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miércoles, 30 de octubre de 2024

RATO MOLHADO (REPUBLICACIÓN)


Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Rato molhado 
(Beilinson - Solari)

Tumberito... jamón y porrón
(mirá vos, que tan lejos llegó!).
Va por un golpe más de bourbón
y a la Plaza Irlanda a guapear...
Rociado con Kenzo Jungle
moldeado por INTER-NOVA.
Desayuno en la cama con Dios
para el chino chipero que es!
Juega siempre a que mata de amor
(gargantilla de sangre veloz!).
Su cara es tan expresiva
como el par de sus botas nuevas.
Con sus curdas de Goliath
y sus poros brotando hormonas
con bebas impalas que lo acarician ¡es feliz!
Los tiros no duelen mucho
(él sabe que sólo arden...)
Meta conga, risa y cascabel
con la manga seca su nariz.
Mandinga lo pone así
siniestro pero gentil.
Una sombra chinesca
que encandila a su muerte
y se va...


Rato molhado significa "ratón mojado" en portugués. La canción nos transmite una visión descarnada, realista pero a la vez casi tierna, con algo de disculpa o de simpatía digamos; del Indio hacia la figura, el hábitat y el modo de vida de un joven que lleva una vida azarosa, delictiva, y que muy probablemente esté destinado a ser carne perforada por las balas policiales; no obstante lo cual por el momento va eludiendo esa muerte a la que todo indica que estaría a priori condenado.
“Tumberito... jamón y porrón / (mirá vos, que tan lejos llegó!)”: El tipo es un "tumberito", es decir, un nacido como resultado de una visita higiénica de su mujer a un preso, a un "tumbero". Pero también "tumberito" es en la jerga carcelaria el preso que se ve obligado a comer siempre la "tumba" (la por lo general asquerosa, vomitiva comida hecha en las cárceles), a raíz de que no tiene familiares o amigos que le lleven algún morfi más o menos decente (lo cual de paso está indicando que el hijo de un tumbero ya ha sido también tumbero él mismo, ya estuvo en prisión). En este caso, Solari emplea ambas acepciones del término para especificar el origen del personaje, y también el hecho inusual de que un "tumberito" esté disfrutando de algo impensado para su condición: comer jamón y tomarse un porrón de cerveza, en alusión a la “buena vida” que se está dando (“mirá vos que tan lejos llegó”), quizá como consecuencia de un robo, o algún hecho delictivo por él perpetrado: el “tumberito” cazó guita grosa y se está dando la gran vida.
“Va por un golpe más de bourbón”: El tipito se castiga con whisky; pero no cualquier whisky, sino específicamente de la variedad bourbon, que se hace a partir de maíz. No es casual que el Indio haya elegido justamente esa bebida, sino que tiene un significado simbólico el hecho de que haga aparecer al personaje escabiando bourbon, que es el whisky por excelencia en las novelas policiales negras, los thrillers, el autor siempre hace aparecer a los protagonistas tomando ese tipo de whisky. Solari está pintando un contexto con esa frase: el de la vida marginal y delictiva del “tumberito”
“y a la Plaza Irlanda a guapear...”: Estimulado por el whisky, el chabón va a la Plaza Irlanda (que está en el barrio de Caballito, en Buenos Aires) a hacerse el pulenta, el poronga.
“Rociado con Kenzo Jungle / moldeado por INTER-NOVA”: Otra vez el Indio hace aparecer al personaje usando o consumiendo algo que va justo con su target: el tipito usa un perfume francés que según la propia publicidad oficial de Kenzo para su variedad Jungle homme, es "una fragancia para hombres latinos, mestizos, urbanos y activos" (sic). Lo de "moldeado por Inter-Nova" puede referirse a que el chabón es como un personaje salido (“moldeado”) de "InterNova" (la revista de ciencia ficción más famosa); o bien a que es una persona que navega por la "nueva" (Nova) Internet (Inter) y en función de eso adopta modismos determinados. O por ahí (y creo que es lo más probable) esté aludiendo a la pilcha que usa el “tumberito”, pilcha de onda, de buena marca, adquirida en una boutique para hombres, en algún shopping de los caros. 
