Escribe: Juan Carlos Serqueiros
Vuelo a Sidney
(Solari)
Triste y con malas intenciones
(ya no sé que me dicen tus ojos!)
de moscona tibia en oferta
que se ríe y pide volver... temblando!
Yo ya sé que la ruta no es buena
(me contás y me pongo inquieto!)
sos tan cruel como tus ambiciones
suplicás que firme tu cheque... sonriendo!
Temblando y sonriendo!
Amarte? Es posible?
A quién tanto ay! me lastima así
Temor y dolor nos unen
(no puedo pensar en algo peor)
Ya te ves atascada en Ezeiza
(ya perdió el chucho al que apostaste)
allí está el numerito en tu cuello
y vos no desperdiciás baba... boqueando!
La letra remite a una relación de pareja en una situación límite que lleva a la ruptura. La mina lo plantó antes al chabón, y éste se raja a Sidney, Australia, pero sorpresivamente; ella expresa la posibilidad de retomar la relación, y el tipo plantea sus dudas (y miedos) acerca de que la cosa vaya a funcionar. Él desconfía (y con más que buenas razones, al parecer).
"Triste y con malas intenciones / (ya no sé que me dicen tus ojos!) / de moscona tibia en oferta / que se ríe y pide volver... temblando!": La mina lo encara al tipo y le propone retomar la relación que tenían. Viene haciéndose la mosquita muerta ("moscona tibia"), sin poner condiciones, entregada ("en oferta"), y pretende minimizar con una sonrisa lo que pasó antes, cuando lo plantó al chabón ("se ríe y pide volver"). Pero en su interior, sabe que procedió mal cuando lo dejó (no es difícil presumir que por otro ñato), entonces; hay en ella un resquemor acerca de cómo pueda llegar a reaccionar él. Piensa que por ahí la saca carpiendo; por eso la mina está "temblando".
"Yo ya sé que la ruta no es buena / (me contás y me pongo inquieto!) / sos tan cruel como tus ambiciones / suplicás que firme tu cheque... sonriendo!": Ahora el tipo le dice a la mina que comprende que le debe haber sido difícil presentarse así, de una, ante él, y proponerle retomar la relación; pero también se le hace cuesta arriba perdonarla y acceder a lo que ella le propone. Hay, además; flotando en la metáfora algo así como una velada alusión a algún tipo de ilegitimidad o directamente, de ilegalidad; es como si el viaje a Sidney no se diera en condiciones tan formales y regulares como presumiblemente debiera ser. En fin...
Y uno no puede menos que preguntarse si eso de "suplicás que firme tu cheque" no tendrá, aparte de la significación metafórica; una aplicación estrictamente literal, como si hubiera entre la pareja rota alguna cuestión económica como por ejemplo, algún beneficio obtenido ilegalmente por ambos antes de la ruptura y que haya quedado sin repartirse, antelo cual ella esboza un reclamo. Chi lo sa...
"Temblando y sonriendo!": El tipo se extraña y un poco se se escandaliza de que la mina piense que simplemente con presentarse como si nada hubiera pasado antes (cuando lo pateó), ya está: el chabón se olvida de todo, la perdona y listo. En resumen, le está diciendo a la mina que no es tan sencillo como ella supone.
"Amarte? Es posible? / A quien tanto me lastima así? / Temor y dolor nos unen / (no puedo pensar en algo peor)": Le dice a ella que la cosa no va a funcionar. Él ya no puede amarla, porque antes la amó, ella lo plantó y él quedó hecho trapo; entonces, obviamente, no quiere repetir la experiencia. Se horroriza de que pueda volver a pasarle lo mismo ("no puedo pensar en algo peor").
"Ya te ves atascada en Ezeiza / (ya perdió el chucho al que apostaste) / allí está el numerito en tu cuello / y vos no desperdiciás baba... boqueando!": Termina de defenestrarla confirmando que ya no hay chances de volver con ella. La mina termina "atascada en Ezeiza" porque perdió ("perdió el chucho al que apostaste", le zampa el chabón, refiriéndose a las carreras de galgos, por desgracia tan populares en Australia).
¡Ah!, me intriga sobremanera lo de "allí está el
numerito en tu cuello", no sé cómo tomarlo; porque me figuro la imagen y, qué querés que te diga... me suena a foto de prontuario. Pero...
¿prontuario en serio? ¿Y por qué? No sé... pero intuyo que esta pareja anda en asuntos non sanctos, en fatos bien turbios, y que además de idas y vueltas, de eventuales abandonos, traiciones y tardíos arrepentimientos reales o ficticios; quizá la ruptura también tenga que ver con una desconfianza profunda (ya sea
fundada o infundada) originada en causas que no pasan por lo sentimental.
Y después de todo, por más que ahora finja arrepentimiento y quiera endulzarle el oído ("baba... boqueando"); él no puede perdonarla.
-Juan Carlos Serqueiros-
NOTA MÍA AGREGADA HOY 01.12.2024.
Hasta aquí reproduje el artículo tal cual lo publiqué en 2011. Pero... "pasaron cosas", dijo el asqueroso psicópata perduellis Mugricio Lacri: ocurre que en 2019, el Indio lanzó su autobiografía Recuerdos que mienten un poco. Memorias en conversaciones con Marcelo Figueras (Sudamericana, 2019), y entonces algunos pudieron enterarse de por dónde iban los tiros de su poética en ciertas canciones; mientras que otros (como por ejemplo, quien suscribe) pudimos reparar en los errores en que habíamos incurrido al momento de interpretarla, para así tener, consecuentemente, la posibilidad de enmendarlos. Y eso es, precisamente, lo que haré a continuación. En ese libro, Solari nos dice:
Acá hay una pareja, o una ex pareja, que también está en el aeropuerto como la de Sopa de lágrimas. En este caso él es un dealer y ella, su ex, está funcionando como mula. Pero ella pierde, cae detenida y empieza a boquear: a contarlo todo, a delatarlo. Ya perdió el chucho al que apostaste… La canción le dice a él que raje del aeropuerto, porque su expareja está hablando de más. (sic)
Si bien barrunté (y así lo consigné expresamente) que había un trasfondo de fato raro, ilegítimo o ilegal, en torno a esa pareja; obviamente yo no tenía, cuando hice y publiqué mi interpretación de la letra en 2011, manera alguna de conocer que la chica oficiaba de mula para el tipo que era un dealer. Intuía, sabía, de la existencia allí de algo non sancto, más allá de las cuestiones sentimentales; pero ni remotamente lo asocié al tráfico de drogas. También creí que quien se aprestaba a viajar a Sidney era el chabón, y hete aquí que en realidad; era la mina (lo cual se frustra porque cae presa). Y de paso, las precisiones que nos da el Indio echan luz sobre el misterio que me desvelaba: eso de "tu numerito en el cuello" que me remitía, sin atinar a explicarme por qué, a foto de prontuario y que (ahora por fin lo sé) efectivamente, era así. En fin... vaya entonces esta nota agregada a modo de Fe de erratas.
Y recuerden, queridos chichipíos: transiten el sendero del bien, porque el infierno, de hecho es muy divertido; pero a cada rato viene Luzbelito a pincharnos el culo con el tridente. Besis, putes.
-Juan Carlos Serqueiros-