viernes, 26 de abril de 2024

ME ACUERDO DE TI





























ME ACUERDO DE TI
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Una señal
Tan sólo dame una señal.
Dime que eres tú
Ese rayo de luz que llega
De las costas del sur,
Como si fueras faro,
Como si fueras tiempo,
Como si jamás
Hubieses olvidado.

Dime que es tuya
Esa huella de arena
Rozando mi zapato,
Que es tuyo el perfume
De algas y de sal,
Y que ese horizonte
Con lunas y soles
No ha sido como vano
Capricho del azar.

Dime por favor
Que no son ilusiones;
Tan sólo dime
Que has venido aquí
A dejarme un mensaje,
O quizá la pregunta
Por saber si sólo
Me acuerdo de ti.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


jueves, 25 de abril de 2024

FERNANDO CENTENO: CRÓNICA DE UN INFAME














































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

(Los habitantes de los territorios nacionales son) parias sometidos al destino que les deparan los funcionarios que les mandan desde esta capital, (así, esos territorios constituyen) verdaderos refugios de pecadores y de vagos donde encuentran fácil acomodo los peores elementos de comité, como los favoritos que venían de la metrópoli en tiempos de la colonia, a enriquecerse en un medio sin vinculación, sin nada que los ligara, con amor a la tierra a donde van sin ánimo de trabajar, pero ávidos por enriquecerse. (Benjamín Villafañe, diputado por Jujuy, discurso en el Congreso de la Nación, setiembre de 1921)

