miércoles, 29 de febrero de 2012

EL FOGÓN DE LOS ARRIEROS


















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Si en algún momento anda por Resistencia, la capital chaqueña, no deje de darse una vuelta por El Fogón de Los Arrieros, sito en el N° 350 de la calle Brown. ¡Después no diga que no le avisé, eh!
Está SIEMPRE abierto (excepto los 20 de agosto, fecha instaurada como Día del Fogón), por supuesto, de noche, a partir de las 21 hs., porque como todo el mundo sabe -todo el mundo inteligente, quiero decir-, el día -salvo el momento del crepúsculo, o a lo sumo una radiante aurora- está hecho (lastimosamente) para laburar y cumplir con lo de llevar la injusta condena de toda esa carga a que nos somete el estar en este universo cruel al que nadie pidió venir; mientras que la noche está creada pura y exclusivamente para VIVIR.
Pero no hay por qué desesperarse, ya que si usted, amigo, perteneciese por desgracia a la odiosa e insoportablemente maleducada comunidad de los que se empecinan en “vivir” (¿o malvivir?) de día; siempre le quedará la posibilidad de contactarse con algún llave, persona esta que vendría a ser, según la definición del diccionario Petit Fogonet Illustré: "Individua o individuo a quien por méritos misteriosos y siempre muy justos, se le ha otorgado la posesión de la Llave del Fogón", quien podrá abrirle la puerta y acompañarlo en su concurrencia fuera del horario habitual (y la próxima vez, trate de no ser tan desconsiderado como para atreverse a visitar el Fogón en ese horario ridículo, carajo, ¿a quién se le ocurre? ¡Habráse visto!).
Es difícil, si no imposible, definir qué es el Fogón. Simplemente le diré que se trata de una institución cultural dedicada a las manifestaciones artísticas, la bohemia creativa y la amistad; museo, sala de exposiciones, auditorio musical, refugio de artistas plásticos, poetas y músicos, creada a partir de la iniciativa del dueño del solar donde funciona, una extraordinaria persona que se llamó Aldo Boglietti; y del gran escultor Juan de Dios Mena. Precisamente, este último fue quien le dio su nombre, al considerarlo un lugar “para hacer noche, pero no para aquerenciarse”.
En la vereda, frente a la entrada, se encontrará con la tumba de Fernando, el perro melómano, amigo e ícono de la Ciudad de los Esculturas, y al toque nomás, se topará con un molinete en el cual campea la primera advertencia: “PARA QUE NO PASEN LOS ANIMALES”, aviso este al que deberá darle la correspondiente pelota. Y si se considerase incluido en dicha categorización; sea honesto: dé la media vuelta y márchese por donde vino; no sea desconsiderado. Por favor, no joda.
Aparte de esta imprescindible advertencia, hay alguna que otra norma que obligatoriamente deberá atender (para lo cual es conveniente munirse de la Guía Fogonis), como por ejemplo, la de “PROHIBIDO ENTRAR CON RULEROS”. ¿Eh? ¿Cómo que “por qué no se puede entrar con ruleros”? No pregunte estupideces, caramba; hasta las obviedades tengo que andar explicando… A ver, como dice la gente del Fogón: “¿Cambia usted los pañales de su nene en el mostrador del banco? ¿Lleva la brocha para afeitarse mientras almuerza en un restaurante? ¿Sale a la calle con el cepillo de dientes en la boca? ¿Se imagina a Sophia Loren con ruleros y llena de crema? Cuando su esposa, novia, hija, amiga, maestra o secretaria salga con ruleros, llévela a algún lugar donde usted pueda entrar en camiseta, tiradores o pijama; ¡pero no venga al Fogón!”.
Tómense su tiempo para admirar la arquitectura del sitio, que como escribiera Hilda Torres Varela: (Aldo Boglietti) rompió con mitos y temores, y encontró en la sensibilidad y la inteligencia del arquitecto Horacio Mascheroni, a quien fue capaz de comprender y dar forma a su idea: una casa que fuese inusual y de su tiempo, donde se reacomodasen tantos mundos pequeños…”.
Bueno, ahora (y con las salvedades consignadas) ya está en condiciones de acceder al Fogón (no olvide dedicarle un emocionado recuerdo al perro Fernando; aunque no lo haya conocido, ¿o qué otra ciudad del mundo cree usted que se dio el lujo de tener un perro melómano que se hacía servir el desayuno en el despacho del mismísimo gerente del Banco Nación y que iba en taxi a cuanto acontecimiento musical hubiese? Piense: usted está ante su tumba), y los recibirá sobre la puerta de acceso, la siguiente leyenda: "SI HAS DE AGREGAR UNA SONRISA AL VINO / Y A LA SAL QUE TE OFRECE NUESTRA CASA, / DETÉN PASAJERO TU CAMINO, / ABRE LA PUERTA SIN LLAMAR Y PASA".
Adentro, se encontrará con obras de Pettoruti, Castagnino, Paéz Vilaró, Soldi, Mena, Mariscal, Quinquela Martín, Bonimi y muchos artistas más, conviviendo en cambalachesco y anárquico orden (si me es permitido el oxímoron, diría el inefable Georgie Borges); con un botón del corpiño de Rita Hayworth exquisitamente enmarcado, o un chaleco del penal de Ushuaia, o un par de medias de Ariel Ramírez antes de ser famoso, u objetos tales como la gallina de los huevos de oro (¡ah! ¿usted creía que era un mito?, pues lamento desengañarlo; no lo es), o la hélice del avión de Jean Mermoz.
También puede conocer su cementerio "Salsipuedes", en el cual verá “lápidas” con inscripciones como esta: “Aquí yace Boglietti Efraín / Dicen que Dios juntó / adoquín con adoquín”; su pulpería, o sublimarse ante la contemplación de su pista de aterrizaje de platos voladores.
Ah, y una pequeña, insignificante, acotación: es posible ¿por qué no? que sea usted una persona con una suerte increíble y acierte a visitar el Fogón casualmente en uno de esos rarísimos jueves en que yo haya recalado (seguramente, impelido por impostergables y urgentes obligaciones profesionales) en Resistencia y haya sido arrastrado (compulsivamente y contra mi voluntad, desde luego; porque no suelo frecuentar esa clase de sitios) por algún amigote a ese verdadero antro de perdición. Entonces, ¡gloria de titanes!, porque los jueves del Fogón están consagrados al tango y será usted bendecido por los dioses, que le otorgarán el privilegio de extasiarse y rendirse ante lo sublime de mi arrobadora, recia, varonil y a la vez tierna, voz. Si tal circunstancia no se da, paciencia, amigo, quelevachache, no es pa’ todos la bota ‘e potro... Puede usted suicidarse tranquilamente, sin remordimientos ni culpas, porque eso significa que su vida es absolutamente inútil y que está usted en este mundo, como quien dice, alpedamente.
Chau.

-Juan Carlos Serqueiros-

lunes, 27 de febrero de 2012

QUESO RUSO




Escribe: Juan Carlos Serqueiros


QUESO RUSO
(Beilinson - Solari)  

Pasó de moda el Golfo
como todo, ¿viste vos?
como tanta otra tristeza
a la que te acostumbrás.
Ahora vas comprando perlas truchas sin chistar,
"calles inteligentes" alemanas para armar
y muchos marines de los mandarines
que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo.
El bronceador "Charlotte"
te cuida de la radiación,
rematan el electro de Elvis al morir.
Fijate de qué lado de la mecha te encontrás,
con tanto humo el bello fiero fuego no se ve
y hay algo en vos que está empezando a asustarte...
cosas de hechicería desafortunada.
Quedate con el vuelto, mula de la enfermedad,
pobrete que sos tropa de la guita y chimpancé,
quedate esa petaca con saliva y nada más,
mordiéndote la lengua por poco me engañás.
Sentís la mosca joder detrás de la oreja
y chupás la fruta sin poder morderla;
y hay muchos marines de los mandarines
que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo...

