lunes, 30 de diciembre de 2024

POOL, AVERNA Y PAPUSA (REPUBLICACIÓN)














Escribe: Juan Carlos Serqueiros 

Pool, Averna y papusa 
(Beilinson - Solari)

Su llave arrojó
se fue, así, sin más...
puteando por lo bajo se marchó.
Un killer riff en su contestador
dejó sonando como confesión.
Sin bulchitear a nobody, man
una corazonada fué esta vez...
lo puso en la ruta...(bie bie!)
con pases de chabona y lágrimas.
Con un platino de American Express
trucho, pero un lindo "camaleón".
Se despidió del negro Burgundy
pero enseguida le bajó el pulgar
brindó también con el flaco Merlín
y vacaciones dio a su corazón...
No hay quién le quite a ese gallo el espolón!
Que ruede la bola! El zumba se va! (bye bye!)
Bendita sea su vieja pick-up
lo echó de la cabina y se desvió
lo escupió y desbarrancó
y al borde del abismo lo dejó.
Fué la claridad que lo encegueció.
Que ruede la bola! El zumba se fue!
bye bye!
 


El título comienza con lo de pool en una metáfora de múltiples significaciones: el rodar de las bolas con las que se juega al pool; el "que corra la bola" (que todos se enteren) de lo que pasó; el dejar que “ruede la bola”, es decir, resignarse al destino, una suerte de “y bueno, hay que dejarlo correr, que le vas a hacer, es así”; y también hay que considerar que el vocablo inglés pool, define un fondo económico en común, un pozo de guita que se junta entre varios, lo cual puede estar aludiendo a un dinero que reúnen entre algunos marginales para una actividad delictiva determinada, por ejemplo, comprar droga y revenderla o, entre todos, bancar un bulo para aguantadero, partuzas, etc.
Averna es una marca de vermut italiano, un amaro, es decir un aperitivo amargo hecho a base de hierbas y elaborado por la empresa Fratelli Averna.
Lo de papusa está empleado, no en el sentido de una mujer linda en lunfardo; sino aludiendo a la cocaína, ya que es una de las formas en que se designa a esa droga.
Al chabón que protagoniza la canción ya lo conocemos de antes: es nuestro viejo amigo el zumba, personaje central de la canción Gualicho. Ahora, regresado de su aventura en Finisterre, a donde había ido 
“rajando del amor” y “detrás de un beso nuevo”; parece haberse convertido en un marginal que, entre otras lindezas a las cuales se dedica, trafica drogas. El Indio lo llama “zumba” (que en lunfardo quiere decir testaferro), como aludiendo a que el tipito es el jefe nominal de una banda de delincuentes, pero en la apariencia; mientras que en la realidad, el jefe de la banda sería otro ñato, alguien oculto y a quien no se menciona en la canción pero que al mismo tiempo está implícita su existencia. 
“Su llave arrojó”: Tiró el arma que esgrimía -una púa, como veremos más adelante-. En el argot tumbero, "estar llaveado" es estar armado, asimilando la posibilidad de usar un arma para liberarse, con la utilidad de una llave común para abrir una puerta. También, tomando literalmente el término; el tipito podría estar tirando a la mierda la llave del aguantadero en que se esconde o de algún sitio donde oculta algo (por ejemplo una caja de seguridad en algún banco, o quizá un cofre de esos de las terminales de micros o de aeropuertos donde pueden dejarse cosas en guarda). Y la frase tiene un gran simbolismo, porque nos está indicando que el tipo no piensa volver más al lugar del cual se va, o a ese sitio adonde fue a buscar algo que tenía encanutado: el hecho de tirar la llave, ya sea que esté referido a una púa o a una llave de verdad, significa que ni se le cruza por la cabeza la posibilidad de volver a utilizarla; sabe que no la va a necesitar más y por eso la arroja.
“se fue, así, sin más...”: se rajó de una, súbitamente, en un arranque o decisión repentina.
“puteando por lo bajo se marchó.”: Mascullando una imprecación se tomó el piro. De paso, la mención de que el zumba putea, nos está explicando que la decisión de rajarse no la toma conforme a sus deseos, no adopta contento esa postura de marcharse, al contrario; lamenta tener que hacerlo y por eso está a las puteadas, rezongando, como si se hubiera dado cuenta de que algo faltaba (guita del “pool” tal vez) o de que algo no andaba todo lo bien que debería andar (por ahí descubrió en un “feo” a alguno de los ñatos con los que andaba entreverado; como que lo traicionó).
“Un killer riff en su contestador / dejó sonando como confesión.”: Dejó un mensaje en su contestador telefónico, para que alguien se dé por enterado de algo. No queda claro de qué se trata el mensaje, pero con toda seguridad, no es un mensaje amable, ya que hay una amenaza explícita en él, algo funesto. Es un “killer riff” (killer = asesino en inglés, y riff = secuencia de notas, “fraseo” musical, repetitivo, reiterado, en una misma canción, de la guitarra eléctrica en el rock, blues y jazz ). Deja el mensaje a modo de confidencia, como si quisiera referirse al reconocimiento de haberse visto involucrado en una circunstancia desafortunada de la cual espera derivaciones para él nefastas. Es todo muy ambiguo y no se especifican mayores detalles; pero lo concreto es que hay un hecho, una coyuntura, que motiva que el zumba deba marcharse de inmediato.
“Sin bulchitear a nobody, man”: Sin bardear a nadie, tranqui, discreto (“bulchitear” es, en la jerga de las comunidades latinas que viven en los EE.UU., una castellanización derivada del inglés bullshit, o sea, hacer pavadas, bardear, hacer o decir boludeces o mentiras).
“una corazonada fue esta vez... / lo puso en la ruta...(bie bie!)”: Confirma una intuición que tuvo (“corazonada”), comprueba algo que venía sospechando, presintiendo. Lo de “fué esta vez” se refiere a que en el zumba, el tener que marcharse ya se ha convertido en una especie de constante, porque ya se había rajado antes por otra razón (recordemos que en Gualicho el zumba dejaba todo colgado y se iba a "Finisterre” detrás de una mina); y ahora (esta vez) se ve obligado a marcharse por otro motivo. La cuestión es que tuvo un pálpito, un presentimiento de algo, confirmó que la cosa era así como presentía  y de resultas de eso; tiene que irse rápidamente. Y la metáfora de la “corazonada” el Indio la utiliza también para aludir a que el zumba tuvo “corazón”, en el sentido de que la guapeó, puso huevo, se atrevió a algo groso para hacer lo que sea que haya hecho, y no temió a las consecuencias derivadas de ello: el tener que marcharse, “ponerse en la ruta”
“con pases de chabona y lágrimas.”: El zumba mató a alguien de una puñalada, de un puntazo (en la jerga carcelaria, “chabona” es una púa o cuchillo). Como vemos, parece ir afirmándose la idea de una traición, de una fulería, como si entre varios marginales, alguno o algunos de ellos, mejicanearon una guita que era de todos, un pozo de guita que habían puesto para encarar algo (lo cual explicaría uno de los significados de lo de pool en el título); y eso haya originado un riña en la cual el zumba mata a alguno de los otros. Lo cito sólo como un ejemplo de lo que la letra sugiere o de lo que uno puede inferir.