En el siglo pasado, la década del veinte marcó un clivaje en la historia del Chaco en tanto significó nada menos que el tránsito desde el denominado ciclo forestal subsiguiente a la conquista y poblamiento; a lo que se ha dado en llamar ciclo algodonero. Eso trajo aparejada otra ola inmigratoria (que duraría hasta bien entrados los años cuarenta), volcada al centro-norte y al centro-oeste chaqueños, sin que todavía se hubiese logrado más que parcialmente la argentinización de la que la había precedido cuando la colonización.
Si los españoles e italianos se habían demostrado como huesos duros de roer a la hora de hacerlos argentinos, imaginemos la ímproba tarea que suponía el lograr lo mismo con la masa famélica, sufrida y esforzada de serbios, checos, eslovacos, montenegrinos, croatas, eslovenos, bosnios, búlgaros, ucranianos, polacos y rusos componentes del gringaje del Este europeo trasplantado al Chaco. Máxime, cuando de las dos herramientas con las cuales se contaba en tiempos de la etapa colonizadora, esto es, la escuela pública y el ejército nacional; sólo quedaba disponible la primera, porque algunos años antes, se había dispuesto retirar del territorio al segundo.
En lo atinente a la escuela pública, la escasez de establecimientos educativos era más que notoria. Para peor (las pulgas del perro flaco), a hombres que tuvieran la doble condición de apóstol y titán —como Raúl B. Díaz, por ejemplo— no se los encontraba precisamente a la vuelta de la esquina. En cuanto al ejército nacional, en 1917 el presidente de la República, Hipólito Yrigoyen, ordenó evacuar del Chaco los pocos regimientos que aún quedaban en él luego de la conquista. Así, el territorio quedó limitado a la relativa seguridad que pudieran brindarle sus propios organismos.
Y si a todo eso le sumamos el problema indígena, pues entonces digamos que cantaron bingo en la sala. Con respecto a los indios, adoptada que fue por los gobiernos nacionales la decisión de “rescatarlos de la barbarie para integrarlos a la civilización”, se los concentró en la reducción civil estatal de Napalpí, la cual “albergaba (es una manera de expresarlo) una población más o menos estable de entre 800 y 1.000 individuos pertenecientes en su mayoría a las etnias Qom (Toba) y Moqoit (Mocoví). En ella había una escuela en la que se impartía instrucción primaria (exclusivamente a los indios, pues los inmigrantes gringos se negaron a que sus hijos compartieran escuela con ellos), la cual constituía una de sus dos claves; siendo la restante el trabajo (que se realizaba a destajo y en modalidades lindantes con la explotación lisa y llana). Lo cual, por otra parte y dicho sea de paso, no difería de las condiciones en que laboraban en obrajes y chacras los hacheros y braceros correntinos, santiagueños y paraguayos que componían, conjuntamente con los aborígenes, la totalidad de mano de obra disponible en el territorio.
La homogeneización identitaria de aquella Babel no fue, ciertamente, un proceso sencillo ni exento de conflictos.
El advenimiento del radicalismo al gobierno nacional, significó para el entonces territorio nacional del Chaco, que el poder central instalara en el sillón de Obligado a políticos provenientes de las provincias de Santa Fe y Corrientes, quienes evidenciaban tener poca o ninguna empatía con el territorio y sus habitantes, desconocían en absoluto sus problemáticas y usaban al Chaco como base de operaciones encaminadas a la intervención activa en la política partidario-electoralista de sus lugares de origen. El afán de quienes eran designados gobernadores lo constituían, pues, sus intereses políticos en las provincias de las cuales procedían, y su propio beneficio económico, lo cual provocaba que dedicaran su tiempo a esos fines y que sus prolongadas ausencias del territorio, lejos de ser excepcionales; fueran lo habitual.
Así las cosas, el Chaco se convirtió, ora en un reducto donde se planeaban transas y camándulas para mantener la “situación” si ésta era favorable, o conspiraciones y revueltas para tornarla propicia si era adversa; ora en un sitio donde “asilar” a los amigos en caso de que resultaran perdidosos en aquellas feroces contiendas a las que pomposamente se llamaba elecciones.
En cuanto a la policía brava, era una herramienta al servicio del gobernador de turno, que éste utilizaba a discreción para confiscar libretas de enrolamiento y arrear hasta las provincias limítrofes como si de ganado se tratara, a gente a la que se hacía figurar como inscripta en los padrones correntino o santafesino.
El 12 de octubre de 1922, Marcelo T. de Alvear asumió la primera magistratura de la República, y a partir de allí, se tomó un “pequeño” plazo ¡de ocho meses! para designar gobernador del Chaco al político santafesino Fernando E. Centeno.
Nacido el 27 de setiembre de 1876, Fernando Enrique Centeno provenía de una familia rosarina de origen español (era nieto del coronel Dámaso Centeno, muerto en la batalla de Cepeda; e hijo de Fernando S. Centeno, gestor e impulsor de la localidad que lleva ese nombre). Opositor a Yrigoyen, desde principios de la segunda década del siglo XX recaló en el radicalismo antipersonalista, fue diputado a la legislatura provincial por el departamento Constitución en 1914 y 1917, y convencional constituyente por el departamento Gral. López en 1920. Estaba casado con Lily Baraldi, una dama perteneciente a una familia italiana exiliada en España y posteriormente “trasplantada” desde allí a América.
