sábado, 18 de marzo de 2023

DEPLORO





























DEPLORO…
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

El trinar de pájaros en el jazmín del balcón
Porque arrulla tus silentes elocuencias
(Si me es permitido el oxímoron, Georgie)
Secretas, sólo a mí develadas
El fárrago urbano de escapes y bocinas
Fate y Bridgestone chillonas
Y amabilidades puteadas
Porque distrae mis sentidos en odioso intento
De sumirme en una cotidianeidad
Que rechazo airado
(Retribuiré gentilezas a mi vez, advierto)
La perentoria campanilla del teléfono
Que insiste en suscribirme a no entendí qué
Y desabrida, maleducadamente, respondo
“No moleste”, con un chasquido seco
(Nadie me acusará de cortés)
El aroma del amancay, que quiere impregnarlo todo
Pretendiendo, celoso (y en vano)
Prevalecer sobre el olor de tu piel
Milenaria memoria de la noche de los tiempos
Que quiero esnifar en incurable adicción
La tenacidad de un amigo que me reclama
Presencias que no puedo darle
Porque me he vuelto tacaño
(Olvidando pretéritas generosidades)
Con la fortuna de un tiempo indispensable
Que emplearé sólo amándote
Curado y limpio
Cenizas de horas fenecidas, nocturnales
(Dispendiosamente irresponsable)
Renacer ambicioso en pos del premio mayor
Implacable
¡Hágase mi voluntad!
O al pie de su rosa, muera el grillo.

-Juan Carlos Serqueiros-

PERSONALIDADES NARCISISTAS






































Escribe: Gabriela Borraccetti *

El narcisismo es esa parte nuestra que se mira en el espejo de otro. La envidia genera tensión; la respuesta positiva y agradable, atracción. El narcisista dice: "Amo en ti lo que veo de mí. Y el día que no lo vea más, me desenamoro". Por eso, para enamorarse primero hay que desenamorarse. Lo real yace tras la máscara de un narcisismo lleno de omnipotencia, perfecciones e infantilismo. (Lic. Gabriela Borraccetti)

Las personas narcisistas jamás se interesan por lo que hacen los demás, pueden demostrar alegría sólo cuando los otros se fijan en ellos y, como si fuesen bebés, no ven a su alrededor nada que no sea su propio reflejo.
Viven preocupadas por su imagen (lo cual resulta ser un trabajo realmente agotador), intentando obtener de los demás todo tipo de adulación y aplauso, y estallando en llanto, pataleo o protesta, cuando no se le permite seguir en la infantil condición de facilitarle absolutamente todo.
Son personas que buscan la mirada del mundo y su "obediencia" para sentirse realmente importantes, y es por ello que en lugar de ser fuertes; son dependientes de todo lo que otro pueda hacer, decir o incluso pensar de ellos. Parecen soberbios y autosuficientes, y debajo de una máscara de "autoconfianza", llora un niño con rudimentos poco maduros para cohesionar y desplegar una identidad balanceada.
Su típica huida de situaciones que no es capaz de elaborar, puede tender tras de él un halo de "seguridad" de la que carece, sufriendo internamente muchos desaires por no haber conseguido el fin que se había propuesto.
El respeto, como parte de la aceptación y reconocimiento del borde que delimita su mundo-identidad-espacio, del mundo del otro, es sumamente voluble, y es por ello que le cuesta aceptar las diferencias y los límites normales en el intercambio vincular en las relaciones yo-tú. Por lo general, los traspasa una y otra vez, reclamando siempre que nadie atraviese el propio; siendo que el propio suele tener un tamaño exacerbado por pertenecer más al producto de su fantasía, que al registro de eso que llamamos realidad. Igual que un neonato, no distinguen "adentro" de "afuera", y es por tal motivo que no son capaces de registrar que ellos mismos no son la totalidad, ni dioses, ni el infinito mundo; y que su espacio no abarca la infinitud ni el espacio del otro.
El normal desarrollo de la personalidad adulta, necesita reconocer una falta fundamental; aquello que nos hace incompletos, en contraposición a la omnipotencia del bebé que cree que él y el mundo son exactamente lo mismo.
La superación del pensamiento mágico y la omnipotencia son los pasos normales que comienzan a darse a partir de que reconocemos que no todos serán incondicionales con nosotros en la vida; y si no se puede salir de ese útero nutricio que todo lo brinda y de todo nos protege, veremos enemigos sembrados por todos lados, tan sólo porque esperamos que el otro sea un espejo de nosotros y no un individuo con sus propios deseos, y por qué no, con sus propios límites.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

Imagen: Derek Boshier, “The Culture of Narcissim”, óleo sobre tela, contemporáneo.

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.