“Con un platino de American Express / trucho, pero un lindo "camaleón": Tiene una tarjeta de crédito falsificada, una American Express Platino, de las que no tienen límite de gastos. Y de paso, como usuario de esa tarjeta trucha, asume una nueva identidad camuflada, una que no es la suya real ("lindo camaleón"). Y así, como “al pasar”, queda latente la idea de otro uso, uno non sancto, que se le da a una trajeta de crédito: el esnifar cocaína (a las líneas de merca listas para aspirar, se les dice “lagartija”, “lagarto”, “camaleón”, etc.).
“Se despidió del negro Burgundy / pero enseguida le bajó el pulgar / brindó también con el flaco Merlín”: Antes de marcharse definitivamente, se hace un tiempito para “pasar a ver” a dos compinches suyos (posiblemente cómplices de él en algún delito, o tipos con los cuales estuvo en la cárcel, o sus “socios” en el “pool” que armaron), con el objeto de despedirse de ellos (tampoco aclara en qué sentido se va a despedir de los tipos esos), de los cuales sólo se especifican sus alias: El negro Burgundy y el flaco Merlín. Del segundo de ellos, la letra de la canción nos da algunas pistas más en cuanto al sobrenombre que usa: puede ser una alusión al Mago Merlín de la leyenda celta del Rey Arturo, en cuyo caso lo de “Merlín” obviamente es porque el tipo es un “mago”, alguien que muestra una gran habilidad para el metier delictivo al cual se dedica; o posiblemente lo de “Merlín” se refiera a una de sus acepciones en lunfardo (“merlo" o "merlín” = tonto, crédulo, fácil de engañar, torpe, boludo, chichipío, pancho); o quizá quiera aludir a la condición de choborra del tipo (“merlín” también quiere decir un tipo que está “merluza” = borracho, en curda). En el caso de este flaco Merlín, la letra nos dice que el zumba  “brindó” con él (“brindar” en el significado carcelario, tumbero, de la palabra, se entiende; no “brindar” en el sentido corriente de entrechocar las copas). En cuanto al otro personaje, el negro Burgundy, la letra es más ambigua y no da detalles; sólo nos dice que el zumba se “despidió” de él y nos da a entender que estuvo poco tiempo con el tipo y resuelve “despintarlo” rápidamente (“enseguida le bajó el pulgar”). Tampoco queda claro el porqué del alias del “negro Burgundy” (Burgundy es la región de Borgoña, en Francia, famosa por la calidad de sus vinos tintos, de modo que quizá lo de “negro Burgundy” sea una alusión a la predilección del tipo por el vino tinto).
“y vacaciones dió a su corazón...”: Con esas “visitas” a sus compinches, el zumba da por concluidas sus obligaciones del “corazón” digamos, y ya está, “ya cumplió”; de ahí en más le da “vacaciones a su corazón” y ya no le queda nada pendiente. Ahora sólo le queda irse, huir. Y otra vez, hay una metáfora utilizada al menos en dos sentidos, porque las “vacaciones” que el zumba le da a “su corazón” se refieren al aspecto sentimental, y también a que con eso se termina lo de andar "poniendo corazón”, es decir, corajear, guapear; ya no quiere exhibir más “corazonadas” como demostraciones de coraje.
Todas las frases combinadas en la estrofa, aluden a que en esa visita a sus compinches, el zumba mató a uno de ellos, al negro Burgundy; ya que la metáfora de “bajar el pulgar” nos remite al antiguo Imperio Romano, donde en los espectáculos entre gladiadores que luchaban en el Coliseo, uno de los contendientes tenía al otro vencido a sus pies, y aguardaba la señal del Emperador, bajando o levantando éste su pulgar. Aparentemente, el zumba le “bajó el pulgar” al negro Burgundy, lo asesinó de un puazo. Parece como si se estuviera pintando una situación en la cual el zumba los va a ver a los otros dos, caliente, chivo con ellos por algo que le hicieron y con toda la intención de amasijarlos a ambos, y terminara matando sólo al negro Burgundy y perdonándole la vida al flaco Merlín (lo cual, de paso, clarificaría la cosa en el apodo de éste, ya que el zumba lo estaría considerando un pelotudo, un pancho, y le estaría atribuyendo la mayor parte de la culpa al otro y por eso lo mata; mientras "perdona" al flaco Merlín).
“No hay quién le quite a ese gallo el espolón!”: El espolón es una púa de acero que se coloca en las patas de los gallos de riña. Se está reafirmando que el zumba se peleó a cuchillo y mató a alguien de una puñalada, de un puazo.
“Que ruede la bola! El zumba se va! (bye bye!)”: Como consecuencia de haber amasijado a alguien, al zumba no le queda otra que rajarse, tomarse el piro, porque si no se va; las consecuencias para él van a ser terribles: lo van a meter en cana o peor aún: lo va a perseguir alguien que quiera vengar a la persona que él mató. Él se va (“el zumba se va!”), y que corra la bola de que él se va, que lo sepan todos, y que su destino se cumpla (“que ruede la bola!”)
“Bendita sea su vieja pick-up / lo echó de la cabina y se desvió / lo escupió y desbarrancó / y al borde del abismo lo dejó.”: Tiene un accidente automovilístico, se pega un terrible palo. Perdió el control de la camioneta de modelo antiguo (“su vieja pick-up”) que venía manejando (“se desvió”), volcó (“desbarrancó”) y salió despedido del vehículo (“lo echó de la cabina, lo escupió”). De resultas de ese palo que se pega, el zumba se va a morir; pero dentro de su tragedia,  morir así, en un accidente; quizá haya sido preferible (“bendita sea”) a morir de alguna forma bastante más jodida. Insinúa que tal vez haya sido mejor que el zumba muera en un accidente, que tener que vivir huyendo y esperando una muerte quizá más cruel, ya que todo eso, sería mucho más terrible que palmar en un accidente…
“Fue la claridad que lo encegueció.”: Alude a la causa del accidente, pero irónicamente, con un dejo de sorna, como si afirmara algo y trascartón estuviera diciendo “minga va a ser esa la causa”. Dice que el zumba aparentemente se “encegueció con la claridad” (como aludiendo a los faros de otro vehículo que lo encandilaron); pero también nos deja flotando la verdadera causa del accidente: el tipo estaba, o bien resuelto a suicidarse; o bien re duro, pasado de vueltas por la droga, cuando se pegó el palo, y esa fue “la claridad que lo encegueció”: comprender claramente que la mejor opción que le quedaba era el suicidio; o haber consumido drogas en demasía. Y en todo caso, el origen del drama que culminó en su muerte fue precisamente la “claridad que lo encegueció”, aludiendo a cuando percibió claramente que se iba a ver obligado a protagonizar un hecho trágico y después rajarse (porque ahí empezó su desgracia); todo lo demás es consecuencia de eso que le pasó al principio.
“Que ruede la bola! El zumba se fue! / bye bye!”: Que todos lo sepan! El zumba murió (“se fue”), chau, crepó en el accidente. Y de paso, también hay un dejo de resignación, un “déjalo correr”, un “y bueh, fue el destino, que le vachache”. Y una especie de implícita moraleja flotando en el tema: algo así como la enseñanza de que “quien mal anda, mal acaba”.
Bueno, pareciera que todo cierra, ¿no? Pero... supongamos por un instante que eso de "al borde del abismo lo dejó", fuese una sugerencia de que después de todo, el zumba no haya palmado. ¿Lo veremos reaparecer en alguna otra perlita de la lírica solariana? Chi lo sa...