Centeno llegó al Chaco con el definido propósito de enriquecerse en la gobernación a como diese lugar. Para eso, llevó consigo a dos de sus cuñados: Enrique Jorge Pedro Baraldi, en carácter de secretario; y Fernando Restituto Guido Baraldi, como contador. Organizó las cosas de modo que las tareas burocráticas (confección de planillas, rendición de fondos, redacción de informes al ministerio del Interior, etc.) fueran desempeñadas por sus parientes; mientras él se quedaba en la provincia de Santa Fe, limitándose a viajar al Chaco un par de veces al año, como mucho, para cumplir alguna que otra formalidad protocolar, firmar los papeles y, por supuesto; percibir la “renta”, es decir, el canon pactado con sus cuñados por “alquilarles” la gobernación efectiva (30.000 pesos mensuales, según se decía), astillita esa la cual provenía de ilícitos tales como defraudación al Estado mediante el ardid de engrosar las planillas de sueldos incluyendo en ellas empleos inexistentes (policías, principalmente), coimas a prostíbulos, casas de juego y ladrones de ganado, y lindezas por el estilo.
La persecución a quienes se atrevían a oponerse a sus designios, a criticar su nepotismo descarado y a denunciar sus delitos, fue otra de las constantes en su gobernación. Decididamente, el radicalismo no lograba prender del todo en el Chaco, lo cual no tenía nada de extraño, al contrario; era la reacción esperable a la imposición desde el poder central de la odiosa presencia de sujetos como Centeno.
No parecen haber existido móviles partidistas en el acoso ejercido sobre adversarios políticos y periodistas; sino el propósito de presionarlos, intimidarlos y hacerlos desistir, por medio de la coacción y el temor, de revelar y manifestar las irregularidades y abusos en que incurrían él y sus esbirros (y por otra parte, un individuo como Centeno, de moral laxa, carente de virtud política y que no procuraba más fin que la obtención del beneficio económico propio; no iba a favorecer al radicalismo del Chaco ni tampoco al de la vecina Corrientes, de cuyas expresiones —escasas, por cierto— emanaba un indisimulable tufillo yrigoyenista por demás ofensivo a su oligárquico olfato).
Con todo, de no ser por un suceso funesto que tuvo a Centeno como actor principal, y que se precipitó al derivar las circunstancias en espantosa tragedia debido a la concurrencia de varios factores; Chronos habría tendido sobre su venalidad y su ominoso gobierno el manto del tiempo, no quedando de él en la historia más registro que la borrosa referencia de un par de fechas seguidas del nombre de aquel oscuro politicastro de actuación limitada al ámbito regional y corrupto como otros muchos que hubieron.
La crisis del algodón, iniciada en los Estados Unidos en 1921 y que se profundizó y eclosionó en 1923, provocada por la plaga del picudo que pasó desde México a Texas y se expandió a todo el sur norteamericano, llevó a que los grandes industriales hilanderos y tejedores del mundo, ávidos del textil y desesperados por su escasez; posaran la vista sobre Argentina, y que los fabricantes estadounidenses de maquinaria hicieran lo propio.
El ministro de Agricultura del presidente Alvear, Tomás Le Breton —una especie de súper ministro que pocos años antes había impulsado, como diputado nacional, una ley propiciando la formación de cooperativas, y que después fue designado embajador en EE.UU., donde tomó contacto con grupos de poder político y económico que se comprometieron a establecer y apoyar por todos los medios a su alcance una complementación argentino-estadounidense destinada a hacer de nuestro país uno de los grandes productores y procesadores mundiales de algodón—; fue quien trazó la política que signó el tránsito del Chaco desde una economía extractiva (quebracho-tanino), a otra productiva (algodón), que debía pivotar sobre el eje reparto de la tierra pública - optimización del proceso de cultivo, comercialización e industrialización.
Pero había un problema: la producción algodonera requería de mano de obra barata, especialmente, en el primer eslabón de la cadena, o sea, los braceros. Esa condición sólo podía cumplirse manteniéndolos en el oprobioso régimen de laboreo a destajo y en las condiciones infrahumanas enunciadas precedentemente.
Para agravar aún más las cosas, la administración de la reducción de Napalpí no se le ocurrió nada mejor que disponer una quita forzosa del 15% en el algodón que cosecharan los indios, so pretexto de destinarlo a “costear los valores de las herramientas de labranza, el funcionamiento de las escuelas y los arreglos dentro de la Reducción”. Y para no ser menos, Centeno decretó para los aborígenes la prohibición de desplazarse a Salta y Jujuy (como venían haciendo desde algunos años antes), donde podían percibir mejores salarios en los ingenios. Los indios respondieron con la huelga.
El Chaco era una caldera a presión. La aguja del manómetro subía y subía, pero nadie le prestaba atención. Y la caldera estallaría en la forma más oprobiosa y trágica que imaginarse pueda: la masacre de Napalpí en la cual el 19 de julio de 1924 fueron asesinadas entre 400 y 500 personas de las etnias Qom y Moqoit, que fue dispuesta y ordenada por Centeno, perpetrada por policías y gendarmes con la instigación, la participación cómplice e incluso la coautoría de vastos sectores de la población civil: terratenientes, hacendados, obrajeros, chacareros, etc.; que contó con el apoyo logístico de instituciones como el Aero Club del Chaco, y que luego fue sucesivamente negada y encubierta por el gobierno del territorio, la justicia local, la prensa y el oficialismo en el Congreso de la Nación.
Casi un siglo después —98 años, a fuer de exacto— en la sentencia del 19 de mayo de 2002 del juicio por la verdad sustanciado en el Juzgado Federal de Resistencia, se declararon probados aquellos aberrantes y espantosos sucesos, y se estableció taxativamente la responsabilidad del Estado Nacional Argentino en el proceso de planificación, ejecución y encubrimiento en la comisión del delito de homicidio agravado con ensañamiento con impulso de perversidad brutal en reiteración de hechos que concursan entre sí, y reducción a servidumbre en reiteración de hechos que concursan entre sí, ambos en concurso real (sic).

