martes, 23 de abril de 2024

PROYECCIÓN







































Escribe: Gabriela Borraccetti *

Algunas veces, creemos que la proyección es, en lo manifiesto, idéntica a lo que rechazamos o criticamos.
Sin embargo; lo que se refleja en el espejo se modifica no solamente por los choques de la luz contra el cristal, sino además; por el lugar desde donde miramos y juzgamos lo que vemos.
No buscamos el fondo, sino la apariencia. Y cuando en apariencia todo es distinto; en el fondo las cosas se igualan.
¿O acaso no se necesita la misma energía para matar a alguien clavándole un cuchillo, que para sanarlo practicándole una cirugía? En ambos casos hay sadismo, pero lo que varía es el uso y el sentido que se le dé a la capacidad de usarlo.
Siempre, SIEMPRE, lo que no queremos ver de nosotros nos mira desde el otro lado del espejo, haciendo lo que sabemos que somos capaces de hacer, pero que sin embargo; precisamos desconocer, para poder así seguir siendo "buenos".

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. N. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica. Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 22 de abril de 2024

LÍBRANOS DEL BIEN
















































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Hacía tiempo que se había hecho a la idea de que la mayor parte de lo que leía en libros, diarios y revistas era sólo una aproximación a la verdad, sesgada siempre hacia la izquierda o hacia la derecha. Pero, por lo menos, sabía de qué pie cojeaban la mayoría de los periodistas y, con los años, había aprendido a leer discriminando y casi siempre conseguía descubrir una parte de verdad —no se hacía ilusiones de encontrarla toda— en lo que leía. Pero frente a la Red, al ignorar el contexto, todas las fuentes le merecían la misma confianza. Se encontraba a la deriva en lo que bien podía ser un mar de mentiras y distorsiones de internet, sin esa brújula que había aprendido a usar en las aguas más familiares de las mentiras periodísticas. (Donna Leon, "Líbranos del bien")

Para quienes tenemos compulsión a perder miserablemente el tiempo persiguiendo eso tan elusivo incluso hasta lo inalcanzable llamado verdad histórica, internet, es decir, la Red, constituye un recurso invalorable (aunque por desgracia, no precisamente en nuestro país, donde la disponibilidad de documentos digitalizados es todavía un bien muy escaso). No obstante; coincido con la escritora en que eso que ella designa como "brújula" y que es una suerte de sexto sentido que los mortales de la generación del papel hemos extraído milagrosamente de —imagino— nuestra inteligencia intuitiva, no nos sirve para preservarnos de la mentira cuando nos adentramos en las procelosas aguas de la web.
"De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno", o “el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones”, o (dependiendo de la traducción) algo muy parecido a eso, dice la biblia. Y debe de ser una de las pocas cosas en que un pobre mortal sin el don de la fe, un agnóstico como yo, coincide con los textos sagrados de la tradición judeocristiana.
"Líbranos del bien" (Seix Barral, 2007) es el más que sugerente título de la decimosexta novela de Donna Leon que integra la saga comisario Brunetti. Y que es la más negra de todas, pese a que —paradojalmente— en la trama no hay asesinato alguno; sólo personas que creen "hacer el bien": los carabinieri que irrumpen en la casa de un médico, un suegro fascistoide y racista, un farmacéutico que se considera a sí mismo el guardián insobornable de la moral ajena... No hay, reitero, asesinatos; pero sí hay pobres víctimas de flagelos tales como el comercio de bebés, y de lo que quizá constituya uno de los peores crímenes: arrogarse el derecho a "hacer el bien".
Un libro magistralmente escrito, no te prives de leerlo.

-Juan Carlos Serqueiros-


viernes, 19 de abril de 2024

DÓNDE HALLAR LA FELICIDAD





























Escribe: Gabriela Borraccetti (*)

Me habían dicho que la felicidad estaba a la vuelta de la esquina. Entonces fui allí; pero ya alguien había pasado antes, llevándosela.
Más tarde, me dijeron que estaba al alcance de mi mano, y entonces la estiré; pero alguien ya la había tomado antes de que pudiera asirla.
Mucho después, me dijeron que ella estaba en el presente; pero me di con que ya alguien había conjugado antes ese verbo.
Entonces, ¿dónde hallar la felicidad?, no cesaba de preguntar y preguntar... 


Hasta que por fin, caí en la cuenta de que no hay recetas ni lugares donde encontrarla, y que el secreto está en que la hallamos cuando no seguimos los mismos caminos que otros han transitado para alcanzarla.
Por eso, recuerda: para hallar la felicidad, deberás encontrar tu propio camino.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

Imagen de portada: Greek pan (Grigoriou Panagiotis), "Find your own way (Encuentra tu propio camino)".

