viernes, 29 de marzo de 2019

METETE LA LENGUA EN EL C...ONGRESO, QUERÉS
















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Más allá de las payasadas tristes que protagonizó y del servilismo propio de lacayos que evidenció durante el... no sé cómo llamarlo... evento, digamos, siendo buenos; le propongo que dejemos un instante de lado al bruto, ridículo y cipayo Macri y pongamos el foco en la cuestión de la lengua castellana propiamente dicha.
La revolución independentista americana fue consecuencia del abandono que, en los hechos, la corona española hizo de sus reinos en Indias, que pasaron de su condición de tales, a ser considerados meras colonias a partir del cambio de Austrias o Habsburgos por Borbones. Tal mudanza trajo aparejada la burocratización del otrora reconocido y poderoso Consejo de Indias, que en adelante languidecería hasta convertirse en un ente inútil y desprestigiado. Después, a partir del rechazo que en 1783 Carlos III hizo del sabio consejo del conde de Aranda en el sentido de propugnar una alianza estrecha, íntima, trascendental e inmarcesible entre España y la América central y meridional; y de dejar, en 1806 y 1807, a Buenos Aires librada a su propia suerte ante el invasor inglés, el divorcio sólo era cuestión de tiempo. De poco, muy poco, tiempo.
En épocas de Figueroa Alcorta y Roque Sáenz Peña, la Argentina procuró restablecer su vínculo ancestral con la península, y décadas más tarde; Perón dio otro paso en pos de ello, mandando trigo a una España asolada por el hambre (y no precisamente el hambre en sentido metafórico, figurativo; sino el hambre de verdad, flagelo real y terrible).
La respuesta a la generosidad argentina por parte de una España ensoberbecida por su novedosa condición "europea" desde su ingreso en 1986 a una CEE (actual UE) que siempre la miró (y aún la mira) como "carne de cogote", como al "pariente pobre" que "no hay más remedio que aguantarse"; fue el cachetazo en forma de ese peyorativo "sudacas" con que se dignó "bendecirnos".
Y obviamente, en lo que atañe a la lengua, la actitud española está concatenada a lo antedicho y en coherencia y consonancia con ello: las normas las estipula y fija la RAE, el marco operativo es designio privativo del Instituto Cervantes, y los argentinos no tenemos vela en ese entierro.
El tan cacareado VIII Congreso de la Lengua Española -que (burla cruel del destino) se realizó en la misma mediterránea y docta Córdoba que fuera contrarrevolucionaria en 1810- está tan distante de ser un encuentro académico, como lo está La Quiaca de Algeciras; se trata, en realidad, de una mesa de negocios vinculados al idioma. Simple, lisa y llanamente eso.
Y de allí la identificación entre el reyezuelo Felipe, proveniente de una dinastía degenerada que se caracteriza por la superabundancia de cretinos, ladrones, cornudos y putas; y un presCiNdente fantoche como Macri. Es que -ya que tratamos acerca de idioma- ambos hablan el lenguaje que tienen en común: el de las transas y las corruptelas.

-Juan Carlos Serqueiros-

viernes, 22 de marzo de 2019

POEMA ESDRÚJULO PARA ATENEA







































POEMA ESDRÚJULO PARA ATENEA
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Con las sílabas de tu amor esdrújulo
Psicóloga
Urdimbre de ilusiones tejí
Por el hilo de un teléfono
(Inalámbrico)

Ni cálculo ni brújula ni bitácora
Sólo ímpetu
Ánimo para entregarme entero
Cuasi autómata
(A tu cúspide no llegan pusilánimes)

Gnóstica te presentía
Etérea y cósmica te supe
Astrónoma, sí
Y desde el polvo silente de edad pretérita
Acuerdo unívoco de encontrarnos hubo