-Juan Carlos Serqueiros-
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REFERENCIAS DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS

AHPCh. Copiadores de la Secretaría de la Gobernación del Chaco.
Biblioteca de la Legislatura de la provincia del Chaco. Gobernadores.
Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario. Boletín N° 8, 2012.
Dávila, Lena. Robert Lehmann-Nitsche. Pruebas contundentes sobre su presencia en Napalpí en tiempos de la masacre (en revista digital Nuevo Mundo, sección “Debates”, 09.06.2015).
Diario El Heraldo del Norte, edición especial del 27.06.1925.
Diario La Nación, varias ediciones de 1924.
Diario La Prensa, varias ediciones de 1924.
Diario La Voz del Chaco, varias ediciones de 1917, 1920 y 1924.
Diario Norte, edición del 25.02.2001.
Guy, Donna J. El Rey Algodón. Los Estados Unidos, la Argentina y el desarrollo de la industria algodonera argentina, (en Mundo Agrario, edición n° 1, segundo semestre de 2000, Centro de Estudios Históricos Rurales. Universidad Nacional de La Plata).
Instituto Íbero Americano de Berlín. Fondo Lehmann-Nitsche.
López Piacentini, Carlos Primo y Mastropierro Tellechea, María del Carmen. Historia de la provincia del Chaco. Géminis Editorial, Buenos Aires, 1970.
Maeder, Ernesto J. A. Historia del Chaco, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1996.
Mari, Oscar Ernesto. Milicias, delito y control estatal en el Chaco (1884-1940), (en Mundo Agrario vol. 6 n° 11, La Plata, jul-dic. 2005).
Martínez Sarasola, Carlos. Nuestros paisanos los indios. Emecé, Buenos Aires, 1992.
Mendoza, Elizabeth. Aportes para una lectura del fenómeno educativo en el Chaco (en Historia de la Educación en la Argentina IV. La educación en las provincias y territorios nacionales 1885-1945), Editorial Galerna, Buenos Aires, 2001.
Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken. Película "El último malón" (Alcides Greca). San Javier (Santa Fe), 1917.
Piñeiro, Elena Teresa. Los radicales antipersonalistas. Historia de una disidencia. 1916-1943. Tesis doctoral en Universidad Torcuato Di Tella. Buenos Aires, 2007.
PJN. Juzgado Federal de Resistencia. Causa FRE 9846/2019 caratulada “Masacre de Napalpí s/ Juicio por la Verdad”.
Suáiter Martínez, Francisco. Los Territorios. Instituto Cultural Joaquín V. González, Buenos Aires, 1943.
Salamanca, Carlos. Revisitando Napalpí: Por una antropología dialógica de la acción social y la violencia (en revista Runa vol. 31 n° 1 ene.-jun. 2010, Buenos Aires).
Tissera, Ramón. Calendario Histórico Chaqueño. Editorial Cultural Nordeste, Resistencia, 1977.
Vidal, Mario. Napalpí, la herida abierta. Librería de la Paz, Resistencia, 1998.


