Escribe: Juan Carlos Serqueiros
Llevó
por nombre Las Voces de Huayra un conjunto folclórico creado en Salta en 1956,
conformado por Luis Alberto Valdez (voz y bombo), Jorge Cafrune, Tomás Campos y
Gilberto Vaca (los tres en voz y guitarra) por iniciativa de los dos primeros (e
incluso el nombre fue idea de una tía de Cafrune: Amelia Murillo de Cafrune). A
poco, incorporaron a un quinto integrante (que era el único de ellos con
estudios académicos de música): José Sauad, y así el cuarteto original se
transformó en quinteto. El grupo tuvo tanta aceptación, que logró celebrar un
convenio con el sello Columbia para grabar veinte temas, y además; Ariel Ramírez lo
contrató para agregarlo a su famosa Compañía de Arte Folclórico en una gira por
distintas provincias:
Valdez
y Cafrune ya habían sido convocados para la conscripción, pero una vez
incorporados, no tuvieron mayores inconvenientes a la hora de conseguir permisos
especiales en el ejército para grabar (principalmente Valdez, al que incluso le
permitían salir de gira con el grupo; mientras que con Cafrune fueron un poco menos
permisivos y sólo lo dejaron viajar para las grabaciones y no para actuaciones). Y dado que Gilberto Vaca, que hacía la voz más baja, se alejó del conjunto; ingresó Luis Adolfo Rodríguez en su lugar. Esta foto de 1957 tiene la
particularidad de que podemos apreciar en ella a un joven (contaba por entonces
20 años) Turco Cafrune sin su característica barba, ya próximo a cumplir con el servicio militar obligatorio:
El disco que grabaron para el sello Columbia, un larga duración en vinilo
que incluyó doce temas de los veinte documentadamente comprometidos, salió con
el título Las Voces de Huayra y se masterizó
con esta formación: Luis Alberto Valdez, Jorge Cafrune, Tomás Campos (en la
contratapa del disco, por error, se consignó "Alberto" como su segundo
nombre; en lugar del verdadero: Estanislao), José Eduardo Sauad y Luis Adolfo
Rodríguez:
Y
en la segunda edición del mismo disco, Columbia incurrió en la gaffe de mencionar a Sauad
y Rodríguez entre "sus primeros integrantes"; pero ya vimos, querido lector que la cosa no fue así:
Una
vez que hubo cumplido con el servicio militar, Cafrune se dejó crecer la barba (que
usaría hasta su muerte) y albergó el propósito de reintegrarse a Las Voces de
Huayra, sobre todo, para participar de la grabación de los temas que por
contrato habían quedado pendientes. Pero aconteció que Sauad y Valdez, que
tenían trabajos estables y bien remunerados en la banca y el comercio
respectivamente, manifestaron que no estaban dispuestos a arriesgar sus empleos
en aras de la actividad artístico musical y en consecuencia, no viajarían. Esa
circunstancia y las diferencias que mantenía con Rodríguez, motivaron que
Cafrune resolviera abandonar el conjunto y que Campos hiciera lo propio. Y
entonces el grupo Las Voces de Huayra, del que sólo quedaba Rodríguez, de hecho
se disolvió.
Paralelamente
a todo eso, Ariel Ramírez volvió a convocar a Cafrune y Campos, pero como éstos
ya no tenían conjunto, se abocaron a la tarea de componer otro, para lo cual
llamaron a Gilberto Vaca (que como vimos, había integrado por poco tiempo la
primera formación de Las Voces de Huayra) y a Javier Pantaleón. Así, en 1958,
en la casa (hoy museo) del mítico Guillermo Pajarito Velarde, padrino artístico
y mecenas del grupo, nacieron Los Cantores del Alba. El nombre emanaba de una
copla popular que circulaba por entonces en Salta: “Las aves cantan al alba, / yo
canto al atardecer. / Ellas cantan porque saben, / yo canto para aprender”, y fue
sugerido por una turista norteamericana que se hallaba circunstancialmente allí.