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.



jueves, 18 de abril de 2024

ÉXTASIS





























ÉXTASIS
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Es ese instante
En que tu sonrisa
Barre un siglo de mi tristeza
Es ese instante
En que tu mirada
Es fiel reflejo de tu nobleza
Es ese instante
En que tu beso
Cura mi herida profunda
Es ese instante
En que tu palabra
Echa luz sobre mi duda
Es ese instante
En que tu ausencia
Tiende su manto de bruma
Es ese instante
En que tu presencia
Ha vuelto a encender la luna
Es ese instante
En que me acaricias
Y se despiertan mis ansias
Es ese instante
En que tu piel
Me bendice con su fragancia
Es ese instante
En que acordaron
Nuestras almas una alianza
Es ese instante
En que eternidad
Ha dejado de ser palabra
Es ese instante
En que tus labios
Se abren como un pimpollo
Es ese instante
En que el mar
Siente envidia de tus ojos
Es ese instante
En que tu mano
Se entrelaza con la mía
Es ese instante
En que celebro
El milagro de esta vida.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Katherina Olschbaur, "Ecstasy (Éxtasis)", óleo sobre tela, 2019.

miércoles, 17 de abril de 2024

LA NACIÓN ARGENTINA: INVOLUCIONANDO FAVORABLEMENTE


















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

En 1899, siendo presidente de la República el general Julio A. Roca, en ocasión de dirigirse al encuentro que mantendría en Punta Arenas con el mandatario chileno Errázuriz, lo hizo a bordo del flamante acorazado Belgrano, el cual fue pilotado personalmente por el ministro de Marina, comodoro Martín Rivadavia, navegando, en un alarde de coraje, por el llamado "camino del sudoeste", es decir, los inextricables canales fueguinos, una ruta peligrosísima y sin precisar; que estaba apenas esbozada en las cartas marinas.
Y años después, siendo presidente de la Nación el doctor Roque Sáenz Peña, el 10 de Agosto de 1912 se inauguró la Escuela de Aviación Militar, y ese día, el vuelo inaugural lo realizó el mismísimo ministro de Guerra, general Gregorio Vélez, quien demostró su temple y su valor volando en un frágil avioncito de tela en aquellos tiempos en que la aviación aún estaba poco menos que en pañales.
Tanto lo de Roca como lo de Sáenz Peña respectivamente, significaba proclamar ante el mundo entero: "Soy el presidente de la Argentina, teniente general de su ejército, y no luzco los entorchados por haberlos obtenido en algún pasillo, sino que gané todos y cada uno de mis grados en los campos de batalla. Y confío plenamente en el profesionalismo y la eficacia de mi ministro de Marina, al punto de viajar yo mismo por aguas desconocidas en un buque de guerra pilotado por él"; y "soy el presidente de mi país, Argentina, héroe de Arica y general del ejército del Perú, mis galones militares los gané combatiendo en la guerra del Pacífico, y mi ministro de Guerra no es un burócrata de escritorio, sino un general que no manda a un subordinado a subirse a un precario avión de tela, sino que lo hace él mismo sin vacilar".
Ahora comparemos todo aquello con la espantosa realidad que hoy en día tenemos: un presidente de la República como el coprolálico Javier Milei, que es un psicótico incestuoso con delirio mesiánico y veleidades de tiranuelo; y su ministro de Defensa, Luis Petri, un patéticamente ridículo personaje bueno para nada que ama travestirse de militar, entiende de defensa lo mismo que yo de física cuántica, parece surgido de una historieta y se arma un book con fotos trucadas en las que simula estar a bordo de un avión de combate (que encima; es pura chatarra de 40 años pagada a precio de oro) cuando no sabe manejar ni un triciclo.
"Gracias" al voto de 14 millones y medio de descerebrados, descorazonados, desalmados, ignorantes, cipayos, desaprensivos e irresponsables; la otrora gloriosa nación argentina ha caído inerme en las garras de semejante lacra e involuciona favorablemente en el concierto de las naciones del mundo.

-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 16 de abril de 2024

SECRETO


















SECRETO
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Están bajando las luces,
El sol ha salido corriendo por el oeste.
Parece que las estrellas
Van a verse en un momento,
Y a medida que las luces bajen,
Ellas bajarán también.

En ese momento,
Cuando todo quede a oscuras,
Cuando nadie mire,
Cuando nadie vea,
Secretamente abriré mi pecho
Apuntando al cielo
Con un solo deseo.

