lunes, 19 de agosto de 2019

ANACRONISMO NO; DIFERENCIA EN CALIDAD HUMANA SÍ
















Nunca, pero NUNCA, hay que caer en el pecado de equiparar coyunturas del presente con otras que acontecieron en el pasado más o menos remoto y que (engañosamente) se nos antojan parecidas. Es ese un grave error en el que, lamentablemente, con excesiva frecuencia caen algunos de entre quienes se ocupan de narrar la historia.
Sin perjuicio de ello, uno sí puede mirarse en el espejo de las figuras históricas, y comparar las virtudes y los defectos que durante su vida hayan evidenciado; con la calidad humana que dejan traslucir ciertos personajes de la actualidad.
Por ejemplo, la Francia que nos hizo la guerra en pos de voltear al gobierno de Rosas, al comprobar lo fútil de su intento y la imposibilidad de conseguir sus fines, ofreció a Lavalle (su aliado circunstancial, por perseguir el mismo propósito) que fuera a radicarse en París y reconocerle, en el ejército francés, sus glorias, su grado y su sueldo de general. Lavalle lo rechazó terminante y airadamente.
El inmundo cipayo ladrón ex ministro de Hacienda y servil felpudo de los poderes foráneos, dujovne (minúsculas adrede, en sentido bien peyorativo y entendidas como expresión de asco), huyó de nuestro país después de ser uno de los actores principales de entre quienes lo empobrecieron y saquearon, para disfrutar en Yanquilandia de los millones que atesoró perjudicando a su propia patria (a la que desde luego, no siente como tal).
No he comparado épocas; sólo he descrito actitudes y calidades.

-Juan Carlos Serqueiros-