viernes, 8 de marzo de 2019

UNA CARICIA A MI EGO















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Voy por la página 406 de Recuerdos que mienten un poco (lo cual representa un muy buen promedio de lectura, si se tiene en cuenta que la empecé ayer por la tarde, hasta la noche, y la retomé hoy a partir de maso las 15 hs., y con las interrupciones obligadas de todo tipo que son de esperar).
Me pasan dos cosas con el broli (obviamente, me refiero a cosas... "extras", digamos; más allá del placer siempre renovado de leer al Indio -e implícitamente, por supuesto, también a Marcelo Figueras, que es un escritor de puta madre- quiero significar).
Una de ellas es que por primera vez desde que tenía 12 años y en un concurso televisivo de preguntas y respuestas sobre la vida y epopeya de San Martín gané un Método de Lectura Veloz ILVEM, logré quitarme el hábito de aplicarlo.
Y no vayan a creer que se trata de una cuestión menor, eh; una vez adquirido, es un vicio muy difícil de erradicar, lo cual, de suyo; lleva a que uno tenga que leer tres, cuatro y hasta cinco veces una obra literaria, debido a las páginas que fue salteando por "culpa" de ese re puto método que uno tiene incorporado como si se tratara de una compulsión innata, de una marca que se lleva en el orillo como una suerte de estigma.
Por supuesto, no abrigo esperanza alguna de que esa... enmienda, digamos, que hago de mí mismo, vaya a prolongarse más allá de finalizada la lectura de Recuerdos que mienten un poco, porque al fin de cuentas, biografía oficial del Indio va a haber esa sola, así que seguramente, no tardaré en volver a caer en el pecado capital de Lectura Veloz. De hecho, tuve que apelar a castigos auto infligidos cada vez que estuve a punto de sucumbir a la tentación de saltear párrafos; porque abstenerse de aplicar el ILVEM, equivale a privarse del tinto o del pucho: un mono muy difícil de sobrellevar. Y lo estoy logrando (de modo que pueden aplaudirme, si quieren).
Y la otra cosa "extra", es por demás alentadora (para mí), porque voy pasando las páginas y observo que, en líneas generales, las interpretaciones que en su momento había hecho yo de la lírica solariana vienen a resultar, con asombrosa frecuencia, acertadas. Un ejemplo chiquito, nomás (que por suerte, no es el único; es simplemente por citar uno solo para no aburrirlos): al referirse a Mi perro dinamita, el Indio dice: "Cuando se me ocurrió la letra, lo del perro que es un desobediente que ni siquiera hace el muertito, me causó gracia. Por supuesto, ese tipo de 'ropes', de perros, somos nosotros" (donde "nosotros" es la banda, los Redondos, claro). O sea, tal como lo interpretó este servidor de ustedes (así que acá también están autorizados a aplaudirme e incluso ovacionarme).
Perdón por la inmodestia, pero bueno, yo también puedo permitirme de vez en cuando una caricia a mi ego, ¿no? Después de todo, un "certificado" expedido por las palabras del propio Indio no es, en modo alguno, un premio menor.
Chin chin por la dupla Carlos Solari - Marcelo Figueras y EL broli. Bebamos de las copas más lindas. À votre santé!

-Juan Carlos Serqueiros-