El
paso de Cafrune por el conjunto Los Cantores del Alba fue breve, brevísimo; se
limitó a una gira por las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, integrando la
Compañía de Arte Folclórico de Ariel Ramírez:
Por
diferencias con Gilberto Vaca (y sin que eso pusiera fin a la relación amistosa
que había entre ellos), Cafrune se alejó del grupo y en su reemplazo ingresó
Alberto González Lobo:
Con
esa formación entonces (Javier Pantaleón, Tomás Campos, Gilberto Vaca y Alberto
González Lobo), los Cantores del Alba grabarían en 1959 su primer disco para el
sello Music-Hall:
A
todo esto, Luis Adolfo Rodríguez, único “sobreviviente” de Las Voces de Huayra,
intentaba rearmar el conjunto, también con el padrinazgo de Pajarito Velarde;
lo cual consiguió: el grupo, luego de un fugaz paso por el mismo de José Miguel
Berríos (que después integraría Los de Salta), Baby Acosta y Cacho
Isella; quedó conformado por el propio Rodríguez, Juan Frank, Roberto Juri y
Desiderio Arce Cano (que usaba el pseudónimo artístico Antonio Arce). En lugar de Las Voces de Huayra; le pusieron por
nombre Las Voces del Huayra, y
aprovechando aquella vinculación con Columbia precedentemente mencionada,
grabaron para dicho sello con esa formación, dos discos; uno en 1958 y otro en
1959, titulados Entre valles y quebradas y Vienen llegando respectivamente:
En
el arte de tapa del primero, los ejecutivos de la compañía no citaron
los nombres y apellidos de los integrantes, de modo de aprovechar el éxito que
habían cosechado Las Voces de Huayra, procurando instalar en el imaginario
colectivo que ese nuevo conjunto Las Voces del
Huayra; era el mismo que había grabado en 1957 aquel disco que tan buen suceso causó
entre el público. La artimaña marketinera fue tan eficaz en la confusión que
provocó, que aún hoy, cuarenta y siete años después; la misma se mantiene. Por
supuesto, voces tan particulares como la del recordado Turco Cafune y la de Tutú
Campos, son imposibles de suplantar y basta con que usted, estimado lector, se
tome el trabajo de entrar a YouTube y escuchar algún tema interpretado por uno
y otro grupo, para percibir la diferencia. Mire, le ahorro la molestia y pongo
a continuación un ENLACE a “Villa de Villares” interpretado por Las Voces de
Huayra, y otro ENLACE a “Vamos mulita” en la versión de Las Voces del Huayra:
Pero sin perjuicio de lo antedicho, debe
reconocerse que Las Voces del Huayra, especialmente en los casos de Juan Frank
y el boliviano Desiderio Arce Cano, también tenía lo suyo y fue un excelente
conjunto folclórico, ¿no le parece?
La cuestión no terminó ahí. Recordemos que el nombre Las Voces de Huayra había
sido una idea de la tía de Cafrune, Amelia Murillo de Cafrune, y ésta, al
enterarse de que Luis Adolfo Rodríguez lo usaba con la sola y ligera variación
de reemplazar la preposición de por
la contracción del; lo demandó ante
los tribunales de Salta. La causa judicial no prosperó, ya sea porque la habitual
exasperante lentitud de la “justicia” argentina condujo a que el expediente
durmiera el sueño eterno, porque se haya retirado la denuncia, porque algún magistrado la desestimara o por
los motivos que fueren; pero lo concreto y evidente es que Las Voces del Huayra
perduraron como conjunto por lo menos hasta mediados de los 70, y aún después
de haberse retirado Rodríguez del grupo en 1978 aproximadamente; e incluso
grabaron en esa década otros dos larga duración; uno para el sello Odeon, que
llevó por título Somos… Las Voces del
Huayra, y otro para Microfon, Vuelven
Las Voces del Huayra:
Pero
independientemente de grafías similares, denuncias y juzgados, ¿incurrió Rodríguez
en apropiación indebida del nombre del conjunto?