martes, 23 de abril de 2024

PROYECCIÓN







































Escribe: Gabriela Borraccetti *

Algunas veces, creemos que la proyección es, en lo manifiesto, idéntica a lo que rechazamos o criticamos.
Sin embargo; lo que se refleja en el espejo se modifica no solamente por los choques de la luz contra el cristal, sino además; por el lugar desde donde miramos y juzgamos lo que vemos.
No buscamos el fondo, sino la apariencia. Y cuando en apariencia todo es distinto; en el fondo las cosas se igualan.
¿O acaso no se necesita la misma energía para matar a alguien clavándole un cuchillo, que para sanarlo practicándole una cirugía? En ambos casos hay sadismo, pero lo que varía es el uso y el sentido que se le dé a la capacidad de usarlo.
Siempre, SIEMPRE, lo que no queremos ver de nosotros nos mira desde el otro lado del espejo, haciendo lo que sabemos que somos capaces de hacer, pero que sin embargo; precisamos desconocer, para poder así seguir siendo "buenos".

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. N. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica. Para contactar con ella por consulta psicológica o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 22 de abril de 2024

LÍBRANOS DEL BIEN
















































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Hacía tiempo que se había hecho a la idea de que la mayor parte de lo que leía en libros, diarios y revistas era sólo una aproximación a la verdad, sesgada siempre hacia la izquierda o hacia la derecha. Pero, por lo menos, sabía de qué pie cojeaban la mayoría de los periodistas y, con los años, había aprendido a leer discriminando y casi siempre conseguía descubrir una parte de verdad —no se hacía ilusiones de encontrarla toda— en lo que leía. Pero frente a la Red, al ignorar el contexto, todas las fuentes le merecían la misma confianza. Se encontraba a la deriva en lo que bien podía ser un mar de mentiras y distorsiones de internet, sin esa brújula que había aprendido a usar en las aguas más familiares de las mentiras periodísticas. (Donna Leon, "Líbranos del bien")

Para quienes tenemos compulsión a perder miserablemente el tiempo persiguiendo eso tan elusivo incluso hasta lo inalcanzable llamado verdad histórica, internet, es decir, la Red, constituye un recurso invalorable (aunque por desgracia, no precisamente en nuestro país, donde la disponibilidad de documentos digitalizados es todavía un bien muy escaso). No obstante; coincido con la escritora en que eso que ella designa como "brújula" y que es una suerte de sexto sentido que los mortales de la generación del papel hemos extraído milagrosamente de —imagino— nuestra inteligencia intuitiva, no nos sirve para preservarnos de la mentira cuando nos adentramos en las procelosas aguas de la web.
"De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno", o “el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones”, o (dependiendo de la traducción) algo muy parecido a eso, dice la biblia. Y debe de ser una de las pocas cosas en que un pobre mortal sin el don de la fe, un agnóstico como yo, coincide con los textos sagrados de la tradición judeocristiana.
"Líbranos del bien" (Seix Barral, 2007) es el más que sugerente título de la decimosexta novela de Donna Leon que integra la saga comisario Brunetti. Y que es la más negra de todas, pese a que —paradojalmente— en la trama no hay asesinato alguno; sólo personas que creen "hacer el bien": los carabinieri que irrumpen en la casa de un médico, un suegro fascistoide y racista, un farmacéutico que se considera a sí mismo el guardián insobornable de la moral ajena... No hay, reitero, asesinatos; pero sí hay pobres víctimas de flagelos tales como el comercio de bebés, y de lo que quizá constituya uno de los peores crímenes: arrogarse el derecho a "hacer el bien".
Un libro magistralmente escrito, no te prives de leerlo.

