viernes, 26 de septiembre de 2025

VALE LA PENA





















VALE LA PENA
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Vale la pena
Creer, crecer, lograr.
Vale la pena
Perder, sufrir, llorar.
Vale la pena
Seguir, partir, llegar.
Vale la pena
Crear, soñar, amar.
Siempre vale la pena,
Porque no siempre es pena
Correr y derramarse
A lo largo de este río
Que es la Vida.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


martes, 23 de septiembre de 2025

ATORRANTES




































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

… Y el cohecho no es un descubrimiento nuevo en la política… el partido de los atorrantes va tomando un carácter bien distinto... (Roque Sáenz Peña)

En el año 1884, Roque Sáenz Peña, quien se había desilusionado de la política tras su paso por las filas del republicanismo de Aristóbulo del Valle y Leandro Alem, pero ya renovadas por entonces sus ideas e inquietudes; militaba en el Partido Autonomista Nacional, en cuyo seno se debatía la sucesión presidencial, es decir, quién habría de resultar el candidato por el oficialismo en las elecciones de 1886, que se realizarían previamente al término del período de gobierno de Julio A. Roca, por lo cual pugnaban Bernardo de Irigoyen, Dardo Rocha y Miguel Juárez Celman (este último, concuñado de Roca, ex gobernador de Córdoba, y desde el año anterior, senador nacional por dicha provincia). 
Sáenz Peña, desafecto a la candidatura de Irigoyen, a quien consideraba —pese a haber sido en 1880 su subsecretario en el ministerio de Relaciones Exteriores— uno de los hombres más atrasados (sic), y asimismo opositor decidido a la de Rocha; por esa época apoyaba activamente las aspiraciones de Juárez Celman. 
En ese contexto fue que mantuvo con este último una nutrida correspondencia (la cual se conserva en el AGN), y en una de las cartas que le dirigía, fechada el 14 de julio de aquel año, consignaba lo de “partido de los atorrantes” en referencia al sector que impulsaba la candidatura de Rocha, achacándole la figuración en él de hombres de moral laxa, saltimbanquis, sinvergüenzas, desfachatados, que medraban con la obra pública y sirviéndose del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Tengo para mí que se trataba más de un chusmerío politiquero destinado tanto a halagar la vanidad de Juárez Celman, como a realzar la importancia que en su concepto éste debería de asignarle a Sud-América (el diario que Sáenz Peña había fundado junto a Carlos Pellegrini, Ezequiel Ramos Mexía, Delfín Gallo y Paul Groussac para enfrentar a Rocha, y al que por entonces procuraban —él, Pellegrini y Ramos Mexía; que no Groussac y mucho menos Gallo en tanto partidarios y firmes sostenedores de la candidatura de Irigoyen— constituir en el principal órgano propagandístico del juarismo porteño), y asimismo la del propio Sáenz Peña; que de una pintura que fuese fielmente representativa de la realidad: ni Rocha era el jefe de una caterva de atorrantes y coimeros, ni el juarismo era precisamente un convento de carmelitas descalzas. De hecho, puesto Sáenz Peña al frente de la dirección del diario, tardó sólo un mes en renunciar a la misma, e incluso; renunció también a la presidencia del comité Capital del juarismo.
Por otra parte, mi querido lector, le cuento que el empleo del vocablo “atorrantes” por parte de Roque Sáenz Peña, viene a dar por tierra con la desgraciadamente tan difundida versión de que fue creado para adjetivar personas que se metían a vivir en los grandes caños destinados a las obras públicas de desagües y cloacas, que —dicen, mentirosamente— estarían fabricados por una empresa "A. Torrent”. Lo cual es un completo delirio, porque jamás existió ni en Cataluña ni en Inglaterra ni en Francia ni en sitio alguno del mundo, una firma fabricante de caños que girara bajo la razón social o usara como marca "A. Torrent”.
Lo cierto —y documentalmente comprobado hasta aquí y ahora— es que el primero en citar el término “atorra” (de atorrar, esto es, dormir) fue Benigno Baldomero Lugones en un artículo titulado (con marcada ironía, por supuesto) “Los caballeros de industria”, el cual fuera publicado en folletín por el diario La Nación en su edición del 6 de abril de 1879. Lugones (n. Buenos Aires, 13.02.1857 – m. París, 27.10.1884) fue un periodista (fallecido a causa de la tuberculosis cuando contaba tan sólo 27 años) que circunstancialmente ofició de escribiente de policía, lo cual le dio acceso al argot usual en el mundillo del delito y la marginalidad, o sea, el lunfardo.
En síntesis, “atorrante” es el que “atorra” o “torra”, es decir, el que duerme u holgazanea, y proviene de “atorrar” o "torrar", un argentinismo para designar eso y cuyo origen se presume derivado de “torrado” (del latín torrere), o sea, el tostado de los granos de café: a quienes se empleaba en los almacenes de ramos generales para dicha tarea, se les permitía pernoctar en los depósitos, y consecuentemente dormían sobre las bolsas de café.
Seguramente en razón de que Lugones en su artículo cita lo de atorra para referirse a “duerme”, pero concatenado, entremezclado, con la mención y aun la descripción en detalle de robos, estafas y otras actividades non sanctas como por ejemplo, la falsificación de billetes (que por obvios motivos era perseguida con especial celo por los directores del Banco de la Provincia de Buenos Aires), más temprano que tarde se asoció al atorrante con el delincuente, surgiendo así otra acepción del vocablo, usada para adjetivar a alguien de dudosa moral, desvergonzado (que era, precisamente, a lo que aludía Sáenz Peña mencionando al de Rocha como “el partido de los atorrantes”).
Por último, muy adelantada la segunda mitad del siglo XX, comenzó a usarse “atorrante” dándole una significación ya no tan peyorativa e insultante, sino más bien tolerante y aun con cierto grado de simpatía, aplicándola a quien evidencia astucia, es “piola” y posee la habilidad de seducir y hacerse perdonar sus faltas. Y ya que estamos, justamente una arista… digamos precursora, anticipatoria, de esta última clase de atorrantes, había en la índole de aquel Sáenz Peña de 1884, joven de 33 años, cultísimo, elegante, de linaje y fortuna, soltero codiciado por mujeres de la más alta sociedad, portador legítimo del aura que le otorgaba su condición de héroe de la guerra del Pacífico, y en fin, hombre más que corrido en materia de francachelas, quilombos y putas.
Ya ve usted, apreciado lector, que atorrantes, lo que se dice atorrantes... hay muchos y de todo pelo y señal.
¡Hasta la próxima!

