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viernes, 10 de mayo de 2024

JULIO SOSA Y LOS PERROS



































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Una de las facetas de la personalidad de Julio era su amor por los animales. Tenía muchos perros, todos los cuales había sacado de la calle, salvándolos.
En cuanto veía un perro callejero, se ocupaba de él, buscándole hogar, y más de una vez, increpó duramente —e incluso llegó a trompear— a quien los maltratara.


Es famosísima la anécdota que siempre contaba el gran Leopoldo Federico, acerca de una perrita abandonada que habían encontrado con Julio un día en que ambos andaban en el auto del primero. Julio se bajó del coche, alzó la perrita, y cuando llegaron a su domicilio, le pidió a Leopoldo que la tuviera y cuidara hasta que él le consiguiera hogar; pues ya tenía muchos perros en su casa y no cabía ninguno más.
Al día siguiente, tenían que grabar, y Julio, en un café cercano a la discográfica, esperaba a Leopoldo. Cuando éste llegó, Sosa en el acto le preguntó por la perrita.
—¡No me hables más de eso, por favor! —fue la reacción del músico.
Es que ocurrió que la perrita se le había escapado por la ventanilla abierta del auto y el pobre Leopoldo (cuyo estado físico no era precisamente el de un atleta), tuvo que correrla una cuadra hasta alcanzarla y salvarla de los autos que la podían atropellar, y de allí en más, tuvo que ir hasta su casa a dos por hora pues el animalito se le había instalado sobre sus rodillas y prácticamente no podía manejar.
Julio no sólo ponía el corazón en todos los tangos que interpretaba con sin igual maestría; le sobraba para darlo también a los peluditos de cuatro patas.

-Juan Carlos Serqueiros-


miércoles, 8 de mayo de 2024

CON PERDÓN DE LOS LOCOS























Escribe: Gabriela Borraccetti *

Así como un ser humano va de renacuajo a bípedo desde su desarrollo intrauterino hasta que sale de él; evolucionan también el dibujo y su inteligencia. De hecho, es un observable que en principio, todo en el papel parece "renacuajizado", y luego las cosas van tomando una forma identificable. Eso habla de la evolución de la inteligencia, de la apreciación de luces y sombras, de la capacidad de simbolizar, de observar y de ver la vida.


