miércoles, 28 de agosto de 2024

¡CUÁ CUÁ, AMÉN!
























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

¡CUÁ CUÁ, AMÉN!
(Beilinson-Solari)

Me acabo de enterar de un fiero crimen
de un rico embarque de sangre de Satán.
¡Cuá cuá, amén!
¡Cuá cuá cuá, amén!
Mi conciencia estaba lista
cuando la carne explotó.
Nunca en la vida fui golpeado tan duro.
Puntos de acetileno cegador.
¡Cuá cuá, amén!
¡Cuá cuá cuá, amén!
Los deben estar venciendo...
(¡Dios siempre tan "imparcial"!)
Pasé la noche en un regio salvavidas
y el fuego blanco se encargó de mi piel.
¡Cuá cuá, amén!
¡Cuá cuá cuá, amén!
¡Dios siempre tan "imparcial"!
¡Los huevos nunca miró!
¡Cuá cuá, amén!
¡Cuá cuá cuá, amén!
Órdenes y gritos sordos.
Miedo y llanto puteador...
¡Puntos de acetileno para todos!
¡Puntos de acetileno cegador!

Un inédito: "¡Cuá cuá, amén!", con una letra en apariencia hermética; aunque claro, hermética… para quienes ignoran que se trata de un tema que el Indio compusiera para describir el horror pasado por uno de los sobrevivientes al hundimiento del buque argentino A.R.A. General Belgrano acaecido el 2 de mayo de 1982 durante la guerra de Malvinas; por parte del submarino nuclear inglés H.M.S. Conqueror (qué nombrecito eh, justito pa’ los piratas británicos).
Y como suele ocurrir siempre que se trata de la lírica solariana, no faltarán aquellos que digan: "a partir del conocimiento del hecho al cual está referida, la letra pasa automáticamente de hermética a explícita" ("cómo no se nos ocurrió", Solari dixit), olvidados de que la poesía del Indio no es hermética y no es explícita; es simplemente poesía, y como tal, de libre interpretación a partir de cómo impacta en los sentidos de cada quien. Estarán los giles de siempre, los que se las saben todas, los que con aire de sobradora suficiencia dirán (como de costumbre): "habla de la droga"; y estarán los no menos giles del otro bando, los que no entienden un carajo de nada (y no porque les fallen las neuronas; les fallan los sentimientos, y por eso no comprenden), que dirán, entre desalentados y resignados: "las letras de Solari son ininteligibles, indescifrables". Y bueno, hay de todo el viña del Señor, quelevachache
Retomando la ilación, decía que la letra trata sobre las vivencias de alguien que sufrió en su propio cuero aquel espantoso suceso. Como es habitual en Solari, el título del poema tiene una relevancia fundamental. "Cuá cuá, amén" es una metáfora muy finita, que en sólo tres palabras condensa una situación de gran complejidad: El A.R.A. General Belgrano había sido detectado por el submarino H.M.S. Conqueror, que inmediatamente dio aviso al gobierno británico y solicitó instrucciones, recibiendo como respuesta la orden de hundir el buque.
Y a partir de eso, estamos entonces en posición de inferir fácilmente el tenor aproximado del diálogo entre el capitán del submarino y el almirantazgo inglés. Submarino: "Buque argentino a la vista" > Almirantazgo inglés: "Húndalo" (cuá cuá, escribe el Indio, apelando a la onomatopeya del sonido que emiten los patos de modo de referirse a la expresión popular "al agua, pato", es decir, la acción de lanzar a las aguas del mar o del río, a alguno o algunos) > Submarino: "El buque argentino está en aguas fuera del área de exclusión, ¿reitera orden?" > Almirantazgo inglés: "Cumpla orden y húndalo" > Submarino: "Así lo haré" (“amén”, escribe el Indio, utilizando esa antiquísima palabra hebrea que significa "así sea").
En cuanto al cuerpo de la letra, no tiene mayores misterios una vez develada la situación que en ella se pinta: es un "fiero crimen" porque se trata de un crimen de guerra (más allá de que la guerra sea en sí misma un crimen), "los deben estar venciendo" (aludiendo a las noticias que se esparcían a través de los medios periodísticos sobre la suerte de nuestras tropas en la guerra), "mi conciencia estaba lista" (queriendo significar el hondo patriotismo de nuestros soldados que peleaban por un trozo de patria irredenta), etc.; salvo por algunas metáforas que encierran más de un significado, como por ejemplo, la de “acetileno cegador”, que está referida tanto a los destellos deslumbrantes que se derivan del torpedeo al buque y su consecuente explosión, como así también a la supuesta obsolescencia del barco (el A.R.A. General Belgrano era un navío que databa de 1938 y algunos afirman que estaba más para desguazarlo que para usarlo en una guerra; particularmente, ignoro si en efecto es así). El acetileno se usa en el soplete autógeno, una de las principales herramientas empleadas en el desguace de barcos para cortar las chapas (que en realidad, son gruesas planchas de hierro) que los componen, y es "acetileno cegador" porque el deslumbramiento que provoca es tal, que el operario se ve obligado a utilizar antiparras muy oscuras de modo de poder ver la tarea que está llevando a cabo, pero con los ojos convenientemente protegidos.
Y como no podía de ser de otra manera, hay algo así como un palazo del agnosticismo del Indio a un dios al cual (irónicamente por supuesto) tilda de “imparcial”, achacándole el no tomar partido por la causa argentina, del lado de la cual está la justicia.
En fin…