“Desayuno en la cama con Dios / para el chino chipero que es!”: Referencia irónica a que un chabón de tan "oscuro origen social" (un "tumberito"), se dé el lujo de desayunar en la cama y goce de la buena vida. Lo de "chino chipero" es una alusión mordaz del Indio a través de un neologismo de esos a los que tan afecto es Solari ("chipero" deriva de la castellanización de cheap ("barato", en inglés) para mofarse de una expresión muy peyorativa que suelen hacer los boluditos/as de las clases medias-altas argentinas: referirse a alguien como "negro barato" o "chino barato", aludiendo despectivamente al color moreno de la piel o al origen social humilde de alguien; la tristemente célebre y odiosa frase peyorativa "negro de mierda", digamos.
“Juega siempre a que mata de amor / (gargantilla de sangre veloz!)”: El tipito la va de langa, de latin lover, pero además; está aludiendo a que bajo su apariencia inofensiva, galante, gentil; también puede, en un arranque de furia (“sangre veloz”), ser capaz de matar a alguien degollándolo (“gargantilla”).
“Su cara es tan expresiva / como el par de sus botas nuevas”: Alta ironía. El tipito es inexpresivo, inescrutable; no permite que su rostro deje traslucir sus sentimientos ni sus estados de ánimo.
“Con sus curdas de Goliath”: Las gigantescas (por el gigante Goliath) borracheras que se agarra.
“Y sus poros brotando hormonas”: El “tumberito” es un chabón joven, vital; exuda vida y tiene, lógicamente, ansias de sexo.
“Con bebas impalas que lo acarician ¡es feliz!”: "bebas impalas": minitas ligeras, digamos, de las "rápidas", de las bravas, que lo satisfacen sexualmente.
“Los tiros no duelen mucho / (él sabe que sólo arden...): Su origen de “tumberito”, de marginal, lo hace inmune al temor a la muerte a manos de la yuta. Es una alusión a su mentalidad fatalista: si tiene que morir baleado por la cana, y bueno... Prefiere eso, a una vida en la cárcel; la vida en la cárcel "duele"; en cambio, los tiros “no duelen mucho”, sólo provocan ardor al entrar las balas en la carne y después chau, la muerte…
“Meta conga, risa y cascabel / con la manga seca su nariz: Para el chabón, la vida es una joda; hay que pasarla lo mejor posible, vivir a mil (“meta conga, risa y cascabel”). Y claro, la joda incluye aspirar cocaína (“con la manga seca su nariz”)
“Mandinga lo pone así / siniestro pero gentil”: Otra alusión fatalista. Es el diablo (Mandinga) "el que lo pone así". No es culpa del chabón, él no tiene la culpa de su origen de “tumberito”, él estaba predestinado por su cuna, a llevar la vida delictiva que lleva; pero también “mandinga” suena sospechosamente similar a “mandanga” (la cocaína, la merca), que vendría a ser el “diablo” que “lo pone así”.
“Una sombra chinesca / que encandila a su muerte / y se va...”: Las sombras chinescas son un espectáculo creado por los chinos antiguos y que luego se popularizó en el mundo. Consiste en unas figuras que se forman con las manos y se mueven detrás de una pantalla de papel o tela blancos, iluminada por la parte opuesta a los espectadores que miran de frente. Aquí el Indio usa esa metáfora con varias acepciones: la de aludir al constante evitar a la muerte del chaboncito, (hasta ahora sus delitos no lo han llevado a la muerte a manos de la cana); el “tumberito” es como una sombra chinesca que elude a la muerte encandilándola (si durante un espectáculo de sombras chinescas, se esparce un haz de luz intensa sobre quienes lo presencian, éstos ya no pueden verlas, porque se arruinó el contraste entre luz y sombra que lo posibilita).


