domingo, 22 de enero de 2012

CUANDO SUENA EL TIMBRE










































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Hoy, especialmente hoy, cuando el FBI de Yanquilandia persigue a Taringa, así como persigue y acosa a todo aquel que no quiera someterse mansamente a los dictados del imperio del norte, quiero recomendar este libro que, además de hacer pasar momentos gratísimos de amena lectura; adquiere imprevistamente, en función de lo antedicho, una renovada vigencia: "Cuando suena el timbre" ("The Doorbell Rang" en el inglés original).
Tal es el título de la novela escrita por Rex Stout (EE.UU., n. 01.12.1886 - m. 27.10.1975) en 1965, y publicada ese mismo año por Viking Press, empresa perteneciente al grupo editorial Penguin Random House. Está protagonizada por quien es el personaje fetiche de Stout: Nero Wolfe, un detective de origen montenegrino radicado en Nueva York. Nero es, además de un genio dotado de extraordinaria inteligencia y alta erudición; un excelente gourmet, reputado entre los mejores y más exigentes del mundo, vive en una sólida casa de piedra oscura situada en la calle 35 Oeste y cultiva orquídeas. Wolfe es un misógino y cuasi misántropo, increíblemente gordo, incansable bebedor de cerveza y consumidor sólo de los deliciosos platos que para él cocina su chef alemán Fritz; no sale jamás de su casa, y se vale para sus investigaciones de su ayudante, Archie Goodwin, que es como sus ojos, brazos y piernas.
¿La sinopsis de la novela me pide, mi querido amigo lector? Cómo no: La cosa arranca cuando la señora Rachel Bruner, viuda y heredera de un importante conglomerado inmobiliario, adquiere 10.000 ejemplares de un libro crítico contra el FBI, y los envía por correo a destacadas y prominentes figuras de todo el país. Por ello, es espiada y acosada por el FBI (a la sazón, dirigido por J. Edgar Hoover), ante lo cual contrata, por una cifra sideral (y bueno, che, qué quiere... al fin de cuentas, los gustos caros del detective y su tren de vida, por alguien deben ser solventados, ¿no?) los servicios de Wolfe para que concluya con la persecución a que está siendo sometida. Paralelamente a ello, el inspector Cramer, de la policía de Nueva York, está convencido de que el FBI asesinó a Morris Althaus, un periodista que, oh casualidad, estaba investigando para un artículo que se anunciaba ferozmente crítico contra sus métodos y procederes.


La novela se le inspiró a Stout a partir de que el año anterior, esto es, 1964, el periodista e historiador estadounidense Fred James Cook había escrito una serie de artículos recopilados en libro bajo el título "El FBI que nadie conoce". Cuando lo leyó, Stout, liberal de izquierda, pro laborista y pro New Deal de Franklin D. Roosevelt, y que consideraba a J. Edgar Hoover un megalómano peligroso para la democracia, quedó encantado con él, escribió "Cuando suena el timbre" y le envió a Cook una copia autografiada del manuscrito, agradeciéndole el haberlo inspirado.

-Juan Carlos Serqueiros-



RODANDO






















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Rodando 
(Beilinson - D'Aviero - Solari)

Rodando, montado a un tren especial
rodando, en alquiler.
Rodando, mi amor elige el lugar
rodando, para estallar.
Siempre estoy marchándome
esto no me va a embrujar.
Rodando, a salvo de tu favor
rodando, sin orbitar.
Rodando, mi amor elige el lugar
rodando, para estallar.
Siempre estoy marchándome
esto no me va a embrujar.
Rodando, montado a un tren especial
rodando, sin orientar.
Rodando, a salvo de tu favor
rodando, en alquiler.
Siempre estoy marchándome
esto no me va a embrujar.