viernes, 27 de diciembre de 2024

DESNUDOS EN LAS REDES SOCIALES





























Escribe: Gabriela Borraccetti *

Si usted es una de esas personas que creen que internet es un simulacro de la vida, entonces lea lo siguiente.
Primeramente, observe su propia conducta on line: ¿Es demostrativo cuando algo le gusta? ¿O sólo lo mira, se ríe, llora, aprende y pasa de largo? ¿Intenta establecer contacto con los demás, lee los comentarios de la gente sobre un tema e interactúa con ella, lee y se lo guarda para juzgar usted, o le importa nada la opinión del semejante? Si una página le interesa y la sigue, ¿comparte sus contenidos? Si un artículo le gustó, ¿coloca una señal de su agrado? Si quiere consultar con un profesional, ¿lo saluda antes de tirarle su problema por la cabeza? ¿Le pregunta cuáles son sus honorarios o acaso cree que es un favor que alguien le debe? Si lee algo que no le gusta, ¿puede opinar sobre ello sin agredir? ¿Siente envidia por la creatividad de otros? ¿Es solidario? ¿Comparte campañas? ¿Abre su muro o lo cierra con candado? ¿Usa listas de restricción para que no lo vean algunos contactos? ¿Anda a la caza de si Fulano o Mengana está en línea o no? ¿Escribe indirectas o cosas "dedicadas" sin haber hablado antes con el/la interesado/a?
Y usted, ¿cree que eso nadie lo ve ni lo percibe? Se equivoca, le aseguro que se equivoca. A pesar de que mucho se dice acerca de que la vida virtual no es la real; esos gestos dejan al desnudo personalidades de todo tipo: el que teme exponerse, el que tiene un ego mortal, el que se esconde, el que se resguarda, el que está incómodo con su imagen o su saber, el que teme expresarse, el que teme a la crítica, el que desea sobresalir, el fanfarrón, el que de verdad sabe, el que googlea para hacerse el que sabe, el que hurga, el que contesta tonterías por no parecer bobo, el que se siente inadecuado, el que está como en su casa, el inocente, el niño que juega, el que miente, el inteligente, el creativo, el rebelde "al cuete", el eterno disconforme, el bicho bueno, el bicho rastrero, el egoísta, el aprovechador, el manguero, el tilingo, el chupamedias, el ladrón, el egocéntrico.

..
Recuerde: nuestros gestos y gustos, incluso los que deseamos ocultar, se ven aún más cuando creemos que lo que único que nos hace visibles o invisibles es la fotito del perfil en las redes. La mejor manera de no entrar en conflicto con nuestra propia desnudez, es aceptar quiénes somos.
Asimismo, no hay que perder de vista que una casa, un país, una madre, una cuna, un refugio, un lugar donde poder colocar nuestras cosas o nuestros pedacitos de vida, no es un sitio público como sí lo es una red social. Y además; no deberían parecerse lo más mínimo. Hay que tener sumo cuidado con las ventanas que abrimos, ya que por detrás de los cristales virtuales aparece gente mal intencionada de la que ni imaginamos las problemáticas varias que arrastra.
Están las personas que nos envidian, aunque nosotros consideremos que no somos envidiables en ningún sentido. El chismorreo, el narcisismo, los escraches, las venganzas, el exhibicionismo, los deseos de superioridad disimulada, los sesgos encubiertos y varios “deportes” y características humanas de camuflaje, pueden ser malinterpretados por nuestros procesadores primero, y luego retorcidos hasta llegar a puntos insospechados.


No olvide que hasta al más vivo se le escapa la tortuga cuando no anda bien o pasa por un momento crítico, y generalmente es entonces cuando cae como víctima en manos de los que temen, de los que son inseguros y de los que precisan afirmarse serruchando al otro en vez de tener fuerza propia.
Así que estando en las redes, sabiendo que sus ex trabajadores (y también los ex trabajadores de todo proveedor de correos electrónicos y demás servicios), no nos regalan nada y nos toman por cobayos para vendernos desde calzones hasta guerras y gobiernos, tendríamos que cuidarnos mucho de contar los sobrevalorados “me gusta”, los "amigos” y todo lo que sea un supuesto atributo de nuestro brillo personal.


