Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado. (George Orwell)
Ningún gobierno, sea del signo partidario que fuere, sustente la ideología que sustente y propugne los postulados que propugne, bajo ninguna circunstancia ni con ningún pretexto ni excusa, debe albergar el propósito ni arrogarse la potestad de manipular la historia a su antojo, estableciendo una visión maniquea de la misma con "buenos" de un lado y "malos" del otro; sean quienes fueren los supuestos "buenos" y "malos".
La enseñanza de la historia en la educación pública en todos sus niveles, debe limitarse a la narración veraz de los hechos y circunstancias fehacientemente comprobados, y a partir de ello, a fomentar el interés de los alumnos por leer distintos autores, investigar todas las fuentes disponibles, inducir sus propios raciocinios, extraer sus propias conclusiones y formar su propia opinión.
Basta de la dicotomía historia "oficial" vs. "revisionista"; pues como dijo Arnold Toynbee en su visita a nuestro país: "¿Cómo? ¿Tienen ustedes una corriente histórica revisionista? Qué extraño... si la historia es por naturaleza revisionista". Entonces hubo que explicarle al ilustre visitante que eso era consecuencia de que habíamos tenido antes un relato histórico impuesto como oficial, y que de resultas de ello; debió venir una reacción revisionista (que también macaneó bastante, dicho sea de paso, tal como habían macaneado antes los otros). El bueno de Toynbee sacudía la cabeza y no entendía nada... Y claro, cómo iba a entender que se mintiera adrede en algo tan fundamental como el pasado... Impensable. "Es tan chiflado y obnubilado que puede ser..." (Indio Solari dixit).
Para este gobierno y para todos los que de aquí en más le sucedan, sean quienes fueren los que los encabecen y dirijan: Basta de manipular el pasado. Basta de historia falsa y amañada en un sentido u otro. Basta de "buenos" y "malos". Basta de organismos oficiales como academias e institutos burocráticos, prebendarios y parasitarios mamando de la teta del Estado; sólo el CONICET y ya; los demás, que se financien solos, si pueden, o desaparezcan en buena hora.
Dejen a los argentinos libres para que puedan comprender su pasado y llegar a la síntesis de su historia.
-Juan Carlos Serqueiros-