martes, 26 de marzo de 2024

TENER... PARA SER "FELICES"












Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Mi sillón, una copa de vino y “El silencio de Beethoven", de Ernesto Cortázar, vuelven evocadora esta noche que tozuda, caprichosamente, se ha empeñado con encomio digno de mejor causa en traerme el recuerdo de mi rosarina infancia, allá en el barrio Nuestra Señora de la Guardia.
Barrio pobre y… bravo (digamos, siendo buenos), con calles de tierra, casas bajas (casi todas a medio terminar), zanjones, potreros, quintas, yuyales, baldíos... 
Jugábamos horas y más horas con un autito de plástico relleno con mucha masilla al que hacíamos correr en un "autódromo"… ¡excavado en la tierra! Barrilete de caña y papel de diario, pelota de trapo o (a lo sumo y con mucha suerte) una Pulpo, bolitas, payana, trompo, balero, figuritas, Billiken, fogata de San Juan, pescar ranas en la zanja y asar camotes en el campito... ¡Gloria de titanes!
Y hoy, niñitos con teléfono celular, notebook, play station, tablet, pizarra inteligente, videogame, robot... Y eso, cuando no unas Nike exigidas perentoriamente a un padre que, o se endeuda hasta el cogote para comprárselas fusilando la tarjeta de crédito en quisicientas cuotas o… sale a robar en procura de conseguirlas a como dé lugar.
No soy ni remotamente de los que sostienen que todo tiempo pasado fue mejor; al contrario. Tampoco se me ocurriría volver a los sitios en que uno fue feliz (o al menos, creyó serlo). En absoluto.
Pero no puedo evitar pensar en ¡qué felices éramos cuando no teníamos nada o casi nada!
Mejor, apuro el vino, me doy una ducha y me voy a dormir. Eso, sí, seguramente será mejor…

-Juan Carlos Serqueiros-


No hay comentarios:

Publicar un comentario