Tema Nº 10, y que cierra el disco (y por lo tanto, como ocurre en todo disco de PR; muy importante, al igual que el primero, el del inicio) La mosca y la sopa. Y hete aquí que el insecto en cuestión, también se menciona en la letra. ¿Casualidad? Yo diría más bien causalidad. Pero empecemos por el principio, dijo Perogrullo, ¿qué es el "queso ruso"? (por supuesto, con "¿qué es?" me refiero a qué cosa es además de lo obvio: un queso fabricado ya sea artesanal o industrialmente en Rusia). 
Se llama queso ruso a una bomba hecha con explosivo plástico de uso militar, utilizada habitualmente para atentar contra edificaciones, fortificaciones, etc., de fuerzas regulares que están por lo general al servicio de los imperialismos. Aquí, el Indio está "apelando" a ese tipo de bomba para "ponérsela" a algo fundamental en los intereses de los imperialismos (en este caso, el yanqui) cual son las cadenas de comunicación, como por ejemplo, la CNN y sus "sucursales" más o menos encubiertas en cada país.
Y Solari no da puntada sin hilo, pues la mención del queso ruso la hace también por el sistema defensivo iraquí, que había sido provisto precisamente por los rusos y que se demostró absolutamente impotente frente al demoledor ataque norteamericano. 
"Pasó de moda el Golfo / como todo, ¿viste vos? / como tanta otra tristeza / a la que te acostumbrás.": La llamada Guerra del Golfo fue la que en 1991 llevó Yanquilandia (disfrazada detrás del antifaz de un "mandato" de ese monumento a la hipocresía llamado ONU); contra su ex aliado Saddam Hussein que gobernaba Iraq, para obligar a las fuerzas de éste a abandonar Kuwait. Hasta donde sé (o creo o presumo que sé, porque en realidad, de guerras no entiendo un joraca), fue el primer conflicto bélico desarrollado de una manera no convencional, es decir, no enfrentándose abiertamente un ejército contra otro; sino a través de las formas de destrucción masiva que había desarrollado el imperio del norte con su tecnología. La frase es representativa de un imaginario diálogo en el cual una persona le dice a otra (que forma parte del cipayaje colonizado por el imperialismo y de los medios "argentinos" que reponden a las cadenas televisivas foráneas) que esa guerra que ayer nomás se nos mostraba como LA noticia; hoy ya ni siquiera es recuerdo ("pasó de moda"). Se olvidó como se olvida todo ("como todo, ¿viste vos?"), en esta cultura globalizada e influida por los medios que bombardean a la población con "primicias y sucesos" que se presentan como de ultra fundamental importancia y que a los pocos días, desaparecen de las imágenes televisivas. Y así, pretenden ir habituando a la gente a tomar una tragedia cual lo es una guerra desatada por el imperialismo; como si fuese algo a lo que lastimosamente se vio obligado a hacer ese imperialismo, disfrazado siempre bajo consignas pseudo humanitarias. Vendría a ser algo así como "pobres los iraquíes... la ONU tuvo que hacerles chas chas en la cola porque tienen gobernantes que los privan de la democracia y de la libertad"; cuando en realidad, a la ONU, a Yanquilandia y al resto del imperialismo les chupaba uno y la mitad del otro la "democracia" y la "libertad" de los iraquíes; lo que les interesaba era el petróleo iraquí y kuwaití ("como tanta otra tristeza a la que te acostumbrás).   
"Ahora vas comprando perlas truchas sin chistar, / "calles inteligentes" alemanas para armar / y muchos marines de los mandarines / que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo.": Y continúa ese diálogo, con una aseveración: la misma persona que le decía a la otra lo de "pasó de moda", etc.; ahora le enrostra lo que las cadenas televisivas le están "vendiendo" y la otra está "comprando" ("ahora vas comprando"): noticias falsas, inventadas, supuestas "perlitas", como les decimos los argentinos a las novedades que reputamos como primicias absolutas y exclusivas ("perlas truchas"). También, las cadenas te "venden" el verso de los "países superiores", de las "naciones superiores". ¿Cuántas veces escuchaste eso de "los alemanes sí que son genios", "los alemanes son un ejemplo", "los alemanes aman el orden, la eficiencia", y etcéteras por el estilo? Y así, te meten en el marulo lo de la "inteligencia alemana", lo de "la eficacia alemana" ("calles inteligentes alemanas para armar"). Y trascartón, el Indio mete una metáfora que sí es una perlita en serio, pero no trucha; sino verdadera: "y muchos marines de los mandarines que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo". Los marines son los infantes de la marina norteamericana, y los mandarines eran los funcionarios de la China antigua que administraban las ciudades en todos los ramos, es decir, detentaban el poder político, económico, militar y judicial; pero también mandarín se utiliza en el idioma español como sinónimo de mandón, de capanga digamos..., y esa es la acepción que el Indio le da en el contexto de la frase. Yanquilandia y sus poderes, son los "mandarines" mandones que envían a esos marines a "cuidar por vos las puertas del nuevo cielo"; o sea, a "cuidar" tu "democracia" y tu "libertad"; y so pretexto de eso, te invaden, te expolian y te explotan.
"El bronceador 'Charlotte' / te cuida de la radiación, / rematan el electro de Elvis al morir.": Una gran proporción de esos marines que los "mandarines" envían a "cuidar por vos las puertas del nuevo cielo", son negros (el "bronceador 'Charlotte' te cuida de la radiación", asimilando metafóricamente el recubierto de chocolate derretido para helados llamado "Charlotte"; con la piel negra de esos marines que te van a "proteger" de la radiación emanada de las cluster bombs que supuestamente lanzaban los iraquíes). Lo de "rematan el electro de Elvis al morir" es una alusión a la hipocresía yanqui. No es que efectivamente (por lo menos hasta donde yo sé, por ahí ocurrió en los hechos; si es así, lo ignoro) se haya subastado un electrocardiograma de Elvis Presley luego de su muerte; sino que se trata de una insinuación, como que serían capaces de hacerlo. Está mencionando las controversias que se suscitaron luego de la muerte del cantante, durante las cuales en los estrados judiciales se debatió acerca de las supuestas cardiopatías que sufría; ejemplificando con ello la hipocresía norteamericana. En ese orden de ideas, la frase tiene una significación similar a la que el Indio le daría a otra que acuñó para la letra de To beef or not to beef: "Leen el evangelio según Hitler a la hora de almorzar", ¿se acuerdan? Bueno, algo así...
"Fijate de qué lado de la mecha te encontrás, / con tanto humo el bello fiero fuego no se ve / y hay algo en vos que está empezando a asustarte... / cosas de hechicería desafortunada.":  Y... dada la época y lo que estaba pasando; era inevitable que se viniera el sablazo solariano al ladri de Anillaco y la caterva de pseudo periodistas que hacían su panegírico (obviamente, alineados, como buenos cipayos, con el imperialismo). Vaya uno a saber por qué, me vienen a la memoria los Neustadt, los Grondona, los Morales Solá y demás escoria por el estilo... Recordemos que por "decreto divino" del inmundo califa riojano, fuimos el único país iberoamericano en mandar tropas a la Guerra del Golfo, convenientemente encubiertas bajo el disfraz de la "ayuda humanitaria". La frase es lisa y llanamente una advertencia, una especie de "ojo al piojo, pensá bien de qué lado te alineás; porque después las consecuencias pueden ser funestas". Y hubo algo de premonitorio en la frase del Indio, porque en efecto, después hubimos los argentinos de sufrir las consecuencias de la demencial hijaputez de la "política exterior" menemista (bah, en realidad no sólo de la exterior; sino de TODA la "política" de ese chozno de puta); en la forma de los atentados a la AMIA, a la embajada de Israel, y a la más que sospechosa muerte de uno de sus propios hijos.
"Quedate con el vuelto, mula de la enfermedad, / pobrete que sos tropa de la guita y chimpancé, / quedate esa petaca con saliva y nada más,  / mordiéndote la lengua por poco me engañás.": Tremenda, demoledora frase, y toda la bronca del Indio vomitada en ella. El menemismo (y cuando digo menemismo me refiero no sólo al ladri de Anillaco y los politicastros de cuarta que lo secundaban; sino también a las ratas pseudo periodistas enfiladas en ese rumbo, como si estuvieran siguiendo al flautista de Hamelin), el menemismo, decía; fue "mula de la enfermedad", en alusión al alineamiento detrás del genocida Bush ("mi amigo George, con el que juego al golf", "las relaciones carnales con los EE.UU." del payaso Di Tella, etc.; ¿se acuerdan?) y Yanquilandia, presentando al imperialismo como la mayor enfermedad del mundo. Esa inmundicia de Menem y sus secuaces y todo lo que significó y representó, embarcando a la Argentina en esa guerra inicua enviando tropas al Golfo, es el "pobrete que sos tropa de la guita y chimpancé", etc. El Indio, perspicazmente, lo tilda de "pobrete", porque Menem, a pesar de ser rico en guita (en guita que embolsaba con sus transas y traiciones, por eso lo de "quedate con el vuelto"); es pobre de mente y de espíritu, pobre de alma digamos, de allí lo de "pobrete".
"Sentís la mosca joder detrás de la oreja / y chupás la fruta sin poder morderla; / y hay muchos marines de los mandarines / que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo...": La "mosca" que jode "detrás de la oreja", son las distintas vehiculizaciones del imperialismo en los países mentalmente colonizados como el nuestro. Para los pseudo periodistas al servicio de los intereses foráneos, vendrían a ser las cadenas televisivas como la CNN, que les marcan el "rumbo" a seguir, y para los payasescos "líderes" como la laucha infecta esa Menem que se alinean con el imperialismo, vendría a ser la "voz del amo del norte" bajándoles línea. Todos ellos, van a "disfrutar" solamente de las migas del banquete (si bien para muchos de esos reverendos hijos de la gran puta, esas "migas" representan millones de dólares), porque eso tan pantagruélico está reservado exclusivamente a los "mandarines" que mandan "marines" a "cuidar por vos las puertas del nuevo cielo". Son ellos quienes "cosecharán los beneficios" que persigue toda guerra imperialista; dejándoles a los vendepatrias (como por ejemplo los idiotas que creyeron que la "política exterior" menemista, al mandar tropas al Golfo, iba a posibilitar para empresas "argentinas" la participación en la reconstrucción de Kuwait luego de guerra) la ilusión de asistir al festín ("y chupás la fruta sin poder morderla").


