En este nuestro bendito país, la capacidad de inventiva para lucrar aprovechándose del talento ajeno (o enunciado más claramente en el lenguaje liso y llano del rioba: colgándose de las bolas de alguien —en este caso, del genio creativo del Indio Solari—) no reconoce límite alguno. Y eso lo explotó, hasta incurrir en el abuso, un amplísimo abanico de fulanos/as que va desde los/as que escribieron esos "libros-que-no-hay-que-leer" (Indio dixit); pasando por una piruja que organiza "seminarios" (previo pago para acceder, desde luego) so pretexto de "analizar", en talleres a los que llama "texturas" (?), la lírica solariana para las víctimas que haya podido embaucar; hasta esto que se anuncia ahora y que no sé cómo llamarlo... esta... cosa, digamos: el próximo estreno de una película en la que se abordará la supuesta "macabra historia de Jijiji" (sic).
No es que tengan la cara dura como una piedra; sino que la tienen hecha de acero al cromo-níquel. Y carecen hasta de la más mínima noción de lo que es la vergüenza.
Lo cierto es que desde los recitales en Paladium en mayo y octubre de 1986, desde los mentideros redondos aquellos en los que aparecían algunos personajes que se atribuían tener la posta, se echó a rodar la bola de que habría existido (en La Plata, según algunos; o en Mar del Plata, según otros) un hecho delictivo luctuoso (el asesinato a puñaladas de una chica) que le habría inspirado al Indio la poética de Jijiji. Lo cual se trataba de un completo delirio —que ahora se reflota, pero para colmo de males, no ya desde el propósito de un ignoto pelotudito cualquiera de ganarse alguna minita o de obtener prestigio ante un acotado y para nada envidiable público constituido por una recua de burdéganos tan imbéciles como él al punto de creer en lo que les decía; sino en pos de un objetivo mucho más... utilitario y rendidor, por llamarlo de algún modo: hacerse de unos mangos—; toda vez que el propio Solari se encargó de explicar de qué va la letra y lo que en ella se narra: la paranoia de un chabón drogado hasta los bujes que jura y perjura que lo están persiguiendo.
Pero ya ni siquiera la circunstancia de que el mismísimo autor haya corrido el velo los inhibe a la hora de encontrar maneras para continuar currando. Conchisumadre.
-Juan Carlos Serqueiros-
Está clarísimo que es un choreo, porque la historia la podrían vender sin meter Jijiji (que va de lo que decís, y hasta mi abuela ya lo sabía en los noventas) ni a Indio.
ResponderEliminarGracias por informar de esto.
Por otro lado no me enoja tanto, los mitos tienen también sus detractores y embaucadores, lo ha tenido el cristianismo, y eso lo hizo aún más popular.
Abrazos crack
Seguro Frodo. Lo de esos atorrantes es evidente hasta para un pibe de salita de cinco. Abrazo.
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