sábado, 21 de junio de 2025

DONDE ARDE EL FUEGO NUESTRO

















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Una canción debe ser como un pájaro, y ese pájaro tiene que llamar la atención de la gente. Pero cuando la gente se le aproxime, el pájaro deberá volar; ni tan lejos como para perderse de vista, ni tan cerca como para que pueda ser capturado fácilmente. (Rubén Lena)

DONDE ARDE EL FUEGO NUESTRO
(Canción, letra y música de Rubén Lena)

Cuerpo a cuerpo con la luz,
la soledad en pie,
duele en el aire.

Porque la patria es patria
de la voz y el silencio,
porque patria es la casa
donde arde el fuego nuestro.

Muerte, cuídame,
porque sin mí
tú te mueres.

Luminosa sombra de
leve, eterno perfil,
toca y no toca.

Porque la patria es patria
de la voz y el silencio,
porque patria es la casa
donde arde el fuego nuestro.

Muerte, cuídame.

Esta bellísima y sentida canción trascendió a partir del momento en que fuera versionada por Los Olimareños, dúo oriental integrado por José Luis Pepe Guerra y Braulio López, que en 1978 la grabó en Barcelona, y ese mismo año la editó en México para el sello Fotón en el álbum que lleva precisamente como título Donde arde el fuego nuestro.


Al año siguiente, el disco fue editado también en España por el sello Auvi.


Y habría que esperar hasta 1984, año ese en el cual por fin, Donde arde el fuego nuestro fue editado en Uruguay por el sello Ceibo, y en Argentina (en formato cassette) por el sello Interdisc.





Su poética está referida a los muertos y desaparecidos durante la tiranía militar en Uruguay: un exiliado vuelve a su patria, a la cual percibe ahora como hecha "de voz y silencio" (las voces de protesta y el silencio final de quienes las alzaron y ya no están), y entonces, ante la falta de ésos; ve a la soledad "en pie". Y lo de "muerte cuídame..." está ligado al concepto hermético de "como es arriba es abajo”, etc.: si la vida acaba; también muere la propia muerte, porque se perdería el contraste entre existencia física y el fin de ella. La muerte sólo existe si tiene una vida a la cual oponerse; si esa vida termina, ya no hay oposición entre ella y la muerte.
En síntesis, “Donde arde el fuego nuestro” habla de los dos universos: el material, real, digamos; y el álmico, y de lo que para el Rubito Lena representa la patria, esa que está dentro suyo y a la cual concibe como el hogar donde arde su fuego, es decir su entidad inmaterial, su Ser.

-Juan Carlos Serqueiros-


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