Nunca,
pero NUNCA, hay que caer en el pecado de equiparar coyunturas del presente con otras que acontecieron en el pasado más o menos remoto y que (engañosamente) se nos antojan parecidas. Es ese un grave error en el que, lamentablemente,
con excesiva frecuencia caen algunos de entre quienes se ocupan de narrar la
historia.
Sin
perjuicio de ello, uno sí puede mirarse en el espejo de las figuras históricas,
y comparar las virtudes y los defectos que durante su vida hayan evidenciado; con la calidad
humana que dejan traslucir ciertos personajes de la actualidad.
Por
ejemplo, la Francia que nos hizo la guerra en pos de voltear al gobierno de
Rosas, al comprobar lo fútil de su intento y la imposibilidad de conseguir sus
fines, ofreció a Lavalle (su aliado circunstancial, por perseguir el mismo
propósito) que fuera a radicarse en París y reconocerle, en el ejército
francés, sus glorias, su grado y su sueldo de general. Lavalle lo rechazó
terminante y airadamente.
El
inmundo cipayo ladrón ex ministro de Hacienda y servil felpudo de los poderes
foráneos, dujovne (minúsculas adrede, en sentido bien peyorativo y entendidas como
expresión de asco), huyó de nuestro país después de ser uno de los actores
principales de entre quienes lo empobrecieron y saquearon, para disfrutar en
Yanquilandia de los millones que atesoró perjudicando a su propia patria (a la
que desde luego, no siente como tal).
No
he comparado épocas; sólo he descrito actitudes y calidades.
-Juan
Carlos Serqueiros-
Buena descripción, triste también.
ResponderEliminarAbrazo compañero!
Y no está de más recordar que "dujovne" se había hecho conocido mediáticamente gracias al holding Clarín y específicamente al programa de TN Odisea Argentina, conducido por Carlos Pagni, donde era columnista permanente. Este Pagni, al día siguiente del fallecimiento de José Alfredo Martínez de Hoz, le publicó un aviso fúnebre personal de homenaje. Si agregamos que Clarín hizo buenos negocios con la gestión de Jorge Rafael Videla, podremos advertir cómo este holding nos sigue arruinando la vida. Facundo Cano
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