Yo no soy ni bravo, ni valiente ni nada por el estilo. Soy un hombre común. Tengo miedo cuando cruzo la calle. Pero en Malvinas no pude tener miedo. No pude tenerlo porque creo que Dios no me dejó tenerlo, y la preocupación por mis hombres, su entrega, obviamente no me podían permitir el privilegio de tener miedo.
Contralmirante Carlos Hugo Robacio
Más temprano que tarde, Comandante, siempre honro mi palabra Sr.
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