Más allá de tecnicismos
leguleyos (no califico como opinión autorizada porque no soy abogado, y además;
desconozco algo que el sentido común me indica como un punto de capital
importancia: si la señora Murillo había registrado formalmente a su favor la
marca Las Voces de Huayra o no); mi impresión particular es que Luis Adolfo
Rodríguez no cometió ilícito alguno, sino que en todo caso se limitó a emplear
un nombre que sonara fonéticamente parecido a otro ya impuesto en las
preferencias del público, pero al cual quienes detentaban supuestamente el derecho
a su uso exclusivo, habían renunciado, de hecho, expresamente al mismo. Veamos: como
consigné al principio, Las Voces de Huayra se conformó por iniciativa de
Cafrune y Valdez, y fue el segundo quien integró a Vaca, quien a su vez llevó a
Campos; pero el penúltimo se alejó incluso antes de la grabación del primer y
único disco del conjunto, mientras que Valdez prefirió seguir con su trabajo
estable; antes que dedicarse a incursionar profesionalmente en una actividad
artística que reputaba como de incierto, problemático y aún improbable rédito
económico. En cuanto a Cafrune, si se hubiera considerado a sí mismo como poseedor
legal del nombre del grupo al momento de surgir las diferencias que tuvo con
Rodríguez, hubiera echado a éste y retenido en su poder la marca, de haberlo querido; pero lejos de
hacerlo así, optó por irse. Y lo mismo hizo Campos.
Por
otra parte, es más que evidente que no hay similitud (fuera de la común inscripción
de ambos conjuntos en el género folclórico argentino), ni en el estilo general ni en el
repertorio interpretado y registrado en las discográficas, como así tampoco la
hay en los arreglos musicales, entre Las Voces de Huayra y Las Voces del Huayra.
En
función de lo hasta aquí enunciado, ¿a quién perjudicó entonces el Gallego Rodríguez (hombre muy
apreciado por todos quienes le conocieron y trataron, entre los que invariablemente gozó de excelentes concepto y reputación, dicho sea de paso) adoptando
para el conjunto que creó, un nombre casi idéntico al de uno que preexistió y se disolvió? En mi
humildísimo parecer, a nadie.
En
fin, estimado lector, son sólo anécdotas de nuestro folclore, las cuales espero y deseo le haya complacido leer. Felizmente, nada ni nadie nos impide disfrutar del arte de Las Voces de Huayra, Los Cantores del Alba y Jorge Cafrune, y también ¿por qué no?... del de Las Voces del Huayra. Todos los protagonistas de las historias narradas ha mucho ya que han abandonado este mundo para partir a alguna dimensión en la cual, seguramente, estarán guitarreando y cantando juntos por toda la eternidad.
Y al fin de cuentas, como sabiamente afirma el dicho popular: el gusto está en la variedad.
Y al fin de cuentas, como sabiamente afirma el dicho popular: el gusto está en la variedad.
¡Hasta
la próxima!
Muy buena entrada. Aclara mucho a los que indagamos estas historias desde otro palo y otra era, y con desconocimientos básicos y errores productos de la Red
ResponderEliminarLos enlaces son muy esclarecedores del asunto leguleyo, y definitivamente me quedo con Las Voces de Huayra.
Sorprende ver a Cafrune sin barba. Vi tanto esa barba en mi niñez en los discos de mis abuelos que hasta creía que había nacido así.
Saludos!
MI VIEJITO A PESAR DE SR PENDEJOEN UNOS DE LOS CONJUNTOS MAS GRANDES DEL PAIS!!!!!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el artículo Belén. En breve voy a escribir otro en el cual también voy a citar a tu papá.
EliminarMuy buen aporte para quienes, por cuestión generacional, disfrutamos de estos verdaderos proceres del folklore!
ResponderEliminarMuchas gracias por este resumen tan claro y ordenado.
