pie de la letra perpetuando así el pecado de sus mayores.
Si no buscamos la relación entre los hechos y esos hilos del titiritero que domina nuestra conducta y nuestras emociones desde la oscuridad, seguiremos siendo simplemente herederos de los problemas de otros, sin poder adquirir una personalidad sana emocional, física y afectivamente.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

lunes, 17 de abril de 2023

JULIO SOSA Y LOS PERROS



































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Una de las facetas de la personalidad de Julio era su amor por los animales. Tenía muchos perros, todos los cuales había sacado de la calle, salvándolos.
En cuanto veía un perro callejero, se ocupaba de él, buscándole hogar, y más de una vez, increpó duramente —e incluso llegó a trompear a quien los maltratara.


Es famosísima la anécdota que siempre contaba el gran Leopoldo Federico, acerca de una perrita abandonada que habían encontrado con Julio un día en que ambos andaban en el auto del primero. Julio se bajó del coche, alzó la perrita, y cuando llegaron a su domicilio, le pidió a Leopoldo que la tuviera y cuidara hasta que él le consiguiera hogar; pues ya tenía muchos perros en su casa y no cabía ninguno más.
Al día siguiente, tenían que grabar, y Julio, en un café cercano a la discográfica, esperaba a Leopoldo. Cuando éste llegó, Sosa en el acto le preguntó por la perrita.
—¡No me hables más de eso, por favor! —fue la reacción de Leopoldo.
Es que ocurrió que la perrita se le había escapado por la ventanilla abierta del auto y el pobre Leopoldo (cuyo estado físico no era precisamente el de un atleta), tuvo que correrla una cuadra hasta alcanzarla y salvarla de los autos que la podían atropellar, y de allí en más, tuvo que ir hasta su casa a dos por hora pues el animalito se le había instalado sobre sus rodillas y prácticamente no podía manejar.
Julio no sólo ponía el corazón en todos los tangos que interpretaba con sin igual maestría; le sobraba para darlo también a los peluditos de cuatro patas.

