viernes, 10 de febrero de 2012

LA PIBA DEL BLOCKBUSTER




















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

LA PIBA DEL BLOCKBUSTER
(Solari)

Hospitalaria y cordial
lo hizo más de una vez en el sofá más duro.
La arropa un suéter que hace tiempo ya
le queda muy chico (le queda tan bien!)
Juega acostada sobre el piso frío del solitario local.
Su mami es una Miss del año setenta y seis...
La piba del Blockbuster.
Con tiza un círculo cerré
con él la atrapé y ya no pudo salir.
Silenciosos o muy sonoros
sus besos son suaves bendiciones.
Su dedo me señaló
Su lengua el dedo lamió
Y me llevó hasta el cielo...
Sé que a veces me pongo ciego igual...
Entonces me hace creer
que me va a necesitar
más que a nada en el mundo.
Su fiel chapa es la cieguita de la strato
(por esta vez....)
y su hermanito es ese pescado
que me boxeó en un ascensor!
Qué glamorosa es!
bambolea al reír carcajadas roncas
y es tan dulce!
Sus labios, al sonreír con anillos de humo
leen los adelantos de la piratería.
En voz muy baja me habló
mis energías robó y me dio su fragancia.
Esa rata pelirroja es hija de croatas y me hechizó
Coca-Cola y bosanova y nada de tatuajes que ensucien su piel.
Ya nada queda de aquél alegre borrachín
del notable y fiel "whisky y soda".
¿Cuál es un viento favorable, en fin, 
para el que ve que no sabe que el puerto está en buen destino?
Soy sentimental! Muy sentimental!
no puedo... yo, decir que así me fue mal.
Un pavo guapo no soy
ya ni maña me doy
y ella está conmigo!
Tuve un mal día, temprano... hoy
leía el diario y mi cafetera estalló
y al tragar aspirinas y bollos
ya no la ví soplando el té.
Por más vueltas que doy
sé que burradas así
van a hacer tragar... mi orgullo... mañana.

Una letra sin mayores misterios, explícita, que simplemente nos cuenta una situación que comienza como pasional y que luego adquiere pretensiones de algo más: un chabón recaliente por una minita que atiende o regentea un local que detenta una franquicia de Blockbuster, la cadena yanqui de negocios de alquiler de videos; ella es "la piba del Blockbuster".
Comienza describiéndonos a la minita como "hospitalaria y cordial", en un sentido de irónica "delicadeza"; es decir, la menciona como "hospitalaria y cordial" apelando a un eufemismo para no poner directamente que la piba es ligerita, de las rápidas: al tipo que le gusta, se lo transa y a otra cosa mariposa; sin importarle si para ello tiene que hacerlo en condiciones, digamos... incómodas ("lo hizo más de una vez en el sofá más duro").


A continuación, nos la pinta usando un suéter que tiene ya cierto tiempo, presumiblemente de cuando la piba era una adolescente que no estaba desarrollada del todo, y ahora, convertida ya en un minón infernal, ese suéter "le queda muy chico", y obviamente, "le queda tan bien" porque le resalta los pechos.
Después, la situación erótica en el relato va in crescendo: la minita lo provoca al chabón con el jueguito de toquetearse acostada sobre el piso. Y trascartón, alude a la hermosura de la piba dándonos el dato de que la madre de ella fue reina de belleza décadas atrás ("su Mami es una Miss del año 76"), como diciendo "y... es una potra infernal, como la madre, que también era una bomba".
Luego, con lo de "con tiza un círculo cerré... la atrapé... no pudo salir" viene una alusión metafórica a la "táctica" que usó para engancharla a la minita; como vanagloriándose, pavoneando con haber "conquistado" semejante mina. Y hay como un dejo de sorna flotando, porque en modo alguno él se la ganó a la piba (y él lo sabe); sino que simplemente fue ella la que decidió transárselo al tipito; no hay, en realidad, ningún "mérito" del que pueda él jactarse. Lo cual, por otra parte, reconoce después, cuando entre mención y mención de las insinuaciones eróticas de la minita y de los besos que le da, termina por aceptar que "su dedo me señaló".
Seguidamente, pasa a darnos determinadas características de la piba, como por ejemplo, que no es constante en cuanto a las amistades que mantiene; ya que nos dice que "su fiel chapa", o sea, la amiga que habitualmente la acompaña, es "la cieguita de la strato"; otra piba, cuya particularidad es que tiene una "strato", es decir, una viola modelo Stratocaster. La particularidad de la "cieguita de la strato", es que distribuye merca, es una dealer (con lo cual, de paso, nos venimos a enterar de que la piba del Blockbuster también curte frula). Se trata de un personaje reflotado aquí por el Indio, y que él ya había descripto en los años 80 en una nota que se llamó "Mujeres imperiales", en su época como columnista de la revista Cerdos & Peces. Allí nos describía Solari los puntos que calzaba "la cieguita de la strato" con estas palabras:

Tenemos por último a "la cieguita de la Stratocaster", una violera que dilea y es el "cuco" de los taxis. Lleva los pedales en una bolsa de supermercado (en el fondo le da un poco de vergüenza). No es de gastar saliva y parece inofensiva pero toca con manos de mala y jala de lo peor. Una sola vez tiró unos tiros y nunca habló de los detalles. La "cieguita" es una mina bastante hostil pero es el pedazo de carnada que yo estaba esperando. Un artículo de mi gusto. Una flaca seca de piragua pero fácil de empalar. Tiene la bocha en un Sony y le gusta fanfarronear del palo. Con solo llorarle un poco da de la mejor calidad y afloja el blindaje cuando logra diversión. Eso si, no le vuelvas con el mismo cuento. Es bueno cambiar los trucos, morder en otro lugar.