-Juan Carlos Serqueiros-


 

martes, 29 de octubre de 2024

EL DIOS DEL ENTUSIASMO. VALORARSE NO TIENE PRECIO




































Escribe: Gabriela Borraccetti *

En este mundo que nos pintan de gris todos los días, en el que nos han instalado la idea de que los sueños sólo pueden comprarse; definimos la alegría según nuestra vida se asemeje o diste de las publicidades de T.V., tenga "superávit", o se encuentre en "default".
Gracias a este lenguaje que "mide" por lo mucho o por lo poco; creamos relaciones basadas en este principio de cantidad, y vamos reemplazando el "valor"; por el peso del signo pesos, como condición de nuestras relaciones.
Cuando nos defraudan, nos quejamos de esta "miserable" vida; y así reciclamos un círculo vicioso, cada vez un poco más gris.
Si somos capaces de advertir que esta maquinaria está siendo alimentada por pensamientos cuantitativos; podremos vislumbrar que lo realmente valioso está en el corazón, que existen sueños con alas a los que nunca debiéramos renunciar, y que su única medida es el amor con el que elijamos rodearnos de vínculos, trabajo, amigos, o hobbies ya sean o no “significativos”.
De este modo, puede que comencemos a ver otros colores en el horizonte fuera del gris con que se imprimen los billetes, y junto con ello, a salir del condicionamiento de las palabras en el que como robots, nos hemos sumergido sin darnos cuenta hasta dejar de recordar un poco cada día, que somos seres humanos y no cifras de un balance que así, no nos va a cerrar nunca.
El pensamiento siempre es generador de estados de ánimo y creador de las circunstancias en las que vivimos; y estar basándolo en cuentas, solo hará que una gran mayoría que no nació destinada a llevar el apellido Rockefeller, se sienta abatida y haciendo constantes comparaciones respecto de "cuánto mejor podría vivir si tuviera…".
Nada podrá cambiar al extremo de volvernos millonarios en el mundo de la materia, pero sí puede llegar a girar 180 grados aquello que elegimos sentir y pensar respecto de cuánta suerte tenemos por haber nacido siendo quienes somos.
Recuerda: valorarse no tiene precio.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

Imagen de portada: Marcos Alvarado, “Amor propio”.

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.


viernes, 25 de octubre de 2024

NAUFRAGIO









































NAUFRAGIO
(Poema de Juan Carlos Serqueiros)

Tan ínfimo aquel espacio…
No cabían nuestros sueños;
Apenas la cama revuelta,
Un “te quiero” musitado
Y la urgencia del deseo
Entre hormonas desbordando.
Pocas frases ocurrentes,
Muchos versos mal escritos,
Suicidando mil canciones
Estremecidas nuestras almas
Y un naufragio de anfetaminas
En la escollera del alba.
Dieciocho años teníamos…
Un romance adolescente,
De amor que desvanecía
En mentirosa eternidad
Hecha de días calientes
Y querellas encendidas.
Fuimos hálitos de vida,
Sangre cuajada de una pasión;
Tempestad y naufragio fuimos,
Ansiedad y revolución;
Fuimos juguetes de las estrellas,
Caprichos vanos del corazón.

-Juan Carlos Serqueiros-

Imagen de portada: "Glad Rags (Trapos alegres)", Arnaud de Vallois


martes, 22 de octubre de 2024

¿ESPERAR? ¡NO ESPERES!




