ENLACE A LA CANCIÓN EN YOU TUBE: http://www.youtube.com/watch?v=FVX5NfPZrqc

-Juan Carlos Serqueiros-

MUJERES EN PUGNA: LA RUBIA MORENO Y LA TIGRA













Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Doña Santos Moreno, apodada La Rubia Moreno; y doña Dolores Díaz, a quien llamaban La Tigra, militaban en bandos tan opuestos –en el partido liberal (ex unitario) una; y en el partido federal la otra-; como disímiles habían sido los orígenes de ambas –nacida en la opulencia de la clase acomodada, una; en la pobreza y de padres desconocidos, la otra-.
Santos –nombre nada frecuente en una niña- Moreno, nacida en 1840 en fecha y mes no determinados, en Santiago del Estero, había quedado huérfana de madre en su temprana juventud. Ante esa circunstancia, su padre, dedicado al comercio de ramos generales –es decir, por ese entonces, una pulpería-, situada a orillas del río Dulce, en la bajada del camino de El Polear, que iba desde Santiago hacia San Isidro en dirección al río Salado, (justo frente al hoy populoso barrio Mishqui Mayu, y si mal no me ubico en la geografía santiagueña, al costado de la autopista que une Santiago y La Banda); decidió, alrededor de 1860, que su hija lo ayudase en el negocio familiar (muy próspero, por otra parte; ya que estaba ubicado estratégicamente en un camino muy transitado). Para entonces, la joven Santos Moreno se había convertido en una bellísima mujer rubia y de ojos verdes, cuya hermosura era muy mentada por el lugar, de carácter recio, duro y habituado a mandar,  seguramente adquirido al adaptarse al ambiente de la pulpería, frecuentada por soldados, troperos, etc. A tal punto se había mimetizado con el entorno en el que se desenvolvía, que había trocado las ropas femeninas usuales en la época; en una falda roja, ceñido sus blondos cabellos con una vincha, y hasta exhibía puñal en la cintura.
La actividad política no le era ajena, por lo contrario; era una resuelta y exaltada adherente al partido liberal encabezado en Santiago del Estero por los mitristas Antonino y Manuel Taboada -que eran (extrañas vueltas de la vida), nada menos que sobrinos del mismísimo caudillo y gobernador federal Juan Felipe Ibarra, el Saladino, fallecido en 1851-. En ese contexto, la Rubia Moreno había persuadido a su padre de destinar una gran parte del patrimonio familiar, al partido liderado por los Taboada.
Y si escasas son las certezas de lo que se conoce acerca de la Rubia Moreno; las que hay respecto de Dolores Díaz, lo son aún más. Se ignoran tanto la fecha, mes y año de su nacimiento, como así también quiénes fueron sus padres, y por añadidura; se desconoce el lugar en que ocurrió. Generalmente, se acepta que era riojana; aunque hay quienes la suponen paisana de Felipe Varela, es decir, catamarqueña. Sí se sabe que era una federal a machamartillo y que en cuanto el ya veterano caudillo lanzó desde su exilio en Chile su proclama llamando a la Guerra de la Unión Americana; la Tigra se dirigió inmediatamente a incorporarse a la montonera.
Se acercaba el día en que ambas mujeres, tan opuestas y a la vez tan parecidas en cuanto a coraje y decisión, se encontrarían (se “encontrarían” figurativamente, digo; ya que hasta donde se sabe, nunca se conocieron personalmente la una con la otra) enfrentadas en un campo de batalla.
La fecha sería el 10 de abril de 1867, en el Pozo de Vargas, ubicado a 2 kilómetros de la ciudad de La Rioja, en la batalla más cruenta, encarnizada y extensa (cerca de 8 horas duró la lid, desde el mediodía hasta el anochecer) de nuestras luchas intestinas. El Pozo de Vargas no era, como se cree vulgarmente, un jagüel natural; sino un espejo de agua formado en un socavón, de resultas de la extracción de tierra para la elaboración de adobes y ladrillos. Allí había situado Antonino Taboada sus tropas del ejército nacional (lo de “nacional” era porque se trataba de la división norte del ejército de línea, y gobernaba el país Bartolomé Mitre, a quien adhería Taboada). El ejército federal era más numeroso que su oponente, pero había una sustancial diferencia: los nacionales estaban perfectamente armados con fusiles, mientras que los federales sólo tenían lanzas (hechas con media tijera de afilar encastrada en la punta de una tacuara). Desesperados por la sed, los montoneros federales llevaron adelante una carga arrolladora, pero la superioridad de las armas de fuego fue decisiva y al anochecer, el triunfo (una victoria pírrica) quedó para los mitristas, que después del mismo, saquearon La Rioja durante tres días.
Ambas mujeres tuvieron activa participación en la batalla, pero mientras la Rubia Moreno se ubicaba junto a Antonino Taboada, que dirigía a su ejército desde la retaguardia, al lado de la banda de música; la Tigra combatía en la vanguardia, en las primeras filas y salvó de la muerte a Felipe Varela, que conducía personalmente la carga encabezando sus tropas, y había caído al borde del jagüel con el caballo muerto. Al ver en el suelo a su jefe, Dolores Díaz dirigió su propio caballo hasta el sitio, extendió un brazo, y asido al mismo, Varela subió también al de la Tigra, justo cuando los nacionales venían a ultimarlo. “En ancas de La Tigra, el caudillo escapó a la muerte”, escribiría el historiador José María Rosa.
La acción militar de Pozo de Vargas, marcaría para Santos Moreno y Dolores Díaz, el inicio de sus dramas personales: el padre de la Rubia Moreno murió en la batalla; mientras que la Tigra quedó prisionera de Taboada.
Doña Santos Moreno regresó a Santiago, donde vivió dedicada a su pulpería y a amadrinar niños pobres y desamparados. Se dice que los avatares políticos de la sucesión presidencial de Mitre a Sarmiento, y como derivación de esa circunstancia, la caída en desgracia de los Taboada; condujeron a que la Rubia Moreno resultara económicamente damnificada. Sarmiento en efecto, estaba dispuesto a eliminar a los Taboada (“voy a reventar a los Taboada”, fueron sus propias palabras); con lo cual es posible y hasta muy probable, que doña Santos Moreno, identificada plenamente con los Taboada, se haya visto perjudicada como resultado de su pérdida de influencia. Murió en Santiago del Estero, y sus restos descansan en el cementerio de La Misericordia, de dicha capital provincial. Perdura su recuerdo en la hermosa zamba La Rubia Moreno, con versos de Cristóforo Juárez los cuales musicalizó Agustín Carabajal:

Rubia Moreno, pulpera gaucha
de falda roja, vincha y puñal.
No había viajero que no te nombre
por el antiguo camino real
Hecha entre el bronco bramar del Dulce
solo sabía tu voz mandar.
Eran tus ojos dos nazarenas
bravas espuelas en el mirar.
Rubia Moreno guarda mi pueblo
a orillas del río natal.
Tu nombre heroico como figura,
como figura de cuño real.

