Un psicópata no es un ser cuya apariencia de salvajismo nos ponga en alerta, sino que por lo contrario; es alguien que conoce los sentimientos de las personas y que también sabe manipularlas y jugar con ellas, convenciéndolas de su bondad y haciéndoles promesas, para luego concluir perpetrando lo que sea que le entretenga hacer con quienes hayan quedado a merced suya.
Al respecto, la psicóloga y astróloga Liz Green, en su libro El lado oscuro del alma (ed. CPA Press, 2003) nos deja este párrafo sumamente ilustrativo:
Tendemos a pensar que el psicópata es un tipo duro y brutal, incapaz de entender los sentimientos de los demás; pero la verdad es que los entienden muy bien. Pongamos que estamos en algún sitio, conduciendo el coche muy tarde en la noche. El coche sufre una avería y no hay más que una casa a muchos kilómetros a la redonda. Vamos hacia la casa y llamamos a la puerta. La puerta se abre lentamente y tras ella aparece una ancianita que vive sola. Todos podemos reconocer que su miedo proviene del hecho de que vive aislada, está asustada y es vulnerable. El psicópata también puede reconocer esos sentimientos. Podríamos tranquilizarla diciéndole en un tono muy amable: «¿Puede ayudarme, por favor? Mi coche se ha averiado y necesito desesperadamente usar su teléfono. Aquí está mi carnet de conducir y puede ver mi nombre y mi dirección». El psicópata también lo hará. Podemos ponernos en el lugar de esa ancianita. Sabemos que hemos de proceder con cuidado para no asustarla más de lo que ya está. Podemos hacernos alguna idea de cómo se siente una ancianita viviendo sola, a cuya puerta llama un extraño a altas horas de la madrugada. El psicópata también lo hará. La diferencia es que mientras nosotros sentiremos empatía por esa persona, el psicópata no podrá. Los demás usaremos el teléfono, agradeceremos su generosidad y nos iremos. El psicópata, en cambio, se quedará: jugará con la necesidad de contacto humano de ella dándole conversación, le propinará después un golpe en la cabeza y se llevará sus ahorros sin ningún remordimiento. (sic)
He allí enunciado clara, precisa e inequívocamente, que para los psicópatas es un juego en el cual validan su narcisismo; pero en muchos casos se trata de un juego mortal. E incluso, se ha llegado a transformar en ídolos a gente que mata en masa, que hambrea pueblos enteros, y que hasta es capaz de alcanzar un gran éxito en empresas e imperios económicos. Esas personas que desfalcan, violan o matan por diversión, a su vez son dejadas en libertad por jueces que, sospechosamente, carecen de toda culpa al hacer tal cosa.
Así, podemos ver cómo muchos los apoyan, tanto como así también apoyan a sus hijos violentos esos padres que van a romperle la cabeza a una maestra que les puso una mala nota, sin el más mínimo atisbo de responsabilidad o culpa.
Un tema muy álgido, ciertamente.
Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814
* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.
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