La violencia que hoy en día nos tiene tan negativamente acostumbrados a hacer sus apariciones de diversas formas, por cierto muy cruentas y como una cuestión de abuso por parte de alguien en condición de superioridad o decisión o fuerza; hacia alguien que, en situación pasiva, de indefensión o receptiva, no es más que la réplica extrema de unos cuantos hechos que parecen menores pero que van ejerciendo un efecto silencioso y en muchos casos invisible para la consciencia (cosa de poder soportar sus des-tratos); hasta que un día estalla, y con algunos ingredientes más (como la falta de educación y gente cada vez más pobre en valores y responsabilidad), sale al exterior para mostrar sus dientes, su cuchillo, y su desprecio por sí y por los demás.
Violencia es:
-Ser tratado como mercadería.
-Que te quieran tomar de tonto cuando te venden algo.
-Que hagas un terrible esfuerzo para asociarte a una prepaga, y te atiendan como si fueses ganado, sin horario y sin respeto.
-Que abones las facturas a tiempo y te den un servicio deficiente (si es que te lo dan).
-Que vayas a cortarte el pelo y el peluquero no esté, no vaya, no se sabe, no contesta.
-Que te hagan mal un trabajo y nadie se haga responsable.
-Que se pacte una cita y unilateralmente alguien desista sin siquiera hacer un llamado en plena era de las comunicaciones.
-Subir a un colectivo y que vaya sentado unl señor que se hace el dormido, mientras va parada una viejita o una señora con un bebé en brazos.
-Ir al supermercado y que te digan que como vas todos los días, debieras comprar o llevar tus propias bolsas porque el dueño quiere ahorrar en el cliente, o sea, en quien le deja el dinero en la caja.
-Que te controlen por las redes sociales si miraste un aviso de zapatos, pintura, vestidos o lo que fuese, y que eso no sólo les sirva para segmentar publicidad, sino para filtrar tus conductas a tu banco y a toda entidad a la que pertenezcas para que te llamen por teléfono o te envíen por e-Mail ofertas de cosas que jamás pediste. Eso es el mercado invadiendo tu casa y tu vida. Y contrariamente a lo que muchos piensan; ese tipo de actitud "espía" es un laboratorio a partir del cual se estudia el comportamiento de la masa para manipularla mejor. Si no te molesta que te estén observando porque no tenés nada que esconder y creés que eso que te hacen es es inofensivo; entonces hacé pis y caca con la puerta abierta. Total… estás en tu casa.
-Que te llamen para hacerte encuestas a cualquier hora, y te levanten de la mesa, te saquen del baño o interrumpan tu intimidad, y para rematarla; verte obligado a hacer un trámite para pedir que no te llamen por teléfono empresas o gente a la cual nunca les diste tu número.
Cuando el que está en posición de "poder" o de "decidir" comete abuso; el abuso se refleja a su vez en la violencia de género, en las peleas en la calle, en el mal trato entre las personas, en una total falta de educación, en un "hago lo que quiero porque total, hacen lo que quieren conmigo", y así seguiría la lista que termina como termina cada capítulo de la película “Relatos Salvajes”, por citar un ejemplo.
La violencia es hija del abuso y de la injusticia, y hermana de una educación en la que se ha reemplazado la palabra autoridad por el vocablo PODER.
Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814
* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o whatsapp al +54 9 11 7629-9160.
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