Tu anatómica presencia
Mayestática
Vi surgir, venérea
De la espuma secular

Nada lúdico fui, y lúcido
Áurea cónyuge te pretendí
Para borrar tanta cicatriz cárdena
Rodear el ánfora de tu cintura
Y que cada átomo púbico se conmueva
Fálico y eléctrico

Para desterrar el melancólico esplín
De días escépticos, monótonos
Catedrática Atenea, quiero ser tu oráculo
Yacer a tu lado después de un ósculo
Y plantar mi lábaro ondeante
Al céfiro del crepúsculo

Y que esa heráldica mitológica me revele
Ante el mundo extático, amantísima
Devoto perpetuo de tu amor esdrújulo


-Juan Carlos Serqueiros- 

viernes, 8 de marzo de 2019

UNA CARICIA A MI EGO















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Voy por la página 406 de Recuerdos que mienten un poco (lo cual representa un muy buen promedio de lectura, si se tiene en cuenta que la empecé ayer por la tarde, hasta la noche, y la retomé hoy a partir de maso las 15 hs., y con las interrupciones obligadas de todo tipo que son de esperar).
Me pasan dos cosas con el broli (obviamente, me refiero a cosas... "extras", digamos; más allá del placer siempre renovado de leer al Indio -e implícitamente, por supuesto, también a Marcelo Figueras, que es un escritor de puta madre- quiero significar).
Una de ellas es que por primera vez desde que tenía 12 años y en un concurso televisivo de preguntas y respuestas sobre la vida y epopeya de San Martín gané un Método de Lectura Veloz ILVEM, logré quitarme el hábito de aplicarlo.
Y no vayan a creer que se trata de una cuestión menor, eh; una vez adquirido, es un vicio muy difícil de erradicar, lo cual, de suyo; lleva a que uno tenga que leer tres, cuatro y hasta cinco veces una obra literaria, debido a las páginas que fue salteando por "culpa" de ese re puto método que uno tiene incorporado como si se tratara de una compulsión innata, de una marca que se lleva en el orillo como una suerte de estigma.
Por supuesto, no abrigo esperanza alguna de que esa... enmienda, digamos, que hago de mí mismo, vaya a prolongarse más allá de finalizada la lectura de Recuerdos que mienten un poco, porque al fin de cuentas, biografía oficial del Indio va a haber esa sola, así que seguramente, no tardaré en volver a caer en el pecado capital de Lectura Veloz. De hecho, tuve que apelar a castigos auto infligidos cada vez que estuve a punto de sucumbir a la tentación de saltear párrafos; porque abstenerse de aplicar el ILVEM, equivale a privarse del tinto o del pucho: un mono muy difícil de sobrellevar. Y lo estoy logrando (de modo que pueden aplaudirme, si quieren).
Y la otra cosa "extra", es por demás alentadora (para mí), porque voy pasando las páginas y observo que, en líneas generales, las interpretaciones que en su momento había hecho yo de la lírica solariana vienen a resultar, con asombrosa frecuencia, acertadas. Un ejemplo chiquito, nomás (que por suerte, no es el único; es simplemente por citar uno solo para no aburrirlos): al referirse a Mi perro dinamita, el Indio dice: "Cuando se me ocurrió la letra, lo del perro que es un desobediente que ni siquiera hace el muertito, me causó gracia. Por supuesto, ese tipo de 'ropes', de perros, somos nosotros" (donde "nosotros" es la banda, los Redondos, claro). O sea, tal como lo interpretó este servidor de ustedes (así que acá también están autorizados a aplaudirme e incluso ovacionarme).
Perdón por la inmodestia, pero bueno, yo también puedo permitirme de vez en cuando una caricia a mi ego, ¿no? Después de todo, un "certificado" expedido por las palabras del propio Indio no es, en modo alguno, un premio menor.
Chin chin por la dupla Carlos Solari - Marcelo Figueras y EL broli. Bebamos de las copas más lindas. À votre santé!

-Juan Carlos Serqueiros-