martes, 31 de mayo de 2022

NOCHE BLANCA SIN FINAL































NOCHE BLANCA SIN FINAL
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Me soñé niño algunas veces
Otras soñé con no soñar
Alguna vez tuve nombre
Alguna vez tuve hogar
Noche blanca que no acaba
Noche culposa sin final

Algunas veces reí
                           Algunas veces lloré
Algunas veces creí
                             Algunas veces dudé
Alguna vez yo me fui
                                Alguna vez regresé
Algunas veces perdí
                               Algunas veces gané
Alguna vez me engañaron
                                        Alguna vez engañé
Algunas veces me amaron
                                         Algunas veces amé

Hace tanto que ni me acuerdo
Si alguna vez recordé
Que tuve hogar que tuve nombre
Que algunas veces soñé
Blanco velo que no descorre
La luz de este amanecer


-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Francesco De Luca, "From Nothing To No One (De la nada a nadie)", arte digital, contemporáneo.

viernes, 27 de mayo de 2022

VIAJE INICIÁTICO



















VIAJE INICIÁTICO
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

En procura de la estrella
Que adiviné en una imagen
Puse proa hacia tu mundo
Emprendí iniciático viaje
Las auras hincharon mis velas
A Odiseo quise imitar
Las nereidas que habitan el mar
Me llevaron hasta tu playa

Y después por fin
Durante siglos caminé a tu templo
El duende de tu jardín
Me abrió las puertas obsequioso
Y una sacerdotisa negra
Y un monje blanco misterioso
Creyendo que yo era un sol
Me recibieron y me adoraron

Ya situado ante tu trono
Soy Atenea me dijiste
Pero yo te percibía
Y aún te siento como Hera
Siempre Hera para mí
Aunque seas Atenea

-Juan Carlos Serqueiros-

miércoles, 18 de mayo de 2022

BALADA DEL AMOR SIN TIEMPO

 



BALADA DEL AMOR SIN TIEMPO
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)


A Gabriela


No parece de luna tu piel
                                       La propia luna eres tú
No digo verdemar tus ojos
                                        Si ellos mismos son un mar

Qué milenario alfarero
                                  Habrá moldeado tus caderas
Qué olimpo habitó aquel dios
                                             Que la vida te insufló
Qué pretérito juglar cantó
                                       Por ti su endecha mejor
Cuántas sáficas estrofas
                                     Compusieron tu oda de amor
Qué osado guerrero inefable
                                            Para ti el mundo conquistó
Qué anónimo labriego esforzado
                                                   A tus pies su trigo ofrendó
Qué vestal qué sacerdotisa
                                          A tu culto se consagró

Ay, amor mío
Cuántos siglos te he esperado
Entre vino noche y gramo
En compañía de soledades
Con la anhedonia por amante
Y la angustia por tirana
Entre lágrimas veladas
                                   Tras cada risa fingida
Entre los besos mentidos
                                      Con cada promesa olvidada
Entre palabras calladas
                                    Y tanto miedo sin sentido

Que en esta vida hoy ahora
Vengo a ti por el acuerdo aquel
De encontrarnos en esta era
Para algo juntos aprender

Y en mi anhelo desbocado
Locamente galopo tu cuerpo
En tus curvas me resbalo
Y me pierdo en tu cintura
Enredado entre tus cabellos
Ya embriagado con tus besos
Para dormirme en tu seno
Extraviado en el laberinto
De tu secreto pensamiento

Ay, amor mío
Dale al niño aquel que fui
                                        La caricia que no tuvo
Y perdona al hombre que soy
                                             Sus flaquezas sus miserias
                                             Sus temores y sus dudas
Que tu océano de luz
                                 Ilumine mis tinieblas
Que sea tu inteligencia
                                   El timón que guíe mi barca
Y la amarre eternamente
                                      En tu puerto de alabanza

Deja que beba en tu templo
De la plata de tu cuenco
El elixir de la vida
Y llegado el fin de los tiempos
Cuando las pirámides sean polvo
Se hayan secado las aguas
Y apagado el último astro
Me extinga yo entre tus brazos
Ya vencido por el silencio
Exclamando en postrer aliento
Ay, amor mío
Por siempre y para siempre
G A B R I E L A

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Andrea Cristobal, "Antes de conocerte", pastel a la tiza sobre papel, 2010

domingo, 8 de mayo de 2022

LLAMADAS DESDE LA INFANCIA

 


Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Suena el teléfono, atiendo, e inmediatamente la operadora recita su mensaje: —Tiene una llamada de larga distancia con cobro revertido. ¿La acepta?
Respondo afirmativamente, a continuación digo “hola”, y surge una voz profunda que se anuncia así: —Soy la Evocación llamando desde la Infancia para que te acuerdes...

