miércoles, 23 de marzo de 2022

RECORDAR NUESTRA MITAD OLVIDADA: UNA CUESTIÓN DE VIDA

 


Escribe: Gabriela Borraccetti *

Si alguien se pregunta por qué a las películas y novelas, a pesar de adelantarse ellas en muchísimas ocasiones a los descubrimientos que la ciencia termina haciendo con posterioridad, se las llama de "ciencia ficción"; la respuesta es que son creaciones producto de la actividad del hemisferio derecho del cerebro. Éste es el que tiene las funciones de imaginación y creatividad, y no utiliza las coordenadas espacio/tiempo para "fechar" y ubicar las experiencias en una línea.
Por este motivo, se puede desplazar hacia atrás y hacia adelante sin obstáculo alguno, y asomarse a la luz en cualquier tiempo y lugar, trayendo revelaciones tanto o más importantes que las que la objetividad puede discernir. Es de polaridad femenina o yin, y es por este motivo que a las mujeres se las considera menos lógicas, más emocionales, más sensibles y más dotadas de una intuición que el hombre no alcanza a desarrollar con facilidad. La mujer suele tener naturalmente una buena conexión con este hemisferio.
Como hemos aprendido a ignorar y descalificar estas cualidades, y vivimos, pensamos y valoramos la actividad del hemisferio izquierdo, de polaridad masculina o yang, en este mundo se privilegia a todo lo gobernado por la razón, el análisis y la lógica. Todo se mide y se calcula, y de acuerdo a ello se acciona, obedeciendo a leyes de espacio/tiempo. Es en esta línea en donde la importancia la tienen la productividad, el superávit, las leyes del mercado, el valor del tiempo, del dinero, y el llamado a la acción en el mundo físico, de la materia.
El control y el dominio de este mundo es lo que otorga poder para someter al resto. Existen jerarquías, y de hecho, la dialéctica amo y esclavo se maneja a partir de estos enunciados. De ese modo, la vida se traduce en magnitudes. Todo es cuestión de medida, de orden, de prioridad, de racionalidad, de objetividad y de cantidad, como principales virtudes.
Llevado como ha sido llevado, al extremo, los principios femeninos han pasado a ser un insulto, y lo irracional da entonces origen a los des-calificativos de "loca", "bruja", "delirante"," incompetente" y demás etcéteras.
Tampoco es casual que las mismas mujeres desprecien las cualidades femeninas en un mundo que parece haber olvidado que la procreación tiene que ver con un hecho natural y no con uno racional en el que se ha entronizado la palabra "planificar", y que cuidar a los niños, tener espacio para el ocio creativo y dedicarse al arte, pasa a ser algo cercano a lo que en un principio describí como ciencia ficción.
Esas funciones han dejado de ser relevantes, pero en su lugar, escuchamos, de labios de las mismas representantes del sexo femenino, decir que lo fundamental es realizarse en el terreno laboral y profesional. Entre otras cosas, las glándulas mamarias ya no son importantes por la función de alimentar (y que para recordarla, se deben realizar campañas publicitarias avisando que amamantar favorece la salud de los niños), sino que actualmente pasaron a ser apéndices para hacerles cirugías de modo de lograr que una blusa quede mejor estéticamente y conseguir más miradas y mayores posibilidades laborales. El hogar se ha transformado en un lugar de donde hay que “salir corriendo”, y ser "ama de casa" se ha convertido en sinónimo de "mantenida" e “involucionada”.
Frente a ese panorama, cuando veo a la naturaleza azotar con furia a las superficies de la tierra, me pregunto si no será el rugir de ese principio femenino tan menospreciado. Pienso en la Gran Madre Tierra, en este planeta que con su belleza nos brinda sus mejores frutos a pesar de la ofensa, en todo aquello que es sinónimo de cuidado, protección, nutrición, subjetividad y por sobre todo; principio y sostén de la vida. Pienso en todo lo que ha sido olvidado, pisoteado, desvalorizado y relegado incluso por el género que hoy ha confundido IGUALDAD con IDENTIDAD. Y ese género somos las mujeres.
Existen dos hemisferios, dos tipos de inteligencia, ¿por qué todo se ha transformado en algo tan masculino?
Es hora de percatarnos del desbalance con el que hemos atropellado a nuestro entorno empuñando la espada del "hemisferio izquierdo", convirtiéndonos en depredadores de aquello que hoy hace tanta falta y que es nada menos que respirar, beber, crecer... ¡vivir!
Existe el axioma de que como es arriba es abajo, y también aquel en el que el afuera es reflejo de nuestro interior: Si así como es afuera es adentro, es hora de comprender que lo que estamos viendo en tantas escenas pavorosas de temblores y tsunamis, es la misma furia con la que hemos atacado el ambiente en que vivimos.
No nos damos cuenta de que no basta con eliminar centrales nucleares, sino que es necesario dejar de ser esclavos de una razón helada que ha convertido a la vida en cuestión de muerte.

Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
Mat. Nac. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica. Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, escribir a licgabrielaborraccetti@gmail.com