Esto no quiere decir que los que aprenden a pintar y dibujar sean seres superiores. Para nada es así. De hecho, los seres totalmente individualizables son aquellos que encuentran un estilo; no un modo fantástico de dibujar.
Recuerdo que cuando yo era pibita, el mundo no me importaba lo más mínimo, puesto que lo que me afectaba a modo superficial y pasajero, era ver a alguien sin techo, pero como eso me daba miedo; la escena pasaba a ser una foto pasajera que se alejaba con un "por favor, Dios, que a mi familia nunca le pase eso" o un “ese hombre algo habrá hecho por estar ahí”.
Artísticamente estaba en la etapa de renacuajo, mi inteligencia era instintiva y reaccionaba retrayéndose ante lo desconocido.
Pasaron los años y empecé a dibujar un poco mejor. Entonces, ver a un pobre, a alguien abandonado o loco, me llevaba a pensar en el frío y el abandono. No obstante, no era mi responsabilidad. No había que acercarse simplemente porque ese era un desconocido. Seguramente, alguien que no fuera yo, podría hacer algo por él.
Años más tarde, ya se podían distinguir mejor mis trazos. Por ejemplo, en la figura humana (aunque con algunas desproporciones, como ojos muy grandes y vigilantes), ya no cabían dudas de qué era lo que pretendía retratar. Medio enclenque y más parecido a un accidente de Picasso que a un dibujo más o menos bien hecho, empecé a preguntar acerca del porqué de la situación de calle. ¿Quién era responsable? Y ¿dónde está Dios? ¿No me enseñaron que la caridad y la mar en coche? ¿Cómo la iglesia no los saca de allí y en cambio cierra sus puertas? Obviamente, terminé peleada con Dios.
Se me ensancharon las caderas, me crecieron otras partes del cuerpo y dibujé mejor. Mi arquitectura interna y mi visión de las cosas, iban también ensanchándose. Ya no me parecía que la existencia de un todopoderoso fuera a dar soluciones. Al contrario. Los responsables somos nosotros -me dije-; y fue allí donde entre otras cosas me llamaron "zurda".
Busqué “zurda” en el diccionario, porque no entendía qué era eso. Lo busqué como había buscado "temor de Dios” (para saber si a Dios había que tenerle miedo), y había buscado “amor", para entender cómo, si él era todo amor, había que tenerle miedo. Digamos que el diccionario me salvaba de creer que estaba loca o que era idiota, pero “zurda” definía cosas que no me parecían mal; el problema era que no relacionaba eso con pensar que todos debíamos hacernos cargo de la gente que no estaba bien.
Pasaron los años y empecé a solidarizarme, a tender una mano, a dejar de creer que todo lo tenía que hacer otro, y en fin; que yo algo tenía que ver en todo eso. Dibujar, dibujaba mejor y supongo que el dejar de sentir culpa por tener deseos sexuales y encuentros de esa índole sin pensar en Satanás, me dejaba más firme el lápiz y las ideas más claras. Mi cuerpo no era una caja de pecado, sino de sentidos para disfrutar. Y políticamente, me había distanciado de los pensamientos de mi familia. Los milicos no me parecieron nuca piolas, Menem tampoco. Y el hambre venía siempre del mismo lugar. Nada muy difícil de dilucidar cuando uno vio pasar por lo menos dos gobiernos con una mirada algo atenta.
Para ese entonces, ya tenía claro que Neustadt era un pelotudo, pero en mi casa lo aplaudían. Llegó la facultad, salí con que quería estudiar Psicología, y ahí todo saltó por los aires: los profesores de filosofía me habían "infectado" el mate. Me llevaban a cuestionarlo todo y terminé por ser vista como un "virus", un cuerpo extraño con ideas raras. ¿Cómo era posible que con mi edad, estuviese cuestionando a los periodistas tan informados y sabihondos de la televisión?, me decían.
Mis dibujos iban mejorando, pero no ya por lo perfectos; sino porque empezaban a tener un sello. Si alguien veía uno, no podía identificar si eran de derecha o de izquierda (con qué mano los había dibujado, quiero significar). Tampoco podían decir si eran preciosos o feos. Según quién los viera, pasaban de ser “bonitos”, a “horribles”. Así que ahí supe que eran reconocibles como míos: cuando nadie puede ubicarte en un casillero, es porque entras únicamente en el tuyo.
El tiempo siguió pasando y aún no me parecía que “lo mío" fuera algo tan genial como para una exposición, y no sólo de arte; sino también de discurso, de libros o de saberes. Hasta que un día, sin preguntarme demasiado; me decidí a colgar mis propios cuadros en las paredes de mi casa. Luego, los publiqué en internet, y también colgué en la red mis artículos, mis cuentos y mis poemas.
Ya no pienso como pensaba a los cinco años. Eso no es grandioso, pero sí es más de lo que algunos han logrado, sobre todo; cuando vemos y escuchamos a muchos dirigentes que parecen no haber buscado jamás el significado de la palabra temor, ni amor, ni Dios. Sólo se ciñeron al piso, a lo que reditúa, y eso los hizo "inteligentes". Sacaron las notas necesarias para pasar de grado repitiendo lo que les dijeron, primero en la casa, luego en la escuela y por último en los medios. No desarrollaron arte alguno, no se dirigen al otro cuando hablan y siguen viendo en el harapiento de la calle al leproso, al virus, al despojo del que hay que huir. Esos a los que nunca "les tiembla el pulso" tienen certezas. Están seguros de que hay un solo camino. Dibujan mal, muy mal, porque suelen tener problemas en la vista del alma. Y lo que no saben, es que tener certezas es el síntoma principal de aquel a quien se llama "loco".
Sólo eso quería manifestar. Y por supuesto, con perdón de los locos, esos que fueron encerrados por harapientos, posibles transmisores de alguna "infección" de las que tanto molestan y empañan el paisaje bello de los que no han podido dibujar jamás algo verdaderamente suyo, sino apenas y a lo sumo; un dinosaurio (renacuajo con cola y patas).


Y ahora me dirijo a usted y le pregunto: ¿Usted se anima? ¿Qué hace con lo que piensa? ¿Cuestiona? ¿Todavía dibuja renacuajos o ya dibuja algo reconocible como suyo?

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


martes, 7 de mayo de 2024

LA COCHERA PRESIDENCIAL





















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

La imagen de portada que ilustra este breve opúsculo es una fotografía tomada c. 1890 que se conserva en el Archivo General de la Nación, Fondo Casa de Gobierno, Inventario 161562. En ella puede usted, mi apreciado amigo lector, observar a dos empleados limpiando la carroza presidencial.
La antigua cochera y las caballerizas se ubicaban en los patios internos de la Casa Rosada, pero años después, en el transcurso de la segunda presidencia de Julio A. Roca (1898-1904), se trasladarían a un edificio ad-hoc situado en el Paseo de Julio (la antigua Alameda y actual avenida Alem) al 800, en lo que hoy en día es el Garage Presidencial.
Por aquellos tiempos, el uso de la carroza presidencial era muy esporádico y se reservaba exclusivamente para actos públicos de gran relevancia, de extraordinaria significación como los 25 de Mayo y 9 de Julio, u otros acontecimientos muy importantes (como ser visitas de dignatarios extranjeros, por ejemplo); pero en lo cotidiano, hasta bien entrado el siglo XX, lo usual era que el presidente de la Nación llegara a la Casa Rosada caminando desde su propio domicilio.

