lunes, 30 de diciembre de 2019

LA FELICIDAD




















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Anoche, tarde, después de haber disfrutado del frescor placentero y sustancioso de una fuente de atún con papas y salsa alioli, bien regadita con un torrontés helado hasta la escarcha, y de un rato de buena lectura; me dirigí al dormitorio para mostrarle a la jabru las fotos de la fiestita de mi nieto Eliseo (ayer cumplió 4 años el futuro full back de los Pumas y presidente de los argentinos), que mis hijas Claudia Noelia y Manuela Macarena, y mi yerno, Rudy, me acababan de enviar al celu.
Me encontré con esta escena: Gabriela cantándole una canción de cuna y acariciándolo al Rufino, nuestro perro, que se entre dormía a su lado, panza arriba; mientras al otro costado, también sobre la cama, la India, nuestra perra, apoliyaba plácidamente a pata suelta tapada hasta las orejas.
Flaubert escribió que "la felicidad es una mentira cuya búsqueda causa todas las calamidades de la vida". No sé si será tan taxativamente así, pero lo cierto es que la felicidad se me antoja el espejismo de un oasis que uno persigue incesantemente, medio muerto de sed; sin acordarse de que lleva consigo una cantimplora llena de agua. 
Por su parte, el Indio Solari canta: “la buena felicidad dicen que no se nota”, y a veces, me hallo inclinado a pensar que puede ser, eh, bien puede ser así. Chi lo sa
Miren, la verdad, soy un ignorante que no sabe si es una mentira, como sostiene Flaubert; o si existe y no se nota, como dice Solari; pero sí estoy absolutamente seguro de algo: si la felicidad existe, clavado que está representada en esa escena de mi esposa junto a nuestros perros.

-Juan Carlos Serqueiros-