No obstante, los que más desean sobresalir, simulan ser especialmente carismáticos, escondiendo que, como mínimo, son problemas latentes. Algunas veces, uno confunde tolerancia con falta de criterio y de discernimiento para saber de quién quiere rodearse, y los deja pasar a su círculo. Y tras que estas redes son una "casa" llena de desconocidos llamados “amigos”, podemos confundir, confundirnos, engañarnos y ser calumniados por no responder a lo que otro esperaba de nosotros.
Ni hablar de los intercambios entre tipejos miserables que no dan la cara y se vanaglorian de alguna foto o algún video sugiriendo o enseñando una teta o un culo que por ahí les fueron mostrados por candidez o bajo la promesa de cubrir una carencia. O de arpías que consiguen enganchar algún infeliz al que primero seducen y luego extorsionan emocional cuando no materialmente. Ni de quienes en nombre de una personalidad ultra mega potente se consideran con derecho a señalar todo el tiempo a los demás y hacen gala de una libertad muy mal entendida por donde se la mire, llamándola "frontalidad". Agresividad asegurada y complejos infantiles sin resolver, pueden desatar reacciones imprevisibles ya sea para un incauto o un necesitado.



Mire, si algo o alguien no le gusta, no busque razones; mejor encuentre sus intuiciones. Y si usted juega al juego y pierde, sepa que quienes lo señalen serán quienes aún no fueron descubiertos en sus miserias y/o en sus puntos flacos.
En las redes no hay santos y sí hay mucha basura debajo de la alfombra. Mucha más de la que usted conoce dentro de lugares más cerrados e íntimos.
Y una red, finalmente, es una trampa llena de agujeros que usted no ve.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. N. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista y artista plástica. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160. 

sábado, 21 de diciembre de 2024

ETIQUETA NEGRA (REPUBLICACIÓN)


Escribe: Juan Carlos Serqueiros


Etiqueta Negra 
(Beilinson - Solari)

Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín
a él, que era rey de esta jungla, se le soltó un patín...

Su corazón no era un hotel
(aunque corría ese rumor)
y hoy tiene una entre otras cruces
en este bosque siempre cruel.

Dejó un billete que pide a gritos que lo gasten
Como una hoja derivó en tu mismo turbio río

Entre amuletos y talismanes su destino desafió
Si su nariz crecía de tamaño, prometía más.

No le robaba nunca nada a nadie
(a nadie en especial)
ganó un orzuelo de tercer ojo
y su nariz sangró.

No hubo caricias para su celo moro
y ahora mira crecer las flores desde abajo.


El título es una asociación de ideas entre la famosa marca de whisky Johnnie Walker en su versión de mejor calidad: la de etiqueta negra en la botella; y un hecho luctuoso: la muerte de un marginal en el marco de un crimen quizá con aristas de pasional, o tal vez vinculado a sus actividades delictivas (negro= luto, muerte). Es decir, le pusieron una "etiqueta negra", aludiendo a la que se les pone a los cadáveres en la morgue, colgadas del dedo gordo del pie. He aquí el manuscrito del propio Indio:


La canción está dedicada a un barra brava de Gimnasia y Esgrima La Plata: Marcelo Amuchástegui (a) "El Loco Fierro", muerto en Rosario durante un enfrentamiento con la policía, lo cual no necesariamente significa que la temática que se aborda en la canción, se base en vivencias protagonizadas por el personaje a quien está dedicada; salvo en alusiones muy puntuales.
“Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín”: El tipito venía en ascenso en su carrera delictiva de rufián, de fiolo; pero rápido, demasiado rápido, y se le armó bardo con una de las minas que se prostituían en su beneficio: una de ellas se le "suelta" ("se le soltó un patín", en un doble sentido: refiriéndose a que el yiro se le piantó con otro fiolo, y a que la situación con ella se le fue de las manos y ya no puede manejarla). 
“a él, que era el rey de esta jungla. / Se le soltó un patín”: Justo a él, que se creía el rey de los piolas, un banana que se las sabía todas, que en apariencia creía tener todo bajo control, le viene a pasar eso... Se creía un winner y pintaba para eso; pero en realidad, era un loser
“Su corazón, no era un hotel / (aunque corría ese rumor) “: Hotel: albergue, hostal, sitio para hospedar o alojar circunstancialmente personas. Alude a que parecía ("corría ese rumor"), que así como un hotel tiene habitaciones para alojar a varias personas; el tipito tenía lugar en su corazón para querer a muchas minas a la vez (como si estuviera refiriéndose a que aparentaba amar a todas las trolas que yiraban para él), pero en realidad, esa apariencia era engañosa; él amaba a una sola mujer: justo esa, el “patín” que se le “soltó”.
“y hoy tiene una entre otras cruces / en este bosque siempre cruel”: Hoy está en el cementerio, es un muerto más entre tantos otros, sólo una cruz más entre muchas otras cruces (no queda claro si lo mató la mina o algún fiolo más poderoso que él, o quién carajo lo mandó al otro mundo; pero sí se evidencia que no murió de muerte natural, sino que lo amasijaron). En esta estrofa, el Indio aprovecha también, para meter una alusión velada a la persona a la cual dedicó la canción, ya que el cuerpo del Loco Fierro fue cremado y sus cenizas arrojadas detrás del arco de la cancha de Gimnasia y Esgrima que da al bosque de La Plata (hay muchos hinchas de Gimnasia y Esgrima La Plata que piden ser cremados a su muerte, y que sus cenizas sean esparcidas detrás de ese arco que da al bosque, de ahí también lo de “este bosque siempre cruel”).
“Dejó un billete que pide a gritos que lo gasten”: Al morir dejó buena guita (“dejó un billete”), pero es guita negra, producto del delito, y por eso hay que gastarla (“que pide a gritos que lo gasten”); porque no es dinero legítimo que se pueda invertir; no queda otra que gastarlo rápidamente. 
“como una hoja derivó en tu mismo turbio río”: Una metáfora que hace el Indio entre una hoja caída de algún árbol que la arrastran los hilos de agua que se forman junto a los cordones de las veredas cuando llueve, y el chabón arrastrado al mundo del delito, a la vida turbia de lo marginal; y también al destino final de la guita que dejó el tipo al morir. Derivar es ir a la deriva, sin rumbo fijo, y también derivar es emanar de algo, ser consecuencia de algo. En su genial poder de síntesis, Solari en la misma frase engloba todo: causa (el chabón se metió en el mundo del delito y terminó mal; se enfrentó con alguna/o que terminó matándolo de un tiro y a su guita la va a gastar rápidamente alguien), y consecuencia (el mundo del delito y sus propios engaños, todo eso lo llevó a la muerte). De paso, además; se está refiriendo a que la mina también es arrastrada por él a lo turbio: ejercer la prostitución. 
“Entre amuletos y talismanes su destino desafió”: El fulano era supersticioso, creía en todo eso de amuletos y talismanes para la buena fortuna; pero tentó a la suerte en demasía creyéndose un capo, y perdió: lo amasijaron. 
“si su nariz crecía de tamaño, prometía más": Una metáfora de doble significación. Por un lado, alude al cuento infantil de Pinocho, el muñeco al que le crecía la nariz cuando mentía. El tipito de la canción vivía engañando, y cuando lo descubrían en una mendacidad, para zafar; seguía mintiendo y prometía corregirse. Pero su promesa de enmendarse era sólo otra mentira; seguía en la suya, mintiendo siempre. Y por otro lado, su nariz crecía de tamaño, ¿y por qué? Obviamente, por la merca que aspiraba. Se da a entender que la mina que se le piantó, le reclamaba cambiar de vida, y él prometía hacerlo, pero terminaba por no cumplir; hasta que la mina se hartó de sus mentiras y se armó bardo. Y también, de paso; a que probablemente anduviera implicado con la cana en el tráfico de drogas y otras actividades delictivas.
“No le robaba nunca nada a nadie / (a nadie en especial)": Solari hace un juego de palabras para afirmar algo, negándolo en apariencia. Vendría a ser algo así como un “oxímoron largo”: dice que el tipo “no robaba nunca”; pero enseguida dice “a nadie en especial”, o sea que está afirmando que el tipo sí robaba. Se trata de otra alusión al personaje a quien está dedicada la canción, el “Loco Fierro”, ya que el día en que la policía de Rosario lo mató, se esgrimió el argumento de que había perpetrado un robo en una joyería y que al huir se tiroteó con la policía y eso originó que ésta lo matase. Siempre quedó la sospecha de que todo era mentira y que el chabón, por lo menos ese día; no estaba robando nada.
“ganó un orzuelo de tercer ojo / y su nariz sangró”: Esta frase es genial y es indicativa de la tremenda cultura general del Indio. Juega con un paralelismo entre el buraco del tiro con el que lo amasijan al chabón, y los conceptos de Ouspensky y Gurjieff (psicólogos y filósofos que el Indio leyó mucho) acerca de el Cuarto Camino, el Tercer Órgano, etc., y el Tercer Ojo (que es algo así como la capacidad que tienen algunas personas para "ver" cosas que el común de la gente no puede percibir. Por mi parte, leí a Ouspensky muy superficialmente y a Gurjieff nunca; así que acá necesitaría aportes extras, si es que hubiera algo para profundizar un cacho). La frase alude a que el chabón de la canción, no poseía la facultad del tercer ojo; porque "lo cerró un orzuelo", queriendo decir que si hubiera tenido esa facultad del tercer ojo; se habría dado cuenta del quilombo que se le venía encima. No la tuvo, y por eso lo amasijaron. Es decir, no era tan inteligente ni tan ganador como él creía, no era perceptivo.
“No hubo caricias para su celo moro”: Otra genialidad del Indio con su impresionante poder de síntesis; porque en siete palabras describe toda una situación. Se refiere al personaje de Shakespeare que se transformó en el paradigma de los celos en la literatura universal: Otelo, el Moro de Venecia (“celo moro"). En la obra de Shakespeare, Otelo vive atormentado por los celos hacia su esposa Desdémona, y ésta (que lo ama) lo calma con infinita paciencia, bondad y caricias, hasta que Otelo al fin la mata, movido por esos celos enfermizos instigados por Yago. Solari dice irónicamente que para el chabón de la canción no hubo caricias; hubo una bala que lo mató, producto de los celos. 
“y ahora mira crecer las flores desde abajo”: Una obviedad: el tipo está muerto, sepultado en su tumba, y por eso "mira crecer las flores desde abajo" (expresado simbólicamente, claro; porque recordemos que antes había aludido a la cremación).


-Juan Carlos Serqueiros-

miércoles, 18 de diciembre de 2024

ANTES DE LLOVER























Escribe: Gabriela Borraccetti *

El cielo ruge. A través de la ventana veo como un destello de linterna. Mi perra sale corriendo a esconderse debajo de la cama, mientras mi gato, feliz de verla asustada, la mira con ojos de frotarse las manos.
Otro refucilo y el viento soplando para traer consigo el olor de las hojas que en el otoño comienzan a abandonar el verde para pintar la calle de rojizo y sepia.
Cada tanto, un trueno que retumba sin más, me recuerda que aún se trata de la introducción al concierto, ese que en unos momentos lanzará desde lo alto sonidos de cristales golpeando sobre los tejados, dejará las veredas maltrechas y arrastrará los pétalos caídos de las flores. Y entonces aguardo tras la ventana para asistir al telón de lluvia gris que inaugurará la escena.
Como simple observadora pasiva de un espectáculo que no deja de causarme la sensación de estar ante un magnífico gigante, una vez más, junto con el aliento exhalo el sueño de sentir la admiración que despertaba en mí, cual si volviese a ser aquella niña que dibujaba caritas en el vidrio.
Y el mundo... vuelve a parecer lo que siempre fue y que a menudo olvidamos que es: ¡inmenso!