-Juan Carlos Serqueiros-




domingo, 5 de mayo de 2024

COMO SI FUERA UN IMÁN










































Escribe: Gabriela Borraccetti *

Hay un complejo misterioso entre destino-inconsciente-madre-mundo. En su libro (de extraordinaria relevancia para la psicología analítica) "La Gran Madre. Una fenomenología de las creaciones femeninas de lo inconsciente", Erich Neumann nos dice:
La vida sentimental de todo ego consciente que siente su pequeñez en relación con los poderes, está dominada por la preponderancia de la Gran Madre, que gobierna todo cambio. El arquetipo puede ser experimentado externamente, como mundo o naturaleza, o internamente como destino o inconsciente, Así, el terrible aspecto de lo Femenino, siempre incluye la serpentina mujer urobórica, la mujer con el falo, la unidad de embarazo y parto, de vida y muerte... Como Artemisa-Hécate, en Grecia, la Gorgona es también la señora de los caminos de la noche o del destino, y del mundo de la muerte.

Figuras que engendran partenogenéticamente destrucción, simbolizadas por las Moiras que decidían el destino, o las Erinias, personificaciones de la venganza. Y cuando un ego, yo, o self es débil, teme tanto al inconsciente como al destino, siendo ambos sinónimos entre sí.
Lo desconocido de nosotros mismos es lo que marca el lugar donde vamos a poner el próximo pie. Como si fuera un imán.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

sábado, 4 de mayo de 2024

ANTES Y DESPUÉS























ANTES Y DESPUÉS
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Por los caminos que trenza la vida,
Sinuoso resorte de arribas y abajos,
Encontré un sendero, entré sin atajos
Y una tarde de abril me tomé de tu mano.

Tras las ventanas nos vieron los cerros
Cantar, renegar, disentir, coincidir…
Y entre arbóreas copas alzadas al viento
Enredar nuestras voces de amor y de tiempo.

Y henos aquí, mi sueño más grande,
Mi fiel compañero, mi hogar, mi destino.
Te he dicho y te digo
(Y nunca he mentido)
Que eres en mi historia
El después de todo antes.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


viernes, 3 de mayo de 2024

CICATRICES





































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Considerando que estoy por cumplir 68 años y en lo anatómico arrastro las secuelas que la vida y el rugby me fueron dejando (me falta la mitad de la ceja izquierda, tengo rota la nariz, desviado el tabique nasal, dos quebraduras de brazo y una de clavícula, una placa y cuatro tornillos en la tibia, un riñón que se salvó nomás de pura casualidad a mis 20 años y que desde entonces no funciona todo lo bien que debería, un diente al que se le ocurrió crecer en el paladar en lugar de hacerlo en la encía, cicatrices de suturas en las sienes más la delgada línea felizmente ya casi imperceptible que queda de la cicatriz dejada por los 18 puntos que me dieron en la mano derecha, los ligamentos hechos puré en ambas rodillas, los meniscos que dejaron de existir hace mil años y las muchas chapas que se me volaron de la marota...); creo que tan, tan, pero tan desastroso no estoy, después de todo. Y eso que never in the puta life pisé un gimnasio, eh.
En fin… “se rompe loca mi anatomía” (Indio Solari dixit). Pero bien meditada la cosa y aún cuando no pierdo de vista que como consuelo resulta paupérrimo; no puedo dejar de pensar que también podría haberme ido mucho peor, ¿no? Digo, qué sé yo…
Todo eso en cuanto a lo físico exclusivamente (por fortuna), porque por lo demás; ni la vida ni el rugby me han dejado cicatrices en el alma. Y a pesar de que en el clásico que en mí disputan Apolo y Dioniso suele triunfar el segundo; de algún modo logré componérmelas para que los desengaños, las amarguras, las injusticias, las frustraciones y demás que han significado heridas en mi alma, sanaran sin dejar cicatrices. La verdad sea dicha, no sé cómo lo hice y mucho menos podría explicarlo; más calculo, aunque no soy bueno en matemática; que eso debe de ser atribuible a lo único que jamás falló: mi intuición, que me ha guiado siempre.
Así las cosas, cómo no habría de rendirle homenaje a mi intuición; ¡claro que lo hago! Si mis esporádicos raptos de consciencia debo agradecérselos a ella. Por más que no pocas veces sus aciertos hayan provocado cataclismos o, mucho peor aún; eclipses. Es que si bien aprendí a perdonar; nunca pude aprobar esa materia llamada olvido. Lo cual de paso, quizá explique por qué me resuena tan maravillosa la inefable y hermosamente triste melodía de “Oblivion”, de Astor Piazzolla. Y tal vez, también sea por eso que en ocasiones caiga yo en el boicot a mi propia felicidad empañándola con algún inoportuno mal recuerdo, que funge de indeseable inquilino buscando eternizarse en mi maldita memoria y que viene a atenazarme.
Así que bueno… ¿cicatrices? Y… sí, pero reitero: en lo físico; en el alma, ninguna. 
Con todo, lo que esencialmente soy, empecinado en sus sueños y presentado en este… digamos poco agraciado y castigado envase que ves, llegó hasta aquí y ahora, y sigue siendo yo. Lo cual no es poco. 
Bah, me parece…