-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 27 de agosto de 2024

ATRAVESANDO VELOS





























ATRAVESANDO VELOS
(Poema de Gabriela Borraccetti)*

Caminar sobre el filo de las navajas
Gatear sobre cornisas empinadas
Morder un cuchillo
Apretar los dientes
No bajar la mirada
Ni emprender retiradas
Clavarse las uñas cerrando el puño
Coser las heridas sin anestesia
Rasgar los velos de lo oscuro
Y animarse a la luz
En medio de la tiniebla.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

domingo, 25 de agosto de 2024

CUANDO ME FALTEN LAS PALABRAS





























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Extático, a través del ventanal disfruto del renovado placer de contemplar la lluvia. Estoy solo (¿acaso no lo estamos todos siempre?), pero en cercana y amada compañía: mi esposa: Gabriela, se encuentra en su consultorio, inmersa en un día especialmente cargado de pacientes; nuestros tres perros: Rufino, India y Malevo; y nuestra gata: Greta, están durmiendo abrigados y despreocupados —por supuesto, en nuestra cama, a la cual obviamente consideran territorio propio y representaría un trabajo de Hércules cualquier intento de desalojarlos—.
La tibieza acariciante del mate amargo baja por mi garganta, mientras las volutas de humo del cigarrillo que estoy fumando dibujan figuras caprichosas, las cuales me empeño en asimilar a las fusas y corcheas de ese maravilloso "Oblivion" con que la magia de Piazzolla ha tenido a bien bendecirme.
Son esos instantes de la eternidad en que se me ocurre que quizá, y a pesar de su condición cuasi invariable de injusta; la vida sí tenga algún sentido...
Y entonces, quisiera atesorarlos en un cofre, para ir por ellos cuando a ese maldito gordo traidor del Espasa-Calpe de mi mente le falten las palabras a la hora de expresar cuán feliz me siento.
Y es que como acertadamente canta Daniel Altamirano: “Vea, chamigo: la vida es linda, / después de todo; nada es mejor. / Y nunca es pareja la ley del hombre… / Y pasa ‘e todo en la viña ’e Dios”.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Michael Bilotta, "The Secret Keeper (El guardián secreto)".

jueves, 22 de agosto de 2024

EXPERIENCIAS































Escribe: Gabriela Borraccetti *

Con la llegada de la noche suena una canción de cuna al ritmo de las luces que parpadean en el manto azul de una ciudad con pocas estrellas y muchos faroles. En posición de firmes, ellos bordean esta avenida que es de una sola mano, que por ser circular no tiene principio ni fin, y que se llama vida.
Tomo mi sueño más claro y salgo a caminar por ella para detenerme y abrir los ojos en el semáforo que con un guiño cómplice me prometa su cumplimiento, y experimento en ese instante, la inmensa alegría de creer que nunca doblaré en cualquier esquina, desapareciendo entonces con mi sueño pesándome frustrado en la espalda.
Sin embargo… siempre hay un “sin embargo”, un pero, un desvío a contramano, y en ese momento; el manto de estrellas deja de ser luz para hacerse pesadilla en un punto del camino.
La mente intenta desenredar los hilos de una maraña tejida de malvones de malos pensamientos, y se olvida de la bienaventuranza de aquella primera luz verde.
Ya no se ven las señales, la lógica confunde a los sentidos y engañan las creencias que siempre se sostienen en contra del corazón. El amor se razona, los sentimientos se piensan, y es así como el abismo se interpreta como escalera salvadora.
Tras la cortina de la mente se erigen las murallas que separan las luces, y en la penumbra derramo ilusionada el agua que exprimí de mi última emoción. Pongo un pie en lo que veo como peldaño y caigo en el abismo que se cierne en mi estómago con la sensación de que es la última vez que suspiro.
Por suerte, siempre hay un por suerte, y al final de la caída los ojos ven, la mente piensa, pero sobre todo; ahora el corazón… siente.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

miércoles, 21 de agosto de 2024

FANFARRIA DEL CABRÍO


Escribe: Juan Carlos Serqueiros

FANFARRIA DEL CABRÍO
(Beilinson - Solari)

