PRIMERA: TE ENORGULLECEN LOS HALAGOS
Si te levanta el ánimo lo que los demás vean en ti, es porque predominan en tu interior una dependencia al aplauso y una paupérrima valoración genuina de tus capacidades.
SEGUNDA: CONSERVAS CIERTOS LAZOS PORQUE TE HACEN SENTIR IMPORTANTE
Aunque cierta gente no te llame la atención, te parezca sosa y carente de sinceridad; conservas el lazo porque ha elegido halagarte y deshacerse en piropos que decides creer. Capturada/o en tu ego, necesitas al menos esa dosis de admiración ya que "peor es nada" o "todos necesitan un perro que les mueva la cola". La autoestima devaluada y un gran complejo de inferioridad se abaten detrás de este gesto.
TERCERA: TE JACTAS DE QUE NADA TE AFECTA
La búsqueda de una imagen dura y el adorar extirpar vestigios de sensibilidad en las respuestas emocionales, son un refugio al pobre ego que se nutre sólo de la mirada y la opinión del otro. El problema es que la real protección y la evitación de todo sufrimiento, no llegan a partir de una "postura" o de una desconexión afectiva (lo que consume mucha energía en represiones y bloqueos), sino de una aceptación de los propios límites y dolores. Es imposible protegerse falsificando una postura y menos siendo inmune al lado sensible de la vida. Si no, prueba con anestesiar tu mano y ponerla en aceite hirviendo. Al finalizar el efecto anestésico, veras que la realidad te trae un gran dolor.
CUARTA: HACES GALA DE SER DIRECTA/O CUANDO EN REALIDAD ERES HIRIENTE
Quienes necesitan remarcar el famoso "yo digo lo que siento", suelen ser personas que desean de-mostrar su frontalidad siendo hirientes. Son conscientes de que lo que están diciendo es una punta de lanza clavada en el otro; pero para no hacerse cargo de su ira, deciden disfrazar esta puñalada de una cualidad aceptable como lo es el decir algo en la cara en lugar de por la espalda.
QUINTA: ¡YO SÓLO DIGO LA VERDAD!
Quienes se sitúan en este pedestal están decretando, con su propio y único voto, que el resto está equivocado, confundido o es inferior. Para afirmar que lo que se dice es lo único que debe ser tomado en cuenta, se debe autoproclamarse fuera de toda duda, falencia e imperfección humana, es decir, necesitar colocarse en el lugar de dios. ¡Vaya personalidad delirante!, ¿no?
Como siempre, la inflación del ego, está detrás de todas estas máscaras que utilizamos para tapar aquello que nos parece deplorable: orgullos, miserias, dependencias, inferioridades, narcisismo e infantilismo en los que se ha quedado atascado el nuestro.
Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814
* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica.
Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia psicoanalítica, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.
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