-Juan Carlos Serqueiros-


lunes, 29 de abril de 2024

TERAPIAS PROFUNDAS


















Escribe: Gabriela Borraccetti *

Queridas/os amigas/os, lectoras/es y enemigas/os: aquí, del otro lado de vuestro monitor, existe una persona que se cansa mucho de leer tonteras que son comprobadamente eso: tonteras. Y a eso tengo que asistir y soportarlo todos los días.
Al decir esto, ya tengo un primer mote que usted me pondrá con gusto cuando yo le hable mal de “consteladores” familiares, “psicólogos” que se presentan como tales sin serlo, terapeutas truchos, coachers de “Bailando por un sueño” premonitorio, amantes de la espiritualidad fast food, new age y qué sé yo cuántos sahumerios más que se venden para que usted se sienta "espiritual".
Hay una realidad, y esa realidad es que lo único efectivo para angustia, vacío, síntomas de cualquier tipo, infelicidad, depresión, pánico o lo que fuere, es aquel camino que va a lo profundo del alma y no a la superficie. Se llaman terapias profundas, esto es, el tan asediado, denostado y criticado psicoanálisis que no es funcional a ningún laboratorio y que no vende grageas ni mueve masas. Por lo contrario; habla de la sub-versión del Sujeto, lo cual a la gente que nos quiere dormidos, no le gusta. Utilizan sus técnicas para hipnotizarte; pero no quieren que te des cuenta de que estás dormido.
De este modo, si usted no quiere ser un batracio en una olla con agua que irá hirviendo hasta que lo cocinen, y necesita ayuda; entonces busque a alguien que tenga algún tipo de formación REAL. Claro que no todo el que se come mil libros por año es bueno; pero sí es cierto que el que no leyó Caperucita o leyó el Pato Donald, no tiene ni para empezar.
El problema es que hay una cantidad de pseudo curadores, “sanadores”, manochantas y curabicheros on line (Indio Solari dixit) que después revientan lo único que le da sustento a nuestro psiquismo (el descubrimiento psicoanalítico del inconsciente); lo vapulean y meten en todos lados como si fuera una cosa, y propalan sin freno “herramientas” que tienen mucho de merchandising y poco de sustento. Por otra parte, son funcionales al consumo y a erradicar la consciencia, pero eso sí: mientras se la pasan hablando todo el tiempo de ella (y aquí, remítase a que cuando se nombra mucho la palabra justicia, es porque ésta suele faltar).
En el bazar de los destellos álmicos hay una cantidad de estrellitas de colores que aquí le detallo, y no según mi nada humilde opinión; sino por experiencia personal, comprobable (más de treinta años de ejercicio de mi profesión de psicóloga clínica):

-Ningún curso le va a provocar un "cambio de vida".
-La única forma de sanar el alma es tomar un tratamiento, así como la única forma de sanar el cuerpo es tratarlo bien y ponerse en manos especializadas.
-No todo el mundo que tenga un título habilitante, sabe; pero es seguro que el que no lo tiene, no sabe, y más aún: esa carencia empeora la falta de base general para poder empezar siquiera a pronunciar la palabra psique.
-Su médico externo se parece a su médico interno. Si usted vive en manos de chantas, entonces revise si realmente está buscando curarse o si espera milagros.
-Si usted es un consumidor, del otro lado habrá un comerciante de sus dolencias.