Juntito al vado, tu rancho amigo
alzaba al cielo su banderín.
Por los carriles de cuatro vientos
venía el alerta de algún clarín.
¿Tuviste amores?..., ¿tuviste celos?...
Rubia pulpera sin corazón.
Eras más brava que las leonas
de los juncales del Albardón


En cuanto a doña Dolores Díaz, lo último que se supo de ella fue su destierro a la prisión militar de El Bracho, en la frontera con los indios. Eso está perfectamente documentado en una carta dirigida por Antonino Taboada a un tal doctor Natanael Morcillo, juez de La Rioja, en respuesta a un requerimiento que éste le hacía de la persona de Dolores Díaz. Dicha nota decía: 
General en jefe del Ejército del Norte – Cuartel General Catamarca, febrero 7 de 1868. 
Al señor juez de sección de La Rioja, doctor Natanael Morcillo: Contesto a la nota fecha 26 del ppdo., que V. S. se ha servido dirigirme, reclamando a Dolores Díaz (a) ‘La tigra’, que fue confinada por disposición del Cuartel general, a la frontera de Santiago, por el tiempo suficiente para que su presencia en La Rioja no fuese peligrosa al orden nacional … La mencionada Dolores Díaz y cinco mujeres más, fueron confinadas a Santiago del Estero, no han sido sujetas a juicio, ni han sufrido la aplicación mínima de pena, pues solo a V. S. corresponde esta atribución; ellas han sido simplemente trasladadas de un punto a otro de la República, en obsequio de la tranquilidad y del orden de una de sus provincias más azotadas por el vandalaje, a cuyo frente ha figurado más de una vez esa mujer, en los robos y salteos que han tenido lugar en la ciudad de La Rioja.Sabedor de que Dolores Díaz y sus compañeras de la hez de la población de La Rioja, a la que pertenecía la primera, eran, puede decirse, el alma de la montonera, con cuyos robos y saqueos traficaban, contribuyendo con su consejo y su palabra a fomentar los hábitos perversos de los gauchos que formaban la montonera de Varela, resolví extrañarla del teatro de sus excesos por un tiempo determinado, hasta que, como hemos dicho antes, el orden y la tranquilidad se afianzara sólidamente en La Rioja… he dispuesto anteriormente que todas ellas pueden regresar libremente a esa provincia, donde V.S. puede proceder al enjuiciamiento y castigo de los delitos porque hay proceso.General Antonino Taboada
Y allí se pierde el rastro de la Tigra, ignorándose dónde, cómo y cuándo falleció, y mucho menos, dónde están sepultados sus restos. Por lo demás, Dolores Díaz no ha tenido, como sí la tuvo la Rubia Moreno, zamba alguna que evoque su memoria. 
Particularmente, me gusta pensar que quizá, en la dimensión en que se encuentren doña Santos Moreno y doña Dolores Díaz, habrán sabido sintetizar un pasado histórico que a nosotros, en esta nuestra bendita patria, nos sigue conmoviendo. y al cual todavía no le encontramos la vuelta.

-Juan Carlos Serqueiros-

sábado, 25 de febrero de 2012

LO SALVABA LA HERMOSA CONDICIÓN DE LA AUSTERIDAD


Escribe: Juan Carlos Serqueiros


Periodista: -Señor presidente: ¿La declaración del estado de sitio se tomó por decisión unánime del gabinete de ministros?
Presidente Ramón Castillo: -Sí, señor; por supuesto, por unanimidad... de uno, que es el presidente, o sea; yo. (Ramón Castillo en rueda de prensa, el 17 de diciembre de 1941)

El secreto de mi longevidad es haber largado los vicios a tiempo: Desde que cumplí 75 años que no fumo; desde los 80 que no me emborracho; y a los 85 largué las putas para siempre ¡Palabra de honor! (Miguel Culaciati, ministro del interior del presidente Ramón Castillo)

La denominada década infame (José Luis Torres dixit), fue en realidad una “década” rara, no convencional, ya que en lugar de diez; la componen casi trece años: específicamente desde el 6 de setiembre de 1930 hasta el 4 de junio de 1943.
Ejerce la presidencia de la nación el doctor Ramón Antonio Castillo (quien sería luego clasificado en la historiografía como “Ramón S. Castillo”, cuando su segundo nombre era Antonio y no ningún otro que empezara con “S”). Pero veamos ¿quién era Castillo y qué representaba?
En lo esencial, y sintéticamente, un político conservador que detentaba la primera magistratura del país como consecuencia de haber integrado, junto al radical antipersonalista Roberto Marcelino Ortiz -otra rara avis, dicho sea de paso- en calidad de candidato a vicepresidente, la fórmula triunfante (en comicios escandalosamente amañados y fraudulentos) en las elecciones de 1938. Dado que Ortiz era diabético, en 1940 se vio obligado por su enfermedad a delegar -bien que a pesar suyo y después de un sinnúmero de idas, vueltas, marchas, contramarchas y cabildeos- el poder en su vicepresidente Ramón Castillo -reitero, por si las moscas: Ramón ANTONIO Castillo (o Ramón A. Castillo, como prefieran) y no "Ramón S. Castillo"-; y como de resultas de la misma enfermedad, se había quedado ciego, debió renunciar efectivamente, con lo cual Castillo pasó en ese momento (1942) a detentar formalmente una presidencia que ya en los hechos venía ejerciendo desde 1940.
Campeaba en el gobierno de Castillo -que en lo personal era de una insobornable honestidad-, un altísimo índice de corrupción. En efecto, y a pesar de la estricta honradez del presidente; muchos de sus funcionarios (y en especial un tal Miguel Culaciati, ministro del Interior, de filiación radical el hombre) estaban acusados y sindicados como responsables de trapisondas, negociados, coimas, abusos de autoridad y envilecimientos tales como, por ejemplo, el llamado “escándalo de los Niños Cantores de la Lotería Nacional”. Y al citado personaje Culaciati se lo vinculaba además con las transnacionales que ejercían el monopolio del comercio de granos. Esa corruptela generalizada en el gobierno de Castillo generaría, además de la lógica repulsa popular; despertó en determinados círculos militares la inquietud de que el Ejército Nacional se hiciera con el poder, de modo de “llevar a cabo una acción moralizadora para terminar con esas prácticas”.
Esa era, en apretada síntesis, la situación interna en los niveles del poder por entonces.
Pero resta aún considerar un elemento que suscitaría no pocos enconos entre los distintos factores en pugna: el orden global. En 1939 se había desatado la Segunda Guerra Mundial, en la cual combatían entre sí el llamado Eje, que conformaban la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y el Japón imperial; y la Entente o los Aliados: Los EE.UU. de Roosevelt, la Inglaterra de Churchill y la Rusia de Stalin.
Mayoritariamente la prensa, dominada por los dos principales diarios: La Nación, de los Mitre; y La Prensa, de los Paz, era abiertamente aliadófila (como igualmente aliadófilo era Crítica, de Botana). También lo eran los poderes económicos (la Bolsa, el comercio, los monopolios que fijaban el precio de las cosechas, etc.), como asimismo aliadófilos eran la mayoría de los generales del ejército que departían amigable e ineficazmente en los cómodos sillones del Círculo Militar, y los almirantes de la Marina. Por último, aliadófilos también eran –¡y cómo no habrían de serlo!- los cenáculos de señorones de la oligarquía que “arreglaban el mundo” en los exclusivos y suntuosos salones del Jockey Club.
En cambio, eran germanófilos algunos diarios y revistas de escasa tirada, como por ejemplo, El Pampero y Cabildo, que se atribuían la representatividad del “nacionalismo” vernáculo.
Así las cosas, parecía que el presidente Castillo, en consonancia con la “opinión generalizada de los argentinos” (es decir, los aliadófilos precedentemente citados, que presumían de ser todos los argentinos), alinearía al país con los EE.UU. Al fin de cuentas el "Viejo” (como lo llamaban, por su apariencia) Castillo era un hombre del Régimen, de modo que ¿cómo dudar de hacia dónde se inclinaría? No, impensable…
Pero… ocurrió un imponderable, uno de esos que suelen acaecer en un país tan profundamente contradictorio como el nuestro: resultó que Castillo... ¡no se revelaría aliadófilo como se lo suponía a priori

