Escribe:
Juan Carlos Serqueiros
Al
momento de escribir, en 1889, los veinticinco poemas que componen Chansons pour elle (publicado dos años
después, en 1891), Paul Verlaine no dejó consignado quién fue su musa, quién le
inspiró esos versos; pero entre los historiadores existe consenso mayoritario
respecto a que se habría tratado de Eugénie Krantz (a) "Nini-Mouton",
una prostituta.
Verlaine
alternó los últimos siete años de su vida entre amoríos y peleas feroces (con
demandas judiciales incluidas) con ésta; y también con Philomène Boudin (a)
"Esther", otra prostituta (quien en 1893 le inspiró Odes en son honneur), mal viviendo en
hoteluchos miserables y pasando largas temporadas internado en hospitales, como
consecuencia de la sífilis, la cirrosis y la artritis que lo aquejaban.
Una
bronquitis mal curada que se convirtió en congestión pulmonar terminó con él,
el 8 de enero de 1896.
La
versión romántica sostiene que murió en brazos de Eugénie, pero otro relato,
más realista; dice que expiró solo, tirado en el piso de una habitación
mugrosa.
TON RIRE ÉCLAIRE MON VIEUX COEUR
(Paul Verlaine, de Chansos pour
elle)
Ton rire éclaire mon vieux cœur
Comme une lanterne une cave
Où mûrirait tel cru vainqueur:
Aï, Beaune, Sauterne, Grave.
Ton rire éclaire mon vieux cœur.
Ta voix claironne dans mon âme :
Tel un signal d’aller au feu...
... De tes yeux en effet tout flamme
On y va, sacré nom de Dieu!
Ta voix claironne dans mon âme.
Ta manière, ton meneo,
Ton chic, ton galbe, ton que sais-je,
Me disent : «Viens ça» Prodeo.
(Ô ces souvenirs de collège!)
Tu manière! ton meneo!
Ta gorge, tes hanches, ton geste,
Et le reste, odeur et fraîcheur
Et chaleur m’insinuent: reste!
Si j’y reste, en ton lit mangeur!
Ta gorge, tes hanches! ton geste!
-Paul
Verlaine-
TU RISA ILUMINA MI VIEJO CORAZÓN
(Paul
Verlaine, de Canciones para ella)
Tu risa ilumina mi viejo corazón
Como una linterna, un sótano
donde maduraría una cosecha tan
victoriosa:
Ai, Beaune, Sauterne, Grave.
Tu risa ilumina mi viejo corazón.
Tu voz trompeta en mi alma:
Como una señal para ir al fuego ...
... De tus ojos, de hecho, todas las
llamas
Vamos, sagrado nombre de Dios!
Tu voz trompeta en mi alma.
Tu andar, tu meneo,
tu chic, tu curva, tu lo que sé,
dime: "Ven", Prodeo.
(¡Oh esos recuerdos de colegio!)
Tu andar!! tu meneo!
Tu garganta, tus caderas, tu gesto,
Y el resto, el olor y la frescura
Y el calor me insinúan: ¡descansa!
Si me quedo, en tu cama come!
Tu garganta, tus caderas! tu gesto!
-Paul
Verlaine-
Imagen:
Alméry Lobel-Riche, grabado y punto seco, sin datar ("impreso debajo del
abrigo y vendido en ninguna parte")
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