Escribe: Juan Carlos Serqueiros
Hay hermosas, loables y dignas de imitar actitudes individuales que no van a cambiar el mundo; pero que seguramente sí van a cambiar el mundo de aquellas personas que se beneficien con ser los destinatarios de ellas.
El niño al que el centro de los All Blacks, Sonny Bill Williams, le regaló su medalla de oro; y el joven rugbier con síndrome de Down con quien el head coach de los Pumas, Daniel Hourcade, se sacó una foto, jamás en sus vidas olvidarán esas muestras de amor en forma de distinciones que recibieron de parte de quienes son sus héroes deportivos.
Mientras haya rugby, habrá esperanza. ¡Salud, Campeones de la Vida!
-Juan Carlos Serqueiros-
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