¿Eh? ¡¿Te volviste loco Serqueiros?! ¿Acaso no era conservador Castillo? Sí señor, lo era, y además; muy… ¿Y entonces? Ah, bueno, pasa que los argentinos tendemos a veces a tener una visión maniquea de las cosas, y en razón de ello, en ocasiones simplificamos todo racionalizando (erróneamente) los términos de la ecuación. 
No te entiendo, Serqueiros, ¿no podrías, aunque sea por una vez, ser un poco más explícito? Cómo no, con mucho gusto: hemos creído (o lo que es aún peor: nos han hecho creer) que todos los conservadores eran corruptos y vendepatrias, entonces, cuando nos topamos con hechos históricos que se dan de patadas con esa tesis, nos sorprendemos y no acertamos a interpretar adecuadamente las causas por las cuales se producen y las consecuencias que se derivan de; esos sucesos.
Castillo era, efectivamente, un político conservador, con una concepción jerárquica de la sociedad, amante del “orden” y reacio a los cambios bruscos; pero también era un criollo de tierra adentro (catamarqueño de Ancasti, el hombre), afable, sentencioso, simple y llano en el trato personal, con una sana desconfianza hacia los gringos y sobre todo hacia las “cosas de gringos”. Tenía asimismo un alto grado de patriotismo, perfectamente definido su sentido del deber (había sido un irreprochable juez y un gran jurista) y bien clara la pertenencia a una nacionalidad (aunque fuese una nacionalidad en ciernes, no importa). Una cosa era alguna que otra camándula para “arreglar” elecciones (el tristemente célebre fraude patriótico, viste), hacer, en pos del necesario equilibrio en la Concordancia, la vista gorda ante algún negociado poco transparente de un ministro (remember el personaje ese que mencioné, Culaciati), o alguna pequeña travesura a la hora de tener que apelar a una policía brava para prevenir ulterioridades; ya que todo eso no repugnaba mayormente a su conciencia republicana ("después de todo, gobernar la Argentina no es tarea sencillita, che", pensaría Castillo; "hay ocasiones en que se hace imprescindible meter la mano en la mierda para destrancar la cloaca"), y otra cosa muy distinta entregarle el país atado de pies y manos a los yanquis ¡Y eso no, señores! Con Castillo, por lo menos, no. Resumiendo: Castillo era un aristócrata, sin ninguna duda; pero no un oligarca. Entonces no estaba dispuesto a someterse a los caprichitos e imposiciones del imperio del norte. Además, el Viejo no era ningún zonzo a la hora de entender el país, y sabía perfectamente cuál era el significado de la palabra “libertad” en el concepto de la élite que manejaba la Argentina mentalmente colonizada de las vacas, el trigo, el Jockey Club, La Nación, La Prensa, la Bolsa y el Círculo Militar (¡si lo sabría Castillo!, cuántas veces habría usado y abusado del término “libertad” en sus bien cortados discursos conservadores…). En nombre de esa “libertad”, los oligarcas se embarcarían ardorosa y alegremente en el buque aliadófilo anglo-yanqui; y Castillo no iba a convalidar, y mucho menos a permitir- eso.
No le faltaba a ese presidente una buena dosis de olfato político y de cintura para salir airoso en situaciones desventajosas y comprometidas. Lo segundo le sirvió para sortear las distintas conspiraciones militares que lo amenazaban. Y lo primero lo usó para comprender que más allá de aliadófilos y germanófilos; la inmensa mayoría de los argentinos permanecía al margen de tal disyuntiva, e intuía que nada suyo se jugaba en una guerra europea. Es decir, esa mayoría era partidaria de la observancia de una neutralidad a todo trance. Un viejo zorro como Castillo, no iba desperdiciar semejante oportunidad de codearse con la popularidad, compañera de baile esta que les era esquiva a los conservadores desde siempre.
Por supuesto, sabía también que una golondrina no hace verano, y que bailarse un tango con la popularidad, no necesariamente significaba que de la noche a la mañana fuera a convertirse en un líder popular. Nada de eso; él mejor que nadie era consciente de que no se le perdonarían el origen fraudulento de su gobierno, las trenzas de comité, los comicios amañados, la policía brava y las mil agachadas de las que era capaz todo conservador que se precie de tal; pero ya el sentirse, si no aclamado y legitimado, por lo menos sí tolerado y asentido; era para él un triunfo completo, sobre todo, entrado en la etapa final de su mandato.
Y de todas maneras, Castillo no iba a abjurar de sus convicciones conservadoras; aspiraba solamente a concluir aceptablemente su gobierno para retirarse al seno de su hogar con la satisfacción íntima de quien sabe que ha cumplido con su deber, honrada y patrióticamente.
Para cuando Castillo asumió la presidencia de la nación por delegación del presidente titular, Ortiz; en el ejército se habían producido grandes mutaciones como consecuencia del recambio generacional. Los oficiales que comandaban efectivamente los distintos regimientos (tenientes coroneles) eran decididamente partidarios de sostener a rajatabla la posición de neutralidad con respecto a la guerra europea (posición diametralmente opuesta a la mantenida por los generales, que se pronunciaban mayoritariamente por el alineamiento con los EE.UU.). Aquellos tenientes coroneles veían en la neutralidad una clara manifestación de soberanía y no estaban dispuestos a ceder ni un tranco de pollo en eso.
Por otra parte, les chocaba la corrupción existente en el gobierno nacional -de la cual excluían expresamente al presidente Castillo (lo que estrictamente correspondía, ya que se trataba como dije, de una persona de intachable honradez); responsabilizando principalmente a su ministro del interior, Miguel Culaciati, y también a otros ministros y funcionarios, entre los que se encontraban los integrantes del Concejo Deliberante de Buenos Aires (recordar que por esas épocas, no existía la figura de ciudad autónoma para Buenos Aires)-.
Así las cosas, la cintura política de Castillo, su fina percepción y acendrado patriotismo, lo llevaron a entenderse perfectamente con la oficialidad del Ejército precedentemente mencionada (la que detentaba el mando real de las tropas; que no los generales, como consigné antes). Hablaron largo y tendido, se pusieron de acuerdo en algunos puntos que ambas partes entendían como básicos (mantener la neutralidad argentina en la guerra a todo trance, cerrar el Concejo Deliberante de Buenos Aires e implantar el estado de sitio, eran los más importantes), y entonces parecía que todo iba a andar bien.
Pero... el diablo metió la cola, y a metros nomás del disco, el caballo se mancó. Y se mancó por dos motivos. El primero fue que (como ocurría y sigue ocurriendo con los presidentes argentinos, que habitualmente se arrogan el "derecho" a designar al candidato que habrá de encabezar la fórmula partidaria para las elecciones siguientes) Castillo no se privaría de intervenir decisivamente en la nominación de quien se presentaría en los comicios para sucederlo en el gobierno, y eligió mal: a Robustiano Patrón Costas, cuya postulación significaba en concreto la continuación del fraude electoral y, casi con total certeza, el abandono de la posición de neutralismo; lo cual de ninguna manera habría de ser aceptado por los oficiales que formaban el GOU (Grupo Obra Unificación o Grupo Oficiales Unidos).
Y el segundo motivo fue que, desplazado el ministro de Guerra, Tonazzi; Castillo designó en carácter de tal al general Pedro Pablo Ramírez, quien contaba con el apoyo del GOU. Pero resultó que Ramírez -que era una completa nulidad y tenía una marcha gambetera (tal como después lo evidenciaría al asumir la presidencia de la nación, cometiendo una macana tras otra, lo que llevó a que lo reemplazaran por el general Farrell)-, como ministro de Guerra quiso dárselas de árbitro de la situación y creyó que podría ser candidato de la mano de los radicales (¡cuándo no!, los radicales armando lío y haciendo lo único que saben hacer: cagadas). Ramírez, pues, no acertó a comprender al presidente Castillo y traicionó la confianza que éste le había otorgado, hubo una serie de malos entendidos, ambos motivos: la designación de Patrón Costas y la creencia errónea (empezando el error por él mismo) de que Ramírez sería removido, confluyeron, y... ¡zas!, vino la Revolución del 4 de junio de 1943, que derrocaría a Castillo y que inició el proceso que desembocaría finalmente en las elecciones del 24 de febrero de 1946, que consagraron el triunfo de la fórmula encabezada por Juan Domingo Perón.

Producida la revolución, al día siguiente, 5 de junio, Castillo fue obligado a renunciar. Éste, una vez que hubo entregado su dimisión a los militares les dijo, tranquila y reposadamente: "Al fin voy a poder descansar, hace 13 años que no tengo un día de descanso", y se fue a la residencia presidencial a buscar a su familia y a retirar sus efectos personales.


De él diría José Luis Torres (que hasta sufrió persecuciones y cárcel durante su mandato), que “lo salvaba la hermosa condición de la austeridad”. 
El doctor Ramón Castillo murió poco después de esos sucesos, el 12 de octubre de 1944, a los 70 años. Al fallecer, su cuenta bancaria arrojaba como saldo, la "escalofriante fortuna" de... 70 pesos, lo cual fue una especie de certificado post mortem que establecía sin lugar a dudas para la posteridad, la escrupulosa honradez que durante toda su vida lo caracterizó.

