Una iglesia pobre y para los pobres. (Papa Francisco)
Los argentinos tenemos una grieta para todo. Francisco la quiso cerrar. Pero para cerrarla, jamás se puso del lado del maligno en la tierra. Nunca se asustó, y sólo nos pidió que rezásemos por él, porque tenía que enfrentarse al poder que durante siglos, puso en el mismo trono a nazis, a reaccionarios, a gente que cuando quiso ser como Jesús, murió misteriosamente como Juan Pablo I.
Es que hay que tener amor para cuidar a todos. Y él lo tuvo. Hay que ser un Cristo viviente y él lo fue.
Te vamos a recordar, Francisco, porque nos recordaste a Jesús diciéndonos que el acartonamiento, lo solemne y la impostura, no son para un papa. Pero la alegría, la humildad y el amor… son revolucionarios.
-Gabriela Borraccetti-
Una terrible sensación de orfandad que embarga. La pena que oprime y pesa. Y las palabras que pugnan por salir, pero finalmente se llaman a silencio.
Yo te quería y admiraba, cuervo Francisco. Este quemero pobre agnóstico que soy, te va a extrañar.
Buen viaje a la dimensión desconocida, a esa eternidad en la que vos creías y en la que a mí no me ha sido dable creer.
Mucha tristeza, MUCHA.
-Juan Carlos Serqueiros-
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