3:52 A. M.
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)
Él dormía... sin descansar
Desnudo (como vino hasta aquí)
Informe montón azul las cobijas
Desechadas a un costado
Desechadas a un costado
Y casi a sus pies.
Él dormía, vencido y exhausto
Bañado en sudores rancios
De miedos ancestrales
El ángel atento lo salvó
-Juan Carlos Serqueiros-
Él dormía, vencido y exhausto
Bañado en sudores rancios
De miedos ancestrales
Y de la vida el hartazgo
Él dormía... sin descansar
¡Pobre niño grande!
Sin poder descansar.
Tan pequeño en su pequeñez enorme
De su muda boca salían
Mudos alaridos de rabia muda
¡Pobre niño grande!
Sin poder descansar.
Tan pequeño en su pequeñez enorme
De su muda boca salían
Mudos alaridos de rabia muda
Y estéril, vano, gritaba...
¡Pobre cosa derrotada!
Tan así, inerme y aterida
Tan patética nada.
Pero un ángel atento entró
¡Pobre cosa derrotada!
Tan así, inerme y aterida
Tan patética nada.
Pero un ángel atento entró
Por la puerta que daba al balcón
Y veló el sueño del niño grande
Tan poquito y tan nada
Que se iba a la noche eterna
En fiebre y sudores agrios
Tan poquito y tan nada
Que se iba a la noche eterna
En fiebre y sudores agrios
Ya cansado de vivir.
El ángel atento lo salvó
Lo sacó del lecho
Lo cubrió con sus alas
Lo cobijó, lo consoló, lo besó
Y el hastío le quitó
Eran las 3:52
Eran las 3:52
Cuando el ángel para siempre
A su lado se quedó.
-Juan Carlos Serqueiros-
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