En el año de la fiebre
por descuido del Señor
llegó el que no tiene tiempo
el diablo más veloz
arrastrando los pies.
Ni cuando robó el fuego
tuvo esa rapidez.
No vino hasta éste mundo
a caerte en gracia a vos.
Le prohibieron la manzana
sólo entonces la mordió
la manzana no importaba
nada más la prohibición.
El cuerpo del delito
se esconde en su corazón
Luzbelito está creído
que fué él que nació en Belén.
Demonio de lengua de oro
(Dios es tan poco cortés)
llegó y pateó la Caja de los Truenos
y sonrió...

Una fanfarria es un conjunto de instrumentos musicales metálicos, de los llamados de viento (trompetas, saxos, oboes, etc.), que por lo general se usa para darle una significación musical especial, realzada, a algún acontecimiento muy solemne o heroico. En este caso, el Indio aplica el término asociado a la figura del diablo: Luzbel o Luzbelito representado como un macho cabrío (en los libros de misterio, ocultismo, etc., generalmente se lo ilustra como tal).
"En el año de la fiebre / por descuido del Señor / llegó el que no tiene tiempo / el diablo más veloz / arrastrando los pies. / Ni cuando robó el fuego / tuvo esa rapidez. / No vino hasta éste mundo / a caerte en gracia a vos.": Esas estrofas son representativas de la tremenda cultura general del Indio. Para aludir a la aparición del diablo, recurre a una metáfora en la cual asimila al dios monoteísta en el que la mayoría de humanidad cree hoy en día a través de las religiones más difundidas (cristianismo, judaísmo e islamismo); con los antiguos dioses de la mitología griega. Comienza diciendo que "por descuido del Señor" llegó el "que no tiene tiempo, el diablo más veloz", refiriéndose a Prometeo, un semidios griego a quien Zeus, el padre de los dioses, le encargó la creación del ser humano en la Tierra; conjuntamente con Epimeteo, otro semidios al cual le encomendó la creación de los distintos animales, excepto el Hombre. Pero Prometeo se tomó tanto tiempo para la tarea de crear el Hombre, que cuando terminó, se dio cuenta de que Epimeteo ya le había concedido demasiados dones a las demás criaturas que poblarían la Tierra; entonces a él se le ocurrió robar el fuego de los dioses, cosa que hizo en un descuido de Zeus (de ahí las frases que usa el Indio: "ni cuando robó el fuego" y "en un descuido del Señor") y entregárselo al Hombre para que pudiera calentarse. Prometeo es "el que no tiene tiempo", sencillamente porque se tomó un plazo tan extenso para cumplir el encargo de Zeus y crear al Hombre, que cuando culminó su tarea ya no le quedaba tiempo para darle dones especiales; por eso le dio el fuego que les robó a los dioses del Olimpo.
"Le prohibieron la manzana / sólo entonces la mordió / la manzana no importaba / nada más la prohibición.": Otra metáfora altísima del Indio; asimila lo de Adán y Eva en la tradición judeocristiana, comiendo el fruto prohibido, a raíz de lo cual fueron castigados con su expulsión del Paraíso Terrenal); con la "rebeldía" de Prometeo contra Zeus al robar el fuego de los dioses, por la cual Zeus decidió castigar a toda la humanidad con plagas, pestes y desgracias. Solari nos pinta a través de esta metáfora, cómo, desde que el mundo es mundo, desde los orígenes mismos de la humanidad, todas las religiones, aún las politeístas como la griega, tenían el concepto de la "rebeldía" del Hombre contra Dios.
"El cuerpo del delito / se esconde en su corazón / Luzbelito está creído / que fue él que nació en Belén.": Continúa estableciendo analogía entre "nuestro" diablo (Luzbelito), y Prometeo (en la mitología griega, éste último esconde el fuego que robó a los dioses del Olimpo, en un tallo de hinojo; y de allí lo de "el cuerpo del delito se esconde en su corazón", porque Prometeo se "subleva" contra Zeus a causa de "su corazón": se conduele de ver al Hombre pasar frío, por eso se enternece y decide beneficiarlo, robando el fuego y dándoselo). Lo de "está creído que fue él el que nació en Belén" es porque Luzbelito, al igual que Prometeo, incurrió en el pecado de la soberbia al creerse igual a Dios, o en este caso, al Hijo de Dios en la religión cristiana: Jesús, que nació en Belén. Luzbelito se considera igual al Hijo de Dios, por eso cree que fue él quien nació en Belén.
"Demonio de lengua de oro / (Dios es tan poco cortés) / llegó y pateó la Caja de los Truenos / y sonrió...": la mejor metáfora de la canción (o al menos; a mí me parece directamente sublime): la "Caja de los Truenos" es lo que por conducto de Pandora, envió Zeus (de allí nace la expresión popular "la Caja de Pandora"). La Caja contenía en su interior el dolor, el crimen, la pobreza, la guerra, la muerte y la desgracia; elementos todos con los cuales Zeus quiso castigar a la humanidad para vengarse de lo que había hecho Prometeo dándole al Hombre el fuego robado del Olimpo. Pero Prometeo se da cuenta del ardid de Zeus y rechaza a Pandora y la Caja de los Truenos (de allí lo de “pateó la Caja de los Truenos”). Por eso el Indio dice irónicamente "Dios es tan poco cortés"), porque lo imagina lleno de malos designios para la humanidad, queriendo castigar a ésta con lo contenido en la Caja de los Truenos. Y en otro alarde de genialidad, Solari finaliza la metáfora con "y sonrió", es decir, nos presenta a Prometeo/Luzbelito sonriendo al creer que pateando la Caja, frustraría los designios de Zeus/Dios, pero claro; no contó con que a éste le sobraban recursos, como por ejemplo, la curiosidad de Pandora, quien no pudo resistirse a la tentación de abrirla.
Y sí, que querés... es bastante turro ese Zeus/Dios "tan poco cortés"...


