lunes, 29 de agosto de 2022

HIELO ESTIVAL






























HIELO ESTIVAL
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

El sol y el río hermanados
En el atardecer se abrazaban
Y volvían igual a cero
La distancia que los separa.

En el preámbulo del ocaso
Por un ardiente sendero de arena
Tu paso ligero que de mí alejaba
El gris cobalto de tus ojos
De tus cabellos la llamarada
Las pecas en tu rostro
De tus labios la cereza
Y el hielo de tus palabras.

Guarecido en mi orgullo idiota
Tan sólo alcancé a musitar
“Buena suerte”, dos palabras
Entre dientes pronunciadas.

Mientras abajo en la playa
Tempranos fogones se encendían
Entre acordes de rocanroles
Maltratados en guitarras
Un camalote pasaba burlón
Como si mi pena festejara
Y yo mascando la ira
Viendo la lancha que te llevaba.

Victoria que fue derrota
Y una lágrima vertida
Sobre un pañuelo de piedra
Cuando mi estío... se helaba.

-Juan Carlos Serqueiros-

lunes, 22 de agosto de 2022

ODISEO Y PENÉLOPE. EL MITO, LA LEYENDA Y LA HISTORIA FRENTE AL RELATO DE LA FIDELIDAD EN EL DEVENIR DE LOS SIGLOS























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

¡Calipso, ah, Calipso! Pienso muchas veces en ella. Amó a Ulises. Vivieron juntos durante siete años. No sabemos cuánto tiempo compartió Ulises su lecho con Penélope, pero seguramente no fue tanto. Aun así, se suele exaltar el dolor de Penélope y menospreciar el llanto de Calipso. (Milan Kundera, “La ignorancia”)