Escribe: Gabriela Borraccetti *

Esperar a tener un cuerpo ideal para ir a la playa. Esperar a tener edad en la creencia de que ello es sinónimo de autoridad. Esperar el reconocimiento para hacer lo que nos gusta. Esperar, esperar y esperar… para no hacer nada de lo que somos, de lo que debemos aprender con el tiempo y de lo que debemos ganar a través de la práctica y la experiencia.
¡No esperes! Pon el primer pie en tu camino, ese al que reconocerás sin manuales, simplemente porque te gusta.
Cuando vas por lo que quieres, la ruta aparece y se dibuja bajo tus pies, tal como si fuese una alfombra en la que confías y te sostiene. Y por más que de vez en cuando des un tropezón; ella no desaparecerá dejándote caer.
El único secreto para tomar en cuenta y reconocer una rotonda equivocada, es que por más que des vueltas; siempre llegarás al lugar de la repetición del fracaso en el que te puedes enfrascar con la excusa de que la vida te es adversa, que nadie te entiende o que el mundo aún no está a tu nivel para comprender y valorar tu obra. ¡Ve y simplemente hazla!
Y pierde el miedo a no ser nadie especial, porque sin dudas, ser especial no precisa de público… sólo precisa de ti.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M.P. 16814

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

lunes, 21 de octubre de 2024

SEMEN-UP (REPUBLICACIÓN)























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

SEMEN-UP
(Beilinson - Solari)

Ella tiene una forma de hacerme creer
que es para mí la mejor manzana;
su estilo desprecia mi soñar
con ella soy rico, gratis.
La veo casi como un demonio
y rasco la alfombra por su amor.
Saludable y católica
no le gusta que ande solo.
Se ha montado en mi nariz
y es para mí la mejor fruta.
La veo casi como un demonio
y rasco la alfombra por su amor.

En el título, el Indio hace un juego de palabras entre la marca de gaseosa 7 UP (Seven Up) y un orgasmo masculino, una eyaculación, muy potente en cuanto a la fuerza con que sale hacia arriba (up) el líquido seminal (semen). 
El contexto es un chabón echándose un feroz polvo con una mina que lo tiene loco. Hay también flotando, así como al pasar, una insinuación sutil a que “ella” es un polvito blanco llamado cocaína; ya que todas las frases tienden, con doble sentido, a esa idea…
"
Ella tiene una forma de hacerme creer / que es para mí la mejor manzana": Alude a la cita bíblica de la serpiente tentando a Adán y Eva a comer del fruto prohibido (popularmente representado con una manzana). Ella es la mina que más lo tienta, que más lo atrae, la que sexualmente más lo complace. Y de paso, alude elípticamente a la tentación de drogarse.
"
su estilo desprecia mi soñar": La onda, el estilo, que tiene la mina esa, no es el de la mujer que él idealizó; pero no se puede resistir. Ella lo atrae mucho (y en ambos sentidos esa ella lo atrae mucho: la mina y la droga). Y obviamente, con lo segundo deberá olvidarse del sueño, en tanto frula y dormir se excluyen mutuamente.
"
con ella soy rico, gratis"Cuando está fifando con la mina, no necesita nada más; ella es toda su riqueza. Y cuando se da un saque de frula, lo mismo. 
"
La veo casi como un demonio"Otra asociación de ideas con la cita bíblica de Adán y Eva, y el demonio de la tentación que incita al pecado. Él ve a la mina (y a la cocaína) "casi" como un "demonio" que lo tienta.
"
y rasco la alfombra por su amor"Está enloquecido por fifársela, ansioso (y también ansioso por consumir merca)
"
Saludable y católica / no le gusta que ande solo"Una nueva alusión a la cita bíblica en la que Dios dice que "no es bueno que el hombre esté solo"; entonces crea a la mujer. Pero la metáfora tiene un doble sentido, porque a la droga también la considera "saludable" (en el sentido de que le transmite una ilusoria sensación de plenitud), "católica" (ya que aparentemente tiene la costumbre de darse "católicamente", es decir, cada vez que le vienen ganas) y que "no quiere que ande solo" (como si insinuara que comparte con la mina esa afición a la merca; que no ande sin ella).
"
se ha montado en mi nariz"La mina esa le invadió los sentidos, la tiene "montada en la nariz", aludiendo a que la "ve" en todo momento como si la tuviera en realidad montada en la nariz frente a sus ojos, en un facesitting frontal, practicándole sexo oral. Y de paso, sutilmente, alude a la merca que se ha "montado" en su nariz, a la cocaína que se zampó por el naso.
"
y es para mí la mejor fruta.": "Casualmente", fruta suena muy parecido a frula, o sea, cocaína. Y "la mejor fruta" = el mejor "pecado". Él es feliz cuando se la trinca (y cuando esnifa merca también)
"
La veo casi como un demonio / y rasco la alfombra por su amor": Y cierra la canción con esa suerte de estribillo.


