viernes, 12 de abril de 2024

AYESHA, EL RETORNO DE ELLA






























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Acordamos encontrarnos en esta vida para aprender algo. (Gabriela Borraccetti)

Henry Rider Haggard (n. 22.06.1856 – m. 14.05.1925), fue un extraordinario escritor inglés de literatura fantástica, viajes y aventuras. Los personajes más representativos de su obra literaria, y en torno a los cuales giraría la parte más difundida de la misma, son Allan Quatermain y Ella
Con respecto a Ella, Haggard hizo una saga de cuatro novelas: "Ella" (1887); "Ayesha, el retorno de Ella" (1905); "Allan y Ella" (1921); e "Hija de la Sabiduría" (1923). En particular, la que nos convoca hoy es “Ayesha, el retorno de Ella”; pero sin perjuicio de citar (a título informativo y sólo para dar una idea de la relevancia de Haggard en la literatura universal) que los cuatro que componen la serie Ella, están entre los libros más editados y vendidos en todo el mundo; y que a Ella la han referenciado e iconizado, por ejemplo y entre otros, tanto Sigmund Freud —para quien representa lo eterno femenino y quien específicamente menciona a Haggard (que dicho sea de paso, es su escritor de aventuras predilecto) en “La interpretación de los sueños”—; como Carl Gustav Jung —quien la considera una manifestación del anima y cita expresamente a Haggard en “El fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia”—. Casi nada, ¿no?
Leo Vincey es un inglés que en vidas anteriores fue Kalikrates, un sacerdote de Isis a quien ésta había matado por celos al enamorarse él de la hija del faraón. Acompañado por su inseparable amigo y padre adoptivo Ludovico Horacio Holly; Leo va en busca de su adorada Ella, a quien en otro tiempo había conocido en sus viajes por el África. Ella es una mujer inmortal, diosa y reina, que ha sido en Egipto el Oráculo de Horus, se ha bañado en la Fuente de la Vida, y es nada menos que la manifestación terrenal de Isis. Ahora, después de veinte años e impelido por una visión que experimentó, Leo debe ir a su encuentro en el Asia, y en las mesetas tibetanas afrontará mil peligros y conjuros para reunirse con su amada, que ha reencarnado en Ayesha, una sacerdotisa muy anciana de milenaria sabiduría. El amor de Leo devolverá a Ayesha su radiante, divina e indescriptible belleza. Y entonces... pero no, nada de y entonces; mejor no te cuento más, no quiero espoilear.
Leí este libro en mi adolescencia y lo releí muchas veces (de hecho, acabo de hacerlo). Me conmovió, me laburó planos altísimos de la psiquis, y sin embargo; nunca antes había podido, por más que cavilé en ello, explicarme racionalmente el porqué. Hasta que en abril de 2011, al fin supe —no por el cerebro, sino por el corazón, o quizá; por la conexión entre este último y la mente— el motivo, e incluso; escribí en aquella oportunidad un poema (que nunca publiqué, pero me apresto a hacerlo en unos días).
Las obras cumbres de la buena literatura universal, no saben de tiempo; perduran por siempre. Millones y millones de personas leyeron a Haggard y se deleitaron con sus novelas. Sus libros seguirán siendo lo que los malditos marketineros adoradores del dios mercado llaman best seller.
Si no has tenido ocasión de leerlo hasta ahora, este es un buen momento para hacerlo. Te va a proporcionar un gran placer y te transportará, sin golpes arteros, sin estridencias violentas y sin trucos literarios de baja estofa, a mundos exóticos, al reino de la fantasía (¿será fantasía?); lo cual ya de por sí, como escape a una tangibilidad que suele dolernos y agobiarnos; no es poco decir.
¡Ah!, y ni siquiera tendrás que gastar dinero en comprarlo; ya que si no te molesta leer en versión e-Book, podrás bajarlo gratis de la web en formato pdf o ePub.
Que lo disfrutes.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen de portada: Creada por Gabriela Borraccetti con IA


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí, tal cual, lo es y mucho. Incluso, uno puede echar a volar la imaginación y auto convencerse de que quizá, después de todo; haya un atisbo de expectativa en la redención de la especie humana; por más que el actual sea un mundo en que el egoísmo trasuntado en la exacerbación del individualismo sea la regla corriente. Posiblemente no sea más que un delirio mío, pero creo percibir en el de Leo por Ayesha (o Ella) un amor de esos que son trascendentales y que se parecen mucho al concepto nietzschiano de amor fati, de amar nuestro destino más allá de todo lo bueno y malo que depare.

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  2. Aspectos de una sabiduría milenaria hechos novela. La ficción nace de un punto al que llegaron algunos y otros toman como imaginación casual. ❤️

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