Las terapias profundas son excelentes porque toman como base la existencia de lo que no es consciente, pero no lo nombra; sino que lo va a buscar. Las otras, según mi punto de vista, son simplemente curitas, apósitos. Es decir que si a usted le sale un tumor y le dan aspirinas, no se va a curar. Y sepa que al alma, también le salen tumores, la atacan infecciones de las que emana pus, y guarda viejos dolores.
A su narcisismo le puede encantar que a usted le den el alta, que le digan que fue Cleopatra o el Rey de Tebas; pero no debería perder de vista que uno en la vida es un eterno caminante en sombras que quizá, con mucho trabajo, vislumbre luces que le alumbren el camino que hoy tiene que transitar. Entrar en ese terreno no es ni divertido, ni da paz. Y le recomiendo: si usted siente paz al inicio de un tratamiento, ¡huya!
Bueno, sería mucho más largo; pero esto fue todo al menos por hoy. Y no es LA verdad; pero sí es MI verdad.
Los que se sientan tocados, si quieren, pueden dejar expresada su bronca en “comentarios”.
Saluti.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


domingo, 28 de abril de 2024

TNT





























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

¿Sabías que los inolvidables estudios discográficos TNT en Buenos Aires fueron idea e iniciativa de Edelweiss "Tim" Croatto?
Él y sus dos hermanos: Hermes ("Tony") y Argentina ("Nelly"), los tres nacidos en Italia, radicados en Uruguay y luego mudados a Buenos Aires; componían el trío vocal "Los TNT" (acrónimo de Tim-Nelly-Tony), llamado a tener gran suceso en los años 60 con un tema titulado “Eso”, un fox-trot escrito y compuesto por Homero y Virgilio Expósito (sí, acertaste: ellos, nada menos que los mismos de "Naranjo en flor").


"Eso" fue un hit impresionante y catapultó a Los TNT a nivel internacional, un éxito al que seguiría el obtenido con una cancioncita de "música ligera" (Cerati dixit), melange medio twist, medio fox-trot: "Luminarias", compuesta y escrita en Chile por José Imperatore Marcone y Galvarino Villota Alderete, en cuya letra el hablante lírico de la poesía menciona a Brigitte Bardot, Diana Dors, Maria Schell, Marilyn Monroe y Sara Montiel, es decir, las por entonces grandes estrellas cinematográficas, las rutilantes luminarias (de allí el título) de Francia, Inglaterra, Austria, Estados Unidos y España respectivamente; comparándolas con su gran amor por su novia o esposa, a la cual hace aparecer gananciosa en belleza frente a ellas (Si en un concurso compitieras con ellas / siempre serías para mí la más bella y Tú eres mejor / que la Marilyn y la Montiel), dice. Pero claro; hay que cargar, como en el caso de quien esto escribe, alrededor de 70 pirulines para acordarse de todo eso...).


Y a la hora de mencionar a Los TNT, resulta imposible obviar “Mami”, compuesta y escrita por Chico Novarro, que también popularizara el dúo Hermanas Navarro (las mexicanas Rosina y Socorro Navarro) y de la que en 2011 Los Cocineros con la maravillosa voz de Mara Santucho harían un cover excelente que incluyeron en su compacto Morrón y cuenta nueva.


En fin, más allá de los gustos de cada quien; es innegable que el trío Los TNT fue un referente de cita insoslayable en la historia de la música popular argentina, interpretando canciones que incluso algunas de ellas fueron adaptadas y adoptadas por las hinchadas de los distintos equipos, como por ejemplo, “El partido de fútbol” (“La partita di pallone” en el original italiano), creación de los tanísimos Carlo Rossi y Edoardo Vianello; y “La espumita”, elegida por la Quilmes en 1962 para un famosísimo spot publicitario de su cerveza.


Luego de una extensa gira latinoamericana, Los TNT recalaron en Europa radicándose por varios años en España. Después regresaron a la Argentina, y en 1967, Tim decidió abrirse de sus hermanos y dedicarse a la producción artística fundando, con equipamiento importado, los estudios de grabación TNT (acrónimo de Transfer-Nova-Técnica; pero con inocultables reminiscencias de la popularidad que había alcanzado el trío musical).
Obligada la empresa a trasladarse, por las obras de ensanche de la avenida 9 de Julio, desde su emplazamiento original en la avenida Santa Fe 1050 a su nueva ubicación en Moreno 970; los estudios necesitaron una inyección de capitales que Tim no estaba en condiciones económico-financieras de aportar solo, debido a lo cual se asoció al gran pulpo: la RCA, convirtiéndose en —como se le llama eufemísticamente ahora— partner de esa multinacional.
En los estudios TNT grabaron, entre otros: Aníbal Troilo, Los Gatos, Manal, Astor Piazzolla, Vox Dei, Almendra, Tanguito, Roberto Goyeneche, José Larralde, Moris, Los Chalchaleros y sigue la lista...
Pero con el correr de los años el equipamiento de TNT fue tornándose cada vez más retrasado tecnológicamente hasta resultar francamente obsoleto, y en 2009 la empresa tuvo que cesar definitivamente sus actividades. Así las cosas, como reza el candombe de Víctor Soliño y Ramón Collazo, “la piqueta fatal del progreso / arrancó mil recuerdos queridos”. Preguntado Moris acerca de por qué, en lugar de poner en valor y reconvertir a los ya míticos estudios; se optaba por cerrarlos, respondió: “Bueno, porque somos una colonia. Las colonias piensan así. Únicamente los imperios mencionan una y otra vez sus grandes experiencias. Es una lástima. Habría sido interesante aprovechar la ocasión para poner un buen centro cultural especializado en rock argentino”.
Y es tal cual lo enunció Moris. TNT bajó la persiana ante la indiferencia generalizada de un país que, lejos de advertir y comprender que en esos estudios quedaba irremisiblemente relegado al olvido un pedazo grande del arte y de la cultura argentinos; no se conmovió en lo más mínimo ni se interesó en tomar iniciativa alguna, inmerso en el contexto de un pueblo que en una proporción del 40% o más se empeña en mantenerse estulto y servil, en obedecer dócilmente los designios foráneos, en persistir en su condición de factoría y en no terminar de decidirse a ser una nación.