-Juan Carlos Serqueiros-

PLATAFORMA 26





























Escribe: Juan Carlos Serqueiros

El tipito madrugó aunque había dormido poco, casi nada. Amaneció por detrás de los vahos tenaces de alcoholes mentirosos trasegados a hectolitros, miedos no cuajados y… otras yerbas (la carne es débil). Emergió desde una noche que se le había antojado interminable, con luna artificial y fugaces estrellas de fasos hurtados a sí mismo a fuerza de pura promesa olvidada (raramente, esa vez le falló la palabra que —craso error— había empeñado ante Ella sin detenerse a pensarlo mucho).
Miró el reloj sobre la mesa de luz. Eran las 6:20. Saltó de la cama y encaminó sus pasos a la cocina. Se preparó un café al que agregó unas gotas de leche y deglutió dos tostadas con manteca. Luego se zampó un sobrecito con sal de frutas disuelto en un vaso de soda, y eructando ruidosamente se dirigió al baño.
Ya frente al espejo se le ocurrió que estaba ante el retrato de Dorian Gray: ojeras antiguas, de noches antiguas, reas de culpas aún más antiguas, las que a solas solía reprocharse (pero sólo en contadas ocasiones), entre loables propósitos de enmienda cuya perdurabilidad equivalía más o menos a la de una pompa de jabón. En el lavabo, se afeitó cuidadosamente el rostro, y al hacerlo se lastimó un lunar del que empezó a manar un hilo de sangre. Rápidamente, aplicó sobre su mejilla un trocito de papel higiénico doblado en cuatro. —¡La puta que lo parió! —imprecó. Se miró el lunar, que apenas un minuto después ya no sangraba (siempre había tenido buena coagulación), y trascartón, entre pensativo y preocupado, se pasó un dedo sobre otro lunar que tenía en la sien, luego sobre otro que tenía en la ingle, después sobre otro que tenía en una rodilla, y sucesivamente sobre otro que tenía en el empeine de un pie y sobre otro que… Estaba lleno de lunares, incluso; unos cuantos en el culo, entre las nalgas, muy cerca del ano. 
—Debería consultar con un dermatólogo —murmuró para sí, sabiendo que se mentía y consciente de que no iba a superar la repugnancia que sentía por los médicos, ni el espanto que le provocaba cualquier cirugía, ni el celo con que protegía su intimidad (intimidad esa a la cual, pese a la incontable cantidad de mujeres que habían pasado por su lecho; nadie-nunca-jamás había tenido acceso; salvo Ella, porque Ella… era distinta, su alma gemela, la única persona en el mundo que lo sabía todo, absolutamente TODO, sobre él).
Seguidamente, procedió a afeitarse la cabeza. Diez años llevaba haciéndolo, un poco porque empezó a caérsele el cabello y otro poco harto de acudir religiosamente cada semana a la peluquería para mantener prolijos los rulos rebeldes que aún le quedaban. Se cepilló los dientes durante diez minutos, hizo buches con enjuague bucal durante otros cinco, y luego se metió bajo la ducha. Sintió el placer intenso del agua caliente sobre su cuerpo, se enjabonó, frotándose obsesivamente con esponja, y luego se rasuró lenta y meticulosamente el pubis y los genitales, privándolos de cualquier atisbo de pendejo por minúsculo que fuese, porque a Ella (que también se depilaba muy cuidadosamente) le gustaba así: terso, suave como un bebé y sin un solo vello imprudente e inoportuno. —Cuando me bajo a mamártela, no quiero sentir que se la estoy chupando a un neanderthal —le había dicho. 
Salió de la ducha, se envolvió en un toallón, y una vez que se hubo secado, se dirigió al dormitorio para vestirse. De un cajón de la cómoda sacó un slip negro, un par de medias del mismo color y un pañuelo gris. Abrió el placar, seleccionó un traje negro, una camisa blanca y una corbata, también negra con pintitas blancas. Se vistió sin apuro, morosamente, y por fin; se calzó unos zapatos negros lustrados a espejo.
Volvió a mirar el reloj. —¡Carajo, las 8 ya! —exclamó. Se abrigó con un breto pied de poule y un echarpe blanco, echó sobre su figura alta y elegante una última mirada satisfecha, aprobadora, y bajó a la cochera en procura de su auto. El micro que traía a Ella estaba  previsto que arribaría 8:30.
Llegó a la terminal y consultó el enorme cartel electrónico para saber a qué plataforma dirigirse: 26. Entonces recorrió infinidad de veces de uno a otro extremo ese andén sembrado de colillas, sucio de esperas trajinadas, nerviosas, ansiosas y… odiosas.
Hasta que casi puntual, el bondi llegó apenas pasada la hora, y el tipito distinguió a Ella sonriéndole desde la ventanilla, agitando su mano e iluminando la mañana con su divina presencia. Se sintió renacer ese día, fuerte, enorme, embargado por la felicidad, murmurando entre dientes: —No me importaría morir en este instante para perpetuarlo en mi alma por toda la eternidad (suponiendo que tal cosa exista, claro).
Y el tipito renació, puro otra vez, rescatado de lo que había sido una constante en su vida durante años: una insoportable espera añeja de aguardar sin deseo, agobiado por ese esplín incurable que llevaba como marca en el orillo y atrapado en un torbellino de placeres que después del goce fugaz, efímero, se demostraban como meros sucedáneos que pronto volvían a sumirlo en la más espantable de las oquedades: el sinsentido. 
—Adiós para siempre, puta anhedonia —agregó. Y renació, nuevamente nuevo ahora… pasadas las 8:30.