-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 21 de febrero de 2012

UNA PIBA CON LA REMERA DE GREENPEACE




















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

UNA PIBA CON LA REMERA DE GREENPEACE
(Beilinson - Solari) 

Está dormida o finge que duerme...
llega una mosca y se posa en su boca
y sin embargo mi mundo termina en ella.
Ya se cansó de dormir todo el tiempo en sillones
y de taparse la boca para no gritar.
Nunca supo buscarse la vida.
Su cuna fueron los restos de un Mehari.
Cuando se enoja chisporrotea infumable.
Se aparta corriendo de mamones zoquetes
y fiolos pipiolos
y por las dudas nunca está cerca de las vías
sin mirar atrás... mirar atrás!
Boca sucia, pequeña hechicera
una pendeja que hace de vieja
tratando de que pique algún pavo ingenuo.
El jean le aprieta la fresa y ella es la reina
en paredones que escracha culeando su estrella.
Sueña con algún pajarraco
que le dé un pié y sople su amor
y la alegría por la que su mundo gira...
Se aparta corriendo de mamones zoquetes
y fiolos pipiolos.
Usa su lengua como un sable
mientras se ríe y nos apura...
y por las dudas nunca está cerca de las vías
sin mirar atrás... mirar atrás!

El track Nº 10 de Momo Sampler tiene un título que no lleva implícitos significados simbólicos ulteriores, ya que se aplica literalmente: una jovencita que luce una remera con el logo de la organización Greenpeace, así de liso y llano.
La piba con la remera de Greenpeace y el tipo que relata la situación, son otros dos más de los integrantes de la murga que el Indio describe en la temática general del disco, y que no es otra cosa que la vergonzante sociedad argentina del 2000, una verdadera distopía, tan escasa de valores, tan inmersa en el individualismo extremo, tan cultora de lo banal y superficial, y sobre todo; tan olvidada del concepto de solidaridad y tan imbuida del "sálvese quien pueda".
Y precisamente ahí, está el meollo de la significación de esta letra solariana y el porqué de su inclusión en el disco, ya que si bien la protagonista principal de la misma es la piba con la remera de Greenpeace; quien narra la situación es un "cliente" suyo que se conmueve con una mezcla de sensaciones y sentimientos encontrados que empiezan en la atracción y el simple deseo carnal, y desembocan en la ternura que él se empeña en auto convencerse que termina por inspirarle la piba; una piba que es una minita de las "bravas", de las "ligeras", y que evidencia una sorprendente precocidad. Sin embargo, y al igual que todo el resto de los personajes que se describen en Momo Sampler, también la piba con la remera de Greenpeace está disfrazada; porque como veremos después, ella no es simplemente una prostituta juvenil, sino un ser que en el fondo y a pesar de su apariencia de "sabérselas todas"; lleva consigo una gran carga de abandono, de mala crianza y fundamentalmente, de sueños que, pese a la vida que lleva; ella espera se cumplan finalmente, y que como comprobaremos al final, son sueños non sanctos
Y también está travestido, disfrazado, el chabón que narra la historia, que lejos de ser un buen tipo; es un coso medio enfermo (o enfermo del todo) que no vacila en cogerse una pendejita que se vende por unos centavos, por más que después busque auto indultarse o eximirse de culpas atribuyéndole a la minita el inspirarle una ternura que es absolutamente mentirosa e hipócrita.
El contexto está más que explícito: el que cuenta la historia comienza describiéndola a la piba como durmiendo o fingiendo dormir, luego del encuentro sexual que mantuvo con ella, y en eso "llega una mosca y se posa en su boca". La inclusión de esa mención que se hace de la mosca tiene un motivo (el Indio jamás recurre a engaños para alargar artificialmente su poesía agregándole elementos que no tienen un porqué definido y justificado): está justamente para indicarnos que el sitio en que ambos se encuentran no es precisamente un lugar confortable, como podría ser, por ejemplo, un telo de los buenos, por lo contrario; es alguna habitación o tugurio mugroso y por eso hay moscas, o por lo menos, una mosca. Y aún en ese cuadro de situación, que a priori no tiene nada de agradable ni de romántico ni de erótico siquiera; al chabón se le inspira (o mejor dicho, él dice que se le inspira) un sentimiento de ternura hacia esa piba a la cual acaba de transarse ("y sin embargo mi mundo termina en ella").
Y pese a que el encuentro sexual ya se acabó y cada uno podría irse por su lado; ella quiere quedarse un rato más en ese lugar en el cual están y por eso duerme o hace como que duerme, porque quiere aprovechar para estar acostada en una cama; ya que está harta "de dormir todo el tiempo en sillones" (obvio, ya que al ser una homeless, no le queda otra que dormir en casas ajenas, tirada en algún sofá, o en sitios públicos) y también de ahogar sus gritos, ya sea al llegar a un orgasmo, o por otros motivos ("y de taparse la boca para no gritar").
Luego, el tipo que relata nos dice que ella "nunca supo buscarse la vida", metáfora en la cual el Indio marca la dualidad que caracteriza a todos los personajes de Momo Sampler: en ese carnaval, nadie es en realidad lo que parece ser; y por eso el chabón que cuenta la historia, supone que la piba no sabe "buscarse la vida"; cuando ella sí sabe perfectamente buscársela, lo cual queda demostrado con el hecho de haber podido sobrevivir en medio de la marginalidad en que se mueve. Y en todo caso, la vida que "nunca supo buscarse", será la que ella en realidad desearía vivir: lejos de toda esa mierda; ya que más adelante se nos explica que ella "sueña con algún pajarraco que le dé un pié y sople su amor y la alegría por la que su mundo gira....". Es decir, mantiene la esperanza de que se cumpla su sueño, su anhelo de que llegue a su vida alguien "que le dé un pié", o sea, que la sostenga, que la mantenga, para poder dejar de lado la vida que está llevando ahora.
Trascartón, se nos cuenta que "su cuna fueron los restos de un Mehari", lo cual nos posibilita saber algo más acerca del personaje de la piba: es la hija -ya sea real o imaginada por el Indio, no lo sé- de una señora que hoy sería sesentona, y que allá por fines de los 70 / principos de los 80, formaba parte de la fauna que integraba también Solari, y cuya ocupación en la temporada turística de verano en la costa, consistía en armar las carpas, sillas, etc., trabajando para el concesionario de una playa, y que tenía o manejaba un Mehari, es decir, un modelo de Citroën que era descapotable y carrozado en fibra de vidrio, cuyos "restos", arrumbados una vez inutilizado y descartado el vehículo, fueron la "cuna" de la piba con la remera de Greenpeace. Los viejos redondos hemos visto por aquí y por allá, algún par de fotos que muestran al Indio y su troupe por aquellos años.
Volviendo a nuestro personaje, tenemos a continuación un indicio de su carácter: tiene pocas pulgas, ya que cuando "se enoja chisporrotea infumable", o sea, echa chispas, es como un porro armado con marihuana de pésima calidad, que cuando le das una pitada, pareciera que estás prendiendo el fuego pa'l asado con carbón del malo, por las chispas que larga.