ResponderEliminarLas voces de Huayra, los cantores del Alba y las voces del Huayra me ayudaron a querer el folklore desde mi infancia por radio nacional y la revista Folklore aqui en mi querida Patagonia. Saludos cordiales
Muy buen artículo. Me lleva a los tiempos en que era una delicia escuchar a todos esos conjuntos, cada uno con sus características y personalidad propias.
ResponderEliminarUn aporte de inestimable valor histórico para quienes cultivamos desde la infancia esta cosa inefable: nuestros cantores y poetas. La típica formación de los 50/60/70, y aquello en que devino en la actualidad. Muchas gracias, Juan Carlos:
ResponderEliminarEn los 60 actuaron en Sgo del estero .recuerdo la chacarera del 55.muy buenos creo que canto en ese conjunto un santiagueno de nombre Mario juares o montes .sialguien recuerda me lo come ta.saludos
ResponderEliminarSí, "Del 55" formaba parte del repertorio de Las Voces DEL Huayra y la grabaron en 1959 en su segundo long play. Dicho sea de paso, ese disco incluye "Zambita del tiempo verde", de Arturo Dávalos, con la particularidad de que está grabado con la primera letra que le puso Arturo, quien después le introdujo modificaciones en una estrofa, con lo cual la versión de Las Voces del Huayra es la única que se registró con la letra "original", digamos. Con respecto a Mario Juares o Montes, lamento no poder ayudarte; no tengo ninguna información acerca de que alguna vez el conjunto haya tenido un integrante así llamado. Saludos.
EliminarLas Voces del Huayra (no confundir con Las Voces DE Huayra) grabaron en 1959 para el sello Columbia, esta hermosa chacarera: "Del 55", compuesta en 1958 y cuya autoría pertenece a los hermanos José ("Pepe") y Gerardo Núñez, salteños radicados en Tucumán.
ResponderEliminarSe trata de una chacarera bien tucumana, tanto, que lleva por título el nombre de un mítico boliche que hace muchos años ya se llevó la piqueta del "progreso" (?): el 55, legendario reducto de la bohemia (y de algunas otras ositas non sanctas, precisamente), un tugurio -bar, fonda y timba- donde se comía (y se tomaba) barato y abundante, y donde (de paso y ya que estamos, viste) también podía requerirse provisión de drogas y chicas... de vida alegre, digamos. Estaba ubicado frente a la plaza Alberdi, zona en la cual habían muchos cabarets, en la cual, además; se situaba el casino y donde sigue estando una estación de ferrocarril (la única en actividad que queda).
En la letra se menciona -entre otros personajes como el Chacho Díaz y Maldonado (que eran los mozos del 55)- a un músico emblemático del folclore tucumano: el "Ciego Pancho" -Francisco Daniel Quinteros, en el documento de identidad-, un célebre guitarrista que era, en efecto, no vidente.
Bueno, basta de palabrerío y que disfruten la chacarera en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=XZj1pTaQ5c0
Hola juan carlos ¿hasta cuando duro el grupo de las voces del huayra? ¿se disolvio despues del disco "Vuelven las voces del huayra? ¿O no?
EliminarSaludos!!
Hola Delio. A principios de los 80 Las Voces del Huayra (ya sin ninguno de los integrantes originales) grabaron "De Salta al país", que se editó solamente en formato cassette. Saludos.
EliminarGracias y despues de eso se disolvio?
EliminarSaludos muy buena info!!
Entiendo que sí, a menos que después se haya formado algún otro grupo con el mismo nombre, ya sea por haber adquirido los derechos de uso del mismo o por los motivos que fuere; todo lo cual ignoro.
EliminarHOLA JUAN CARLOS, COMO TENGO EL PRIMER Y "UNICO" DISCO DE 12 TEMAS QUE GRABARON LAS VOCES DE HUAYRA Y TODAS LA COLECCIÓN DE LOS CANTORES DEL ALBA, DISFRUTÉ MUCHO LEER ESTA HISTORIA QUE SEMBRASTE. ME GUSTARÍA SABEAR HASTA QUÉ AÑO CANTO EN LAS VOCES DEL HUAYRA, EL BOLIVIANA ARCE, QUE TENÍA UNA LINDA VOZ, PERO QUE AÑOS DESPUÉS LA PERDIÓ TOTALMENTE. VIVE EN LA ACTUALDIAD? U N ABRAZO GRANDOTE.