-Juan Carlos Serqueiros-


lunes, 19 de agosto de 2024

LA SUERTE DE VIVIR CON SUERTE





















Escribe: Gabriela Borraccetti (*)

Qué suerte tuve con la vida que me tocó, porque al querer una fácil y sin dolor; me topé con la dificultad y las heridas.
Qué suerte que jamás pude hacer pie en lo superfluo ni pude escaparme en las drogas ni en los vicios, y que dos por tres en el camino, un terremoto sacudiera mis ladrillos. Qué grandes hallazgos obtuve, al bajar por las grietas al infierno, trayendo de él algún diamante que brillara como un sol en el cielo.
Qué buenaventura la mía, que creí ver lo majestuoso en los otros, hasta ver hoy, pasado el tiempo, que lo profundo nunca estuvo por fuera de mi piel.
Tuve mucha suerte, créeme, de estar en graves extremos, de equivocarme y disculparme, de equivocarme y enterrarme, de equivocarme y superarme.
Por toda la suerte que tuve, hoy sé que de lo pasado no podría haberme quedado con nada, que todo lo que perdí está más que bien perdido, porque no desearía volver a encontrarlo y porque si volviera a vivir; no me arrepentiría de lo vivido.
Comprendo cada paso que di, cada error que cometí, y si pretendiese cambiar algo, simplemente sería infame.
La ignorancia se va con los años si es que uno aprende la lección y al mirar hacia atrás, no huye; y al mirar hacia adelante, corre o camina; pero siempre... AVANZA.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

jueves, 15 de agosto de 2024

FUEGOS DE OCTUBRE























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

FUEGOS DE OCTUBRE
(Beilinson-Solari)

De regreso a Octubre
(desde Octubre)
Sin un estandarte de mi parte...
Te prefiero igual, internacional.

