Este documento, datado 7 de agosto de 1885, obrante en el Archivo General de la Nación y que fue subido a internet por dicho organismo, sirve simplemente para anoticiarnos de un movimiento, digamos... contable, de la época (de hecho, está dirigido al "Tenedor de Libros" de la Contaduría General); pero para nada más que eso, al menos; sin conocer el detalle de la transacción más allá de los montos que se especifican en el texto (objeto de la misma, motivos, etc.).
Sin embargo, sí podemos hacer algunas inferencias a partir del cuadro de situación, esto es, del contexto, en que se producía:
En agosto de 1885 —primera presidencia de Julio A. Roca (1880-1886)—, las finanzas argentinas estaban fuertemente afectadas por faltante de oro, lo cual había tornado imposible la conversión del peso papel en metálico a la paridad establecida por la ley n° 1130 del 5 de noviembre de 1881 llamada De Unificación Monetaria. Por ese motivo, Roca y su ministro de Hacienda: Victorino de la Plaza, emitieron en enero de 1885 un decreto por el cual se suspendía la misma por dos años, y se imponía el curso forzoso del peso papel. El 9 de marzo renunció De la Plaza; entonces Roca llevó a Wenceslao Pacheco al ministerio de Hacienda, y el 14 expidió un decreto por el cual se designaba a Carlos Pellegrini enviado diplomático especial del gobierno argentino para entablar con los acreedores europeos negociaciones tendientes a obtener nuevos empréstitos. En buen romance, que viniera oro desde Europa para desahogar las finanzas argentinas.
La gestión del Gringo fue exitosa ("exitosa" en cuanto a la consecución del objetivo que perseguía, quiero decir; después, cada uno tendrá su opinión en lo tocante a si aquella política adoptada, fue beneficiosa o gravosa para el interés nacional), y a su regreso de Europa, Roca, agradecido, lo designó ministro de Guerra.
No obstante, el oro de los banqueros europeos recién comenzó a llegar a nuestro país a principios del año siguiente, 1886; debido a lo cual la crisis financiera (que no se convirtió en económica) continuó hasta diciembre de 1885, en que la cotización trepó a los 145 centavos papel. Pero una vez sorteado el trance, en abril de 1886, bajó a 110, es decir, apenas por encima de la par; lo cual sin duda influyó para que Juárez Celman, candidato del oficialismo (el PAN,) ganara cómodamente las elecciones presidenciales (y de paso, para que Pellegrini fuera de vicepresidente).
Un sector de la prensa criticó el acuerdo al que Pellegrini había llegado con los acreedores, sobre todo; por lo elevado de la comisión que cobró por su gestión, lo cual le permitió rehacer la fortuna personal que (según se decía) había perdido años antes en el juego.
En ese contexto es debe analizarse el documento publicado por el AGN. Y a riesgo de abusar de su paciencia, mi querido amigo lector, permítame usted un par de consideraciones:
La primera es sobre la "familiaridad" de trato entre la banca extranjera y el ministerio de Hacienda: era tanta, que el representante de la Baring Brothers en Buenos Aires ingresaba por Mesa de Entradas de la Contaduría General de la Nación, una comunicación cursada directamente al "Tenedor de Libros" para que éste haga el asiento contable. Uno de los que más acerbamente criticaba al gobierno de Roca y en especial al “arreglo Pellegrini”, escandalizado por la escasa o directamente nula transparencia que creía ver en el manejo de los fondos públicos: el Petiso Terry; fue después, en la segunda presidencia del Zorro, ministro de Relaciones Exteriores. ¿Incoherencia? Y… sí, pero qué quiere usted… al fin de cuentas, de carne somos, ¿no?
Y la otra es acerca de la aceptación generalizada que tuvo el decreto gubernamental disponiendo el curso forzoso de la moneda argentina: pese a la escalada del oro (como consigné precedentemente, en diciembre había llegado a 145 centavos papel); no hubo inflación.
El gobierno de Roca no sólo capeó exitosamente el temporal financiero, sino que además; la economía nacional creció significativamente, incluso a pesar de la terrible epidemia de cólera de 1886 con su trágica secuela de 20.000 muertes y al acentuado déficit fiscal. Todo lo cual, de suyo, viene a dar un rotundo mentís a los anquilosados defensores de la más impermeable ortodoxia económica.
Pero la mayoría del pueblo argentino ignora su propia historia, lo que en buena medida explica por qué nos va como nos va.
En fin…
-Juan Carlos Serqueiros-
_____________________________________________________________________
REFERENCIAS
Cortés Conde, Roberto. Finanzas públicas, moneda y bancos 1810-1899 (en Nueva Historia de la Nación Argentina t. 5. Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 2000).
Cortés Conde, Roberto y Della Paolera, Gerardo. Nueva historia económica de la Argentina. Edhasa, Buenos Aires, 2018.
Duggan, Julián A. La colocación de los empréstitos externos. La Argentina y los mercados de capitales. Universidad de Buenos Aires, 1963.
Ford, Alec George. El patrón oro 1880-1914. Inglaterra y la Argentina. Editorial del Instituto, Buenos Aires, 1966.
Liliedal, Augusto M. Problemas monetarios argentinos (en revista Económica vol. 7 n° 27-28, Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Económicas, 1961).
Marichal, Carlos. Los banqueros europeos y los empréstitos argentinos: Rivalidad y colaboración: 1880-1890 (en Revista de Historia Económica, año II n° 1, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1984).
Rosa, José María. Historia argentina t. 8. Editorial Oriente, Buenos Aires, 1974.
Santacreu Soler, José M. Unidad monetaria, vertebración territorial y conformación nacional: el caso de la República Argentina (en Anales de Historia Contemporánea n° 20, Alicante, 2004).
Terry, José Antonio. Finanzas. Jesús Menéndez Editor, Buenos Aires, 1918.
No hay comentarios:
Publicar un comentario