-Juan Carlos Serqueiros-

domingo, 16 de abril de 2023

LO QUE SE HA QUEBRADO EN LAS RELACIONES. DEL NO TENGO NOVIO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO





















Escribe: Gabriela Borraccetti *

A medida que pasa el tiempo y vamos alejándonos de los años en que la mujer era la fregona de la casa, arrodillada para limpiar el piso y condenada a ser un modelito de predisposición para la vista y los antojos de su marido, nos encontramos en una encrucijada respecto de cuál es el rol de una mujer que no quiere ser ni la geisha del hombre ni la soltera que pasa por "rara" por no "conseguir" pareja.
El problema es que hay muchas cosas que hemos cambiado y que nos pasan desapercibidas a la hora de evaluar por qué estamos sueltas (no “solas”, como se nos quiere hacer creer).
En primer lugar, no hay que olvidar que el matrimonio y la monogamia, no son otra cosa que un invento cultural creado para asegurarle al señor que su señora esposa, no le será sexualmente infiel.
Eso de que "la madre es siempre cierta, pater semper incertus est", no es sólo una frase que describe lo imposible de saber a ciencia cierta si el esperma que entró en el óvulo de la mujer, es el del "dueño" de esa propiedad sexual privada que hemos sabido ser; sino que fue el motivo principal por el cual se creara el tabú de la virginidad, seguido, para refuerzo, por la institución del "sagrado" matrimonio.
Una vez ingresada al mundo del registro civil y anotadas en un libro de oficialidad; sigue el consumo de los espejitos de colores con la emocionante bendición (las que quedan afuera no tienen esa dicha), el vestido blanco pureza que remite al himen intacto (que de intacto no tiene nada), la fiesta (un derroche de dinero que podría garantizarnos más de un viaje de placer), y la entrada triunfal por la pasarela con alfombra roja, quizá única posibilidad de convertirnos en una star.
Este último paso es fundamental, puesto que todas las miradas se posarán boquiabiertas en nosotras (o al menos, eso imaginamos), cumpliendo así el deseo infantil de cobrar la fama y el mismo protagonismo que las estrellas de Hollywood (otra de las trampas del ego que entusiasma más por el cotillón, que por la fe sospechosa de tanta gente que para lo único que entró a la iglesia, fue para ser OBJETO de la mirada del otro y no quedar fuera del plato de los sacramentos).
Acto seguido, el rito se cierra con la argolla en el dedo, lo cual quiere significar que la “otra argolla” está sellada y obturada con incorruptible oro, dejando entender que allí, en ese agujero, no entrará más que ese solo dedo (y a “la otra argolla” y a “dedo” léalos como guste).
Hasta acá, las cosas como nuestras tatarabuelas, abuelas, madres y en realidad toda la cadena de mujeres que nos precedieron, nos enseñaron. Y vaya que por suerte, no salió muy bien que digamos.
Las hijas de la última generación de vírgenes temerosas de no poder casarse jamás, dio a luz a las primeras hetairas que se atrevieron a denunciar que tenían hormonas, que querían libertad y para ello, entre otras cosas, se sumó a la casa, los hijos, la limpieza y la cocina; el yugo de la vida laboral bajo patrón.
Eso nos haría libres. Pero... ¿libres de qué o de quién? Ninguna quería parecerse a su madre: la esclava familiar encerrada siempre en casa, que con el carácter agrio y llorando en secreto su hartazgo, escondía la siempre insidiosa sospecha o confirmación de que "allá afuera", todos tenían una vida que ella desconocía. Incluida la de su marido.
¡YO NO VOY A SER IGUAL QUE VOS!, fue el grito de guerra. Y allí empezó la desobediencia.
Dejamos de temer a la soltería, nos abrimos a la sexualidad, al trabajo y a las mismas tareas que el hombre; pero no dejamos, en el fondo, de ser susanitas.
El problema es que roto el pacto de principal interés (controlar la sexualidad femenina para apuntalar el poder masculino), ¿cúal es el “negocio” de casarse con alguien que ya no tenga miedo de ser estigmatizada, apedreada y dejada fuera del mercado casamentero por haber roto su himen antes de la boda?
Sin darnos cuenta, rompimos con el contrato sexual disfrazado de amor, blancura y campanitas. El cerrojo que se nos colocó en los labios inferiores se abrió y eso nos vale ahora la violencia de género y el lugar de objeto descartable.
Hemos escuchado, seguimos viendo y nos seguirán alimentando a fuerza de novelas o a través de Facebook, por si no tenemos tiempo de ponernos a tejer mirando la tele a la tarde, los viejos libretos que ahora, sólo sirven a las ganancias de la industria de la fiesta y tratan de mantener una serie de variables que sostienen un sistema de consumo que moriría si se terminase la institución del matrimonio.
Para quienes manejan el poder y saben del negocio que significa la familia, no será nada difícil hacernos la película de que existe en algún lugar el hombre tierno, incondicional, que muere en silencio por nosotras, se hace el duro pero en realidad nos escucha, y después de trabajar todo el día, no ve la hora de preparar el mate para esperarnos en casa y saber qué nos sucedió en el trabajo; aunque disimule malestar para no parecer un flojo. ¡Ah, qué paraíso!
En lugar del anillo (y como no encontramos otra forma de ponernos vestidos para pisar un altar donde todos nos vean), nos sacamos selfies con un beso para colocar en la portada de la red social y dejar en claro que “ÉL ME PERTENECE”.
Obviamente, las que no consiguieron una foto pública (supletorio devaluado del antiguo anillo), evalúan ese gesto como signo de "novia oficial"; aunque ahora la oficialidad dure tres días.
Como vemos, en un análisis simple, básico y sin entrar en demasiados detalles, podemos comenzar a distinguir que la liberación nos valió violencia de género: se nos pega y se nos castiga por haber dejado de ser una propiedad y un servicio de cama y lavandería a cambio de una sortija.
Y por supuesto, hasta que comprendamos de verdad, en forma íntegra y esencial el significado de nuestra libertad, tardaremos en asimilar que no tenemos que dar pasos hacia atrás, llorar y ceder hasta el maltrato, para no sentirnos "fuera del mundo". Recién comienza el duro camino de despertar a una verdad que está muy lejos del universo que nos pintaron con moños rosa.
Aún nos queda mucho por comprender acerca de nuestro papel en el mundo: no se trata de ser "la señora de", no se trata de ser "la flaca", "la linda", "la exitosa para...."; se trata de ser personas felices antes de buscar la felicidad en el único y fracasado modelo de tener que ser un bien que se anota como perteneciente a Fulano de Tal en un registro civil.
Si alguna vez dos personas se encuentran, es porque dicho encuentro no está basado en ceder posiciones. La PARIDAD es la única forma de caminar juntos, y por el momento, somos hombres y mujeres que están abandonando un paradigma obsoleto para forjar uno donde el dominio, la cosificación y el maltrato, queden atrás.
Ellos tendrán que asimilar que no somos su propiedad. Nosotras tenemos que comprender que eso no era amor.
Si estás “suelta”, si es difícil caminar de a dos, no es porque seas rara, fea, poco querible o una especie de alien, sino por el contrario; alguien habitada por un divino descontento que impide quedar atascada en formas injustas de amores equivocados.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

