Escribe: Juan Carlos Serqueiros
La foto -que según cuenta la tradición familiar de los Newbery, estaría tomada desde la casa de Carlos Delcasse en Belgrano- es probablemente, de 1911, a lo sumo 1912. En ella aparecen Jorge Newbery sentado en su automóvil Anasagasti, y a su lado, su perro King, un bull dog inglés al que adoraba.
El ingeniero Jorge Alejandro Newbery fue un argentino que prestigió a nuestro país en el mundo entero. Patriota y emprendedor incansable, funcionario público eficiente y ejemplar, deportista cabal y destacado en múltiples disciplinas, mecenas y presidente honorario del club Huracán, personalidad principalísima de su época, y hombre de mundo, de ciencia y de progreso.
Valiente y arrojado, podría decirse de él que se bebió la vida como suelen hacerlo los héroes que nos dejan temprano: apurándola a grandes tragos. Se lo llamaba "el poeta de la energía", por la voluntad que ponía en todo lo que acometía; para él, una vez adoptada una decisión, no había paz ni descanso hasta planear y ejecutar lo que se había propuesto.
En 1908 concretó un matrimonio poco feliz con la bellísima Sarah Escalante (separándose los cónyuges en 1912), del cual nació, en 1909, un hijo: Jorge Wenceslao Newbery, que falleció antes de cumplir los diez años al caerse de un caballo.
Decidido partidario de la gestión estatal para los servicios y de la propiedad estatal de los recursos naturales, escribió y publicó un libro relativo al petróleo de Comodoro Rivadavia, que fue para la época una obra de consulta y referencia.
Jamás quiso saber nada con la politiquería partidista y electorera; sus desvelos eran para la patria que amaba y no para ninguna divisa. Su obsesión era que no nos ganaran de mano los chilenos en el cruce de los Andes en avión, y en ese cometido murió trágicamente, el 1 de marzo de 1914. Sus exequias fueron imponentes y todo el país lo lloró.
¡Gloria a Jorge Newbery!
-Juan Carlos Serqueiros-
Buena reseña para contar una vida tan agitada, de un solo trago
ResponderEliminarGloria y ¡Salud!