-Juan Carlos Serqueiros-


viernes, 26 de abril de 2024

ME ACUERDO DE TI





























ME ACUERDO DE TI
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Una señal
Tan sólo dame una señal.
Dime que eres tú
Ese rayo de luz que llega
De las costas del sur,
Como si fueras faro,
Como si fueras tiempo,
Como si jamás
Hubieses olvidado.

Dime que es tuya
Esa huella de arena
Rozando mi zapato,
Que es tuyo el perfume
De algas y de sal,
Y que ese horizonte
Con lunas y soles
No ha sido como vano
Capricho del azar.

Dime por favor
Que no son ilusiones;
Tan sólo dime
Que has venido aquí
A dejarme un mensaje,
O quizá la pregunta
Por saber si sólo
Me acuerdo de ti.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


jueves, 25 de abril de 2024

FERNANDO CENTENO: CRÓNICA DE UN INFAME














































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

(Los habitantes de los territorios nacionales son) parias sometidos al destino que les deparan los funcionarios que les mandan desde esta capital, (así, esos territorios constituyen) verdaderos refugios de pecadores y de vagos donde encuentran fácil acomodo los peores elementos de comité, como los favoritos que venían de la metrópoli en tiempos de la colonia, a enriquecerse en un medio sin vinculación, sin nada que los ligara, con amor a la tierra a donde van sin ánimo de trabajar, pero ávidos por enriquecerse. (Benjamín Villafañe, diputado por Jujuy, discurso en el Congreso de la Nación, setiembre de 1921)

