Escribe: Juan Carlos Serqueiros
En 1960 el cancionero folclórico argentino experimentaría una gran transformación en lo referente a la temática tratada en la lírica de las letras y también en cuanto a la estructura melódica. Se iniciaba así la etapa del “folclore romántico”.
Pero tal fenómeno se daría fundamentalmente a partir de una zamba de aquellas, emblemática, la cual se convertiría rápidamente en un gran suceso musical y de la que posteriormente derivaría una serie de ellas de similares características: “Angélica”, cuya letra dice:
I
Angélica
cuando te nombro
me vuelven a la memoria
un valle, pálida luna en la noche de abril
y aquel pueblito de Córdoba.
II
Si un águila fue tu cariño
paloma mi pobre alma
temblando mi corazón en sus garras sangró
y no le tuviste lástima.
Estribillo
No olvidaré cuando en tu Córdoba te vi
y tu clavel bajo los árboles robé
mis brazos fueron tu nido, tu velo,
Angélica
cuando te nombro
me vuelven a la memoria
un valle, pálida luna en la noche de abril
y aquel pueblito de Córdoba.
II
Si un águila fue tu cariño
paloma mi pobre alma
temblando mi corazón en sus garras sangró
y no le tuviste lástima.
Estribillo
No olvidaré cuando en tu Córdoba te vi
y tu clavel bajo los árboles robé
mis brazos fueron tu nido, tu velo,
la luz de la luna entre los álamos.
III
Tus párpados si por instantes
te vuelven los ojos mansos
recuerdan
cuando en el cielo de pronto se ve
que nace y muere un relámpago.
IV
La sábana que sobre el suelo
se tiende cuando la escarcha
no es blanca
como la límpida flor de tu piel
ni fría como tus lágrimas.
III
Tus párpados si por instantes
te vuelven los ojos mansos
recuerdan
cuando en el cielo de pronto se ve
que nace y muere un relámpago.
IV
La sábana que sobre el suelo
se tiende cuando la escarcha
no es blanca
como la límpida flor de tu piel
ni fría como tus lágrimas.
El compositor de la misma y poseedor de todos los derechos de autor es Roberto Cambaré, pseudónimo artístico de Vicente Cambareri, un músico bonaerense (n. Balcarce) radicado temporariamente en las sierras cordobesas.
Sin embargo, a pesar de que es seguro que los derechos están legalmente registrados a su favor; hay discusiones acerca del origen de la composición, ya que si bien Cambaré en una nota periodística afirmó que la zamba se la había inspirado en Mar del Plata el recuerdo de un efímero romance que había vivido con una joven cordobesa; también hay quienes sostienen que él compró los derechos al músico cordobés Abraham Funes, quien habría compuesto la melodía para unos versos escritos por el poeta chileno Ricardo Martín Illanes que éste habría dedicado a su novia, la cual se estaría muriendo a consecuencia de una enfermedad terminal (todo muy trágico).
Particularmente, me inclino a creer que no hay nada de cierto en ello y que tanto la poesía como la música fueron obra de Roberto Cambaré por varias razones, entre las cuales hay tres que estimo significativas en grado sumo:
1) Cambaré, al momento de la creación de Angélica, no era todavía un compositor reconocido; era un músico que acompañaba en carácter de guitarrista rítmico a Horacio Guarany, y antes, se desempeñaba en el oficio de albañil; entonces, ¿de dónde iba a sacar un músico cuasi ignoto, sin fortuna personal –lejos de ello- el dinero para comprar los derechos de una canción, de la cual, además, le era imposible saber a priori el impacto que tendría?
2) La obra de Cambaré es muy prolífica y sus éxitos en modo alguno se circunscriben a Angélica, ya que es también el autor de, –por ejemplo, y entre muchos otros temas-: Tú, Chiquilín, Luna cordobesa, Paisaje sureño, Del algarrobo al ombú, Guitarra amanecida y tantos más… Y también están su autobiografía, y un libro de poemas.
3) El reportaje que en los 60 le hizo un periodista de nombre Bernardo Noel, en el cual Cambaré detalló exhaustivamente el proceso creativo que lo llevó a componer Angélica, parte del cual reproduzco a continuación:
1) Cambaré, al momento de la creación de Angélica, no era todavía un compositor reconocido; era un músico que acompañaba en carácter de guitarrista rítmico a Horacio Guarany, y antes, se desempeñaba en el oficio de albañil; entonces, ¿de dónde iba a sacar un músico cuasi ignoto, sin fortuna personal –lejos de ello- el dinero para comprar los derechos de una canción, de la cual, además, le era imposible saber a priori el impacto que tendría?
2) La obra de Cambaré es muy prolífica y sus éxitos en modo alguno se circunscriben a Angélica, ya que es también el autor de, –por ejemplo, y entre muchos otros temas-: Tú, Chiquilín, Luna cordobesa, Paisaje sureño, Del algarrobo al ombú, Guitarra amanecida y tantos más… Y también están su autobiografía, y un libro de poemas.