-Juan Carlos Serqueiros-


jueves, 17 de octubre de 2024

TÚ DICES, YO INTERPRETO




































Escribe: Gabriela Borraccetti *

¿Cuántas cosas tomamos a mal por haber asociado una palabra a una connotación o ámbito despectivo? Por ejemplo, la palabra "manipular" o "manipulador" ha quedado relegada a lo sórdido, cuando en realidad; se trata de la acción sutil y precisa que se contrapone a la directa, evidente e impulsiva dirigida hacia determinado fin. Este hecho es simplemente un ejemplo más que común, y que todos podemos observar con toda claridad en este instante.
Sin embargo, este "error" se suscita cotidianamente, todo el tiempo, en el momento en que dos personas entran en diálogo. No son pocas las discusiones y desavenencias que se producen por connotar en forma negativa lo que alguien nos dice, respondiendo a nuestra vez, con el tenor que creemos correspondiente y dando así a nuestras palabras un cariz cada vez más agresivo en réplica a lo que hemos considerado ofensivo.
El problema esencial de la comunicación es que se encuentra sujeta a las asociaciones que interna e inconscientemente hayamos establecido entre las emociones y el lenguaje, encontrándonos condicionados a percibir del otro algo que llevamos dentro como una herida o como una cualidad.
Para quien ya ha recorrido el camino de desandar sus imágenes y autoimágenes negativas, existirá la posibilidad de no caer en un círculo de retroalimentación; pero quien no sana sus heridas, va sintiendo que el mundo a su paso lo lastima.
El gran avance que realiza aquel que se suelta de los condicionamientos pasados, radica en poder cobrar perspectiva y salirse de un círculo de agresiones percibidas y devueltas. Una vez afuera, la escalada del insulto, de la agresión y de la ofensa, cede su paso a una espiral bastante más amorosa que, lejos de lastimar; nos sana y nos coloca en un estado de armonía.
Estar atentos al momento en que nos ofendemos, puede abrirnos la puerta de una comprensión mayor acerca de quiénes creemos que somos.

