sábado, 24 de abril de 2021

LA INTELLIGENTZIA Y SUS ODIOS DEL AYER Y DEL HOY

 



Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Lo que me trajo a la memoria la gobernación de Aloé fue, paradojalmente, esta imagen que circuló los últimos días por las “redes sociales” y que muestra a un idiotita (encima, con el barbijo puesto sin cubrir la nariz) portando un cartel que reza "quiero estudiar para no ser como Kicillof":


A ese hombre, Carlos Vicente Aloé (n. Rosario, 1900 - m. Rojas, 1978), la intelligentzia argenta lo llamaba "caballo", "bruto", "burro", "ignorante" y lo zahería con mil epítetos más.
Fue el organizador de los Campeonatos Infantiles Evita, escribió varios libros, infinidad de artículos periodísticos, era propietario de una empresa editorial, poseía una nutrida biblioteca, detentaba una envidiable cultura y todavía hoy por hoy es reputado como uno de los mejores gobernadores que tuvo la provincia de Buenos Aires. Pero aún con todo eso... para la tilinguería vernácula era un "bruto".
Aloé adhería al revisionismo histórico, ergo, admiraba la figura histórica de Juan Manuel de Rosas, y fue el primero en disponer, en 1953, actos oficiales en conmemoración del combate de Vuelta de Obligado y en decretar feriado por fecha patria el 20 de Noviembre. Todo lo cual no le impedía comprender y valorar en toda su enorme dimensión, también la de Sarmiento, acerca del cual escribió: "Sarmiento -cuya acción se desarrolló en una época convulsionada, llena de pasiones violentas, donde precisamente el eje era él mismo- fue el más terrible, el más violento, el más terco y el más apasionado de los políticos de su tiempo. Pero también fue el más grande cerebro." (sic)
Fue Aloé quien mejor entendió el concepto y la mirada que respecto de la construcción, la narración y la divulgación del pasado de los argentinos tenía Perón, y por ende, el peronismo en tanto movimiento: sumar, siempre sumar; no contribuir jamás a perpetuar las divisiones y los odios pretéritos, y sobre todo; no propugnar la imposición de un relato histórico único erigido en "oficial", de manera de servirse de la historia para beneficiarse política y electoralmente en el presente. Porque en el panteón nacional hay cabida para todos los héroes de la argentinidad, TODOS.
Muy probablemente, los bisabuelos del pequeño guarango subnormal que por estos días portaba ese cartel denigrando a Kicillof, hayan formado parte de la intelligentzia estúpida, estulta y colonizada culturalmente, que irresponsablemente denostaba a Aloé en aquellos tiempos del primer peronismo. Eso casi seguro. Tan seguro como que sus abuelos hayan sido fervorosos partidarios de la fusiladora, y que el padre que en mala hora lo engendró y la madre que en peor hora todavía lo parió, tengan el cociente intelectual equivalente al de una ameba.
Persistir en el odio y en el desencuentro es la peor de las "escuelas".

-Juan Carlos Serqueiros-