miércoles, 28 de marzo de 2012

CANCIÓN PARA UN GOLDFISH


Escribe: Juan Carlos Serqueiros

CANCIÓN PARA UN GOLDFISH
(Solari)

¡Check in-out!
¡Así, siempre, como entrás… salís!
¡Check in-Check out!
¡Con portazos en la habitación!
Aunque nunca quieras irte así
¡Ooh! ¡Ooh!
Soy el primero en reir cuando desaparecés
Siempre vas debajo de la mesa a jugar…
¡Check in-out!
El milagro va a suceder…
¡Check in-Check out!
Bajo mi mesa va a suceder
Y así como entrás… ¡Salís!
¡Ooh! ¡Ooh!
Si mis minutos parecen siglos cuando te vas
Es porque al quedarme solo veo toda mi idiotez
¡Check in-out!
Lloriqueando… pero vas por más
¡Check in-Check out!
Lametones y sexo pistón
Y derrumbes sobre un edredón
¡Ooh! ¡Ooh!
¡Check in-out!
Gimoteando te desmoronás
¡Check in-Check out!
Y juntás las piezas del collar
(Ni una queja hasta reprochar)
¡Ooh! ¡Ooh!
Yo nunca ví reir así…
Me rasco la papa y no puedo recordar
¡Check in-out!
¡Así, siempre, como entrás… salís!
¡Check in-Check out!
¡Con portazos en la habitación!
¡Ooh! ¡Ooh!
¡Check in-out!
Dulce-amargo… justo para vos
Y un feroz jadeo para mi.
¡Me gusta así! ¡Te gusta así!
¡Hay check-out!
Dulce… suave…

Este es un tema que en lugar de formar parte de El Tesoro de los Inocentes (Bingo Fuel); bien podría haber estado incluido en el disco que le siguió: Porco Rex, ya que Solari, en la nota que le concedió al pasquín La Nación, de fecha 02.12.2007, dijo que estaba compuesto por "trece canciones de amor para dealers", ironizando sobre la devaluación, la pauperización, del amor.
Pero bueno, no fue así, y el inescrutable dios Indio resolvió meterlo en El Tesoro. ¿Y quién se lo va a discutir, vos?... porque lo que es yo; ni en pedo.
Un goldfish, pez dorado o carpa dorada, es un pez "de acuario", de la familia de los carassius. Solari "bautiza" así al tipo que protagoniza la letra, porque lo pinta como un pescado, es decir, un nabo, un boludito. Pero como el ñato carga su buena guita, que usa para comprar lo que entiende por amor; entonces es un pescado, pero eso sí... dorado. Vendría a ser algo así como uno de los "nenes de oro" que el Indio pinta en Nuotatori Professionisti ¿te acordás?
El "goldfish" paga por sexo. Se aloja en un hotel ("check in - check out",  pone el Indio, aludiendo a la expresión utilizada para el registro de ingreso y egreso de pasajeros en un hotel), en una de cuyas habitaciones espera a una trola (siempre la misma), de la cual está "enamorado". Y está implícito en la letra que la mina también siente algo por el chabón, más allá de la guita, porque cuando el "numerito" termina; ella lamenta tener que irse, se va dando un portazo ("¡Con portazos en la habitación! Aunque nunca quieras irte así"). Por supuesto, lo que ella siente por el tipito, dista mucho de ser amor; al fin de cuentas, la mina está en el negocio y el chabón es consciente de eso, pero con todo y aún no teniendo nada que ver con un sentimiento amoroso; ella algo por él siente, no lo considera sólo un "cliente más".


Que el tipo tiene cierto nivel económico nos lo indica el hecho de que en el hotel, opta por una habitación de categoría, una suite o algo parecido; ya que el Indio menciona el detalle de la mesa, mueble este que en una habitación común, es impensable, olvidate...
El jueguito al que juegan, parece ser siempre el mismo: la mina entra a la habitación y "desaparece" metiéndose debajo de la mesa para hacerle una fellatio, un pete, al ñato ("Soy el primero en reír cuando desaparecés. Siempre vas debajo de la mesa a jugar"). Él eyacula ("El milagro va a suceder... bajo mi mesa va a suceder"), y cuando acaba, ambos empiezan otra etapa del jueguito: ella finge que se apronta para irse y el tipo se hace el rollo de la pena que siente al marcharse ella ("Si mis minutos parecen siglos cuando te vas / Es porque al quedarme solo veo toda mi idiotez"), entonces ella representa estar triste por tener que abandonarlo, y llora, y él la "consuela", y enroscados en ese mambo; ambos se calientan otra vez ("Lloriqueando... pero vas por más"). Nuevamente excitados, llega el turno de él para practicarle sexo oral a la mina: le hace un cunnilingus ("lametones"), y trascartón, entra a fifársela con tutti ("sexo pistón"). Luego, continúan haciéndolo  sobre el edredón ("y derrumbes sobre un edredón... gimoteando te desmoronás".
Y Solari introduce aquí otra sutil alusión a la calidad de la habitación que eligió el chaboncito, porque un edredón dista mucho de ser el simple cubrecama común que se utiliza en las habitaciones de menor costo).
¿Y ahí terminó la fiesta? No, para nada; porque ahora viene otro round de la escena que montan el tipo y la nami: él tironea de un collar que ella lleva puesto, las cuentas del mismo ruedan por el suelo, y cuando ella se agacha a recogerlas, una por una... no es difícil imaginar lo que hace él, ¿no? Hay un más que sugerente, yo diría explícito "Y juntás las piezas del collar (Ni una queja hasta reprochar)". Vuelven ambos a llegar al orgasmo ("¡Ooh! ¡Ooh!"), y entonces sí; ahora la mina se va, esta vez, en serio, y por supuesto, dando un portazo.
Y el tipo se queda pensando, y no puede acordarse de ninguna mina que lo haya hecho sentir lo que esta ("Me rasco la papa y no puedo recordar"), y satisfecho consigo mismo, se empeña en convencerse de que ella experimenta el mismo grado de goce que él ("Dulce-amargo… justo para vos / Y un feroz jadeo para mí. / ¡Me gusta así! ¡Te gusta así!").
Se siente un winner, y sobre todo, con la "ventaja" de que "hay check-out", es decir, que una vez conseguido el placer; la mina se va, y él se queda "tranquilo", disfrutando del recuerdo del placer obtenido, sin "necesidad" de "soportarla" después.
En fin, hay de todo en la vida, es así, quelevachache.

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-Juan Carlos Serqueiros-