Se comparten a diario millones de cartelitos, frases, posts, etc., que apelan, nombran, hablan o desean solucionar los temas de la llamada "sombra" que, ligada al Ego, es despreciada antes que vista.
Para empezar, podemos decir que el ego está hecho de identificaciones. Nos identificamos con lo que se nos enseña que es mejor, más deseable y sobre todo -y más profundamente-, con lo que no se nos dice pero está implícito.
De estas identificaciones, el ego elige para sí las que más le gustan y sientan bien, usándolas de "modelo" al cual parecer-ser; parecerse pero no ser; siendo por eso que lo que más creemos ser, nos es ajeno, nos lo propone otro, viene como una exigencia desde el afuera: ser lindos, buenos, educados, limpitos, escondiendo/reprimiendo del nivel consciente al resto.
De ahí en más, todo lo que no encaje a la perfección con esa imagen, será no-yo, será la sombra que proyecta nuestro EGO fabricado de identificaciones, dejando afuera, del otro lado, lo que no encaja, es feo, sucio, malo.
Por ej., decir que alguien es una mierda, implica que nuestra cultura en general y nuestro hogar en particular, ha utilizado una rigidez extrema respecto al control de esfínteres, creando un carácter de tipo anal en las personas más afectadas, cuya defensa equivale a ser sumamente pulcros mientras hacemos mierda al otro, replicando la escena en que nosotros ocupábamos el lugar de otro mientras alguien nos hacía mierda pero al revés.
Todo lo que sea "rechazado" o asociado con ese "desperdicio", será "hecho mierda o tratado de mierda" con la misma intensidad y odio que tuvimos que suprimir para socializarnos. Entonces ya no defecamos, sino que lo hacemos simbólicamente al defenestrar a lo que nos hace fruncir la nariz.
Baste este solo ejemplo -hay miles y combinados de tantas maneras como seres humanos hay en la tierra- como para que nos demos cuenta de que los grandes odios y los sentimientos más destructivos provienen de:
-haber sentido una gran repulsión por parte de un otro significativo,
-haber odiado a ese otro por el rechazo,
-tener que suprimir ese odio represión mediante, cosa de poder identificarnos con quien nos trató de desperdicio,
-y elegir más tarde a un otro que ocupe nuestro lugar cuando nos sentimos despreciados por ser mierda.
El ego dirá: "Yo ya no soy asqueroso, yo ya no soy esa mierda; tú eres mierda. Vemos como “el otro" odia, observamos su escasa inteligencia porque no piensa igual que YO, lo insultamos o hablamos mal a escondidas, o para nuestros adentros, o le demostramos indirectamente que lo ignoramos porque no vale una mierda, creyendo que como nadie nos escucha, nos ve ni sabe lo que nos sucede, se nota. En fin, importará poco que no se note, porque en realidad, se vive y se lucha contra eso en un gran porcentaje de las veces, sobre todo cuando estamos avisados de que odiar es odiar a nuestra sombra. La aceptación es hacerse conscientes, pero hacerse conscientes, implica un enorme dolor y un gran trabajo que no se hace hasta que el dolor psíquico no nos deja vivir. Y lamentablemente, deja vivir a mucha gente en un grado de necedad increíble.
La sombra nos perseguirá a donde vayamos, hasta que no soltemos el odio que nos ha dejado algún desprecio. Nos pasaremos odiando amargamente a todo aquel que nos haga sentir como la mierda, sin pensar que si sentimos eso, es porque a la mierda la hemos escondido en algún lugar.
Lo peor de todo es que esto no se ve claro hasta que se hace cargo del inconsciente un psicoanalista. No sirve de nada este artículo, tan sólo es para informarles que no hay domesticación para una instancia psíquica que se haga en base a pronunciaciones mágicas, deseos, libros de autoayuda, mantras, afirmaciones, racionalización, negación, lucha interior, exceso de bondad, pseudo espiritualidad y buenas intenciones.
LA CONSCIENCIA DUELE. Y no hay nada más doloroso que enfrentarse a la propia mierda y decir: es mía, esa/e soy yo.
Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814
Imagen: Odd Nerdrum, “Shit Rock (Roca de mierda)”, óleo sobre tela, 2001.
* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.
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