EliminarDesiderio Arce canto con Las Voces del Huayra hasta el año 1967. Falleció en Salta el 17 octubre de 2018
EliminarY una cosa mas ¿sabes algo del conjunto universitario achalay? Porque yo ando buscando un lp de ese conjunto del sello antar
ResponderEliminar¿Cual fue el ultimo lp que grabo luis adolfo rodriguez quien fue el unico que quedo de la formacion original?
ResponderEliminarCon respecto a Achalay, no, no sé nada de ese conjunto; es más, me estoy enterando de su existencia por la pregunta que me hacés.
EliminarCon respecto a cuál fue el último LP en el cual participó el siempre recordado "Gallego" Rodríguez: "Somos... Las Voces del Huayra", que grabaron en 1973 para el sello EMI-Odeon. La formación del conjunto en esa oportunidad fue: Oscar Cardozo Aranda, Carlos Saracho, Luis Alberto Serrizuela y, por supuesto; Luis Adolfo Rodriguez.
Y en el lp llamado vuelven las voces del huayra eran todos nuevos integrantes ¿no?
ResponderEliminarNo, en ese disco no todos eran todos nuevos; quedaba Luis Adolfo Rodríguez. Los otros tres sí eran nuevos: Linares, Aranda y Campos.
Eliminar¿Me podrias decir como vendria la discografia de las voces del huayra en orden cronologico?
ResponderEliminarSaludos!
¿Quienes hacian las 2 voces mas altas de las voces de huayra? Una se que es la voz de tutu campos pero hay otra voz en el conjunto que es muy similar a la de el
ResponderEliminarSaludos!
Una pregunta canto Nicolas Verardo Espinosa en los los Cantores del Alba en sus comiensos ...
ResponderEliminarNo, al menos que yo sepa, no.
EliminarTremendo muy lindo la historia de estos grandes maestros Y constructores de nuestro folclore . jujeño y salteños juntos en los dos más grandes grupos de la historia musical argentina
ResponderEliminaragradecido de aprender un poco de la historias de nuestros conjuntos folcloricos, gracias juan carlos por tus aportes.
ResponderEliminarHola quería preguntar si alguna vez integró el conjunto Federico Córdoba
ResponderEliminarHola. Que yo sepa, no.
EliminarHay una zamba llamada "atardecer de primavera" (entre otras composiciones) y el que hizo la música fue un tal Juan Alberto Sauad, pero en el conjunto se menciona a José Eduardo Sauad, no se si serán dos personas diferentes u hermanos, o es una misma persona. Slds
ResponderEliminarHola. Muy oportuno tu comentario. En efecto, "Atardecer de primavera" es una zamba compuesta por Juan Alberto Sauad, cuya letra es autoría de Luis Alberto Valdez. Está registrada debidamente en SADAIC el 09.05.163 bajo el código de obra 1588382 con derechos a favor de ambos. En relación a tus preguntas, sí, son dos personas diferentes Juan Alberto Sauad y José Eduardo Sauad; pero ignoro si están emparentadas, aunque todo conduce a inferir que sí, ya que el autor de la letra: Luis Alberto Valdez integraba Las Voces de Huayra al igual que José Eduardo Sauad, de modo que es muy posible que se trate de hermanos, o bien de padre e hijo. En cuanto a "Atardecer de primavera", hasta donde sé, sólo la grabaron Jorge Cafrune y un conjunto folclórico salteño de nombre Los Diableros, que actuó desde 1960 hasta 1965 y grabó un solo disco en el cual, precisamente, está incluida esa zamba, y oh sorpresa, también "Canción del diablero", que es asimismo composición de Juan Alberto Sauad. Ya ves que todo parece estar relacionado. Saludos cordiales.
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