El título es una reminiscencia de la revolución de octubre (octubre según el calendario juliano; noviembre según el gregoriano, que hoy por hoy es el adoptado en casi todo el mundo) de 1917 en Rusia, en la cual tomaron definitivamente el poder los sóviets, ya caído el zarismo desde marzo de ese mismo año.
La canción es precisamente la que abre el disco, el track nº 1; por eso en la grabación pirata del recital de Paladium donde se presentó Oktubre por parte de la banda, en el comienzo del show se puede escuchar, como música de fondo, la “Obertura 1812”, de Piotr Ilich Tchaikovsky, creada para conmemorar el triunfo del pueblo ruso frente a las tropas napoleónicas.
Y también, obviamente esta canción "Fuegos de octubre" es la que marca la temática general del disco, el arte de tapa con las banderas negras y rojas del anarco-sindicalismo, la catedral de La Plata en llamas, etc.
Con lo de “de regreso a Octubre (desde Octubre)”, Solari "regresa", evoca, aquella revolución rusa retrotrayéndose imaginariamente al mes de octubre  de 1917; pero lo hace partiendo desde un tiempo determinado: el mismo mes de la actualidad (entendiendo, claro, como actualidad a octubre de 1986, mes y año en que se lanzó oficialmente el disco).
Las dos frases subsiguientes, es decir “sin un estandarte de mi parte" y "te prefiero igual, internacional”, nos revelan el impresionante poder de síntesis del Indio. Se refiere a que si bien no se embandera ni partidaria ni ideológicamente con la revolución rusa de 1917 ("sin un estandarte de mi parte"); en cambio sí comparte ("te prefiero igual") los postulados internacionales de hermandad proletaria que la misma propugnaba, y por eso la homenajea. Esos postulados son "internacionales" porque datan de la I Internacional (que es la Asociación Internacional de Trabajadores inaugurada por Karl Marx y Friedrich Engels en Londres en 1864), y también de la II Internacional (que es como se denomina al Congreso Internacional de Trabajadores reunido en París en 1889 con el propósito de unir a todos los partidos socialistas, laboristas y social-demócratas europeos).
Además, con lo de internacional, se refiere a la marcha "La Internacional", que es el himno obrero que cantaba el pueblo ruso sublevado contra el zar Nicolás. El pueblo (obreros, campesinos, estudiantes y soldados desertores del ejército) cantaba esa marcha para diferenciarse de las tropas leales al zar; que entonaban el tradicional himno ruso “Viva el Zar” impuesto por la dinastía Romanoff.
Solari canta dos veces la estrofa y eso no es casual, sino que tiene un significado simbólico: lo hace de ese modo porque sí comparte los postulados de la I y II Internacional; pero no así los de la III Internacional (el Congreso de Moscú en el cual Lenin puso a todos los partidos comunistas del mundo bajo la órbita del partido comunista ruso), y tampoco los de la IV Internacional (reunida por Trotsky en París en 1938).
O sea y en resumen: se está poniendo por encima de cualquier ideología y/o postura partidaria: comparte los ideales y la lucha contra las injusticias sistémicas que animaron la revolución de 1917 en Rusia, pero hasta ahí llega; el resto ni lo comparte ni lo rechaza, ni lo critica ni lo celebra; sino que directamente se abstiene de emitir juicio al respecto.


-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 13 de agosto de 2024

LA LIBERTAD NO SE PIDE, SE TOMA























Escribe: Gabriela Borraccetti *

El silencio y la auto conmiseración se han hecho para quien desea quedarse atascado en un pasillo en lugar de pasar a otra habitación. Se han hecho para quien relee la misma carta, el mismo párrafo y el mismo renglón, sin saber que en el final se escribe la solución a todas las cosas. Se han hecho para enfurruñarse y acentuar negritudes.
Pero a mí me gusta abrir nuevas puertas, me gusta limpiar mi altillo mental y adoro leer los finales de todo tipo. No guardo en mi cabeza y mucho menos en mi corazón, el pulso del mascullar que ennegrece el alma; el perdón pasó a ser mi aliado y jamás pido libertades; simplemente las tomo y ya.
Aunque el precio sea alto; nunca será más alto que arrastrar los pies por el camino, llevando los grilletes de heridas sin curar, masticando el chicle del desdén con aliento a lamentaciones.
Recuerda: la libertad no se pide; se toma.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