En el imaginario popular se ha conseguido instalar la figura de Penélope como arquetípica de la fidelidad conyugal. Pero hete aquí que al igual que en esta nuestra bendita patria la gloriosa República Argentina; los antiguos griegos también tenían una escuela "revisionista" de la historia. Sí, mi querido amigo lector, así tal cual; aunque cueste creerlo. 
Como Homero no nos cuenta qué carajo pasó después de los diez años que duró la guerra de Troya y de los otros diez que tardó Odiseo en regresar a Ítaca y matar a los pretendientes de Penélope para reinstalarse en el trono —y de paso, en el lecho matrimonial—; todo el mundo sacó como conclusión que de ahí en más, los esposos vivieron felices y comieron perdices.
Bueno, parece que no fue así la cosa, o al menos; no tan así, porque entraron a tallar los "revisionistas" y se elucubraron otras versiones, que distan mucho de esa tan idílica, rosa y edulcorada que tanta vigencia ha tenido y tiene.
El primero fue Hesíodo, quien determina que Odiseo la había guampeado a Penélope con Circe, engendrando en ésta tres hijos. Y otro, Eugamón, fue más allá todavía, y nos cuenta que Telégono (uno de esos tres hijos habidos de la unión entre Circe y Odiseo), fue quien mató a este último, ignorando que él era hijo suyo, tras lo cual se lleva a la isla de Eea a su hermanastro Telémaco (que estaba caliente como pava 'e lata y muy chinchudo con Odiseo porque éste lo había desterrado, creyendo —luego de consultar con el oráculo— que lo iba a asesinar para usurparle el trono), y a la recientemente estrenada como viuda (y esta vez, viuda en serio, eh; nada de grupo y argucias), Penélope. Y allí en Eea, según Eugamón, Circe (que dicen las chusmas del barrio, era bastante promiscua la susodicha, y además, una jodida de aquellas, ya que venía ocultándole obstinadamente a Telégono cuál de los incontables tipos con que había garchado era su padre) se enamora de Telémaco y se casa con él, mientras que Telégono la consuela a Penélope casándose con ella. Y colorín colorado, todo queda en una gran y hermosa familia, che: al mejor estilo Hollywood, las dos ahora ya bastante jovatas y otrora rivales en el amor de Odiseo (que a todo esto, era un petiso retacón, zambo, paticorto y más feo que apretarse las pelotas con una morsa), transan diferencias y llevan a sus trajinadas camas las carnes frescas y jóvenes de nada menos que sus respectivos hijos. Y felices por siempre jamás, porque Circe se vale de sus poderes para hacerlos inmortales a los otros tres (obviamente, ella en tanto divinidad, ya lo era), así que imagínese: los espera toda la eternidad de disfrute a full morfando, escabiando y cogiendo. En síntesis, y para hacerla corta, los "revisionistas" idearon una trama que lo tiene todo: ambición, lucha de poder, lujuria, sexo, muerte, cuasi incesto... (y si quiere, sáquele el "cuasi").
Pero no para allí la cosa, porque resulta que otros "revisionistas" dieron versiones distintas de lo acontecido: la supuestamente fiel Penélope, que según Homero pasó 20 años esperando a Odiseo, le habría puesto los cuernos con uno de los pretendientes (o con varios o con todos), ante lo cual Odiseo cuando regresa, la mata, según algunos, o la repudia y devuelve a su padre, según otros.
Y por supuesto, como no podía ser de otro modo, no faltan los "revisionistas" actuales, que afirman que lo de Odiseo abnegado patriota y ejemplar padre de familia, y lo de la presuntamente fiel a ultranza Penélope, es todo machismo berreta y que ni ella era tan pura y casta, ni Helena (su prima, por si usted, mi apreciado y paciente lector, ignoraba el parentesco entre las dos) era tan... voluble, digamos (casi escribo putarraca) como para haber desencadenado nada menos que una guerra. En suma, hicieron lo que diríamos una resignificación de ambas figuras femeninas históricas (o míticas o de leyenda, como más le guste).
Así las cosas, nada queda claro. ¿Fue Odiseo un responsable, insigne y sacrificado patriota, el mejor, más inteligente, astuto y eficaz de los generales aqueos, nostálgico y amantísimo marido hasta el punto de preferir el regreso a su tierra, a reinar sobre ella nuevamente y a estar junto a su esposa y a su hijo; al ofrecimiento de lujo, bienestar e inmortalidad que le hace la hermosa ninfa Calipso, o fue, en cambio; un machista aventurero que se va en procura de gloria, tesoros y conquistas dejando atrás una esposa y un hijo más o menos recién nacido? ¿Fue Penélope el súmmum de la mujer virtuosa a ultranza, sumisa y relegada por un injusto y odioso régimen patriarcal a quedarse en su casa y ejercer, a lo sumo, el "poder" de controlar a la servidumbre doméstica, o por lo contrario; frente a la circunstancia de irse a Troya el pelotudo de su marido a jugar a los soldaditos y demorar éste veinte años en retornar, se transa a uno, varios o todos los pretendientes, pero sin quedarse con ninguno, porque termina demostrándose resuelta a mantener a todo trance y férreamente una independencia descubierta como realidad tangible tras el abandono de que fue objeto por parte de su esposo? ¿Encarnan ambos, Odiseo y Penélope, cuando vuelven a estar juntos después de 20 años de ausencia del primero, la reedición de un amor verdadero y trascendental que más allá de los avatares nunca murió, o por lo contrario; se odian y se desprecian, pero son ya un par de viejos que mantienen un matrimonio, sea por conveniencia o porque no hay otra "solución", cual si fuesen predecesores de los Edgar y Alice de Strindberg en "La danza de la muerte"? 
En fin, dijo Serafín, sea como haya sido, tal parece que el paradigma legítimo y comprobado de la fidelidad, en verdad fue sólo el pobre Argos, el perro de Odiseo, que esperó 20 años a que su amo retornara a Ítaca y fue el único que lo reconoció a su regreso, para inmediatamente morirse a sus pies.
Homero, la rep... madre que te parió, ¿cómo podés ser tan turro, que mientras contás que desde las plateas del Olimpo los dioses se mean de la risa haciendo pelear a troyanos y aqueos, Helena lo guampea a Menelao encamándose con Paris, Aquiles y Agamenón se sacan los cuernos por Briseida ante la desesperación de Patroclo quien, viendo peligrar su romance con Aquiles, empieza a travestirse con la armadura de éste (hoy por hoy sería con la tanguita, el portaligas y las medias de red), Odiseo se la trinca a Circe y convive 7 años con Calipso (otra a quien ese "ejemplar padre de familia" también abandona so pretexto de la añoranza), y Penélope pasa el tiempo entreteniendo a los pretendientes rascándose la cachufla y tejiendo y destejiendo con el culo entre almohadones cual si fuera la virtud inmaculada; al único fiel y leal, que es Argos, lo hacés cagar muriendo sin pena ni gloria? Sos peor que Mitre, el más acabado de los mitómanos a la hora de narrar la historia.
Y en cuanto a los "revisionistas", qué decir... son como el delirante y pesetero Felipe Pifia o el veleta Pa"N"cho O'Donnell o la chismosa alimaña inmunda Canale o el huele braguetas, voyeurista y lame calzones Andahazi, amañando la historia a su gusto y piacere para vender más libros y programas de TV.
¡Cuánta razón tuvo León Felipe cuando escribió aquello de "¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra / al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?"!

-Juan Carlos Serqueiros-

domingo, 14 de agosto de 2022

3:52 A.M.




