lunes, 29 de abril de 2024

TERAPIAS PROFUNDAS


















Escribe: Gabriela Borraccetti *

Queridas/os amigas/os, lectoras/es y enemigas/os: aquí, del otro lado de vuestro monitor, existe una persona que se cansa mucho de leer tonteras que son comprobadamente eso: tonteras. Y a eso tengo que asistir y soportarlo todos los días.
Al decir esto, ya tengo un primer mote que usted me pondrá con gusto cuando yo le hable mal de “consteladores” familiares, “psicólogos” que se presentan como tales sin serlo, terapeutas truchos, coachers de “Bailando por un sueño” premonitorio, amantes de la espiritualidad fast food, new age y qué sé yo cuántos sahumerios más que se venden para que usted se sienta "espiritual".
Hay una realidad, y esa realidad es que lo único efectivo para angustia, vacío, síntomas de cualquier tipo, infelicidad, depresión, pánico o lo que fuere, es aquel camino que va a lo profundo del alma y no a la superficie. Se llaman terapias profundas, esto es, el tan asediado, denostado y criticado psicoanálisis que no es funcional a ningún laboratorio y que no vende grageas ni mueve masas. Por lo contrario; habla de la sub-versión del Sujeto, lo cual a la gente que nos quiere dormidos, no le gusta. Utilizan sus técnicas para hipnotizarte; pero no quieren que te des cuenta de que estás dormido.
De este modo, si usted no quiere ser un batracio en una olla con agua que irá hirviendo hasta que lo cocinen, y necesita ayuda; entonces busque a alguien que tenga algún tipo de formación REAL. Claro que no todo el que se come mil libros por año es bueno; pero sí es cierto que el que no leyó Caperucita o leyó el Pato Donald, no tiene ni para empezar.
El problema es que hay una cantidad de pseudo curadores, “sanadores”, manochantas y curabicheros on line (Indio Solari dixit) que después revientan lo único que le da sustento a nuestro psiquismo (el descubrimiento psicoanalítico del inconsciente); lo vapulean y meten en todos lados como si fuera una cosa, y propalan sin freno “herramientas” que tienen mucho de merchandising y poco de sustento. Por otra parte, son funcionales al consumo y a erradicar la consciencia, pero eso sí: mientras se la pasan hablando todo el tiempo de ella (y aquí, remítase a que cuando se nombra mucho la palabra justicia, es porque ésta suele faltar).
En el bazar de los destellos álmicos hay una cantidad de estrellitas de colores que aquí le detallo, y no según mi nada humilde opinión; sino por experiencia personal, comprobable (más de treinta años de ejercicio de mi profesión de psicóloga clínica):

-Ningún curso le va a provocar un "cambio de vida".
-La única forma de sanar el alma es tomar un tratamiento, así como la única forma de sanar el cuerpo es tratarlo bien y ponerse en manos especializadas.
-No todo el mundo que tenga un título habilitante, sabe; pero es seguro que el que no lo tiene, no sabe, y más aún: esa carencia empeora la falta de base general para poder empezar siquiera a pronunciar la palabra psique.
-Su médico externo se parece a su médico interno. Si usted vive en manos de chantas, entonces revise si realmente está buscando curarse o si espera milagros.
-Si usted es un consumidor, del otro lado habrá un comerciante de sus dolencias.

Las terapias profundas son excelentes porque toman como base la existencia de lo que no es consciente, pero no lo nombra; sino que lo va a buscar. Las otras, según mi punto de vista, son simplemente curitas, apósitos. Es decir que si a usted le sale un tumor y le dan aspirinas, no se va a curar. Y sepa que al alma, también le salen tumores, la atacan infecciones de las que emana pus, y guarda viejos dolores.
A su narcisismo le puede encantar que a usted le den el alta, que le digan que fue Cleopatra o el Rey de Tebas; pero no debería perder de vista que uno en la vida es un eterno caminante en sombras que quizá, con mucho trabajo, vislumbre luces que le alumbren el camino que hoy tiene que transitar. Entrar en ese terreno no es ni divertido, ni da paz. Y le recomiendo: si usted siente paz al inicio de un tratamiento, ¡huya!
Bueno, sería mucho más largo; pero esto fue todo al menos por hoy. Y no es LA verdad; pero sí es MI verdad.
Los que se sientan tocados, si quieren, pueden dejar expresada su bronca en “comentarios”.
Saluti.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


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