Cuando empezamos con la página Esa Vieja Cultura Frita (idea y creación de mi esposa, Gabriela), allá por el 11 de noviembre de 2011, salvo algunos amigos de ella y míos; no nos leía nadie en nuestro país; sólo personas casi todas europeas ellas, y mayoritariamente provenientes de o que habitan en, Rusia.
Seguramente, eso último se debió a dos factores: mis interpretaciones de la poética del Indio Solari en las canciones incluidas en el disco Oktubre (que conceptualmente es un homenaje a las revoluciones en el mundo); y una herramienta fundamental en internet: el traductor de Google, que posibilitó que gente en la lejana Rusia pudiera leer en su propio idioma lo que nosotros escribíamos en castellano.
Después, con el correr de los meses, las visitas a la página paulatinamente fueron in crescendo, a medida que, además de analizar la poética del Indio Solari; fuimos publicando artículos de Gabriela sobre psicología, artículos míos sobre historia, poemas y cuentos de ella y míos, etc., así tal como continuamos haciéndolo.
Pero como consigné precedentemente, en los comienzos sólo nos leían en Rusia; así que enormemente agradecido al pueblo ruso, subo esta hermosísima pieza del folclore de ese gran país: "Korobéiniki", una melodía popular de autor anónimo hecha canción a partir de aplicarle los versos que en 1861 escribió el poeta Nikolái Nekrásov (n. 1821 – m. 1877).
Los korobéiniki son buhoneros, es decir, vendedores ambulantes. El poema de Nekrásov narra la historia de uno de ellos quien, con sus hombros fatigados, muy doloridos, por cargar la pesada bandeja en que lleva sus mercancías, ofrece éstas a Katia, una bella joven de ojos oscuros que al principio regatea con él; pero él la besa y ambos terminan juntos en un campo de centeno.
Vaya pues, nuestro homenaje a Rusia con amor y brindando con vodka (por supuesto, artesanal). ¡Здоровье!
-Juan Carlos Serqueiros-