sábado, 10 de agosto de 2024

FÉLIX LUNA






















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Estoy releyendo Soy Roca, de Félix Luna. Debe ser la quinta o sexta vez que lo hago, y siempre me pareció un libro entretenido —Luna escribe bien en prosa—; aunque de escaso (o mejor dicho; nulo) valor histórico, debido a lo cual está —más que apropiadamente— catalogado en este rubro del contrasentido: "novela histórica". Y digo del contrasentido porque, a ver, no jodamos: si es novela no es historia, ¿estamos de acuerdo?
Seguramente debido al mil veces maldito ILVEM de lectura rápida que en un concurso televisivo de preguntas y respuestas gané cuando pibe, a mis 12 años, y que cargo como un estigma, se me escapó el párrafo que cito a continuación y en el cual acabo de reparar. En su imaginación (a veces afiebrada), Luna le atribuye a Roca estas palabras acerca de sí mismo: "No fui ni soy un jefe de partido. No tengo pasta de caudillo. No soy un tribuno. No se dan en mi persona esos mágicos atributos como los que hicieron de Mitre o Alsina (o años más tarde, de Alem) figuras idolatradas por las masas." (sic)
Obviando el hecho indisputable de que se necesita poseer el don de una portentosa fantasía para aceptar que Mitre haya calado en las "masas"; yo diría más bien que si Mitre o algún mitrista tomó en cuenta alguna vez la palabra "masa", eso debe de haber sido en el contexto de un libro de física o de una visita a una panadería o confitería; porque de otro modo... Vaya y pase lo de Alsina (siempre y cuando aceptemos como "masas" a algunos grupos de orilleros y compadritos encorsetados en el lumpenaje de los comités autonomistas a fuerza de asado, taba y vino; pero bueno...). Y vaya y pase también lo del fundador de esa crónica de la infamia que ha sido —y que sigue siendo— la UCR: Alem, de innegable popularidad (aunque particularmente, yo deba confesar que esa popularidad me jode bastante y la acepto sólo porque la evidencia en tal sentido es abrumadora: el tipo —en mi opinión, un incurable romántico, borrachín y maníaco depresivo que vivía en una realidad paralela habitada por sus propios fantasmas—, era incuestionablemente popular y eso es un hecho histórico innegable e insoslayable; por más que a mí me hubiera gustado que la cosa fuese distinta).
Pero lo que más me llamó la atención de ese párrafo, es lo de "figuras idolatradas por las masas"; porque es exacto, exactísimo. El que Luna haya escogido el verbo idolatrar, es decir, adorar a un ídolo, esto es, a una deidad (por más que se trate de una “deidad política" como Mitre) FALSA; tiene forzosamente que haber sido un sincericidio que su inconsciente estimó imprescindible.
No obstante, si en su faceta de historiador son lamentables los errores (¿horrores?), los “olvidos” y las manipulaciones en que Luna incurrió —de todo lo cual el párrafo que cité es sólo el botón de muestra o apenas la punta del iceberg—; sería injusto y además estaría absolutamente reñido con la honestidad intelectual negarle méritos a los que resulta más que justo acreedor en su condición de fundador, editor y director de la revista Todo es Historia, en la cual escribieron historiadores de distintas corrientes interpretativas y se publicaron los trabajos de muchísimos de ellos que en tanto provincianos, no habían tenido hasta entonces en la gran urbe capitalina la difusión que largamente merecían.
En cuanto al Luna poeta, qué quiere que le diga... A mí me conmueve su lírica y la considero bellísima. Juana Azurduy, Alfonsina y el mar, Zamba de usted, La peregrinación… me parecen maravillosas y me laburan planos muy altos de la psiquis.
Qué sé yo… volvé, Falucho, dale. Por más que como historiador te haya re puteado hasta en chino mandarín (¿y quién no?); comparado con espantos tales como Romero, Canale, Balmaceda, O'Donnell, Pigna, Chumbita y demás especímenes de similar laya que andan pululando por ahí, debo admitir que sos Heródoto. Y extraño tu poesía, más aún si es musicalizada por tu correligionario Ariel Ramírez.

-Juan Carlos Serqueiros-

lunes, 5 de agosto de 2024

EXPRESARSE



















EXPRESARSE
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Expresarte es darte a conocer,
Que te conozcan es no tener vergüenza de ti,
Avergonzarse es sinónimo de disfrazarse
Y disfrazarse es no quererse ni aceptarse.
¿Quién puede decir que tiene confianza en sí mismo,
Si apenas puede dar la cara para decir lo que piensa?
A veces, abrir la boca trae consecuencias;
Pero cerrarla trae y atrae
A quienes nunca se muestran tal cual son,
A los que se escudan tras el dicho
“El silencio es salud”
Y se amparan en un público anonimato.
Si hay algo para decir,
Si hay un motivo para exponerse,
Es el de ir en busca de un solo objetivo:
Que se acerque a tu fuego
Quien goce de las mismas chispas que vos.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.como Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


sábado, 3 de agosto de 2024

PUBLICIDAD, CIGARRILLOS, EROTISMO Y POLÍTICA. FANTASÍA Y REALIDAD























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

En 1902, Friedrich Formann, un inmigrante alemán llegado al país en 1896, fundaba en Buenos Aires la tabacalera que giró bajo la razón social Federico Hormann & Cía., con talleres ubicados en calle Cuyo n° 1346. La misma fabricaba y comercializaba los cigarrillos de las marquillas El Morro y El Pampero, ambas a 10 centavos el atado. Ergo, eran pa’l pobrerío, digamos.


Pero su producto más emblemático lo constituían los cigarrillos Yolanda, cuyo precio de venta era de 20 centavos el atado, con lo cual obviamente estaban dirigidos a un público de poder adquisitivo más alto; pero no tanto como para permitirse el lujo de fumar importados egipcios, argelinos o turcos. Como diríamos en el rioba, un cigarrillo pa’l medio pelo arribista, jactancioso y con berretines de parecerse a la aristocracia.