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. N. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

lunes, 16 de diciembre de 2024

VERSOS SICALÍPTICOS I. LA GENITALIDAD EXPLÍCITA EN LA GLOSA TANGUERA: EL TIENTO JUBILADO








































Escribe: Juan Carlos Serqueiros

"¡Puta que soy desgraciada!", / dice la parda Loreta, / "todos me dan por el culo / y ninguno por la cajeta". (Robert Lehmann-Nitsche)

En apretada síntesis, puede definirse a la glosa tanguera como un recurso utilizado para añadir ornamentación a una obra inscripta en el tango —en el tango como cultura, quiero decir; que no meramente como género musical—.
Aplicada a la conjunción de poética y música, la glosa se transforma en exégesis en tanto expande, “traduce” y/o “explica” las metáforas que el autor de la primera haya eventualmente consignado, así como también contribuye a esbozar contextos, pintar escenarios y retratar personajes especificando, realzando o minimizando sus características más salientes.
En cambio, aplicada sobre la melodía, es decir, declamada sobre una composición exclusivamente musical que suene de fondo y en la cual se haya prescindido de la letra como narrativa; la glosa influye sobre quien la escucha, y entonces procura incorporar al oyente a un imaginario colectivo que pugna por estipularse e imponerse a partir de la identificación con el mito que expresa y sostiene quien la haya concebido, ya fuera que lo haya hecho independientemente de lo que postule el compositor, o consustanciado con él.
Y por último, la glosa puede, asimismo, constituirse per se en una variante de la lírica, esto es, haber sido construida con versos que, en la métrica adoptada por su autor, resuenen en los sentidos del oyente con una musicalidad que les es propia.
Por citar ejemplos de unas y otras: en 1942, Hugo del Carril (nombre artístico de Piero Bruno Hugo Fontana) grabó “Al compás del corazón”, ese bellísimo tango de Domingo Federico y Homero Expósito, el cual cantó a continuación de una glosa a cargo de “El Hombre gris de Buenos Aires”: el genial Julián Centeya (Amleto Vergiati en el documento de identidad). A fines de 1959, la orquesta de Osvaldo Pugliese nos legó el registro de “La cumparsita”, vocalizado por sus cantantes Carlos Guido y Jorge Maciel, y con una glosa titulada “Yo puedo batir qué es tango”, escrita y recitada por Luis “el Negro” Mela (pseudónimo de Luis Félix Miller). En agosto de 1961, la orquesta de Leopoldo Federico grabó una versión antológica de “La cumparsita”, glosada con la voz de Julio Sosa recitando el poema “Por qué canto así”, de Celedonio Esteban Flores. Y en 1963, también con la orquesta de Leopoldo Federico; el mismo Julio Sosa grabó “Madame Ivonne” pero con una particularidad: la introducción de una glosa de su propia autoría, en la cual se traza una semblanza de la protagonista de la letra de dicho tango (poética de Enrique Cadícamo sobre melodía de Eduardo Chon Pereyra), asignándole un sino trágico de tisis y muerte en plena juventud.
Pero más allá de esa que desde el vamos se presume “apta para todo público”; también hay (o más apropiadamente; hubo) una glosa enunciada en versos festivos, picarescos, eróticos, cuando no abiertamente procaces, soeces y aún pornográficos. Los españoles acuñaron, allá por los inicios del siglo XX, un término para encasillarlos: versos sicalípticos, los denominaron. Lo cual, por supuesto, no implica que el empleo de esa palabra quede acotado a la península ibérica; pues de hecho, abundan en el tango glosas de tal tipo (dicho sea de paso, los huesos de Leopoldo Lugones o de Manuel Gálvez —por citar sólo dos de sus máximos denostadores—, se revolverían en sus tumbas si las leyeran o escucharan), entre las cuales citaré —apenas un fragmento para dar una idea de su tenor— “La reja” (c. 1903-1910), de Ángel Villoldo: “Ella, apoyada en la reja, / en posición pecadora, / le ofrecía tentadora / su archipeluda cajeta. / Él, sobándole una teta, / miró para todos lados, / para ver si eran mirados / por personas indiscretas”, y en especial; también transcribiré —completo— un anónimo popular que (al menos, hasta donde me es dable saber) no ha sido escrito y editado, sino que llegó hasta nuestros días merced a la sola y simple tradición oral: “El tiento jubilado”.
Ya rezongan los fuelles, / suena un tango arrabalero / y con arte diquero / se baja la mina el calzón. / Provisto de un gran condón, / un viejito cajetilla / su bichoca pija ensilla, / y al llevar la mina lejos, / le revisa los pendejos / pa' ver si tiene ladilla. / El jovato atribulado / va entre dientes rezongando, / y se acuerda sollozando, / de su tiento jubilado: / “—Pija loca que me has dado / tantos y hermosos placeres… / Hoy no me atraen las mujeres, / andás al pedo y colgando / como tiento de arreador, / ya sos un pobre gusano, / no servís ni pa’ inflador. / Una verga de ñandubay / ¡quién la pudiera tener!, / para poder complacer / a la más exigente puta; / hoy, si la cosa es bruta, / prefiero estar sin coger. / Quisiera tener la pija / de cuando era joven ¡ahijuna!, / para pasarme una a una / a esas putas sabandijas; / les daría para que elijan: / en pelo o con condón, / y al puto más fanfarrón / le empujaría el sorete / para dejarle el ojete / como bolsillo dado vuelta”.
Posteriormente, el crecimiento arrollador del tango como cultura no ya limitada a los arrabales y conventillos, sino expandida y con pretensiones inequívocas de erigirse en propietaria y representativa de lo nacional y más todavía: de lo rioplatense; así como también la elevación del nivel de la lírica que corría aparejado al progreso en lo musical, y en fin; la imposición de la condena moral como requisito previo tendiente a su aceptación por parte del medio pelo pacato, arribista e hipócrita, fueron paulatina pero sostenidamente relegando, si bien no al olvido total; sí por lo menos a un discreto segundo plano “con más chiqué y con más tacto”, enuncia Carlos de la Púa (Carlos Raúl Muñoz y Pérez) en su poema “Citroën” las estrofas procaces de aquellas glosas sicalípticas plenas de genitalidad sin tapujos, explícita y exuberante, cuya eventual declamación quedó de ese modo circunscripta al regocijo en un relajado ambiente festivo y transgresor acotado a lo ocasional y grupal en el cual se permitiese —fugazmente, claro— el desliz, el exceso, de dar rienda suelta a lo… dionisíaco, por decirlo de alguna manera.
En fin, mi querido/a amigo/a lector/a, hasta aquí este breve opúsculo que es el primero de una saga de tres que me he propuesto escribir acerca de versos sicalípticos, así que espero contar con su compañía al momento de subir a internet los dos restantes.
Ojalá con este, haya podido arrancarle una sonrisa y/o un guiño de complicidad. Un cordial saludo y hasta la próxima ocasión.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen de portada: Juarez Machado, “Tango libertin”, óleo sobre tela, 2002.
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REFERENCIAS