Entonces, un rayo de luna
Entrará por tu ventana
Y llevará en su destello
El sello del beso que quiero darte...
Cuando nadie nos vea.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 15 de abril de 2024

DISCURSO DEL PRESIDENTE AVELLANEDA DESDE LOS BALCONES DE LA CASA ROSADA, 10 DE MAYO DE 1880








































Escribe: Juan Carlos Serqueiros 

Este discurso, que reprodujo íntegro el diario El Nacional, fue el que desde un balcón de la Casa Rosada improvisó y pronunció el 10 de mayo de 1880 ese gran orador que fue el presidente Nicolás Avellaneda, en ocasión del llamado "Mitin de la paz".
Entre treinta y cuarenta mil personas se habían convocado en la plaza de la Victoria (actual plaza de Mayo), para escuchar la palabra del primer mandatario de la República, con la esperanza de que pudiera evitarse la guerra civil en ciernes.
El contexto era el siguiente: el domingo 11 de abril, en las elecciones primarias presidenciales, había triunfado en todas las provincias, excepto las de Buenos Aires y Corrientes, la candidatura del general Julio A. Roca con 155 electores, por sobre la del doctor Carlos Tejedor (a la sazón, gobernador de Buenos Aires) con 71. Pero ocurrió que Buenos Aires y Corrientes, aliadas entre sí política, militar y económicamente, se negaron obstinadamente a reconocer el veredicto de los comicios, y se alzaron en armas contra el gobierno nacional.
Ese mismo 10 de mayo de 1880 en que Avellaneda pronunciaba su discurso, se entrevistaban, en la cañonera Pilcomayo, el presidente electo, Julio A. Roca; y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, sin llegar a ningún acuerdo.
Así las cosas, pese a las palabras confiadas de Avellaneda: "¡Habrá paz en la República!"; la guerra sobrevendría indefectiblemente un mes más tarde.
Lo cual viene a demostrarnos que era mejor presidente que profeta.

-Juan Carlos Serqueiros-


domingo, 14 de abril de 2024

A TIEMPO





















A TIEMPO
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Todos los días estamos a tiempo
De valorar lo que tenemos,
De soltar lo que nos pesa,
De perder el miedo,
De dejar atrás la costumbre,
De no querer parecernos a nadie,
De mirar hacia adentro
En lugar de buscar afuera,
De vivir sin resignarnos,
De aprender lo que queramos,
De ser sinceros frente al espejo;
A tiempo de escucharnos
Y actuar en consecuencia,
Y a tiempo de amar;
Único tiempo que importa
Y que nunca termina.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consultao terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


viernes, 12 de abril de 2024

AYESHA, EL RETORNO DE ELLA






























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Acordamos encontrarnos en esta vida para aprender algo. (Gabriela Borraccetti)

Henry Rider Haggard (n. 22.06.1856 – m. 14.05.1925), fue un extraordinario escritor inglés de literatura fantástica, viajes y aventuras. Los personajes más representativos de su obra literaria, y en torno a los cuales giraría la parte más difundida de la misma, son Allan Quatermain y Ella
Con respecto a Ella, Haggard hizo una saga de cuatro novelas: "Ella" (1887); "Ayesha, el retorno de Ella" (1905); "Allan y Ella" (1921); e "Hija de la Sabiduría" (1923). En particular, la que nos convoca hoy es “Ayesha, el retorno de Ella”; pero sin perjuicio de citar (a título informativo y sólo para dar una idea de la relevancia de Haggard en la literatura universal) que los cuatro que componen la serie Ella, están entre los libros más editados y vendidos en todo el mundo; y que a Ella la han referenciado e iconizado, por ejemplo y entre otros, tanto Sigmund Freud —para quien representa lo eterno femenino y quien específicamente menciona a Haggard (que dicho sea de paso, es su escritor de aventuras predilecto) en “La interpretación de los sueños”—; como Carl Gustav Jung —quien la considera una manifestación del anima y cita expresamente a Haggard en “El fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia”—. Casi nada, ¿no?
Leo Vincey es un inglés que en vidas anteriores fue Kalikrates, un sacerdote de Isis a quien ésta había matado por celos al enamorarse él de la hija del faraón. Acompañado por su inseparable amigo y padre adoptivo Ludovico Horacio Holly; Leo va en busca de su adorada Ella, a quien en otro tiempo había conocido en sus viajes por el África. Ella es una mujer inmortal, diosa y reina, que ha sido en Egipto el Oráculo de Horus, se ha bañado en la Fuente de la Vida, y es nada menos que la manifestación terrenal de Isis. Ahora, después de veinte años e impelido por una visión que experimentó, Leo debe ir a su encuentro en el Asia, y en las mesetas tibetanas afrontará mil peligros y conjuros para reunirse con su amada, que ha reencarnado en Ayesha, una sacerdotisa muy anciana de milenaria sabiduría. El amor de Leo devolverá a Ayesha su radiante, divina e indescriptible belleza. Y entonces... pero no, nada de y entonces; mejor no te cuento más, no quiero espoilear.
Leí este libro en mi adolescencia y lo releí muchas veces (de hecho, acabo de hacerlo). Me conmovió, me laburó planos altísimos de la psiquis, y sin embargo; nunca antes había podido, por más que cavilé en ello, explicarme racionalmente el porqué. Hasta que en abril de 2011, al fin supe —no por el cerebro, sino por el corazón, o quizá; por la conexión entre este último y la mente— el motivo, e incluso; escribí en aquella oportunidad un poema (que nunca publiqué, pero me apresto a hacerlo en unos días).
Las obras cumbres de la buena literatura universal, no saben de tiempo; perduran por siempre. Millones y millones de personas leyeron a Haggard y se deleitaron con sus novelas. Sus libros seguirán siendo lo que los malditos marketineros adoradores del dios mercado llaman best seller.
Si no has tenido ocasión de leerlo hasta ahora, este es un buen momento para hacerlo. Te va a proporcionar un gran placer y te transportará, sin golpes arteros, sin estridencias violentas y sin trucos literarios de baja estofa, a mundos exóticos, al reino de la fantasía (¿será fantasía?); lo cual ya de por sí, como escape a una tangibilidad que suele dolernos y agobiarnos; no es poco decir.
¡Ah!, y ni siquiera tendrás que gastar dinero en comprarlo; ya que si no te molesta leer en versión e-Book, podrás bajarlo gratis de la web en formato pdf o ePub.
Que lo disfrutes.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen de portada: Creada por Gabriela Borraccetti con IA