-Juan Carlos Serqueiros-


viernes, 19 de abril de 2024

DÓNDE HALLAR LA FELICIDAD





























Escribe: Gabriela Borraccetti (*)

Me habían dicho que la felicidad estaba a la vuelta de la esquina. Entonces fui allí; pero ya alguien había pasado antes, llevándosela.
Más tarde, me dijeron que estaba al alcance de mi mano, y entonces la estiré; pero alguien ya la había tomado antes de que pudiera asirla.
Mucho después, me dijeron que ella estaba en el presente; pero me di con que ya alguien había conjugado antes ese verbo.
Entonces, ¿dónde hallar la felicidad?, no cesaba de preguntar y preguntar... 


Hasta que por fin, caí en la cuenta de que no hay recetas ni lugares donde encontrarla, y que el secreto está en que la hallamos cuando no seguimos los mismos caminos que otros han transitado para alcanzarla.
Por eso, recuerda: para hallar la felicidad, deberás encontrar tu propio camino.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

Imagen de portada: Greek pan (Grigoriou Panagiotis), "Find your own way (Encuentra tu propio camino)".

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.



jueves, 18 de abril de 2024

ÉXTASIS





























ÉXTASIS
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Es ese instante
En que tu sonrisa
Barre un siglo de mi tristeza
Es ese instante
En que tu mirada
Es fiel reflejo de tu nobleza
Es ese instante
En que tu beso
Cura mi herida profunda
Es ese instante
En que tu palabra
Echa luz sobre mi duda
Es ese instante
En que tu ausencia
Tiende su manto de bruma
Es ese instante
En que tu presencia
Ha vuelto a encender la luna
Es ese instante
En que me acaricias
Y se despiertan mis ansias
Es ese instante
En que tu piel
Me bendice con su fragancia
Es ese instante
En que acordaron
Nuestras almas una alianza
Es ese instante
En que eternidad
Ha dejado de ser palabra
Es ese instante
En que tus labios
Se abren como un pimpollo
Es ese instante
En que el mar
Siente envidia de tus ojos
Es ese instante
En que tu mano
Se entrelaza con la mía
Es ese instante
En que celebro
El milagro de esta vida.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen: Katherina Olschbaur, "Ecstasy (Éxtasis)", óleo sobre tela, 2019.

miércoles, 17 de abril de 2024

LA NACIÓN ARGENTINA: INVOLUCIONANDO FAVORABLEMENTE


















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

En 1899, siendo presidente de la República el general Julio A. Roca, en ocasión de dirigirse al encuentro que mantendría en Punta Arenas con el mandatario chileno Errázuriz, lo hizo a bordo del flamante acorazado Belgrano, el cual fue pilotado personalmente por el ministro de Marina, comodoro Martín Rivadavia, navegando, en un alarde de coraje, por el llamado "camino del sudoeste", es decir, los inextricables canales fueguinos, una ruta peligrosísima y sin precisar; que estaba apenas esbozada en las cartas marinas.
Y años después, siendo presidente de la Nación el doctor Roque Sáenz Peña, el 10 de Agosto de 1912 se inauguró la Escuela de Aviación Militar, y ese día, el vuelo inaugural lo realizó el mismísimo ministro de Guerra, general Gregorio Vélez, quien demostró su temple y su valor volando en un frágil avioncito de tela en aquellos tiempos en que la aviación aún estaba poco menos que en pañales.
Tanto lo de Roca como lo de Sáenz Peña respectivamente, significaba proclamar ante el mundo entero: "Soy el presidente de la Argentina, teniente general de su ejército, y no luzco los entorchados por haberlos obtenido en algún pasillo, sino que gané todos y cada uno de mis grados en los campos de batalla. Y confío plenamente en el profesionalismo y la eficacia de mi ministro de Marina, al punto de viajar yo mismo por aguas desconocidas en un buque de guerra pilotado por él"; y "soy el presidente de mi país, Argentina, héroe de Arica y general del ejército del Perú, mis galones militares los gané combatiendo en la guerra del Pacífico, y mi ministro de Guerra no es un burócrata de escritorio, sino un general que no manda a un subordinado a subirse a un precario avión de tela, sino que lo hace él mismo sin vacilar".
Ahora comparemos todo aquello con la espantosa realidad que hoy en día tenemos: un presidente de la República como el coprolálico Javier Milei, que es un psicótico incestuoso con delirio mesiánico y veleidades de tiranuelo; y su ministro de Defensa, Luis Petri, un patéticamente ridículo personaje bueno para nada que ama travestirse de militar, entiende de defensa lo mismo que yo de física cuántica, parece surgido de una historieta y se arma un book con fotos trucadas en las que simula estar a bordo de un avión de combate (que encima; es pura chatarra de 40 años pagada a precio de oro) cuando no sabe manejar ni un triciclo.
"Gracias" al voto de 14 millones y medio de descerebrados, descorazonados, desalmados, ignorantes, cipayos, desaprensivos e irresponsables; la otrora gloriosa nación argentina ha caído inerme en las garras de semejante lacra e involuciona favorablemente en el concierto de las naciones del mundo.