-Juan Carlos Serqueiros-
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REFERENCIAS

AGN. Fondo Juárez Celman. Correspondencia Roque Sáenz Peña - Miguel Juárez Celman, 1884.
BNMM. Lugones, Benigno. Crónicas, folletines y otros escritos: 1879-1884 / Benigno Lugones; con prólogo de Diego Galeano (col. “Los raros” n° 36). Buenos Aires, 2011.
Diario La Nación, ed. del 06.04.1879.
Giorlandini, Eduardo. Cosas del tango y del lunfardo. Editorial Raigambre, Bahía Blanca, 2000.
Gobello, José. Vieja y nueva lunfardía. Editorial Freeland, Buenos Aires, 1963. 
Sáenz Quesada, María. Roque Sáenz Peña: el presidente que forjó la democracia moderna. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2014.


viernes, 19 de septiembre de 2025

FELICIDAD ES...


FELICIDAD ES...
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Felicidad es
Juntar caracolas a la orilla del mar,
Mirar al sol de frente
Intentando no parpadear,
Contar algunas estrellas,
Perderte y volver a empezar,
Jugarle al viento con el cabello en flecos,
Pisar los charcos,
Trepar a un árbol,
Escalar los muros,
Y esperar del otro…
Encontrar un nuevo mundo,
Quedarnos sentados mirando al cielo,
No pensar en el mañana;
Porque el hoy es bello,
Querer lo que tenemos
Y no lo que nos falta,
Ser afuera como somos adentro,
No rezar para que algo ocurra;
Sino hacerlo nosotros mismos.
La felicidad está allí:
Donde llegamos cuando aprendimos
A hacer cosas porque nos gustan
Y no hacerlas para gustar.
Sé vos;
Nadie feliz recorre su vida
Siguiendo las huellas de otro.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.como Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 15 de septiembre de 2025

A VECES...














Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Habitualmente me despierto 6:30 hs, sin necesidad de alarma en el celular (como dijo el General: "al pedo pero temprano"). Hoy lo hice una hora antes, con lo cual a las 6:10 ya me había levantado, bañado, vestido y me disponía a tomar unos mates con pizza fría que sobró de anoche.
A veces (y por suerte, sólo a veces) se me da por pensar que estamos yendo derechito al abismo. Ya sé que en esta vida todos vamos pa'l pozo y que más temprano o más tarde, uno terminará en él. Pero qué querés que te diga... a mí me gustaría estar entre los que lleguen últimos, viste.
Hace poco leí una novela en la cual el protagonista principal de la trama tiene un amigo economista que le dice algo así como esto: "Mira, ya no quedan optimistas; sólo quedan quienes creen que el colapso mundial es inevitable, pero divididos en dos corrientes: la de los que afirman que será inmediato y se resignan a ello, y la de quienes sostienen que demorará todavía un poco en producirse". Ante lo cual el otro le pregunta: "Y tú, ¿en cuál de las dos estás?". La respuesta que obtiene el que interrogó es: "¡Claro que en la segunda! Aunque sea con clips, banditas elásticas y goma de pegar, tratemos de mantener el armazón, total... ¿qué perdemos?".
Me sumerjo en la virtualidad adentrándome en las procelosas aguas de internet. Como historiador, estoy (además de en la mía propia, claro) en algunas páginas dedicadas a la historia, y resulta que hace un rato, leí un... "comentario", digamos, siendo buenos, de un sujeto que muy suelto de cuerpo postea: "No se come con la historia... hablemos de futuro" (sic). Es decir, el tipejo pide nada menos que no tratar de historia... ¡en una página dedicada EXCLUSIVAMENTE a la historia! Salí corriendo a pedir turno con el oculista, porque tuve miedo de no estar leyendo lo que creía leer. Es como si en una página dedicada a la astronomía, yo posteara "no se come con la astronomía; dejemos de joder con los planetas y hablemos del fin del universo". Algo así...
Trascartón, mi faceta masoquista me impele a meterme en las redes y fijar mi atención en las fechorías y los delirios del psicótico narcisista que "gobierna", en la banda de meretrices, cipayos, ladrones y psicópatas que lo secunda, y sobre todo; en las almas enfermas de quienes votaron todo eso.
Ojalá el cambio antropológico por el que nos toca atravesar, fuera tan sólo una distopía espantable al mejor estilo de las profetizadas por Orwell o Huxley, pero no; tengo para mí que es una terrible realidad.
Realidad que, de paso; me conduce a pensar si no estaría equivocado Horacio Guarany al escribir y cantar "Morir... / ¡Morir...  no se muere nunca! / Vivir... / ¡Es esa la ley del hombre!", y si de verdad quiero seguir estando entre quienes albergan el deseo de figurar en la lista de los que lleguen últimos al pozo. 
Después de todo, quizá uno cualquiera de los de este tiempo sea un buen día para morir.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Jesús Colomina Orgaz (“Colo”), Hoy es un buen día para morir, cómic, contemporáneo.


lunes, 8 de septiembre de 2025

UN ABRAZO






































UN ABRAZO
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Ayer pensé en vos
En tu compañía de tantos años
En tu paciente espera
En tus interminables vigilias
En las mañanas en que el viento
Peinaba tus cabellos
Y el frío inclemente
Atravesaba tus costillas.

Y vos allí...
Hasta la noche
Para volver a verme
Paso a paso retornando
Desde la vieja esquina
Con la cálida bienvenida
Aquella que me dabas
En la puerta de mi casa.

Ayer pensé en vos
Con las hojas ya más quietas
En tus ramas vueltas abrazo.

-Gabriela Borraccetti-

Imagen de portada: Arik Brauer (1929-2021), "El alma del árbol", grabado sobre vitela.

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 1 de septiembre de 2025

EL SHOW DEBE CONTINUAR


EL SHOW DEBE CONTINUAR
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Cuando te invada la ira
E incontrolable te arrase
Cuando la auto compasión
Haga de vos presa fácil
Y estés inerme entre sus garras
Lacerantes

Cuando la pena de saberte solo
(Solo de toda soledad
Metafísica, absoluta e inapelable)
Te haga percibir que está allí
Y que jamás te abandonará
(Fiel como ninguna)

Habrás de buscar
En los labios de tu herida
En una nota inconcebida
En el dulzor acariciante de un mate amargo
En los arabescos de una voluta de humo
Bálsamo (efímero) al ardor
De la melancolía añeja que te abrasa

Y desde la negritud de tu noche
Surgirá radiante el milagro
De una nueva mañana
Que te mueva a dar un paso más
Porque… ¿sabés?
El show debe continuar
Lo spettacolo deve continuare
The show must go on
Y es así
Otra-no-hay.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen de portada: Claudia Noelia Serqueiros, "Los payasos son tristes", óleo sobre tela, 2010.