3) El reportaje que en los 60 le hizo un periodista de nombre Bernardo Noel, en el cual Cambaré detalló exhaustivamente el proceso creativo que lo llevó a componer Angélica, parte del cual reproduzco a continuación:
PERIODISTA: -¿Cómo nació “Angélica”? ¿Hay alguna motivación sentimental, privada, en el origen de esta zamba, o todo es imaginación? Existe, en realidad, ese pueblito de Cordoba que se menciona en la letra?
ROBERTO CAMBARÉ: -Todo es rigurosamente cierto, aunque magnificado por el recuerdo. Quien ama, exagera tanto los dones, como el desdén de la amada. Cuando convierte su recuerdo en poesía. Yo viví en Salsipuedes –es el pueblito de Córdoba de que habla la zamba-, hace por lo menos 12 años. Era y sigo siendo, soltero. Conocí allí a una niña morocha, de cabellos largos flotando sobre la espalda, no muy alta, delgada, un lindo tipo de criollita. Nos entendíamos con los ojos, más que hablarnos. Fue un idilio de un mes, pues ella –verdaderamente- volvía a Buenos Aires. No hubo enojo oficial, pero sí cierto distanciamiento entre los dos. Se llamaba como en la zamba: Angélica.
PERIODISTA: - ¿En qué instante nació su zamba “Angélica”?… ¿Dónde estaba usted cuando la compuso? ¿Cuál es su método de trabajo?
ROBERTO CAMBARÉ: - Estaba en Mar del Plata, exactamente en el paraje denominado “El Gaucho”, un poco en las afueras de la ciudad, cerca del monumento al gaucho, en la casita que construí con mis manos. La casa tenía y tiene unos hermosos rosales que –como albañil- retiré de una construcción en que había que levantar un muro, y solicité me dejaran llevar esas plantas. Mi madre vive allí, donde se distrae cultivando y cuidando el jardín. Antes, era mi casa de soltero. Siempre venía mi madre a visitarme. Durante una mañana –era en el otoño de 1958- ella llegó y se puso a cebarme mate. Le hice escuchar “Angélica” que acababa de componer casi de un tirón, cosa que casi nunca me sucede, pues siempre trabajo mucho mis composiciones. Las memorizo y las trabajo hasta llevarlas a la guitarra. Las silbo, en fin… Cuando una melodía o frase me han impresionado bien, no la olvido más. Si la olvido, en cambio, pienso que es porque no tenía mucho valor… En cuanto a cómo nació “Angélica” voy a puntualizarle algo más: A pesar de ser una cosa tan chica como puede serlo una canción popular – que no requiere un plan previo, como lo exigiría un tratado de psicología, por ejemplo-, trabajé con un verdadero plan… Me preocupé por escribir una zamba con versos terminados en palabras esdrújulas. Ello obligaría a componer una melodía diferente, sincopada. Las primeras palabras que se me ocurrieron fueron “Angélica” y “Córdoba”, ambas esdrújulas. Escribí una pequeña lista de palabras esdrújulas, eligiendo alguna que pudiera servirme para la letra. Luego fui dando forma a todo ello, dentro de lo popular. Habitualmente, trabajo simultáneamente en letra y música. Silbo un trozo, le aplico una letra, sacrifico letra o música, según sea necesario, para quedarme con lo más bello. Pero “Angélica” nació con las particularidades que le cuento… En aquel otoño, a eso de las 10 de la mañana, en 1958…
ROBERTO CAMBARÉ: -Todo es rigurosamente cierto, aunque magnificado por el recuerdo. Quien ama, exagera tanto los dones, como el desdén de la amada. Cuando convierte su recuerdo en poesía. Yo viví en Salsipuedes –es el pueblito de Córdoba de que habla la zamba-, hace por lo menos 12 años. Era y sigo siendo, soltero. Conocí allí a una niña morocha, de cabellos largos flotando sobre la espalda, no muy alta, delgada, un lindo tipo de criollita. Nos entendíamos con los ojos, más que hablarnos. Fue un idilio de un mes, pues ella –verdaderamente- volvía a Buenos Aires. No hubo enojo oficial, pero sí cierto distanciamiento entre los dos. Se llamaba como en la zamba: Angélica.
PERIODISTA: - ¿En qué instante nació su zamba “Angélica”?… ¿Dónde estaba usted cuando la compuso? ¿Cuál es su método de trabajo?