Ella "se aparta corriendo de mamones zoquetes y fiolos pipiolos", es decir, les escapa a los boluditos que se van en bla bla ("mamones zoquetes") y quieren hacerle el verso, porque tienen poco o nada de guita como para acceder a sus favores sexuales; y también de los cafishios principiantes o con aspiraciones de serlo, que sólo servirían para sacarle los pocos pesos que gana ("fiolos pipiolos", donde fiolo es, en lunfa, el apócope de cafiolo, o sea, cafishio, proxeneta; y pipiolo, en lunfa, es novato, inexperto, pipistrelo, papanatas, chichipío, pancho, ingenuo, pavote, etc.). Y es una minita desconfiada y precavida (y lo bien que hace, habida cuenta de semejante ambiente en el que se mueve), porque "por las dudas nunca está cerca de las vías sin mirar atrás"; cosa de asegurarse de que no haya detrás suyo nadie acechándola como para empujarla a las vías cuando pasa un tren ("modalidad" esta, que durante los reinados del califa ladri de Anillaco -el archimaligno Menem- y del hdp (casi escribo "hijo de puta", menos mal que me frené), inepto, coimero, ladrón e hipócrita de Pepeto de la Ruta -o sea, Fernando de la Rúa, para los que desconozcan el apodo que le zampó el Indio-, trepó hasta niveles inéditos).
Después, el chabón que relata, nos apunta que la minita es bastante mal hablada ("boca sucia"), y la ve (erróneamente) como una "pequeña hechicera". Y digo "erróneamente" porque hay que ser bastante pelotudo y enfermo como para no darse cuenta de que un tipo grande nunca debería poder sentirse "hechizado", atraído sexualmente por una pibita recién salida de la adolescencia, por bonita y atractiva que ésta fuese; y que si así la considera, entonces tiene mucho de pedófilo y pirado. Y precisamente ese es el motivo de la inclusión de la frase que hace el Indio: agregar a la murga, tipos mambeados mal, como el que cuenta la historia. Y remarca la aberración que comete el tipejo con lo de "una pendeja que hace de vieja" que está "tratando de que pique algún pavo ingenuo", indicándonos que el tipo es plenamente consciente de que se está transando una pendeja, a la cual de ningún modo y a pesar de la precocidad que exhibe, puede confundirse con una trola veterana; por más que ella apele a las mismas tretas y tácticas que utiliza una prostituta carrereada. Y el Indio le recarga aún más la culpa a través de la mención al "pavo ingenuo": si el tipo que narra, tilda de "pavo ingenuo" a algún "cliente" que pesque la minita; eso quiere decir que él no se considera a sí mismo de esa manera. Él no es un "pavo ingenuo", y precisamente porque no lo es; es más hijo de puta todavía, porque no tiene ningún empacho en transarse una pendejita por unos mangos mugrosos, aprovechándose de que ella está en situación de calle y ofreciéndose como una mercadería (lo cual no atenúa en nada la responsabilidad del tipo, porque justificarlo con el argumento de que al fin de cuentas la minita andaba ofreciéndose; equivaldría a que un chorro alegue que se afanó unas joyas porque estaban exhibidas en la vidriera de una joyería y por eso lo tentaron al robo).
Luego se menciona, además de la remera de Greenpeace, otra pieza de su indumentaria: un vaquero, un jean, que usa muy ajustado. Ese "jean le aprieta la fresa y ella es la reina" ¿Cuántas veces escuchamos conversaciones de minitas diciéndose una a la otra algo así como "ay, qué lindo!, este vaquero me coge la concha", aludiendo a que lo usan tan apretado, que les produce esa sensación? Bueno, es eso. Y está acostumbrada a hacerlo en todos lados, hasta contra las paredes: si el "cliente" no tiene guita para el telo, no importa; para eso están los paredones, esos "paredones que escracha culeando su estrella"; esa estrella que en mala hora le tocó: la de ser un yirito precoz.
Y en la última estrofa, está explícita toda la repulsión que a la piba le provoca esa vida que está llevando. El tipo que narra dice que "usa su lengua como un sable mientras se ríe y nos apura". Lo de "nos apura" es obvio: ella está teniendo sexo a cambio de dinero, no por amor o por deseo, y por lo tanto, no lo está disfrutando, lejos de ello; lo único que quiere es que su "cliente" acabe lo más rápido posible para ir en procura de otros "clientes", y por eso los apura a los ñatos. En cuanto a lo de "usa su lengua como un sable mientras se ríe", he escuchado y leído a muchos que entienden esto como la descripción de que la minita está haciendo una fellatio, y esa interpretación, en mi humidísima opinión, está totalmente equivocada; lo cual además, representa un menoscabo (seguramente inconsciente, no adrede, claro) de las aptitudes literarias de Solari. Porque a ver, pensemos un cachito, ¿qué es un sable?: un arma, cortante y filosa, un elemento destinado a herir; entonces ¿cómo podría significar que la piba al chupársela a alguien, usaría "su lengua como un sable", toda vez que con ese "sable" le estaría cortando la japi al cliente, qué placer podría sentir alguien a quien le lastiman el pene? Ni que le estuviera haciendo un pete a un masoquista podría darse eso... ¿Se puede razonablemente suponer que el Indio, justamente el Indio, un purista de la lírica; incurriría en la gaffe de armar una metáfora así de burda y mal expresada? Ni en pedo... No, el significado no es ese, para nada; el significado es que ella "usa su lengua como un sable mientras se ríe", sencillamente porque lo trata a su "cliente" como un estropajo: lo desdeña, lo desprecia, y por eso lo hiere con su lengua "filosa", filosa de palabras que lo lastiman, lo menoscaban, lo denigran, lo burlan; y por eso también, se ríe, porque goza al herirlo y relajarlo, porque es su manera de desquitarse de esa vida que lleva y a la cual odia, vehiculizando ese odio en su circunstancial "cliente".
No obstante, el hecho de que el tipo que narra la historia sea un mambeado que se coge pendejitas que podrían quizá tener la edad de una hija suya, no necesariamente implica que la "piba con la remera de Greenpeace" sea alguien merecedor de ternura; en todo caso, podrá ser alguien digno de lástima, pero de ternura, ni ahí... La piba esta es bien mala leche, bien turra; no es como "Marita", la trola que se describe en La murga de la virgencita, que se prostituye como único medio de vida, que exhibe un alto grado de indefensión, que sueña con un amor puro que la quiera de verdad y la rescate de la calle, y que sí nos inspira una compasiva ternura, no...; la "piba con la remera de Greenpeace" no tiene nada de indefensa, por lo contrario; sabe cuidarse, y muy bien además; no ejerce la prostitución porque no le queda otra alternativa sino porque quiere, y no sueña como "Marita" con un amor que la rescate, sino que esta sueña con "algún pajarraco" (o sea, algún pelotudo), "que le dé un pié" (es decir, que la banque económicamente) y "que sople su amor y la alegría por la que su mundo gira" (o sea, el que ella va a sentir por ese "pajarraco" no es un amor puro y desinteresado; sino que quiere usarlo al tipo ese para tener un sostén monetario, y paralelamente a ello, seguir haciendo la vida que quiere: transarse a quien le guste, coger con todo aquel que le agrade).
Así las cosas, pobre del "pajarraco" que caiga en las redes de la "piba con la remera de Greenpeace"! Particularmente, yo no le envidiaría su suerte. En fin...