-Juan Carlos Serqueiros-

martes, 16 de abril de 2024

SECRETO


















SECRETO
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Están bajando las luces,
El sol ha salido corriendo por el oeste.
Parece que las estrellas
Van a verse en un momento,
Y a medida que las luces bajen,
Ellas bajarán también.

En ese momento,
Cuando todo quede a oscuras,
Cuando nadie mire,
Cuando nadie vea,
Secretamente abriré mi pecho
Apuntando al cielo
Con un solo deseo.

Entonces, un rayo de luna
Entrará por tu ventana
Y llevará en su destello
El sello del beso que quiero darte...
Cuando nadie nos vea.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


lunes, 15 de abril de 2024

DISCURSO DEL PRESIDENTE AVELLANEDA DESDE LOS BALCONES DE LA CASA ROSADA, 10 DE MAYO DE 1880








































Escribe: Juan Carlos Serqueiros 

Este discurso, que reprodujo íntegro el diario El Nacional, fue el que desde un balcón de la Casa Rosada improvisó y pronunció el 10 de mayo de 1880 ese gran orador que fue el presidente Nicolás Avellaneda, en ocasión del llamado "Mitin de la paz".
Entre treinta y cuarenta mil personas se habían convocado en la plaza de la Victoria (actual plaza de Mayo), para escuchar la palabra del primer mandatario de la República, con la esperanza de que pudiera evitarse la guerra civil en ciernes.
El contexto era el siguiente: el domingo 11 de abril, en las elecciones primarias presidenciales, había triunfado en todas las provincias, excepto las de Buenos Aires y Corrientes, la candidatura del general Julio A. Roca con 155 electores, por sobre la del doctor Carlos Tejedor (a la sazón, gobernador de Buenos Aires) con 71. Pero ocurrió que Buenos Aires y Corrientes, aliadas entre sí política, militar y económicamente, se negaron obstinadamente a reconocer el veredicto de los comicios, y se alzaron en armas contra el gobierno nacional.
Ese mismo 10 de mayo de 1880 en que Avellaneda pronunciaba su discurso, se entrevistaban, en la cañonera Pilcomayo, el presidente electo, Julio A. Roca; y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, sin llegar a ningún acuerdo.
Así las cosas, pese a las palabras confiadas de Avellaneda: "¡Habrá paz en la República!"; la guerra sobrevendría indefectiblemente un mes más tarde.
Lo cual viene a demostrarnos que era mejor presidente que profeta.

-Juan Carlos Serqueiros-


domingo, 14 de abril de 2024

A TIEMPO





















A TIEMPO
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Todos los días estamos a tiempo
De valorar lo que tenemos,
De soltar lo que nos pesa,
De perder el miedo,
De dejar atrás la costumbre,
De no querer parecernos a nadie,
De mirar hacia adentro
En lugar de buscar afuera,
De vivir sin resignarnos,
De aprender lo que queramos,
De ser sinceros frente al espejo;
A tiempo de escucharnos
Y actuar en consecuencia,
Y a tiempo de amar;
Único tiempo que importa
Y que nunca termina.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consultao terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.