miércoles, 10 de enero de 2024

LA ESTUPIDEZ HUMANA






















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy muy seguro. (Albert Einstein)

Han pasado los siglos y hasta los milenios, y el hombre no ha sido capaz, no ya de hacer posible la felicidad de todas las naciones del mundo ni de extirpar los flagelos del hambre, de las guerras y las pestes; sino tan siquiera de producir algo como (por ejemplo) la Gran Pirámide, o la Mona Lisa, o Macbeth, o Mafalda, o… (siguen las firmas).
Todas sus revoluciones sociales y políticas fracasaron miserablemente y contribuyeron a instalar monstruos más aborrecibles aún que los tiranos que derrocaban y que las injusticias que proclamaban vanamente que venían a reparar.
Todos sus movimientos culturales y artísticos que se anunciaban promisorios, fueron degenerando a velocidad inusitada hasta eclipsar su primigenio esplendor y tornarlo tan efímero como un relámpago en la tempestad.
El tan cacareado progreso tecnológico no sólo no ha servido para dotar a toda la especie, sin distinciones, del disfrute del confort, sino que además; ha vulnerado hasta el último resquicio de intimidad e individualidad. Y como reza el tango de Mario Battistella: “la decencia la tiraron / en el tacho ‘e la basura / y el amor a la cultura / todo es grupo, puro bluff”.
Y con todo eso, todavía pretendés que yo crea en la evolución humana y abrigue ilusiones con respecto a una posible redención. Por favor... 
Aunque... bien mirado el asunto (Borges dixit), debo reconocer que no todo es retroceso; porque ya a esta altura resulta innegable que sí hay un incremento notorio en algo: el nivel de la estupidez humana, que aumenta sin cesar y que seguramente continuará in crescendo.
Así que Dios, si es que existís (cosa que me permito dudar), te ruego, te imploro, que en el próximo Diluvio que envíes, no haya errores: nada de salvar a Noé y familia. Gracias.

-Juan Carlos Serqueiros-