Lic. Gabriela Borraccetti
Psicóloga Clínica
M. P. 16814

Imagen: Adam Martinakis, “Ecos mentales”.

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborracceti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.

martes, 15 de octubre de 2024

TOMASITO PODÉS OÍRME? TOMASITO PODÉS VERME? (REPUBLICACIÓN)














Escribe: Juan Carlos Serqueiros

Tomasito podés oírme? Tomasito podés verme?
(Solari)

Hoy Tomasito y los Drum-Drum
tocan en el Medicine Room
(todo así, "casi en inglés")
con Pussy-dancers Cock parade!
y es el cielo en Etcheverry!
Mañana van Los Pétalos
que son una turmita gay
y "el monsieur" va a relojear tanto
que se van a flipar
Va por Eros! Dale Eros!
En el cielo de Etcheverry...
La Chanchita que trabajó
Por un tiempo allá en París
Trajo ideas para su bar...
(se escucha mucho a los Who)
Tomasito podés verme?!!
La vie gangsta allá en París
.. y Tomás fue piraña allí...
Tomasito vas a oírme?!!
Las pirañas vos creés
que no se comen nunca entre sí
Amor... sabés?
los sesenta fueron tres putos años nomás!
y Etcheverry es tu cielo!

La letra hace referencia a los "años dorados" de la movida rock, allá por los 60, cuando las bandas no eran "pirañas" devorándose unas a otras y en tanto cultura con pretensiones de universalistas estaba en la cúspide de la creatividad. Por eso, termina diciéndole a una interlocutora imaginaria ("Amor... sabés?"), que los 60 “fueron tres putos años nomás”.
Se menciona un determinado tipo de bares o pubs: los temáticos, a los cuales concurre gente de toda edad y procedencia social, y en los que se puede escuchar música tanto de la banda más nueva y recién surgida o por surgir del under; como también de bandas altamente representativas del movimiento cultural rock en los 60, como el caso de The Who, por ejemplo, banda a la que el Indio menciona explícitamente en la letra ("los Who"), y que hizo un disco que es uno de los íconos mundiales del rock titulado “Tommy”, y de ahí que ironice con lo de "Tomasito".
“Tommy”, al ser un disco conceptual, en el que cada canción que lo integra está enmarcada en la misma temática; es el ejemplo por excelencia de una ópera rock que fue incluso llevada al cine (con el cantante Roger Daltrey interpretando a Tommy, y con la participación de personalidades como Elton John), y más tarde, editada como musical de Broadway. Narra la historia de un niño ficticio llamado Tommy Walker, cuyo padre desaparece en combate en la Primera Guerra Mundial y su madre se casa con otro hombre. El padre, sorpresivamente regresa en 1921, y mata al otro tipo frente a Tommy, lo cual motiva que el niño se quede ciego y mudo. Por el resto de su infancia, los padres de Tommy intentan diversos tratamientos para curarlo, pero ninguno funciona. Mientras tanto, Tommy es abusado por otros miembros de la familia, como su tío y su primo. Después, se convierte en una celebridad, porque logra aprender a jugar al pinball, y se transforma en un experto en ese juego. Finalmente, Tommy se cura cuando su desesperada madre rompe el espejo (lo único que él veía, era su imagen reflejada en la luna del mismo), y se convierte en un gurú espiritual y un mesías; pero sus seguidores se rebelan contra él y su familia, por considerarse defraudados al no encontrar la satisfacción espiritual que buscaban. Finalmente, esos adeptos, ferozmente enardecidos, ocasionan la destrucción de la comunidad y el asesinato de sus dirigentes, salvándose únicamente Tommy. En uno de los pasajes de la película, uno de los personajes pregunta: "Tommy can you hear me, Tommy can you feel me?", y de allí tomó Solari la frase que sirve de título a esta canción. 