El título se refiere a una manera de vivir, elegida por alguien en una etapa determinada: rodando, es decir, yirando por varios sitios, sin establecerse definitivamente en un lugar y sin arreglo a ningún plan predefinido, tal como hacía mucha gente de esa época de la movida de los 60 y 70 que buscaba una experiencia no ordinaria de vida. 
Y desde ese punto de vista, si te largás en ese viaje, bueno, entonces no puede haber plan; salís a ver qué pinta, qué encontrás, vas rodando hacia donde tus ansias de búsqueda te lleven.
"Rodando, montado a un tren especial / rodando, en alquiler.": Va "rodando", es decir, yirando de lugar en lugar, en búsqueda de una vida no formal, no ordinaria, no común. Una vida especial que no es la vida rutinaria de la casita, el autito, el laburo en la oficina y el sueldo seguro a fin de mes; la que hace el chabón es una experiencia no ordinaria de vida, por eso está como "montado a un tren especial". Y obviamente, al elegir ese modo de vivir y al estar cambiando constantemente de sitio, no puede aspirar a ser propietario de una casa, ni de un bulo ni de nada; él va donde esa vida lo lleve, y por eso tiene que alquilar ("rodando, en alquiler"). También hay un trasfondo metafórico en lo del "alquiler": quiere referirse a que en ese modo de vida que eligió, no puede sentirse dueño de nada, no sólo de un bien inmueble; sino tampoco de nada de lo que lo rodea, ni siquiera del aire que respira; todo le es como "alquilado", digamos, como si sintiera que no pertenece a ningún lugar ni nada le pertenece a él.
"Rodando, mi amor elige el lugar / rodando, para estallar.": El tipo va yirando por todos lados. Ningún sitio representa para él nada en especial, más allá de las vivencias que en cada lugar protagonice. Salvo... que en algún lugar se enamore de alguien ("mi amor elige el lugar"), en cuyo caso, temporalmente, se quedará allí donde se enamoró, donde le "estalló" ese amor.
"Siempre estoy marchándome / esto no me va a embrujar.": Expresa la voluntad de  no "atarse" al amor, y al mismo tiempo subyace una especie de hartazgo de esa manera de vida que eligió. Está medio podrido de andar yirando siempre, y por eso protesta ("siempre estoy marchándome", dice, expresando el cansancio que empieza a notar por ese estilo de vida que eligió hasta allí). Pero trascartón dice "esto no me va a embrujar", manifestando que esa forma nómade de vivir, él la eligió para siempre; no se va a establecer definitivamente en un lugar. El trip en el que se embarcó durará toda su existencia. Al menos, en su intenciòn manifiesta.
"Rodando, a salvo de tu favor / rodando, sin orbitar.": Y si bien a seguro se lo llevaron preso; por ahora (por ahora refiriéndome al tiempo que pinta la canción, obvio; no al tiempo real) piensa seguir así, yirando, rodando, porque eso lo pone a resguardo de atarse definitivamente a alguien, de comprometerse sentimental y materialmente con alguien ("a salvo de tu favor"). Por el momento, piensa seguir rodando y rodando, "sin orbitar", es decir, sin arreglo a ningún plan preconcebido. Una órbita presupone un recorrido lógico, reiterado en ciclos y con tiempos preestablecidos, por eso él no "orbita"; su trip no tiene recorrido lógico ni se repite en ciclos ni en lapsos prefigurados.
"Rodando, mi amor elige el lugar / rodando, para estallar. / Siempre estoy marchándome / esto no me va a embrujar. / Rodando, montado a un tren especial / rodando, sin orientar. / Rodando, a salvo de tu favor / rodando, en alquiler.": Y hasta aquí repite todas las frases ya interpretadas; salvo una pequeñísima variación: una frase donde cambia el término "orbitar" que usó antes; por "orientar". Esa variante que introduce no la hace simplemente por el hecho de cambiar una palabra aislada; sino que hay un propósito definido y consciente: el de dejar claro que cuando resolvió vivir una etapa determinada de su vida de manera nómade, rodando; lo hizo sin atarse a ningún plan preconcebido (como lo estipuló cuando escribió lo de "sin orbitar"), y sobre todo; sin estar orientado ("sin orientar") por ninguna idea filosófica ni religiosa ni política, ni nada; lo hizo sólo como una experiencia no ordinaria de vida y así lo quiere dejar taxativamente establecido en la letra.
"Siempre estoy marchándome / esto no me va a embrujar.": Y cierra la canción con esa frase a modo de estribillo y conclusión. 
Ah, una cosita que no debemos olvidar: contrariamente al propósito afirmado por el personaje de la letra; la canción es maso de 1983 / 84, época en la cual el Indio tenía un laburo estable en el Hogar Falcón y ya estaba pensando en "quedarse en el molde", es decir, largar a la mierda la bohemia, establecerse definitivamente, formar su pareja como poco tiempo después lo haría con Virginia.