En el siglo pasado, la década del veinte marcó un clivaje en la historia del Chaco en tanto significó nada menos que el tránsito desde el denominado ciclo forestal subsiguiente a la conquista y poblamiento; a lo que se ha dado en llamar ciclo algodonero. Eso trajo aparejada otra ola inmigratoria (que duraría hasta bien entrados los años cuarenta), volcada al centro-norte y al centro-oeste chaqueños, sin que todavía se hubiese logrado más que parcialmente la argentinización de la que la había precedido cuando la colonización.
Si los españoles e italianos se habían demostrado como huesos duros de roer a la hora de hacerlos argentinos, imaginemos la ímproba tarea que suponía el lograr lo mismo con la masa famélica, sufrida y esforzada de serbios, checos, eslovacos, montenegrinos, croatas, eslovenos, bosnios, búlgaros, ucranianos, polacos y rusos componentes del gringaje del Este europeo trasplantado al Chaco. Máxime, cuando de las dos herramientas con las cuales se contaba en tiempos de la etapa colonizadora, esto es, la escuela pública y el ejército nacional; sólo quedaba disponible la primera, porque algunos años antes, se había dispuesto retirar del territorio al segundo.
En lo atinente a la escuela pública, la escasez de establecimientos educativos era más que notoria. Para peor (las pulgas del perro flaco), a hombres que tuvieran la doble condición de apóstol y titán —como Raúl B. Díaz, por ejemplo— no se los encontraba precisamente a la vuelta de la esquina. En cuanto al ejército nacional, en 1917 el presidente de la República, Hipólito Yrigoyen, ordenó evacuar del Chaco los pocos regimientos que aún quedaban en él luego de la conquista. Así, el territorio quedó limitado a la relativa seguridad que pudieran brindarle sus propios organismos.
Y si a todo eso le sumamos el problema indígena, pues entonces digamos que cantaron bingo en la sala. Con respecto a los indios, adoptada que fue por los gobiernos nacionales la decisión de “rescatarlos de la barbarie para integrarlos a la civilización”, se los concentró en la reducción civil estatal de Napalpí, la cual “albergaba (es una manera de expresarlo) una población más o menos estable de entre 800 y 1.000 individuos pertenecientes en su mayoría a las etnias Qom (Toba) y Moqoit (Mocoví). En ella había una escuela en la que se impartía instrucción primaria (exclusivamente a los indios, pues los inmigrantes gringos se negaron a que sus hijos compartieran escuela con ellos), la cual constituía una de sus dos claves; siendo la restante el trabajo (que se realizaba a destajo y en modalidades lindantes con la explotación lisa y llana). Lo cual, por otra parte y dicho sea de paso, no difería de las condiciones en que laboraban en obrajes y chacras los hacheros y braceros correntinos, santiagueños y paraguayos que componían, conjuntamente con los aborígenes, la totalidad de mano de obra disponible en el territorio.
La homogeneización identitaria de aquella Babel no fue, ciertamente, un proceso sencillo ni exento de conflictos.
El advenimiento del radicalismo al gobierno nacional, significó para el entonces territorio nacional del Chaco, que el poder central instalara en el sillón de Obligado a políticos provenientes de las provincias de Santa Fe y Corrientes, quienes evidenciaban tener poca o ninguna empatía con el territorio y sus habitantes, desconocían en absoluto sus problemáticas y usaban al Chaco como base de operaciones encaminadas a la intervención activa en la política partidario-electoralista de sus lugares de origen. El afán de quienes eran designados gobernadores lo constituían, pues, sus intereses políticos en las provincias de las cuales procedían, y su propio beneficio económico, lo cual provocaba que dedicaran su tiempo a esos fines y que sus prolongadas ausencias del territorio, lejos de ser excepcionales; fueran lo habitual.
Así las cosas, el Chaco se convirtió, ora en un reducto donde se planeaban transas y camándulas para mantener la “situación” si ésta era favorable, o conspiraciones y revueltas para tornarla propicia si era adversa; ora en un sitio donde “asilar” a los amigos en caso de que resultaran perdidosos en aquellas feroces contiendas a las que pomposamente se llamaba elecciones.
En cuanto a la policía brava, era una herramienta al servicio del gobernador de turno, que éste utilizaba a discreción para confiscar libretas de enrolamiento y arrear hasta las provincias limítrofes como si de ganado se tratara, a gente a la que se hacía figurar como inscripta en los padrones correntino o santafesino.
El 12 de octubre de 1922, Marcelo T. de Alvear asumió la primera magistratura de la República, y a partir de allí, se tomó un “pequeño” plazo ¡de ocho meses! para designar gobernador del Chaco al político santafesino Fernando E. Centeno.
Nacido el 27 de setiembre de 1876, Fernando Enrique Centeno provenía de una familia rosarina de origen español (era nieto del coronel Dámaso Centeno, muerto en la batalla de Cepeda; e hijo de Fernando S. Centeno, gestor e impulsor de la localidad que lleva ese nombre). Opositor a Yrigoyen, desde principios de la segunda década del siglo XX recaló en el radicalismo antipersonalista, fue diputado a la legislatura provincial por el departamento Constitución en 1914 y 1917, y convencional constituyente por el departamento Gral. López en 1920. Estaba casado con Lily Baraldi, una dama perteneciente a una familia italiana exiliada en España y posteriormente “trasplantada” desde allí a América.