Del ignoto pasaje de tierra,
De doña Felisa y don Raúl,
De aquel álbum de figuritas
Que archivaste en un baúl.
De la Pichi, de la Sarita,
Del Chany, de la Elenita,
Del Elio y de la Gogó,
Del Miguel y del Cachito
(Que muchas veces te fajó).
De la farmacia de don Ángel,
De “la Alemana” y del Joselo,
De la Adrianita y del Horacio
(Los hijos del ferretero).
De aquella pelota Pulpo,
Del trompo y de la payana,
De los barriletes que remontabas
Con tu viejo algunas tardes
Y que en ocasiones se morían
Enredados en los cables.
De tu perrita, la Rory;
De los bizcochos Canale,
De las biabas de tu vieja
Si volvías hecho un desastre.
Del almacén de don Tito,
De don Felipe, el lechero;
De “Pinchabife”, el peluquero;
De la Pepa, la verdulera;
De las noches en la vereda
Y de las fogatas de San Juan.
De la parroquia La Guardia
En aquel barrio poligrillo
Levantado de la pobreza
Entre chapas y ladrillos...

Quedo en silencio y la Evocación pregunta: —¿Colgaste? 
Contesto que no y agrego: —Aguantá, que cambio la yerba y prendo un faso. No sé qué tiempo hará en ese tu país la Infancia, pero acá llueve tanto… Y se me debe haber metido algo en los ojos, porque estoy lagrimeando, viste…
—Sí. No te apures —me responde. —Soy la Evocación, siempre amable y obsequiosa; la guacha turra es mi hermana gemela, la Melancolía, que suele vestirse como yo para que la confundan conmigo.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Alberto Pancorbo, “Llamadas desde la infancia”, óleo sobre tela, contemporáneo.

sábado, 7 de mayo de 2022

SÚPLICA

 


SÚPLICA
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

No te vayas, por favor
No te vuelvas un acorde
Enmudecido en mi guitarra
Ni en mis venas la pulsión
De unas rimas trasnochadas
Ni una carta ya archivada
En el baúl de los recuerdos
(Olvidados hace tiempo)

No te vayas, por favor
No te vuelvas una foto
Ya deslucida y ajada
De tanto y tanto mirarla
Con ojos bañados en llanto
Y embarcado en la nostalgia
(En una tortura que espanta)

No te vayas, por favor
No dejes que en la alta noche
Ávidas de sangre y carne
Se descuelguen las empusas
Para venir a flagelarme
Con su sinfonía de angustia
(De esperar sin esperanza)

No te vayas, por favor
No me condenes al suplicio
De revolverme desesperado
En un colchón de faquir
Ansioso junto al teléfono
Por esperar tu llamado
(Que ya nunca habré de oír)

No te vayas, por favor
Aún tengo para vos guardados
Mil sueños de amor en el pecho
En la garganta mil canciones
Mil “te quiero” en la palabra
Y un infinito de ternura
Que en mis manos atesoro
Para ofrendarlo a tus pies
(En aras de tus ojos)

No te vayas, por favor
No te vayas…

-Juan Carlos Serqueiros-

viernes, 6 de mayo de 2022

FRÉDILLO

 


Escribe: Juan Carlos Serqueiros


Durante la Belle Époque, esto es, el período que va desde 1871 hasta 1914, muchos artistas recurrieron al erotismo e incluso a la pornografía, como herramientas destinadas a la sátira social y política. Uno de ellos, quizá el más célebre y prolífico, fue el ilustrador Frédillo.
Paradojalmente —dada la gran difusión y popularidad que tuvo su obra, quiero significar—, poco… no, perdón, me corrijo; más apropiadamente expresado: NADA, se conoce de él en tanto persona física de existencia civil real y tangible, ya que se ignoran tanto su nombre y su apellido, como su nacionalidad (que se presume francesa pero que también pudo ser belga, italiana o española; y más aún, arriesgo: estimo como probable que haya sido catalán y que su pseudónimo resulte de apocopar el diminutivo de Alfred —Alfredillo > Fredillo—, afrancesado con el tilde en la e: Frédillo) y las fechas, años y sitios de su nacimiento y de su muerte. 
Pero si bien es verdad que lamentablemente estamos en la inopia acerca de su identidad; no es menos cierto que sí nos han quedado, en cambio; sus trabajos, realizados en una vasta producción artística que se extendió durante casi cuatro décadas, profusamente divulgados en libros (tanto de ediciones clandestinas como públicas), y también en revistas como, por ej., La Lanterne, L'Écho des Jeunes y La Plume.
Entre las “víctimas” de Frédillo en sus ilustraciones, se contaba, ¡cómo no!, la iglesia católica con sus frailes, curas y monjas a los cuales representó tanto individual como grupalmente protagonizando escenas lujuriosas en las que hay de todo, banquetes orgiásticos, masturbación y sodomía incluidos:







Pero lo suyo, en lo tocante a ese aspecto en particular, no quedó acotado a pegarle a la iglesia católica; porque para la islámica... también había palo, eh:


Y por supuesto, no faltaba la sátira de las hautes classes, la aristocratie, con la que Frédillo les caía a la nobleza y a la alta burguesía, dibujando señoritas y señoras con sus amantes, cuando no en cuadros de lesbianismo:




Tampoco se privó Frédillo de burlarse de la "sacrosanta" institución del matrimonio y de la presunta fidelidad (minga) de los cónyuges, con la consiguiente carga de cuernos a troche y moche;


De la restauración monárquica y los militares;



De los “maestros de música” y de sus “discípulas”;



De lacras como la pedofilia y el estupro;



De la genitalidad en la temprana adolescencia;


De las pobres grisettes, obligadas por la miseria a engrosar sus misérrimos salarios en los establecimientos textiles y talleres de costura, con el aporte económico “desinteresado” a cargo de algún “amigo”, en las... pensiones, digamos (en realidad, burdeles disfrazados bajo ese rótulo), en que vivían.


Porque cabe destacar que Frédillo, en su crítica satírica, no excluyó en modo alguno al mundillo de la bohemia creativa, ya que no consideraba que la pertenencia a él bastase a garantizar la ausencia de lacras como la miseria, el hambre, el proxenetismo, el colonialismo, el racismo, la xenofobia y la misoginia.
Y es que después de todo, mi querido lector, el relato edulcorado que procura —y mayormente consigue— instalar en el colectivo una mirada romántica, idílica, sobre lo artístico, lo literario y el espectáculo de entretenimientos en París en el período que se extiende entre las tres últimas décadas del siglo XIX y fines de la primera mitad del XX, se acerca mucho más a la ficción que a la verdad histórica. La visión de una París-faro irradiando al mundo desde Montmartre, Pigalle y el Quartier Latin los rayos de una vanguardia cultural y artística transformadora de los postulados de liberté, égalité, fraternité, en una realidad tangible para todo el orbe (y de paso, también para los distintos géneros), es nada más que un espejismo, una fantasía.
Como asimismo lo es la percepción de la Belle Époque como un tiempo en que floreció el arte y a su mágico conjuro desapareció el flagelo de las miserias humanas. Como si Pierrot hubiese dejado de ser el zonzo que sufre por Colombina y ésta hubiera derivado, de voluble y miserable pizpireta, en EL amor puro e idealizado. Como si las grisettes, milagrosamente, ya no murieran de tisis o de consunción por el hambre en los talleres de costura o en la sórdida estrechez de las buhardillas parisinas en que malvivían, o ya no languidecieran de pena, desarraigo y fracaso, trasplantadas a la orilla del Plata por "aquel argentino que entre tango y mate la alzó de París" (Enrique Cadícamo dixit). O que por decreto divino, todos los pintores y poetas, de pronto pudieran hacer tres comidas decentes al día y ya no muriesen como moscas, atrapados en el delirium tremens, en los vahos etílicos y mentirosamente felices de la verde diosa absenta o en la telaraña letal de la sífilis. O como si las presuntamente alegres y divertidas hetairas parisinas no fueran, a menudo, protagonistas de su propio infierno como esclavas de la morfina cuando no de la atropina o del éter.


















Y en estas láminas, el gran Frédillo nos obsequia con un calendario para el año 1894:















Como consigné precedentemente, se desconoce el dato de hasta cuándo su arte permaneció activo. Su última obra registrada, está datada en 1914. 
¿Aparecerán otras? Chi lo sa

-Juan Carlos Serqueiros-