miércoles, 2 de mayo de 2012

BOTIJA RAPADO



Escribe: Juan Carlos Serqueiros

BOTIJA RAPADO
(Beilinson - Solari)  

Estuvo grabando paredes
un rato antes de fugar,
del cepo a la bolsa
de la vieja Colonia Berro
y tarareando su la-lan
Quiso pilotar sus sueños
y pasó la raya...la-lan-lan.
Corazones y cada flecha en su lugar
ventanas muy abiertas
en las paredes a la hora de matar...
Empezó una vida nueva
como su canción de la-lan-lan.
Le metió al fin, la 3/8
en la nuca a su papá.
-"Turquito, tapame que hace frío
y dame un tibio rico culito de Poxi Ran"-
Pudo cruzar el charco a tiempo
y en el ferry tarareaba...la-lan-lan-la-lan...
¡Zafó!

Una letra directa, sin mayores "misterios", acerca de un delincuente juvenil, recluído en alguno de los Hogares de Colonia Berro, una colonia penal para menores, del Instituto de la Niñez y Adolescencia del Uruguay (INAU) ubicada en el conurbano montevideano, en la localidad de Joaquín Suárez, departamento de Canelones.


De él no se menciona el nombre en la letra; se lo designa simplemente como un botija rapado, o sea, un pibe con el pelo cortado a cero, al ras. Generalmente se cree que la canción está inspirada en un delincuente juvenil uruguayo en particular: Richard Marcelo Roldán Requeijo (a) "El Pelado". Es posible que así sea, pero personalmente no me lo parece; más bien creo que el título "Botija rapado" está puesto de modo de que pueda ser aplicado a cualquier menor con esos problemas. Y (hasta donde me fue dable averiguar) El Pelado Roldán no se fugó de Colonia Berro a la Argentina como se especifica en la letra. Hay un libro sobre su vida y carrera delictiva, en el cual, seguramente, se registrará cada paso que tuvo por las distintas cárceles, y a través de él se podrá saber fehacientemente si escapó de Joaquín Suárez y "cruzó el charco", o no. Qué sé yo... no me dio como para comprar el libro sólo para sacarme la duda de si Solari se inspiró en él al escribir la letra, pero si alguno lo considera importante; pues que lo haga por las suyas.
El pibe "estuvo grabando paredes un rato antes de fugar", es decir, le dejó su marca al lugar donde estaba confinado, previamente a huir del mismo. Es una metáfora de doble significación, porque además de contarnos que escribía, dibujaba o tallaba algo en las paredes; también está empleada en el sentido de aludir a a la magnitud del delito que cometió y por el cual lo condenaron: esas paredes que enmarcaban su encierro, fueron testigos mudos de su peligrosidad. Él no se distinguió allí por su conducta, al contrario; era con frecuencia castigado, ya sea en el "cepo", es decir, lo esposaban de las manos o los pies a la reja, o ya sea que lo molieran a golpes ("bolsa", apocopando el dicho "meta palo y a la bolsa"). Como sea, consiguió escapar de Colonia Berro y ahí va tarareando una canción que es su leitmotiv ("la-lan", "la-lan-lan" y "la-lan-lan-la-lan").
El chaboncito anhelaba para sí una vida mejor que la que tuvo durante su infancia y adolescencia ("quiso pilotar sus sueños"), pero...; decidió buscarla a través del delito ("y pasó la raya") y fue encerrado en un instituto de menores. Allí dibujaba en las paredes corazones atravesados por flechas, de manera de simbolizar las minitas que conoció ("corazones y cada flecha en su lugar"), y también ventanas abiertas de par en par ("ventanas muy abiertas en las paredes"), graficando así sus ansias de libertad, de huir de ese lugar al que llegó como consecuencia de haber asesinado ("a la hora de matar") a alguien (y posiblemente esa última parte haya sido el origen de la versión que corre: esa de relacionar al Pelado Roldán con la letra; ya que éste, en 1989, cuando contaba con tan sólo 15 años, asaltó un depósito de vinos y mató de un balazo al hijo del propietario del mismo). 
Y viene a continuación la (para mí) mejor metáfora de la poesía: "Empezó una vida nueva como su canción de la-lan-lan"; muy finita y a la que hay que prestar mucha atención. Esa "vida nueva" que "empezó" el pibe, es el camino del delito, el inicio de sus crímenes; y a partir de allí, comenzaría a distinguirlo el tarareo de alguna canción -presumiblemente algún "hit" del momento- que adoptaría como su "marca", su "sello distintivo". Pero la metáfora tiene un contenido fuertemente irónico, porque lo que el Indio está expresando a través de ella, es que la "novedad" de esa vida delictual durará muy poco en la condición de "nueva", tan poco como el efímero suceso de la canción que tararea siempre ese chico condenado a la marginalidad desde el vamos y con nulas chances de experimentar variaciones: será la existencia miserable que vivirá en adelante (iniciada, rara paradoja del puto destino, precisamente para escaparle a unas niñez y adolescencia también miserables): la del sub-mundo del crimen. "Una vida nueva"... minga de "vida nueva" para ese pibe, fatalmente condenado a envejecer en una cárcel, o -lo más probable- a caer bajo las balas de la policía o de algún otro delincuente rival suyo...
Pero por ahora, consigue escapar. Lo logra luego de doblegar y anular a su celador ("su papá"), metiéndole "la 3/8 en la nuca" (el pibe le abrió el melón a un guardia, con una llave 3/8"). Logró huir de Colonia Berro en compañía de otro recluso como él, al que en la letra se menciona como "Turquito", al cual le pide que lo tape porque hace frío, y con el cual, en yunta, aspiran pegamento ("y dame un tibio rico culito de Poxi Ran").
Y después, consigue "cruzar el charco a tiempo", o sea, atravesar el Río de la Plata embarcándose en un ferry con destino a Buenos Aires; siempre tarareando su leitmotiv ("la-lan-lan-la-lan")... con lo cual cumple su objetivo inmediato: "Zafó!".
Y queda flotando la duda: "Zafó!", sí; pero... ¿hasta cuándo? Chi lo sa...


-Juan Carlos Serqueiros-