Centeno llegó al Chaco con el definido propósito de enriquecerse en la gobernación a como diese lugar. Para eso, llevó consigo a dos de sus cuñados: Enrique Jorge Pedro Baraldi, en carácter de secretario; y Fernando Restituto Guido Baraldi, como contador. Organizó las cosas de modo que las tareas burocráticas (confección de planillas, rendición de fondos, redacción de informes al ministerio del Interior, etc.) fueran desempeñadas por sus parientes; mientras él se quedaba en la provincia de Santa Fe, limitándose a viajar al Chaco un par de veces al año, como mucho, para cumplir alguna que otra formalidad protocolar, firmar los papeles y, por supuesto; percibir la “renta”, es decir, el canon pactado con sus cuñados por “alquilarles” la gobernación efectiva (30.000 pesos mensuales, según se decía), astillita esa la cual provenía de ilícitos tales como defraudación al Estado mediante el ardid de engrosar las planillas de sueldos incluyendo en ellas empleos inexistentes (policías, principalmente), coimas a prostíbulos, casas de juego y ladrones de ganado, y lindezas por el estilo.
La persecución a quienes se atrevían a oponerse a sus designios, a criticar su nepotismo descarado y a denunciar sus delitos, fue otra de las constantes en su gobernación. Decididamente, el radicalismo no lograba prender del todo en el Chaco, lo cual no tenía nada de extraño, al contrario; era la reacción esperable a la imposición desde el poder central de la odiosa presencia de sujetos como Centeno.
No parecen haber existido móviles partidistas en el acoso ejercido sobre adversarios políticos y periodistas; sino el propósito de presionarlos, intimidarlos y hacerlos desistir, por medio de la coacción y el temor, de revelar y manifestar las irregularidades y abusos en que incurrían él y sus esbirros (y por otra parte, un individuo como Centeno, de moral laxa, carente de virtud política y que no procuraba más fin que la obtención del beneficio económico propio; no iba a favorecer al radicalismo del Chaco ni tampoco al de la vecina Corrientes, de cuyas expresiones —escasas, por cierto— emanaba un indisimulable tufillo yrigoyenista por demás ofensivo a su oligárquico olfato).
Con todo, de no ser por un suceso funesto que tuvo a Centeno como actor principal, y que se precipitó al derivar las circunstancias en espantosa tragedia debido a la concurrencia de varios factores; Chronos habría tendido sobre su venalidad y su ominoso gobierno el manto del tiempo, no quedando de él en la historia más registro que la borrosa referencia de un par de fechas seguidas del nombre de aquel oscuro politicastro de actuación limitada al ámbito regional y corrupto como otros muchos que hubieron.
La crisis del algodón, iniciada en los Estados Unidos en 1921 y que se profundizó y eclosionó en 1923, provocada por la plaga del picudo que pasó desde México a Texas y se expandió a todo el sur norteamericano, llevó a que los grandes industriales hilanderos y tejedores del mundo, ávidos del textil y desesperados por su escasez; posaran la vista sobre Argentina, y que los fabricantes estadounidenses de maquinaria hicieran lo propio.
El ministro de Agricultura del presidente Alvear, Tomás Le Breton —una especie de súper ministro que pocos años antes había impulsado, como diputado nacional, una ley propiciando la formación de cooperativas, y que después fue designado embajador en EE.UU., donde tomó contacto con grupos de poder político y económico que se comprometieron a establecer y apoyar por todos los medios a su alcance una complementación argentino-estadounidense destinada a hacer de nuestro país uno de los grandes productores y procesadores mundiales de algodón—; fue quien trazó la política que signó el tránsito del Chaco desde una economía extractiva (quebracho-tanino), a otra productiva (algodón), que debía pivotar sobre el eje reparto de la tierra pública - optimización del proceso de cultivo, comercialización e industrialización.
Pero había un problema: la producción algodonera requería de mano de obra barata, especialmente, en el primer eslabón de la cadena, o sea, los braceros. Esa condición sólo podía cumplirse manteniéndolos en el oprobioso régimen de laboreo a destajo y en las condiciones infrahumanas enunciadas precedentemente.
Para agravar aún más las cosas, la administración de la reducción de Napalpí no se le ocurrió nada mejor que disponer una quita forzosa del 15% en el algodón que cosecharan los indios, so pretexto de destinarlo a “costear los valores de las herramientas de labranza, el funcionamiento de las escuelas y los arreglos dentro de la Reducción”. Y para no ser menos, Centeno decretó para los aborígenes la prohibición de desplazarse a Salta y Jujuy (como venían haciendo desde algunos años antes), donde podían percibir mejores salarios en los ingenios. Los indios respondieron con la huelga.
El Chaco era una caldera a presión. La aguja del manómetro subía y subía, pero nadie le prestaba atención. Y la caldera estallaría en la forma más oprobiosa y trágica que imaginarse pueda: la masacre de Napalpí en la cual el 19 de julio de 1924 fueron asesinadas entre 400 y 500 personas de las etnias Qom y Moqoit, que fue dispuesta y ordenada por Centeno, perpetrada por policías y gendarmes con la instigación, la participación cómplice e incluso la coautoría de vastos sectores de la población civil: terratenientes, hacendados, obrajeros, chacareros, etc.; que contó con el apoyo logístico de instituciones como el Aero Club del Chaco, y que luego fue sucesivamente negada y encubierta por el gobierno del territorio, la justicia local, la prensa y el oficialismo en el Congreso de la Nación.
Casi un siglo después —98 años, a fuer de exacto— en la sentencia del 19 de mayo de 2002 del juicio por la verdad sustanciado en el Juzgado Federal de Resistencia, se declararon probados aquellos aberrantes y espantosos sucesos, y se estableció taxativamente la responsabilidad del Estado Nacional Argentino en el proceso de planificación, ejecución y encubrimiento en la comisión del delito de homicidio agravado con ensañamiento con impulso de perversidad brutal en reiteración de hechos que concursan entre sí, y reducción a servidumbre en reiteración de hechos que concursan entre sí, ambos en concurso real (sic).

-Juan Carlos Serqueiros-
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REFERENCIAS DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS

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