sábado, 15 de abril de 2023

MI RELIGIÓN

























MI RELIGIÓN
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Cierta vez me preguntaron
Si alguna fe tenía yo
De cínica sonrisa armado
(¡Soberbio!)
Respondí que no
Más mentía sin saberlo
(Tan ignorante era yo)
Creía, sin poder creerlo
Que te manifestarías vos
Reino de los sentidos
Trono de la razón
Iracundo y aterido me viste
Cuando salvaste mi corazón
No habrá engreídas sixtinas
Ni santa tierra conquistaré
Nadie escribirá crónicas
Que muchos siglos después
Ya amarillentas y ajadas
Narren mis pretéritas hazañas
Nadie dirá que fui
Guardián de derruido templo
Pero en mi alma estará por siempre
El ara consagrado a tu culto
Desde las anteriores vidas
En esta y las que vendrán
En cumplimiento de milenario pacto
Porque Atenea inefable
Mi religión… ¡sos vos!

-Juan Carlos Serqueiros-

jueves, 13 de abril de 2023

RECETAS PARA LA FELICIDAD
























Escribe: Gabriela Borraccetti *

Solemos dar muchas explicaciones a nuestra infelicidad:
-que no tenemos la pareja que queremos
-que no tenemos el trabajo que queremos
-que tenemos problemas con nuestras familias
-que los golpes de la vida…
Y así, una larga lista de dolencias frecuentes en mayor o menor grado en la vida de los que transitamos por esta tierra.
Desde las series de T.V. y películas de cine, sobre todo las de tipo "novela", se nos empuja a creer que todo va a terminar bien simplemente esperando que sea el otro el que un día cambie o un accidente le haga comprender la realidad, o de última, que el destino ponga a la justicia a nuestro favor por arte de magia y nos reconozca como héroes y vencedores del mal y de la injusticia.
A través de esos lavajes de cerebro, “aprendemos” a llevar una vida mediocre en la que damos por sentado que como los personajes de todo lo que vemos en la gran pantalla, los problemas son a la vida lo que la sal a la comida. Pero hay gente que no puede comer tanta sal ni tolerarla y entra a buscar recetas ajustadas a su necesidad. Son las menos, pero las hay.
Y nos dan a todos la misma fórmula para vivir: ser exitosos en la carrera, en el amor, un bello cuerpo y mucho dinero. Es decir, cuatro cosas que uno comenzaría a tener a partir del consumo: salir a todas partes, de vacaciones, comprando la mejor ropa, yendo al gym para estar en forma y así ser atrayente, comprar todas las cremas anti lo-que-sea que haya, contar con un sinnúmero de “amigos” superficiales a los que no poder contarles lo vacíos que nos sentimos y una cantidad de "me gusta" por los que algunos llegan a pagar.
Ser vistos o aplaudidos y aprobados por el otro (empezando por los padres), es TODO lo que en teoría podemos hacer para que nos elijan y la vida nos coloque en el podio de alguna vidriera en la que el éxito nos aplauda sin hacer nada más que perseguir lo que nos dicen que es el camino a la felicidad. Cualquiera de esas vías propuestas por la sociedad y la cultura que hemos creado y adoptado como LA VERDAD, es aceptada como fórmula infalible. ¡Y ni nos damos cuenta de hasta qué punto!
Sin embargo, en esta profesión que tengo, no dejo de observar que la mayoría ha metido ganas a aquello que jamás amó —pareja, profesión, o lo que fuere—, anoto una y otra vez a gente que deja los bofes en la máquina de abdominales y habla de salud cuando tiene una vida profundamente infeliz, que trabaja de gerente en no sé dónde y muere de estrés, o que es estrella de algún medio y se siente un don nadie.
La última de las calamidades es pagar para que te den más "me gusta". Pero eso ni siquiera nos hace reaccionar para reconocer el punto de vacío en el que estamos y que hemos incorporado como lugar de destaque.