ENLACE A LA CANCIÓN EN YOU TUBE: http://www.youtube.com/watch?v=Xj-cVboV3HU

-Juan Carlos Serqueiros-

viernes, 17 de febrero de 2012

LUZBELITO Y LAS SIRENAS




















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

LUZBELITO Y LAS SIRENAS
(Beilinson - Solari)

Luzbelito sabe que su destino es de soledad
ve también que los demás
se dan cuentan de la risa que le da
Ay! Ay! Ay! qué risa le da
Ay! Ay! Ay! qué risa le da
-Un par de culos va a patear
de los que le juran más lealtad
y llorará su corazón
como un nazareno del Cuzco
Ay! Ay! Ay! ésa lágrima!
Ay! Ay! Ay! que risa le dá!
-La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo
si un dios bobeta -Bim bum bam!
toca tu roncanrol lacrimógeno
Ay! Ay! Ay! ésa lágrima!
Ay! Ay! Ay! que risa le dá!
-Estos ojos...de quién son?
de quién son mis deseos de hoy?
y éste insomnio de quién es?
(Luzbelito pregunta una y otra vez...)
Ay! Ay! Ay! mis deseos de hoy...
Ay! Ay! Ay! mis deseos de hoy...

En la lírica solariana siempre el título tiene una fundamental importancia, sobre todo; cuando se trata del tema principal de algún disco. Y ocurre que "Luzbelito y las sirenas" es efectivamente el tema principal de Luzbelito por varias razones: primero, porque es la canción de apertura del disco, el track Nº 1; segundo, porque es la que está referida explícitamente al personaje central: Luzbel, el ángel caído; y tercero, porque es la letra en la cual el Indio plasma la idea, el concepto, digamos, del disco.
El título asocia a Luzbel con las sirenas (esos seres mitológicos mitad mujer y mitad pez que enloquecen a Ulises en La Odisea de Homero) y sus cantos, esos "cantos de sirena" de quienes están dispuestos a cualquier cosa con tal de engañar para obtener un fin determinado, por ejemplo, poder, riqueza o lo que fuere que ambicionen sin límite alguno.
La canción representa los dichos, pareceres, afirmaciones, etc., de Zippo, el exégeta de Luzbelito (noten que a partir de la segunda estrofa, todo está precedido del guión "-", que en escritura se utiliza para indicar que lo que sigue a continuación de ese signo, está dicho por alguien).
"Luzbelito sabe que su destino es de soledad / ve también que los demás / se dan cuenta de la risa que le da / Ay! Ay! Ay! que risa le dá / Ay! Ay! Ay! que risa le da": Comienza mencionando la soledad de Luzbel no como ausencia de compañía; sino la soledad en el sentido metafísico de la palabra; una soledad total, absoluta, terrible, digamos... Dios -según las religiones- lo expulsó de los cielos y condenó a Luzbel a ser la eterna representación del Mal, pero todos somos un poco Luzbel, porque tanto el Mal como el Bien, están en cada uno de nosotros; entonces la estrofa adquiere un carácter irónico: Luzbelito se ríe de su eterna condena, esa que le impuso Dios; se ríe de su soledad; es como si nos estuviera diciendo "¿Soledad? Me cago en mi soledad, me río de ella".
"-Un par de culos va a patear / de los que le juran más lealtad / y llorará su corazón / como un nazareno del Cuzco / Ay! Ay! Ay! ésa lágrima! / Ay! Ay! Ay! que risa le dá!": Luzbelito les da de patadas en el culo a sus más entusiastas seguidores, porque sabe que nadie es la encarnación del Mal como concepto absoluto; así como tampoco nadie representa al Bien. Ambos, el Bien y el Mal conviven en cada ser humano. Todos somos capaces de las mejores o peores acciones llegado el caso, y todos incurrimos en hacer ora el bien, ora el mal a lo largo de nuestras miserables y efímeras existencias. Los "nazarenos" (pueden verlos en la imagen que armé en collage) son personas de una religiosidad católica extrema, que en cada Semana Santa se visten con una especie de sayo o hábito y unas capuchas, y van transportando en procesión una pesada cruz de madera, en una suerte de éxtasis religioso en el cual llevan sus lamentos por la crucifixión de Cristo al paroxismo, se autoflagelan, etc., tratando de experimentar en ellos mismos el calvario de Cristo. Es una costumbre "trasplantada" desde España al Perú, a la zona de Cuzco (o como vuelve a escribirse ahora, tal como se hacía antiguamente, Cusco). De ahí la frase del Indio "como un nazareno del Cuzco". A Luzbelito le provocan risa, una risa de desprecio, tanto quienes están dispuestos a cualquier cosa con tal de conseguir sus fines -o sea, sus imaginarios seguidores, los que "le juran más lealtad"-; como los nazarenos del Cuzco en tanto se proclaman fieles de Cristo; porque sabe que ninguno de ellos le pertenece por entero ni a él ni a Cristo, pues en ninguno de ellos están el Bien o el Mal absolutos. Por eso les patea el culo a sus adeptos, porque sabe que sus "protestas de fidelidad" hacia él, son una pura mentira.
"-La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo / si un dios bobeta -Bim bum bam! / toca tu rocanrol lacrimógeno / Ay! Ay! Ay! ésa lágrima! / Ay! Ay! Ay! que risa le dá!": Una vida que transcurriese plácidamente, sin ningún contratiempo ni contrariedad, una "vida sin problemas" como dice el Indio; sería una vida monótona, consumida en "matar el tiempo a lo bobo". Y nos dice además, que si hubiera un dios que nos concediera una existencia plácida como esa; sería entonces un "dios bobeta", un dios que nos toca un "rocanrol lacrimógeno", un rocanrol que de divertido, no tiene nada. En cambio, el rocanrol que nos toca Luzbelito sí es divertido; él nos llama al cachengue, a la movida, al desorden, al placer, al exceso, a lo dionisíaco... 
"-Estos ojos... de quién son? / de quién son mis deseos de hoy? / y éste insomnio de quién es? / (Luzbelito pregunta una y otra vez...) / Ay! Ay! Ay! mis deseos de hoy... / Ay! Ay! Ay! mis deseos de hoy...": En esta estrofa el Indio profundiza el concepto esbozado en la anterior: con lo de "estos ojos... de quién son?" se está refiriendo a cómo vemos y juzgamos una acción humana determinada, o sea, frente a un acto cualquiera, opinamos y pontificamos con aire de sapiencia, ya sea "eso está bien", o "eso está mal"; y no debiera ser así la cosa, porque todo es relativo y todo depende del punto de vista con el que analicemos la cuestión. Entonces, la pregunta "estos ojos... ¿de quién son?" equivale a "¿con los ojos de quién estás mirando lo que hago, como para arrogarte el derecho de considerarlo bueno o malo; cuáles son los paradigmas bajo los cuales juzgás mis actos?". Lo de "de quién son mis deseos de hoy?" es una especie de protesta de Luzbelito: nos está indicando que si incurrimos en algún supuesto mal en aras de satisfacer algún deseo o ambición, ese deseo o ambición ¿nos lo inspiró Luzbel? No, por supuesto; entonces ¿por qué achacarle la culpa al diablo, es decir al supuesto ángel del mal? Y por último, lo de "este insomnio de quién es?", es una metáfora referida a la cuestión metafísica que nos desvela: el misterio de la existencia, ese que nuestra mente humana no consigue descifrar ni interpretar.
Y bueno, nada... ahora me voy... Juank se va... a patear un par de culos de los que le juran más lealtad! Bye bye!

martes, 14 de febrero de 2012

ELLA BAILA CON TODOS




















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

ELLA BAILA CON TODOS
(Beilinson - Solari)
 
Es una de esas noches
donde a todos nos gusta
la misma bailarina, ay!
y el mismo lunar.
Hay un par de mocosos que tiemblan
con suspiros teatrales,
al ver cielos despendejados, ay!
de todo placer.
Ella baila con todos
paseando su mirada,
y cuando toma tu copa, ay!
brinda por tu amor.
Ella es la que más brilla a esta hora,
cree que es invisible esta vez
a los ojos de todos los tontos
que saben su lunar.

Acá estamos, todos juntitos, amuchados, y es una de esas noches en un club nocturno, un sitio con luces tenues, música de estriptís (sí, escribí bien, strip-tease está castellanizado en estriptís; así que chito la boca los que pensaban corregirme) y... oh, casualidad!, "a todos nos gusta la misma bailarina y el mismo lunar"; ese lunar que ella exhibe ahí, sí, justito ahí, donde se lo están imaginando...
Y hay una genial sugerencia oculta del Indio, muy finita y que sólo se atisba si ponemos mucha atención; porque él escribe: "es una noche de esas noches donde a todos nos gusta"; en lugar de escribir como sería -pretendidamente- correcto: "en la cual" o en "la que". Y no; él escribe "donde". ¿Por qué hace eso? Sencillito: porque quiere dar la idea de lugar, además de la de tiempo: el lugar, un club nocturno, un tugurio, un puticlub; y el tiempo, la noche. 
Pero hay un "problemita": ella "baila con todos", es decir, baila desnudándose, mientras pasea su mirada sobre todos los espectadores, y luego se desplaza entre las mesas, llegando a una que está ocupada por unos pendex ("par de mocosos") que están súper exitados. Y no es para menos, porque "tiemblan con suspiros teatrales al ver cielos despendejados". ¿Cuáles "cielos despendejados"? Y... ¿cuáles van a ser?: el sexo depilado de la bailarina, su pubis sin vello, es decir, sin pendejos que cubran su sexo ocultándolo a la vista, por supuesto.



Y es una metáfora con -además de la que cité- otra significación muy sutil: esos "mocosos" saben perfectamente que ella no está a su alcance, obviamente por cuestiones... monetarias, digamos. Son pendejos que, seguramente, no pueden transarse a la mina por guita, simplemente porque no les da el bolsillo, la billetera. El "cielo" de la mina es exclusivamente para tipos que cargan un billete; no para pendejos sin un sope. Por eso, también ese cielo es "despendejado de placer".
Luego ella prosigue su ronda entre las mesas y... llega a la tuya, alza "tu copa" y "brinda por tu amor". Y te derretís de deseo, porque si bien en ese puticlub hay otras bailarinas; "ella es la que más brilla a esta hora", ella es, por lejos, la más bonita y sensual.
Y vos, y también los demás, o sea "todos los tontos" que están allí, esos que "saben su lunar", creen que la ven; porque sus ojos la están contemplado desnuda y están clavados allí, en su lunar; pero ella sabe perfectamente que en realidad no la "ven", o que la "ven sin ver". Los de ustedes son "ojos ciegos bien abiertos", ella es para ustedes "invisible esta vez"; porque lo que exhibe es su desnudez exterior; pero ni ustedes ni nadie, pueden ver, conocer, saber, su interior, su psique...
Y que siga la joda! (ficticia y efímera joda), porque ella baila con todos, sí, pero no baila con nadie; porque es de todos... y de ninguno.