Tanto en las cigarrerías como en los kioscos y almacenes que los vendían, quienes fumaban Yolanda podían canjear las marquillas usadas; por postales de personas, ciudades, paisajes, y también… eróticas. Lo último representaba un gran “gancho” para aquella sociedad hipócrita y pacata —basta con recordar que el 21 de mayo de 1903 se había inaugurado la monumental obra de Lola Mora, Fuente de las Nereidas, la cual debió ubicarse en el parque Colón, en la intersección del Paseo de Julio (actual avenida Leandro N. Alem) con Cangallo (actual Juan Domingo Perón), debido a que el sitio originalmente previsto (la plaza de Mayo), había provocado la reacción y la airada protesta de la mojigata moralina imperante por ese tiempo—; así que imagine usted, mi querido amigo lector, el secreto encanto de la “transgresión” que implicaba tener a la vista unas tetas, un culo o la velada insinuación de una escena de lesbianismo. Por otra parte, el atractivo de las postales eróticas que obsequiaba Yolanda no se agotaba en la exhibición de desnudos femeninos, sino que poseían una característica adicional: se entregaban de a pares pues eran estereoscópicas, es decir, puestas ambas imágenes —en apariencia idénticas pero en realidad con ligeras diferencias entre sí— en un estereoscopio (que se podía adquirir al precio de 50 centavos u obtenerlo gratuitamente a condición de entregar 50 postales Yolanda), se provocaba la ilusión de profundidad, o sea; se lograba de ese modo que el cerebro percibiera dos imágenes bidimensionales como una sola tridimensional o, como decimos hoy en día, se podía ver en 3D.


Más no sólo al erotismo recurría Federico Hormann & Cía. En procura de imponer y comercializar ventajosamente los Yolanda, otro aspecto de sus publicidades consistía en apelar a la política de esos años y los personajes que en ella actuaban. Para ello contrató, en la revista de mayor tirada de la época, esto es, Caras y Caretas, además de avisos, y nada menos que en la contratapa; el espacio propagandístico llamado “página Yolanda”. Aparecían caricaturizados y expresando sus preferencias por los Yolanda, entre otros, el ex presidente y por entonces senador José Evaristo el Búho Uriburu (quien en las elecciones del 10 de abril de 1904 había resultado perdidoso frente a Manuel Quintana); el presidente Julio A. el Zorro Roca (consuegro de Uriburu); su ministro Joaquín V. González; su ex ministro José A. el Petiso Terry, etc.
A continuación, tres ejemplos de lo enunciado:




Pero no debemos perder de vista que el mundillo dorado e ideal que nos pintan las publicidades, resulta tan distante de la realidad efectiva como La Quiaca lo está de Tombuctú.
Las beldades que aparecían desnudas en las fotos estereoscópicas de Yolanda, eran seguramente fabriqueras de los arrabales que estufadas de yugarla en los talleres de costura o encandiladas por las luces del centro e ilusionadas en piantar del conventillo; caían a ejercer la prostitución en los lupanares cuando no en manos de algún cafishio que las explotaba y golpeaba.
Los amistosos consejos y sugerencias que en la propaganda aparecía Roca dándole a Quintana, no existían más que en la fantasía, porque en la vida real el uno había levantado la candidatura del mencionado en segundo término sólo para tirar abajo la de Pellegrini; y el otro, que era despectivo, altanero y soberbio como su bisabuelo (aquel esclavista Martín de Álzaga que fuera fusilado por el Triunvirato en 1812) respondía peyorativa, desabrida y secamente las prudentes y cordiales palabras del Zorro al transferirle los atributos presidenciales, espetándole: “Soldado como sois, transmitís el mando en este momento a un hombre civil; no somos camaradas ni correligionarios y hemos nacido en dos ilustres ciudades argentinas más distantes entre sí que muchas capitales europeas”. Lo cual equivalía a decirle: "Usted es sólo un milico provinciano y yo un prominente civil porteño; hay entre nosotros un abismo de distancia y nada tenemos en común ni política ni geográficamente". Delfina Bunge (que ese mismo año de 1904 conoció a quien sería su esposo, Manuel Gálvez) comentaría perspicazmente a propósito de las poco felices palabras de Quintana: "A Roca lo han despedido poco menos que a palos".
Muy lejos estaba Quintana de ser el venerable anciano representado en las publicidades de Yolanda como escuchando atentamente los consejos de Roca, antes bien; era el arquetipo del aristócrata degenerado irremisiblemente en oligarca: mitrista independiente y abogado del Banco de Londres, que en ocasión de suscitarse en 1876 un incidente entre el gobernador de Santa Fe: Servando Bayo, y el banco, aconsejó a los ingleses bombardear Rosario. Era un susheta, vestía como un dandy y terminaría su desastrosa y malhadada presidencia, felizmente acotada al ejercicio efectivo de tan sólo quince meses, a causa de su precaria salud, aún más deteriorada por un atentado anarquista contra su vida, primero, y por la revolución radical de 1905, después (revolución que había sido planeada y organizada por un Hipólito Yrigoyen invariablemente envuelto en su delirio místico, creído de ser un mesías llamado a una misión regeneradora y moralizadora, y mostrado en las publicidades como un apóstol de la democracia —todo lo cual, dicho sea de paso, no le impedía evidenciar su lascivia toqueteando el culo de alguna maestra que, desesperada, acudía a él implorando por un puesto o un nombramiento—).
Fumar Yolanda no llevó a Joaquín V. González a rechazar —como sería deseable que lo hubiese hecho— el ministerio con que lo invistió Quintana, pese a que éste derogó la ley electoral n° 4161 llamada de representación uninominal por circunscripciones por él concebida e impulsada ("gracias" a lo cual seguimos sufriendo el flagelo de las listas sábana). Quizá fuera que más allá de la fragancia de su tabaco; los cigarrillos Yolanda tenían la virtud de atenuarle el disgusto. Vaya uno a saber…
¡Ah!, y el Petiso Terry continuó teniendo la misma exigua estatura por más que se lo haya inducido y alentado a volverse más alto fumando incontables atados de Yolanda.
Por último, semejante bombardeo publicitario no bastó para impedir que Federico Hormann & Cía. cesara sus actividades en 1905 y que a partir de 1907 la marquilla Yolanda pasara a ser comercializada por la firma Francisco Bernárdez y Cía., pero a un precio de 10 centavos el atado en lugar de los 20 que costaba antes. Tal vez, después de todo los Yolanda no tuvieran la calidad que tan profusamente se había pregonado, ¿no? O posiblemente, el cambio de empresa elaboradora haya conducido a una merma en su jaez. Chi lo sa
El ponerme a escribir este opúsculo me trajo a la memoria algo que acaeció en 1989, durante la hiperinflación del gobierno radical de Raúl Alfonsín: los precios de los cigarrillos se habían ido tan pero tan a las nubes hasta tornarse incomprables, que las dos tabacaleras principales: Nobleza Piccardo y Massalin Particulares, decidieron discontinuar sus marquillas Jockey Club y Colorado, respectivamente, las cuales lideraban cómodamente las preferencias del público; recurriendo para reemplazarlas a marquillas que habían comercializado mucho antes, en la década de 1950: Derby y Saratoga, lanzándolas de nuevo al mercado a precios muy inferiores a los que hasta entonces venían vendiendo los cartones de Jockey Club y Colorado. La publicidad televisiva de Derby exhibía a un Ricardo Darín a bordo de un lujoso automóvil en compañía de una mujer despampanante, mientras que la de Saratoga mostraba a un Claudio García Satur en musculosa haciendo un asado en el fondo de la casa. ¿Resultado?: los fumadores se volcaron masivamente al Derby desdeñando al Saratoga, y no precisamente a causa de calidades diferentes (ambos eran lisa y llanamente malísimos); sino porque en aquel contexto de crisis económica, prefirieron identificarse con un Ricardo Darín en su papel de winner, antes que con un García Satur en su rol de laburante haciendo el asadito dominguero.
Y qué quiere usted, mi apreciado lector... la cuestión es tal como cierto día la definió mi esposa conversando acerca del tema: “La publicidad es el arte de convencer a las ovejas de que no pertenecen al rebaño; así nos venden un velo con el que tapar el agujero de nuestras propias faltas”. Por mi parte, suscribo.
¡Hasta la próxima!

-Juan Carlos Serqueiros-
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REFERENCIAS
Butera, Alejandro R. Pioneros del Tabaco. Los fabricantes de cigarrillos en la Argentina 1880-1920. Edición del autor, Bariloche, 2012.
Cárdenas, Eduardo J. y Payá, Carlos M. 1904-1910. En camino a la democracia política. Ediciones La Bastilla, Buenos Aires, 1980.
De Marco, Miguel A. Roca, el arquitecto del Estado moderno (en Revista Institucional de la Bolsa de Comercio de Rosario edición n° 1524). Rosario, 13 de Enero de 2015.
Ibarguren, Carlos. La historia que he vivido. Eudeba, Buenos Aires, 1969.
Revista Caras y Caretas. Varias ediciones de 1903, 1904 y 1905.
Rosa, José María. Historia Argentina t. 9. Editorial Oriente, Buenos Aires, 1976.