Lo que aquí escribo lo saben quienes lo han pasado y pudieron renunciar a sus anteriores aspiraciones para verlas como reales estupideces. Los que se animaron a dar el paso hacia sí mismos, reconocen que NADA de esos recetarios les brindó felicidad. Quienes vivieron atados a su cuerpo, su fama, su reconocimiento, su "podio artificial", no tuvieron nunca más que el efímero placer de verse reflejados en el espejo de la mirada de otro. Detrás de eso; el vacío de estar íntimamente solos.
Así —y para no abundar en la larga lista de fallos en el formulario que llenamos para tener una happy life—, la vida no nos cierra, porque la cosa no está en concurrir a las fiestas y los ritos en el pelotero, el cumpleaños, la navidad, el desfile, el after, las vacaciones y cualquier tipo de happening. Adquirir modismos, despreciar el propio idioma, la propia gracia, los propios atributos, rasgos, carácter, nariz, gustos, sensibilidad, grado de ira, enojos, respuestas naturales, muestras de disgusto y evitar desobediencias necesarias para adquirir libertad, nos fueron enjaulando en una caja en la que gana quien puede comprar una vida en vez de vivirla.
Nos peleamos con los demás para tener razón, culpamos al mundo de las injusticias y después señalamos los fallos del otro sin hacer mea culpa acerca de cuánto hemos colaborado para que algo nos suceda o le haya reventado la vida a otro. Encontramos muchas justificaciones para nosotros, pocas para los demás. Y todo eso porque no somos conscientes de verdad ni en todo momento. Algo que por cierto también sería una utopía, pero sí se puede balancear si de vez en cuando nos mirásemos la cara oculta, esa que es un poco miserable y que todos llevamos dentro.
Se necesita de mucho valor para ser uno mismo, ser igual del derecho que del revés. ¡Eso es mucho más valioso que llegar a ser millonario! Al menos, pensalo.
El mismo caso, pero a la inversa, es el del que se dedica 100% a los demás para ser querido, se coloca en último lugar y espera llegar primero. No hay más que estas dos vías para “granjearse” la infelicidad. De un extremo al otro, de la new age al egotismo, hay una gama intermedia que como siempre, se conforma con salud, dinero y amor.
Claro, uno cree saber quién es y qué quiere: "un buen auto, una casa, un buen trabajo, una buena pareja y con eso, ya me conformo". El problema es que si todos repetimos la misma receta, es porque algo está fallando. ¿Cómo, a personas DIFERENTES, con gustos DIFERENTES y formas de ser o caracteres DIFERENTES, se les generan las mismas expectativas? Y lo peor es que ni eso nos deja ver que nuestros cerebros están lavados.
Para todos tienen que ser buenos el yoga, la dieta vegana, la crema antiarrugas o cualquier cosa que se ponga de moda (sin querer decir con esto que alguna de estas disciplinas sea mala en sí). Lo que es malo, es cargar en ellas el secreto de la happy and wonderfull life. Felicidad enlatada para la venta y el consumo de la "auto superación". A nadie se le da por pensar que su camino no es el que otro transitó. Todos tratan de seguir recetas, y ese sí, señoras y señores, ES EL PROBLEMA DE LA INFELICIDAD.
La eterna espera del dinero que no llega nos hace meter la pata hasta la yugular, porque hasta votamos pensando en que si lo que nos prometen es dinero; ¡pues ahí vamos! No nos importa si queremos vivir siendo artistas. No nos interesa si somos sensibles y no hay un lugar para un alma de ese estilo en un mundo cuyo dios tiene la cara del dólar. No se nos cruza por la cabeza que sentarse a conversar con otro de cosas que tengan sentido, es mucho más pleno que plantarse en una mesa cada uno con su celular. No pensamos que quizá nosotros no seamos proclives a tener pareja. Ni se nos ocurre evaluar en muchos casos si realmente nos interesaría ser gerentes de algún lugar. Solo aspiramos a las carnadas que como peces, perseguimos para ser pescados y sacados del agua. Envidiamos al que vemos todo el día de fiesta, pero jamás imaginamos la soledad que siente, porque tanto él, que puede consumir; como vos, que no podés, padecen del mismo desencanto.