El agregado irónico de "por esta vez" es lo que nos indica que la piba del Blockbuster no es precisamente un modelito de amistad férrea, ya que nos señala que por ahora y sólo por ahora, esa es su amiga; mañana, y... veremos, chi lo sa... En realidad, y de acuerdo a lo que decía el Indio a propósito de la "cieguita de la strato"; tampoco ésta es un ejemplo de constancia en cuanto a sus afectos, ¿no? Tal para cual con la otra, la del Blockbuster...
Y súbitamente aparece en escena otro familiar de la minita: un hermano, que se trompeó en un ascensor con el protagonista de la canción que narra la historia; quien lo considera un "pescado", o sea, un boludito. No es muy difícil inferir la escena a través de esa cualidad solariana de sintetizar toda una situación en pocas palabras: el protagonista de la canción es un tipo bastante mayor que la minita del Blockbuster, lo cual al hermano de ella, debe haberle dado justito en los quimbos; producto de lo cual, terminaron cagándose a piñas. Por eso, el tipo que narra su propia historia, lo considera al otro un "pescado", un "cuida", un "guardabosques", digamos.
Después, retoma la descripción de la piba, nos cuenta cómo lo cautivó con la sensualidad de sus "carcajadas roncas", lo voluptuoso de su boca exhalando el humo de un cigarrillo mientras le lee el catálogo con lo último en materia de videos: "los adelantos de la piratería", es decir, las películas que después se podrán bajar truchas desde la web; la manera en que ella se le insinuó, hablándole en voz baja, sugerente, y... listo, out el tipo, quedó enamoradísimo de esa "rata pelirroja hija de croatas", hechizado por semejante minón. Tanto así, que "ya nada queda de aquel borrachín del notable y fiel whisky y soda", aludiendo a que después de conocer a la minita, ya no sale a joder y escabiar como lo hacía antes; está como "domesticado" digamos.
Y llegamos ahora al nudo gordiano de la cosa. Todo lo que contó antes, era solamente el introito para que su interlocutor imaginario se ubique en el contexto, y pueda él explicar qué le pasa; que no es otra cosa que no saber cómo manejará en adelante la situación con la minita. Es por eso que pregunta "¿cuál es un viento favorable, en fin, para el que ve que no sabe que el puerto está en buen destino?" -frase que el Indio tomó de Séneca, modificando la que éste acuñó: "No hay viento bueno para el que no sabe adónde va". No sabe bien para dónde agarrar ("¿cuál es un viento favorable...?") porque él tiene consciencia de que es tornadizo y variable en materia de amores. Llegó hasta aquí y ahora sin anclar, sin quedarse definitivamente con nadie en pareja estable; pese a reconocer que le hubiera gustado eso ("el que ve que no sabe que el puerto está en buen destino"); todo lo cual encima está agravado por la diferencia de edades: él es un tipo carrereado y ya medio de vuelta; y la minita, a pesar de su precocidad amatoria, sexual; no deja por eso de ser una pendeja, hasta hace muy poquito nomás, una adolescente. En fin, un panorama no precisamente halagüeño para el futuro de una relación tan dispar.
Él quiere auto convencerse de que es muy capaz de enamorarse y estabilizarse: "Soy sentimental! Muy sentimental!", dice, para seguidamente, afirmarse en su creencia: "no puedo... yo, decir que así me fue mal", adjudicándole a esa supuesta condición suya de "sentimental", el "mérito" de estar con esa hermosa minita ("y ella está conmigo!"); pese a no ser precisamente un tipo pintón y agraciado ("un pavo guapo no soy") y a no haber apelado a la experiencia que le da su edad para "ganarse" a la piba ("ya ni maña me doy").
Pero a la mañana siguiente, gran bolonqui gran: tiene una discusión con la piba, la cual relata metafóricamente aludiendo a que tuvo "un mal día, temprano..., hoy"; él reaccionó con brusquedad, perdiendo la paciencia, lo que ilustra con lo de "mi cafetera estalló"; de resultas de todo lo cual, ella se va ("ya no la vi soplando el té"), y él se queda solo, cavilando ("por más vueltas que doy") en la cagada que se mandó ("burradas así"), cayendo en la cuenta de que no le va a quedar otra que ir a pedirle la escupidera a la piba, a pedirle perdón ("van a hacer tragar... mi orgullo"); pero eso sí: al día siguiente, cosa de no quedar con su ego herido en demasía por haber "aflojado" de una ("... mañana").
En fin, una pareja demasiado despareja esa. Todo apunta a que la cosa no va a andar. Una lástima, pero... quelevachache.

ENLACE A LA CANCIÓN EN YOU TUBE: http://www.youtube.com/watch?v=CoAyWNcrvVk

-Juan Carlos Serqueiros-