miércoles, 27 de septiembre de 2023

MANIPULACIÓN, VENGANZA Y JUEGOS DE PODER





















Escribe: Gabriela Borraccetti (*)

Hay momentos en los cuales una especie de enojo profundo y quemante sube a la superficie y transforma nuestros sentimientos en algo que se parece mucho más a la envidia que a cualquier sentimiento positivo que podamos albergar.
Por más que nos ufanemos de no haber sentido nunca algo así; de repente nos encontramos "persiguiendo" los pasos, los escritos o las actividades de una persona, con el solo fin de espiar lo que hace o dice, y poder someterla una crítica despiadada e incluso cruel; o intentamos por uno u otro camino asestarle algún golpe no de puño, sino emocional, psíquico o intelectual, para que lo reciba como "revelación" de nuestro poder de impacto.
Es como si lo único que nos interesara fuese dañar a ese otro por habernos despertado algo que ni siquiera nos animamos a definir ni a confesarnos a nosotros mismos, pero que nos convierte en seres compulsivos, ensañados con quien creemos que nos provoca tal odio a causa de situaciones que nos han tocado algún punto que ahora ha reaccionado con un tremendo dolor, enojo u odio, y cuya magnitud incluso carece de proporción lógica.
No obstante; muy lejos de la superficie de nuestra psique y bajo muchas capas de represión, bulle la lava de un volcán que como tal, ha esperado mucho tiempo para temblar de ira y comenzar a despedir sus primeros vapores.
Avisados de este modo de que algo está por explotar, las personas que tenemos alrededor, huyen despavoridas antes de ser tapadas por la erupción; y sin tener nosotros la más mínima consciencia de nuestra actitud, interpretamos esa huida como el mayor de los desaires, la mayor de las degradaciones y la confirmación de nuestra sospecha respecto de estar siendo despreciados y humillados. Nuestra vida se vuelve un cavilar constante acerca de este enojo irracional y profundo, y el tiempo se vuelve un eterno juego de manipulación e indirectas que convierten en un infierno nuestra vida y la de los demás.
Debajo de esta conducta están almacenados un gran dolor y una gran frustración emocional que ha quedado viva y furiosa en nuestro inconsciente desde los tiempos en que la palabra y el movimiento voluntario no existía, y que por ello dependíamos de otros para poder vivir. Un bebé de días o meses, siente que si no llora, no come; y que si no come, se muere. La satisfacción de una necesidad básica nos remite más tarde a ser queridos, y la frustración de la misma en forma inmediata, termina para algunas personas por significar abandono, desprotección y desprecio. El temor que produce la incertidumbre de un bebé que desespera por no ver a mamá en el horizonte considerándose arrojado a la nada, es la base de ese sentimiento que de adulto se hace presente cuando se pretende dañar a quien de alguna forma, consideramos que nos ha frustrado, postergado u olvidado.
Cada vez que intentamos "vengarnos" veladamente de alguien, o inducirlo a algún tipo de malestar para que sienta el aliento de nuestro poder, no estamos más que actuando como niños impotentes que precisan la teta que no aparece; sólo que ahora somos grandes, y podríamos pedir y conversar acerca de lo que nos ha dolido o lo que nos hace falta.
Como dice la ley física, nada se pierde, todo se transforma, y estas son energías que se han enterrado pero no desaparecido; y que muchas veces sentimos como una amenaza que se esconde como un monstruo debajo de la cama, en el placar, o nos suelta el aliento en nuestras espaldas. Quizá el poner estas palabras en la consciencia, nos sirva para preguntarnos si vale la pena ensañarnos con personas y situaciones, como si de ellas dependiera realmente nuestra vida.
Por otra parte, aceptar que esto nos pertenece, nos convierte en seres humanos; mientras que negarlo, agrega una capa más de piedras, que algún día explotarán hacia afuera, o implosionarán y nos dañarán por dentro.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.