Carretero, Andrés M. a) El compadrito y el tango. Peña Lillo Ediciones Continente, Buenos Aires, 1999.
                                  b) Tango testigo social. Peña Lillo Ediciones Continente, Buenos Aires, 1999.
Lehmann-Nitsche, Robert. Textos eróticos del Rio de la Plata. Ensayo lingüístico sobre textos sicalípticos de las regiones del Plata, en español popular y lunfardo. Librería Clásica, Buenos Aires, 1981.
Rivadeneira, Tito. Ángel Villoldo: su obra en el inicio del tango y de las varietés. Editorial Dunken, Buenos Aires, 2014.
Serqueiros, Juan Carlos. De tangos, quilombos y mitos (art. en Esa Vieja Cultura Frita, 06.2013) https://esaviejaculturafrita.blogspot.com/2013/06/de-tangos-quilombos-y-mitos.html
Varela, Gustavo. Mal de tango. Historia y genealogía moral de la música ciudadana. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2005.


jueves, 12 de diciembre de 2024

MORTA PUNTO COM (REPUBLICACIÓN)















Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Morta punto com 
(Beilinson-Solari)

El Morta quiere más “japinés”.
(Se tira a todo santo, ja)
El Morta quiere más “japinés”.
(No pregunta más por el menú)
Como si se la machacara contra un cascote quiere gozar.
(Uh, uh) Va perdiendo aceite.
(Uh, uh) Relincha de más.
Con sus gambas de polio brinca
Y cae levemente hacia su estribor.
(Uh, uh) Quitó esa vieja foto
Del negro Chu Berri del placard.
El Morta quiere más “japinés”.
(Fellatio, diluvio, man)
El Morta quiere más “japinés”.
(Y guateque-hot-porno escolar)
El barulo hinchado de gin picante,
Ya se le ha mojado todo el serrín.
Ya, ya es todo. Ya, ya no quiere
Esperar su suerte más.
(Uh, uh) Va bombeando su guita
(Uh, uh) En trolas coquetas que
Llenan de mentiras su oreja desde un celular.
En ese bulo que no cierra sus puertas,
Allí está su cuartel.
Flota en un baño de burbujas
En su loquero de amor.
Ta-tartamudea y cubre su rabo con un gran toallón.
Plastikito trae bagayito y se lo ve feliz.
El Morta quiere más “japinés”
Y apenas se mantiene en pie.
El Morta quiere más “japinés”.
Y culos grandes como pianos, beibi.