Un amigo o conocido suyo de La Plata, la Chanchita Rivera, estuvo viviendo durante algún tiempo en Europa, más precisamente en París, y de allí se trajo la idea del bar temático, uno de los cuales Solari le atribuye haber puesto en Etcheverry, cerca de La Plata (a la Chanchita Rivera el Indio vuelve a citarlo en otra canción de su disco: Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen!).
Por lo demás, la letra es bastante explícita. Hay una mención irónica sobre la manía de usar anglicismos ("casi en inglés”), y es reforzada la sorna con una alusión solariana bien guarra a las strippers que se desnudan en el caño y la excitación que provocan en los espectadores (“con Pussy-dancers Cock parade! ”), significando algo así como “con conchas bailarinas, desfile de pijas”, y además; al término inglés parade (desfile) lo hace sonar fonéticamente parecido a “parada”, de manera de remarcar que las pijas del desfile provocado por las strippers, están en erección, o sea, los chabones están excitados ante la visión de los desnudos femeninos. En fin, eso (disculpas por la crudeza de los términos empleados, pero bueno, el significado es ese).
También está el hábito solariano de mencionar a algún amigo o conocido: en este caso, además de la Chanchita Rivera; tenemos al monsieur, que va a "relojear tanto que se van a flipar", es decir, van a flipar porque van a alucinar, a "volar" con la merca que se zampen encima, y a la vez; creo advertir algo así como una connotación... sexual, digamos: flipar, en el sentido de "darse vuelta", la cual parece reforzarse, hacerse más nítida, en la frase siguiente con la mención a Eros, el dios del amor y el sexo, es decir, de la atracción sexual, en la mitología griega. La escena se completa con el anuncio de que al día siguiente van a ir al bar temático, Los Pétalos, un grupo gay ("que son una turmita gay").

Ah, y alguna cita a las actividades non sanctas de alguien, como lo hace con la Chanchita Rivera, cuando consigna que en París llevaba una “vie gangsta”, es decir, una vida cuasi marginal, digamos, todo en una metáfora de doble significación; porque el gangsta también es un estilo del rap con letras referidas a gangsters y drogas.
Y eso es to-to-todo amigos!!!


-Juan Carlos Serqueiros-

domingo, 13 de octubre de 2024

DE PÉTALOS
























DE PÉTALOS
(Poema de Gabriela Borraccetti) *

Estoy buscando elixires de emoción,
Algo que toque mi alma…
Para regar pétalos perfumados
En la alfombra de algún papel.

Asocio en forma terrible
El exilio de las musas
A la falta de pasión;
El movimiento se aquieta
Y el mar se convierte en lago.

Quizá sea porque yo
No soy ninguno de ambos,
Pues mi curso es el de un río
Que no vuelve nunca atrás.

Cada paso es un "siempre"
Desde hoy hacia mañana;
A lo sumo me abro en ramas
Y el agua se vuelve árbol.

Tal vez lo que no acepte
Sean mis rústicos pies de barro
Y este tronco que se esfuerza
Estirándose hacia el cielo
Para tocar una estrella
Que con blanco centelleo
Me dicte gotas de luz
Para los días opacos.

Por eso aquí estoy,
Con mis sedientas raíces,
Sorbiendo el agua del río
Para crear una flor
En la punta de una rama,
Que con la fuerza del viento
Lanzará al menos hoy,
Sus pétalos al cielo.

-Gabriela Borraccetti-

* Gabriela Borraccetti (n. 1965, Vicente López, Buenos Aires), es licenciada en Psicología por la Universidad Argentina John F. Kennedy. De extensa trayectoria profesional, ejerce como psicóloga clínica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la angustia, el estrés, los temas de la sexualidad y los conflictos derivados de situaciones familiares, de pareja y laborales. Es, además; poetisa, cuentista, artista plástica y astróloga. Para contactar con ella por consulta o terapia, enviar e-Mail a licgabrielaborraccetti@gmail.com o Whatsapp al +54 9 11 7629-9160.