ROBERTO CAMBARÉ: - Estaba en Mar del Plata, exactamente en el paraje denominado “El Gaucho”, un poco en las afueras de la ciudad, cerca del monumento al gaucho, en la casita que construí con mis manos. La casa tenía y tiene unos hermosos rosales que –como albañil- retiré de una construcción en que había que levantar un muro, y solicité me dejaran llevar esas plantas. Mi madre vive allí, donde se distrae cultivando y cuidando el jardín. Antes, era mi casa de soltero. Siempre venía mi madre a visitarme. Durante una mañana –era en el otoño de 1958- ella llegó y se puso a cebarme mate. Le hice escuchar “Angélica” que acababa de componer casi de un tirón, cosa que casi nunca me sucede, pues siempre trabajo mucho mis composiciones. Las memorizo y las trabajo hasta llevarlas a la guitarra. Las silbo, en fin… Cuando una melodía o frase me han impresionado bien, no la olvido más. Si la olvido, en cambio, pienso que es porque no tenía mucho valor… En cuanto a cómo nació “Angélica” voy a puntualizarle algo más: A pesar de ser una cosa tan chica como puede serlo una canción popular – que no requiere un plan previo, como lo exigiría un tratado de psicología, por ejemplo-, trabajé con un verdadero plan… Me preocupé por escribir una zamba con versos terminados en palabras esdrújulas. Ello obligaría a componer una melodía diferente, sincopada. Las primeras palabras que se me ocurrieron fueron “Angélica” y “Córdoba”, ambas esdrújulas. Escribí una pequeña lista de palabras esdrújulas, eligiendo alguna que pudiera servirme para la letra. Luego fui dando forma a todo ello, dentro de lo popular. Habitualmente, trabajo simultáneamente en letra y música. Silbo un trozo, le aplico una letra, sacrifico letra o música, según sea necesario, para quedarme con lo más bello. Pero “Angélica” nació con las particularidades que le cuento… En aquel otoño, a eso de las 10 de la mañana, en 1958…
En función de lo hasta aquí enunciado, estoy persuadido de que la autoría del tema le pertenece a Roberto Cambaré, que no se la compró a nadie, que es obra exclusivamente suya y que la duda instalada lo es partir de un mito y nada más.
Aquí tienen un ENLACE a la interpretación de esta canción por parte de Los Chalchaleros (que dicho sea de paso, contiene errores de dicción, ya que en lugar de “tu velo”; cantan –equivocadamente, como mucho después lo reconocería el propio Juan Carlos Saravia- “tu pelo”; y además, cambiaron "límpida" por "tímida").
actualmente Cambaré esta radicado en Mar del Plata, te digo porque yo trabajaba en una almacén y cada tanto venia a comprar. Un ídolo sin lugar a dudas !
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/photo.php?fbid=10204522087665632&set=pcb.10204522092785760&type=1&theater
ResponderEliminarhola, la versión que tengo sobre el origen de la canción se vincula a Angélica Burg Suarez, sur de Córdoba, fulminada por un rayo en 1958, a ella está dedicada la canción. Fijate en las fotos del link anterior
ResponderEliminarMuy buen aporte saber el nombre de quien inspiró esta letra a Cambaré. ¡Gracias!
ResponderEliminarMuchas Gracias por la historia, la repetiré y difundiré.
ResponderEliminarBellisima historia , no la conocía,
ResponderEliminarExcelente nota.
ResponderEliminarSea quien fuere el autor, la canción es bellisima y recomiendo que escuchéis la versión de "los tres de <castilla",es estupenda.
ResponderEliminarEstáis comentando quién era el autor de la letra, pero ¿quién es el autor de la música?.Considero que tanto la letra como la música son una preciosidad.
ResponderEliminarEstimado Ramón, quien compuso la melodía, es asimismo Cambaré. La pieza le corresponde integralmente, en música y letra; por eso consigné en el artículo: "... el COMPOSITOR de la misma yposeedor de TODOS LOS DERECHOS...". Un cordial saludo.
ResponderEliminarHola Juan Carlos: Ya veo que estás muy bien puesto en el tema, te doy las gracias por la aclaración, es una canción que escucho cuando doy un repaso a todo lo que me gusta y para quedarme satisfecho la tengo que repetir cuatro o cinco veces seguidas, como me pasa con "la flor de la canela, cantada por Mª Dolores Pradera y otras varias. Un afectuoso Saludo.
ResponderEliminarHermosa zamba ..mi padre solía cantarle a mi madre, que se llamaba así Angélica.
ResponderEliminarHoy he vuelto a escuchar la canciòn, y entusiasmado como siempre, la he oído cinco o seis veces, màs que oirla la paladeo como si fuera un manjar. Es preciosa. No puedo evitar cantarla al compás del CD.
ResponderEliminarHola Juan Carlos.. Genial la historia... Y no savia y no me podia hacer del nombre completo de Angelica... Ahora... Me encargo de difundir esta hermosa historia... Te cuento que hay una version en Tango con arreglos de la Orquesta de Alfredo de Angelis... Saludos desde Rio Colorado Río Negro Argentina.. Victor Gutierrez
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