lunes, 8 de abril de 2024

LA FELICIDAD, UN CAMINO PERSONAL























Escribe: Gabriela Borraccetti *

La felicidad no es esa algarabía continua que buscamos en el afuera, sino que más bien; es un estado de contento interior en el cual la paz y la alegría se encuentran en el arte de vivir de acuerdo a uno mismo. (Gabriela Borraccetti)

Recuerdo que cuando era muy joven, hubo un día en el que alguien me pidió que recordara momentos felices de mi vida. Fruncí los labios y el entrecejo mientras mis ojos daban vueltas apuntando a mi coronilla, aunque más no fuera para encontrar un bosquejo de lo que pudiese ser considerado como memorable y dichoso.
No me cabía en la cabeza que no existieran en mis archivos experienciales registros ni viejos ni nuevos de algo que, por lo menos, me hiciese arquear la comisura de los labios hacia arriba. “No debería estar sucediendo esto”, me dije. Y no sabía si el error estaba en mi apreciación de lo que era la felicidad o si realmente había tenido una vida muy dura, difícil o vana.
Pasaron los años y tomé como costumbre el ejercicio de dedicar cada tanto un momento para hacer un repaso de felicidades atesoradas. Y en ese ejercitar, fui cambiando, sin darme cuenta, la definición de la felicidad, de la vida, y sobre todo, la de mí misma.
Cuando en su momento creí que no había existido ningún suceso merecedor de sonrisa, estuve en lo cierto. Por entonces, vivía pendiente de lo que dijesen y aprobasen los demás acerca de mí. Enteramente dedicada a que me quisieran antes que a querer, a ser admirada sin poder admirar a las figuras que se me presentaban como modelos, simplemente hasta archivar otro calificativo gris: el de pesimista. Desde el pobre que moría en una cruz por la indiferencia del resto, hasta las caras preocupadas de los adultos encerrados en rituales, me topaba a diario con el constante entierro de los deseos penados por la omnipotencia de dios o descartados por impracticables, utópicos, imposibles y tontos, hasta tallar en piedra tal como se había hecho con los mandamientos, la seguridad de que todo lo que quisiese era un gran sinsentido para alguien tan poco inteligente y mal agradecido como yo.
Mis proyectos eran, además; poco ambiciosos, poco lucrativos y había que ir por la vida pensando en uno mismo para tener éxito. No era el arte una posibilidad: el trabajo tenía que doler y si no; ser hijo de un millonario.
Como si fuera poco, tener éxito era poseer los bolsillos llenos, ser aplaudido y amado por gente por la cual no sentimos nada y mejor era ser amado que amar. Se sufría menos y uno era un gigante si rompía corazones. Eso era prueba de triunfo.
Y ahí estaba yo, ya bien grandecita, durmiendo y tapando muñecos como intentando exorcizar y evadir un mundo que me parecía helado y lleno de impedimentos, rechazo y vacío. ¿Qué podía recordar de bueno, si todo lo que experimentaba era la lucha constante entre el afuera y mi negativa a asistir a mi propio entierro?
Así que pensando siempre en lo terrible de morir sin un recuerdo bonito, tiré al demonio todo lo que me habían hecho creer (obviamente, sin quererlo yo) acerca de las fórmulas para ser feliz. Me ayudó el animarme a desobedecer, y en vez de morir en una oficina que odiaba y de seguir la tradición de casarme; sería mejor pasar de largo e ir a la universidad y al diván para saber si me estaba volviendo loca o ya lo estaba y debía recuperar cordura.
Allí salieron como fantasmas, los colgajos de los guiones que se me habían hecho carne. De a poco, comencé a arrancarme pedazos de una seguridad ficticia y temores ancestrales. Me quité varias veces el corsé expresivo y el mote de tonta.
Fuera del consultorio, me quité el pecado, el miedo, el poder sin autoridad, el machismo, la autodescalificación, los clichés, la obediencia ciega, los prototipos, el terror de fallar, la parálisis del que aspira a la perfección, la ropa y el silencio.
Y entonces empecé a tener recuerdos. Pero no eran como los había imaginado: llenos de mariposas y luciérnagas, aplausos y miradas. Eran y son cada vez más simples:

