Escribe: Juan Carlos Serqueiros
Sólo ha de dar explicaciones a los demás quien sienta la necesidad de sacudirse un peso de encima.
El único juez de tu conducta, pensamientos y sentimientos, habrá de ser tu propia conciencia; no hay tribunal más supremo que ese.
Al galopar por la vida, será inevitable que levantes polvo, pero quien te conoce y te quiere no habrá de fijarse en tu ropaje andrajoso por los jirones que hayan quedado en los riscos ni en las motas que en el camino se le hayan pegado; sólo evaluará la pulcritud inmaculada de tu alma noble.
Y esa calidad de nobleza, es la que deberás conservar siempre.
Y esa calidad de nobleza, es la que deberás conservar siempre.
-Juan Carlos Serqueiros-
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