3:52 A. M.
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Él dormía... sin descansar
Desnudo (como vino hasta aquí)
Informe montón azul las cobijas
Desechadas a un costado
Y casi a sus pies.

Él dormía, vencido y exhausto
Bañado en sudores rancios
De miedos ancestrales
Y de la vida el hartazgo
Él dormía... sin descansar
¡Pobre niño grande!
Sin poder descansar.


Tan pequeño en su pequeñez enorme
De su muda boca salían
Mudos alaridos de rabia muda
Y estéril, vano, gritaba...
¡Pobre cosa derrotada!
Tan así, inerme y aterida
Tan patética nada.


Pero un ángel atento entró 
Por la puerta que daba al balcón
Y veló el sueño del niño grande
Tan poquito y tan nada
Que se iba a la noche eterna

En fiebre y sudores agrios
Ya cansado de vivir.

El ángel atento lo salvó
Lo sacó del lecho
Lo cubrió con sus alas
Lo cobijó, lo consoló, lo besó
Y el hastío le quitó
Eran las 3:52
Cuando el ángel para siempre 
A su lado se quedó. 

-Juan Carlos Serqueiros- 

viernes, 12 de agosto de 2022

ESTA NOCHE

ESTA NOCHE
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Esta noche, ante la barra
Una mujer bebe en soledad
Anhelando que un turbión etílico
De cuajo arranque su penar.

La vida se ensañó con ella
Y ha tenido mala suerte
Con la miseria siempre al acecho
Como una sombra de muerte.

Del bar las tenues luces
Que no alcanzan a iluminar
El trágico y negro abismo
De su terrible orfandad.

Y en su angustia se desnuda
Todo el drama existencial
De esa mujer que ante la barra
Su copa bebe en soledad.

-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 9 de agosto de 2022

ANDRÉ LAMBERT


Escribe: Juan Carlos Serqueiros

André Lambert (n. Stuttgart, 1884 - m. París, 1967), fue un acuarelista, pintor, grabador y arquitecto de nacionalidad francesa y ascendencia franco-suizo-alemana. 
Se formó como arquitecto en la Escuela de Altos Estudios Técnicos de Munich, y luego cursó la carrera de Bellas Artes en dicha ciudad capital de Baviera, estudios estos últimos que completó en París, culminándolos en 1908.
Frecuentó la bohemia parisina, estableciendo su atelier en el barrio de Montparnasse, trasladándose posteriormente al de Saint-Louis. Sintiéndose inclinado a las artes gráficas, se dedicó a la ilustración de libros, como por ejemplo, Ars amandi, de Ovidio:



También colaboró como ilustrador en la revista satírica alemana Simplicissimus:



En 1919, asociado a Georges Aubault, fundó en París la revista Janus, la cual tenía la particularidad de editarse íntegramente en latín; y simultáneamente participaba en otra: Vita Latina, publicada en Avignon:


En 1912 viajó a España, y se sintió cautivado por su gente, sus paisajes y sus costumbres, a punto tal que, a poco de casarse, decidió establecerse en Jávea, Alicante, donde reconstruyó una casa, la aún hoy famosa "Cala Lambert" o “Cala del francés”, a la cual denominó la Domus Lambertina, que fue su vivienda y atelier.


Allí, el artista ilustró libros tales como por ejemplo, Cuentos, de Hoffmann; La Metamorfosis, de Ovidio; Candide, de Voltaire; El Lazarillo de Tormes; Salambó, de Flaubert; Fausto, de Goethe; Salomé, de Wilde y El Quijote, de Cervantes, entre muchos otros. 
Además, pintó acuarelas y realizó aguafuertes y grabados referidos a la comarca de Jávea y al folclore de la región, como así también escenas citadinas tanto parisienses como españolas, paisajes; ilustraciones eróticas y alegorías mitológicas. 
Su obra se inscribe claramente en el estilo modernista, con marcadas influencias del clasicismo greco-romano, del simbolismo, y del erotismo de los artistas franceses Paul-Émile Bécat y Édouard Chimot.
















 










Tuvo gran suceso su serie de ilustraciones Les seuils empourprés. Dix evocations erotiques (Los umbrales carmesí. Diez evocaciones eróticas):













Pero la más célebre es su serie de aguafuertes Les septs péchés capitaux: la luxure, la paresse, la gourmandise, la colère, l'envie, l'avarice y l'orgueil (Los siete pecados capitales: la lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia y la soberbia), realizada por el artista en 1918:








André Lambert murió el 24 de noviembre de 1967 en París. Sus restos fueron cremados y sus cenizas trasladadas luego a Jávea, donde se hallan bajo el pinar que él mismo plantó en la Cala Blanca alicantina.

-Juan Carlos Serqueiros-