-El segundo en que vi una estrella fugaz
-Cuando vi a mi perra por primera vez
-La flor naranja de mi jardín
-El momento en que me di cuenta de que ya no tenía pesadillas
-El paisaje del mar, de los cerros y una nube rara
-La luz que se encendió misteriosamente cuando pedí una señal
-El regalo de encontrar a quien admirar, y junto con eso; descubrir que el amor tiene mucho de admiración. pero poco de desmayos y suspiros.

En fin, descubrí que hay chispas, instantes, experiencias que se definen en un contexto mayor, que es el de encontrarse consigo mismo.
Te deseo el mejor de tus caminos: el tuyo.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


sábado, 6 de abril de 2024

TATUAJE



TATUAJE
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Tu paso breve en el pedregal
De aquella costa uruguaya
Que una ardiente tarde estival
Te trajera hasta mi playa...
Era de ébano tu piel,
Exuberante tu figura,
Y tus palabras en portugués
Preanunciaban la aventura.
“Será romance de verano”,
Musitaba yo alucinado;
Citas furtivas, secretas,
Y las noches junto al faro...
“Sólo es pasión de verano”,
Obstinado machacaba
Con mis sentidos nublados.
La luna llena contemplaba
Nuestros cuerpos festejando,
Un volcán de sangre caliente,
Las glándulas estallando,
Y la bandera del deseo
A los cuatro vientos ondeando.
Llevo en un brazo tu tatuaje:
Bermejo globo de lujuria
Con una inicial en negro
Como proclama de furia.
Pero al fin sobrevino el fin
Y vistió una túnica de ausencia
Tu presencia que adelgazaba…
El pedregal de la costa brava
Fue testigo de la partida
Con las olas mensajeras
Trayendo esquelas de despedida.
Y sepultado quedó en la arena
Un resabio de tristeza
Archivado bajo las conchas
De fenecidas almejas;
Como crespones algas mustias
Denunciando la tragedia
De aquella pasión inmolada
En una hoguera de quejas.
Me abracé fuerte a la soledad
Y maldije a la frustración,
Más entonces mi corazón
(Que tan frágil parecía);
Echó luz en la oscuridad
Quitando el velo a la razón:
“Fue un romance de verano”,
Como un eco me repetía,
“Hay que ahuyentar el enojo,
Abrir el paso a la alegría”,
Y saludando a la consciencia,
Mi alma celebró otro día.

-Juan Carlos Serqueiros-


viernes, 5 de abril de 2024

EL CANTO, LA MEDITACIÓN Y LA RISA


















Escribe: Gabriela Borraccetti *

El canto, la meditación y la risa son tres formas de entrar en un estado en el cual la imaginación suplanta al pensamiento, la creatividad a las trabas y la felicidad al tono lúgubre de lo rutinario.
Esas tres formas dependen de ti, son gratuitas, y además; son una excelente medicina que, tomada diariamente, cambia tu estado de ánimo.
Después de ejercitarlas durante un tiempo, te permitirán ver que lo que antes mirabas como una cruz colgando de un collar; hoy puede muy bien ser un signo positivo (o signo de sumar), que llevas como tu actitud ante la vida.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.