¿Sabés qué sucede?: TODOS olvidan ser quienes son. Todos siguen patrones que nos alimentan TODO EL DÍA por vías que creemos que ni nos tocan ni nos influyen. Pero si sos infeliz en algún sentido, tenés que saber que sos esclavo de ese juego como así también del juicio ajeno.
Tememos que alguien nos escuche gritar o plantarnos en la cola del banco o del super para reclamar nuestro tiempo a los que se erigen en nuestros amos. Ni se nos ocurre carajear al médico porque nos deja en su sala de espera como si fuéramos muñecos sin vida, dispuestos a dejarlo todo para que nos atienda el dios de guardapolvo blanco. No se nos ocurre que tenemos un valor, una autoridad, una forma de ser. Sólo leemos por todos lados que hay que ser políticamente correcto y no tomar nada en serio porque “eso te da paz”.
El silencio, callar el dolor que te causa que otro te pise el pie, ¿te da paz? ¡Por favor! ¿De verdad te da paz gritar en silencio hasta que se dignen a atender tu dolor en una guardia médica? No. Pero te callás. ¿De verdad te da felicidad un vestido nuevo? No, pero lo pasás por alto. ¿De verdad te creés más importante porque te pusieron más "me gusta" en algo que publicaste en las redes sociales? Sí, pero te das cuenta de que no te dio felicidad. ¿De verdad te creés un winner porque tuviste sexo con 700 y vivís una vida sin verdadera compañía? Ni lo querés pensar. Por ahí, mejor te tomás un lexotanil… ¿De verdad pensás que pagar los impuestos es la meta de tu vida? No, pero te deja tranquilo de que la "autoridad" tenga un motivo menos para encerrarte.
Van Gogh, Mozart, Beethoven y una larga lista de genios con una vida bastante difícil, han tenido sólo una cosa cuando la vida les pasaba terribles facturas: su fórmula secreta, su "hobby" (eso que en esta sociedad se desprecia porque es la amenaza más grande que puede encontrarse para el consumo) y que está bien cercana al corazón. Tener una vocación o el deseo irrefrenable de hacer algo en concreto, tener las ganas de poner afuera lo que uno es por dentro, ser creadores de verdad, es haber llegado a conocer qué es lo que somos, qué queremos, qué es lo que más nos importa.
Ya no necesitamos compañía como chupetes, ni alcohol para escapar, ni drogas para irnos lejos. No necesitamos viajar al otro lado del mundo para sentirnos gente de mundo. Podemos vivir en un cuadrado, que allí colocaremos nuestro propio atril.
Parece muy tonto o muy fácil. Pero cuando pasás por el infierno y te quitan toda la bijou, los anillos de oro, la casa, el dinero, la familia, los hijos, la crema anti age, las cámaras de televisión o lo que sea que creas que has logrado para estar en alguna vidriera; queda algo inamovible que NADIE puede quitarte. A ese algo, se llega después de todo el despojo al que la vida nos somete hasta que nos vemos por dentro y nos prestamos atención.
Ya deja de importar si al otro le gusta mi carácter o no. Ya interesa un bledo si mi cuadro es considerado un objeto de exposición. Ya se cae la expectativa de gustar a todos y resulta mucho más eficaz el saberse poseedor de tal o cual gusto/don/modo de ser/carácter que puede encajar mucho, poco o nada en el mundo en que vivimos. Pero sabemos quiénes somos. No nos mueve cualquier tormenta, ni nos mata la soledad. Tampoco nos preocupa no tener el romance que vemos en la tele ni esperamos que sea el destino el que nos salve: nos salvamos nosotros porque hemos comenzado a desobedecer al molde. Empezamos a conocernos.
Despertar no es abrir los ojos a otra realidad, sino cerrarlos para mirar por dentro.
¿Querés ser feliz?: DESPERTATE, SÉ QUIEN SOS, ANDÁ POR LA VIDA QUE VOS QUERÉS; aunque todo y todos te digan que eso es una utopía. No lo descalifiques, no lo calcifiques, no lo desprecies; porque lo que despreciás de vos, también lo desprecian los demás.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.