Con "Morta punto com" continúa en Momo Sampler el desfile de personajes de la "murga", del "carnaval" (la sociedad argentina en épocas de De la Rúa). 
Para esta canción, el Indio elige como protagonista a un ñato ya jovato, a quien menciona como el Morta, que se dedica a consumir pornografía virtual vía internet, y también no virtual; sino real, frecuentando prostitutas en cabarets.
Se trata de una viñeta acerca del representante fidedigno, cabal, de un segmento social signado por la recurrencia a sucedáneos de la verdadera felicidad: este tipito en cuestión, reemplaza una felicidad que lejos está de sentir; con la “happiness” engañosa, mentirosa, que le dan la pornografía y la prostitución. 
Es una reaparición, una rentree de este personaje el Morta, porque ya lo conocemos de antes a través de la canción Lavi-rapEl Morta existe (quiero decir, existe de verdad, en la vida real): es un amigo del Indio, acerca del cual el propio Solari afirma que "en una época tenía un papeo interesante", que "no se cuece con un hervor”, y que "tiene un tío en Nueva Jersey". Obviamente, todo eso no significa que el Morta (el real, quiero decir, el de carne y hueso) sea efectivamente un consumidor compulsivo de pornografía y un reventador de guita en cabarets como se lo pinta acá.
“El Morta quiere más ‘japinés’ / (Se tira a todo santo, ja) / El Morta quiere más ‘japinés’ / (No pregunta más por el menú)”: "japinés", así escrito en espanglish berreta es la "castellanización" de happiness (felicidad, en inglés). Para el chabón, la felicidad pasa exclusivamente por el placer genital (que obtiene navegando por internet en websites de contenido pornográfico, los cuales visita asiduamente, sin fijarse siquiera en el "menú" de la página porno que visita; consume todo el contenido de la misma ávidamente (“no pregunta más por el menú”). Lo de "se tira a todo santo", alude a que al Morta le cabe cualquiera: minas, hombres, travestis, lo que raye. Y también se desliza una referencia subyacente a que mira imágenes de desnudos con minas disfrazadas de monjas (en muchas páginas porno está el rollo ese).
“Como si se la machacara contra un cascote quiere gozar”: Alusión a la condición de cultor del sadomasoquismo del tipito. El Morta quiere obtener goce sexual a través de causarse dolor en el pene, en una masturbación frenética y dolorosa.
“(Uh, uh) Va perdiendo aceite / (Uh, uh) Relincha de más”: "Uh, uh" = onomatopeya irónica del ruido que produce el chabón cuando alcanza el climax en la masturbación y eyacula ("va perdiendo aceite" y "relincha de más")
“Con sus gambas de polio brinca / Y cae levemente hacia su estribor”: El tipito tuvo poliomielitis y le quedaron secuelas en las piernas ("gambas de polio"), y produce algo parecido a un saltito (“brinca”) cuando acaba, cuando eyacula, y se inclina un poquito hacia la derecha (“estribor”)
“(Uh, uh) Quitó esa vieja foto / Del negro Chu Berri del placard”: Tenía una foto de Chuck Berry ("Chu Berri"), un cantante negro de rock and roll de los años 60, pero la sacó. A través de la mención de Chuck Berry, el Indio quiere dar una idea de la edad del Morta: lo representa como un chabón que carga más de 60 pirulos.
“El Morta quiere más ‘japinés’ / (Fellatio, diluvio, man) / El Morta quiere más ‘japinés’ / (Y guateque-hot-porno escolar)”: El tipo va "subiendo" en la escala del consumo de pornografía. Ya no se conforma solamente con imágenes de minas en bolas y de sexo oral (fellatios); sino que "quiere más": sexo duro como por ejemplo, "diluvio" (las llamadas "lluvias doradas o marrones", o sea, que le meen y le caguen encima), sexo grupal ("guateque" = fiesta —el verdadero guateque es un fiesta de los campesinos cubanos en la cual se reúnen para comer lechón asado, cantar y bailar; pero después, el término se fue aplicando a cualquier fiesta, incluida la "fiestita" de sexo grupal—), y llega al extremo de consumir pornografía infantil ("hot-porno escolar").
“El barulo hinchado de gin picante, / Ya se le ha mojado todo el serrín. / Ya, ya es todo. Ya, ya no quiere / Esperar su suerte más”: El Indio recurre a una metáfora de manera de comparar el mambo que hay en la cabeza del chabón ("ya se le ha mojado todo el serrín", aludiendo a que tiene un quilombo terrible en el balero), con un cabaret ("barulo", como forma apocopada de "cabarulo" —cabaret en lunfardo—, y quizá también haya flotando un tributo solariano a Osvaldo Lamborghini y su "Pibe Barulo").Toda la pornografía que consumió por internet, más el escabio de alcohol (“gin picante”), le provocan tal ansia de sexo ("ya es todo" = "ya es cualquiera", digamos) que ya no le alcanza con masturbarse pispeando pornografía en internet; no ve la hora de rajarse al quilombo más cercano a buscar putas.
“(Uh, uh) Va bombeando su guita / (Uh, uh) En trolas coquetas que / Llenan de mentiras su oreja desde un celular”: "bombeando" = haciendo el amor, teniendo sexo; y "trolas coquetas" = prostitutas de cierto nivel, gatos caros digamos, call girls con las cuales hace sexting y se cita telefónicamente ("desde un celular"). 
“En ese bulo que no cierra sus puertas, / Allí está su cuartel”: Se va a un prostíbulo que está abierto full time, las 24 horas (“no cierra sus puertas”), y del que es cliente habitual ("su cuartel").
“Flota en un baño de burbujas / En su loquero de amor / Ta-tartamudea y cubre su rabo con un gran toallón. / Plastikito trae bagayito y se lo ve feliz”: Transa con una trola, a la cual le garpa con tarjeta de crédito ("plastikito") y le pide todo el "servicio", incluyendo suministro de droga (“trae bagayito”), y de postre; no se priva de un baño de espuma en el jacuzzi mientras escabia champán junto con la mina ("baño de burbujas").
“El Morta quiere más ‘japinés’ / Y apenas se mantiene en pie. / El Morta quiere más ‘japinés’. / Y culos grandes como pianos, beibi”: Todavía quiere más. A pesar de estar fundido, de no dar más; el chabón no se cansa de consumir pornografía y pagar prostitutas. Ahora se le ocurre que quiere una mina jovencita ("beibi" = baby = bebé) pero que tenga un orto espectacular (“culos grandes como pianos”).


-Juan Carlos Serqueiros-

miércoles, 11 de diciembre de 2024

CONOCERNOS A NOSOTROS MISMOS




















Escribe: Gabriela Borraccetti *

El designio de ser felices que nos impone el principio del placer es irrealizable; mas no por ello se debe —ni se puede— abandonar los esfuerzos por acercarse de cualquier modo a su realización. Al efecto podemos adoptar muy distintos caminos, anteponiendo ya el aspecto positivo de dicho fin —la obtención del placer—, ya su aspecto negativo —la evitación del dolor—. Pero ninguno de estos recursos nos permitirá alcanzar cuanto anhelamos. La felicidad, considerada en el sentido limitado, cuya realización parece posible, es meramente un problema de la economía libidinal de cada individuo. Ninguna regla al respecto vale para todos; cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Su elección del camino a seguir será influida por los más diversos factores. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste; por fin, también de la fuerza que se atribuya a sí mismo para modificarlo según sus deseos. (Sigmund Freud)

Estimé pertinente introducir, a modo de ejemplo y como preámbulo de lo que a continuación voy a expresar, este fragmento de “El malestar en la cultura”, de Sigmund Freud (ed. 1930), porque… ¿has notado con cuánta frecuencia vemos publicados en las redes sociales, cartelitos con frases suyas cuando no transcripciones de párrafos aislados?
Freud —el Tata, como suelo referirme a él afectuosamente y con admiración en tanto padre del psicoanálisis— fue, es y seguirá siendo un grande; pero diría que de él hay que tomar lo que uno realmente quiere y no tragárselo todo según lo consuma la mayoría.
En el acápite citado precedentemente, Freud enuncia que en la medida en que el individuo deja de esperar del mundo y se independiza de él, es más feliz. Ahora, en relación a “modificarlo según sus deseos”, esa… ¡ya es una tarea un poco más difícil!
Porque —“pequeño” detalle— para lograr hacer eso, uno debe saber muy bien quién es, ya que estamos convencidos de desear aquello que lamentablemente nos han inoculado como deseo. Pero ocurre que el deseo pasa a ser inconsciente. Y al pasar al inconsciente, se mantiene allí por represiones sucesivas.


El deseo no es eso cuyo cumplimiento se le pide a la flor de panadero o a una estrella fugaz. El deseo es algo que de cumplirse, nos traería mil conflictos, y es por eso que un día nos "olvidamos" de él. Todos creemos hacer lo mejor con nuestras vidas, pero muchas veces olvidamos e incluso amputamos mediante represión aquello que hemos resignado y extirpado de nuestro mundo, con tal de ser aceptados, aprobados, queridos y reconocidos.
Y así, vivimos una vida que no es la nuestra, convirtiéndonos en lo que llamamos "yo", cuando en realidad, no es sino el vestigio de las enseñanzas de otro. Entretanto, a ese al que miramos al espejo, lo desconocemos por completo.
Parece mentira, ¿no? ¡Pero es real!

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.